¿CUÁL ES TU SIGNO? (VIRGO, LIBRA...) USA TU SIGNO PARA INSPIRACIÓN DE UNA PERSONA O LUGAR.

El lago era tan claro que incluso a varios metros de distancia podía observarse a detalle el fondo. Los peces nadaban libremente por el agua, animales acuáticos de todos los colores y tamaños pasaban revoloteando por debajo de nuestra canoa.

Era tan extraño cómo nuestra presencia no incomodaba en lo más mínimo su existencia. Parecía incluso que nos trataban como si fuéramos de su propia especie, así, sólo nadando y existiendo en el pequeño lago.

Jael sacó una mano de nuestra humilde canoa y la sumergió lentamente en el agua. Hice ademán de detenerlo, pero me detuvo con la mirada fija en el lago. Los peces se acercaban a su extremidad, querían ver de qué se trataba el nuevo cuerpo extraño que se había incorporado a su medio de vida, y una vez que creían que no representaba una amenaza para ellos, nadaban entre sus dedos, jugueteando con él.

Apunté las observaciones en mi diario de viaje. Más tarde las compararía con las de Jael, haríamos un informe en colaboración y posteriormente mandaríamos nuestros resultados al centro de investigación marina.

Llevábamos poco tiempo asociados al programa, pero nuestra dedicación había sido suficiente para ser ascendidos. Trabajábamos bien juntos, muchos juraban que nuestra relación era hermano y hermana; otros más osados aseguraban que eramos pareja. Nada más alejado de la realidad.

Jael y yo eramos completamente desconocidos, habíamos trabajado por mucho tiempo, pero sólo formulábamos hipótesis, y al terminar el trabajo, cada quien tomaba su camino y no nos volvíamos a encontrar hasta que surgía otra expedición.

Sonreía mientras trabajaba en silencio. Tomó el termómetro de su mochila y lo colocó suavemente sobre el agua. Tenía el lápiz sujetado entre los dientes y algunos mechones castaños cubrían sus ojos azules cuando miraba hacia abajo.

Tenía que hablarle, tal vez llegaríamos a ser grandes amigos, y quién sabe, la gente podía tener razón al decir que me veían como su novia.

Abrí la boca para comenzar una charla. Silencio. Ninguna palabra abandonaba mis labios ansiosos de un beso suyo.

Me recomendó cerrar la boca en un lugar plagado de insectos. Reí un poco y comencé a sacar mi material de trabajo. Si algo se iba a dar, que  sucediera por sí sólo.

Ahora han pasado casi cinco años de eso, todavía recuerdo mi nerviosismo cada que se acercaba a mí un poco. No puedo creer lo errada que estaba.

Descubrí unos meses después que no estaba interesado en mí, o en cualquier otra chica. Supongo que ha sido una bendición para mí, ahora tengo un amigo incondicional del que hablar de gustos en común.