No sé como tachar el día de ayer; fue raro, ella me habló, ¡me llamó por teléfono! No entiendo, estoy empezando a sospechar que ella ya sabe que me gusta, pero, ¿por qué me hace esto? ¿Quiere jugar conmigo? No, no lo creo de Grace, creo que estoy exagerando. Quizás ella nisiquiera se ha dado cuenta.

En fin, terminé por marcarlo como bien, sin progresos pero sin fracasos. Solo bien.

Me paro en la ventana y abro solo un poco las cortinas. No la veo en su habitación, parece que no está. Suspiro y cierro las cortinas.

Me dispongo a empezar mi día, salgo de mi habitación con rumbo a la cocina para conseguir algo de comer.

—Buenos días —saludo a todos. Ellos me responde al unísono.

Me siento al lado de mi hermanita, ella aún come en su silla para bebés.

Me gusta el menú de hoy; hotcakes, pan tostado, waffles, pancakes, frutita y jugo de naranja. Todos mis favoritos. Saboreo el trozo de hotcake que puse en mi boca.

—Mmm, esto está delicioso.

—Cariño, Dana quiere que la lleves a ver a Santa. Tu papá le dijo que lo vió en el centro cormercial y ahora quiere ir —me dice mi madre.

Termino de tragar el hotcake antes de responder. —Sí, yo también ví muchos niños el otro día, me informaron que estaba ahí.

—¿Me llevarás a ver a Santa, Dou? Por favor —Mi hermanita pone sus dos manitas en frente y repite muchas veces 'por favor'. Ruedo los ojos, sonriendo.

—Esta bien, de acuerdo. Recuerdo haberte dicho que te llevaría.

Dana celebra aplaudiendo.

—Douglas, bebé. ¿Te llevas a Blake contigo? Quiere conocer la ciudad —me pregunta mi tía.

—Claro, no hay problema.

***

Bien lo hubiese dejado en casa. Blake es literalmente un niño en el cuerpo de un adulto. Vaya que las apariencias engañan, en casa parecía un tipo normal. Pero ahora va saltando de la mano con Dana mientras ven juguetes.

Llegamos temprano, Santa no llega hasta una hora y ahora estamos recorriendo el centro comercial, en el área de los juguetes.

—¡Dou! —canturrean los dos locos con los que ando.

Giro los ojos. —¿Qué?

No me da tiempo pensar cuando Blake suelta a Dana y corre hacia mí. —¡Tú las traes!

Intento preguntar un '¿qué?' pero ellos salen corriendo en direcciones diferentes y que mi hermanita corra sola por estos grandes pasillos me preocupa, por lo que termino corriendo detrás de ellos.

—¡Dana, detente! —grito, cuando la visualizo antes de doblar en un pasillo.

No sé cuanto tiempo llevo corriendo cuando logro visualizar que alguien lleva de la mano a Dana. Inmediatamente mis alarmas se activan y corro lo más rápido que puedo hasta ella.

—¡Dou! —ella me vé y hace que el que la lleva se detenga.

Llego hasta ellos y me apoyo en mis rodillas mientras recupero la respiración.

—¿Es tuya? —me pregunta el chico que aún lleva de la mano a Dana.

Asiento con la cabeza y él la suelta. —Gracias.

—No hay de que. No deberías dejar que corra sola por los pasillos, hay mucha gente en estos días —me dice amablemente.

—Sí, gracias, lo tendré en cuenta.

Cuando el chico se va, regaño a Dana por correr por los pasillos y me dispongo a buscar al infantil novio de mi tía. ¡Dios! Estoy rodeado de locos.

Listo. Conseguí encontrar a Blake, Dana vió a Santa e hice las compras que me dijeron que hiciera. Todo un día normal de centro comercial: claro, sin contar la parte en la que perseguía a un hombre de treinta y tantos años por los pasillos mientras él gritaba. Blake está loco, pero me cae bien.

Ya de vuelta a casa, Blake parquea y ayudo a Dana a bajarse. Luego ayudo a Blake a bajar las bolsas de la cajuela.

Por un momento mi vista queda en el patio de los Williams, o bueno, en quienes están en el patio. Grace está sentada en las sillas del frente, hablando y riendo con su amiga, Lily creo. La observo reir... Cuanto quisiera que fuera así conmigo, que hablemos y que ella se ría así. Eso me encantaría...

Un llamado a mi nombre hace que deje mis fantasías y vuelva a la realidad. Blake está mirándome con una media sonrisa.

—¿Es ella? —Señala a Grace, quien ahora escucha al parecer con mucha atención lo que le dice su amiga.

—Sí —contesto distraído. Desvío la mirada hacia él.

—Ella es muy bonita, no tanto como Marie, pero sí es linda.

Se me ocurre hacerle esta pregunta —:¿Cómo le hiciste para lograr que la tía Marie se fijara en tí?

Él suelta una carcajada. —Eso no fue sencillo, amigo, créeme. Marie al principio no me soportaba, incluso me insultaba —empieza—, me empezó a gustar eso y pronto y sin darme cuenta me terminé enamorando de la bella Marie.

>>No fue fácil para nada, ella rechazaba cualquier gesto de cariño de mí hacia ella. Pero yo fuí insistente, cada día le llevaba chocolates y aunque ella los tomaba con desagrado, podía ver que al final del día se los terminaba comiendo con una gran sonrisa. Así supe que estaba logrando algo.

>>Si me permites darte un consejo; si esa es tú chica, pelea por ella. Se insistente pero sútil. ¿Y te digo un secreto?

Él se acerca hasta mi oído —:Ella está mirando hacia acá.

Instintivamente volteo y me encuentro con los ojos azules de Grace mirándome. Ella me sonríe y me saluda con la mano, yo hago lo mismo.

Blake me guiña un ojo mientras sonríe de manera extraña. —No estás sólo en esto.

Sin decir nada más se dirige hasta la entrada cargando las bolsas.

Observo una vez más a Grace, ella ya no está mirando hacia acá.

¿Qué quiso decir? ¿Qué no estoy solo en qué?