Capítulo 26| Tú a mi lado
Una ardilla escurridiza se arrastró por debajo del hueco de una puerta, parte de su esponjoso pelaje le impidió entrar por completo, tuvo que empujar, luego de dos intentos lo consiguió. Todos los que estaban dentro de la habitación lo miraron con alivio como si esperaran su regreso. La sombra de la ardillita reflejada en la pared se transformó lentamente en una figura humana.
—Ya hice lo que me pediste— Dijo.
Sentado en el centro de todos estos Híbridos se encontraba Kim Dan, el líder, su única salvación. Tal como Joo le había pedido siguió el plan al pie de la letra, el cual consiste en usar todas las habilidades de los Híbridos y sacar provecho de sus transformaciones con el fin de conseguir salir de ahí.
Jaekyung se encargó de Noquear a los guardias para permitir que Kim Dan les explicara el Plan sin ser descubierto. En cuanto a Joo se infiltró como cliente, el cual es un papel importante para esta misión. El trabajo de Dan es guiar a los Híbridos secuestrados mientras que el trabajo de Joo es asegurarse de que no sean descubiertos e intervenir si hay cualquier inconveniente. Y claro, al ser considerado como un cliente VIP tiene privilegios de los que puede gozar.
Heesung se había ido, él tenía otro rol que desempeñar, y lamentablemente no podía llevarse a ningún Híbrido con él sin ser atrapado en el intento. Debía dejarles esa misión a sus dos amigos.
—¿Y bien?— Preguntó Dan.
—Podemos salir de aquí a través del pasillo de la sala del cine, al fondo hay unas escaleras, si bajas encontrarás una puerta, esta puerta no puede ser abierta de no ser porque tenía un hoyo hubiera sido imposible entrar. Tampoco puedes abrirla desde adentro. Está cerrada.
—¿Y esta puerta te saca del edificio?
—No, hay más escaleras, tienes que seguir bajando, a veces parece que se repite y nunca terminas de bajar... No sé como explicarlo, da mala espina. Los escalones son demasiado amplios como si estuvieras dentro de una bodega, las paredes son amarillas y no hay ninguna ventana.
—¿Y dónde está la salida entonces?— Preguntó exasperado uno de ellos.
—Cuando terminas de bajar entras por un tunel alumbrado por luz, si avanzas te encontrarás con unas escaleras que te llevarán hacía arriba, si las subes te sacará hacía una especie de patio que está cerrado por rejas eléctricas. La calle está detrás de estas rejas.
—¿Viste personas afuera? ¿Edificios? ¿Casas? ¿Algo?— Preguntó ansioso otro de los híbridos, su voz denotaba una palpable desesperación por obtener esperanza.
—No, todo estaba oscuro, no parecía que hubiera casas cercas, pero había autos, vi varios estacionados afuera.
—¿Ese patio te resultó familiar?— Preguntó Kim Dan—. ¿Qué parecía?
—Parecía el patio de una constructora, no sé como describirlo, si lo viera desde afuera pensaría que es un lugar donde los ingenieros se reunen para trabajar.
—Es porque es una fachada— Explicó Dan—. Quieren hacerle creer a la gente que es un lugar sin importancia, pero la verdad es que está conectada al centro comercial a través de un túnel. La gente que llega estaciona sus vehículos como si estuvieran aquí por trabajo, luego de eso acceden a los túneles secretos. Por el mismo lugar por donde entran, salen.
—El problema será salir, la puerta está cerrada, lo peor de todo es que no tiene un cerrojo para llave o un detector o algo en donde poner una tarjeta. Lo único que tiene es un círculo en medio de la manija de palanca.
—Eso significa que la llave es distinta, no una llave común, es algo que activa la puerta y permite el paso. Pensaron en el más mínimo detalle.
—¿Y no hay otras salidas?
—Están las de la entrada al edificio, pero están custodiadas por Guardias, están hasta por los techos. Los mismos anfitriones les han dicho a los clientes que si quieren salir tendrá que ser por donde entraron. No hay manera de que podamos escapar por ahí sin ser vistos o peor sin que nos disparen.
—Además si logramos escapar, no podremos huir muy rápido ni menos alejarnos lo bastante de ellos. Debemos tomar sus vehículos, y escapar— Dijo Dan.
—¿Y con qué llaves? No creo que las dejaran en el auto y yo no creo que los autos que conduzcan sean de esos a los que puedes acceder fácilmente, y como en las peliculas cortar y juntar los cables para hacerlos arrancar.
—Tendremos que robar sus llaves.
—¡¿Cómo?!
¡Crack!
La puerta se abrió, uno de los guardias entró asustando a todos los Híbridos, de nuevo retomaron su postura sumisa la cual consiste en bajar la cabeza, y fingir que nada estaba ocurriendo. A pesar de que Joo noqueara a varios vigilantes no podía darse el lujo de acabar con todos ellos o de lo contrario empezarían los demás a sospechar y el plan se vendría abajo.
—¡¿Dónde mierda están esos idiotas que debían cuidarlos, zorras?! Más les vale a esos imbéciles que el jefe no los encuentre o acabará con sus vidas— El hombre de aspecto rudo se acercó hasta los híbridos, alzó su mano y de un tirón jaló al híbrido Koala—. ¡Tú, zorra! Ven conmigo, serás excluido de la subasta. Un cliente muy importante pagó una gran suma de dinero a cambio de que te vayas ahora a casa con él.
El hermoso joven de ojos verdes trató de resistirse ganándose un golpe por parte del guardia, le dobló las piernas de una patada y lo arrastró en contra de su voluntad hasta la puerta. Todos los presentes en el lugar se paralizaron, algunos temblaban incapaz de hacer algo. Si el Híbrido Koala se iba jamás regresaría y probablemente nunca lo podrían ayudar a escapar del infierno.
—¡Alto!— Exclamó Dan.
El Guardia se detuvo, no pareció gustarle obedecer la orden del Joven pero más que eso, le intrigaba lo que tuviera que decir.
—No te hagas el Héroe, cieguito, o te tendré que sacar los ojos, al cabo son un adorno para ti— Lo amenazó.
—No es eso.. Yo..— Pensó con cuidado sus palabras—. Yo también quiero ser llevado ante ese cliente, sé que puedo ser también de su interés. Estoy seguro que pagará una suma grande de dinero después de verme. Querrá tenerme, lo puedo jurar.
Un breve silencio se presentó.
—Bien.. Me convenciste, ven aquí— Dijo el Guardia con un tono sencillo, sin maldad pero inquietante—Pero si ese cliente decide no llevarte con él, voy a ser yo quien abuse de tu cuerpo como lección por hacerme perder el tiempo, pequeña Zorra— Lo abofeteó— ¿Quedó entendido? Ve abriendo tu trasero para mi.
El asco inundó a Dan. El miedo le pedía que no cruzara la puerta, pero no podía dejar sólo al Híbrido Koala, sabía que si lo dejaba ir sería el final. Tenía que hallar la manera de salvarlo.
Claro que caminar hasta donde se encontraba el cliente no le dio tiempo de planear una estrategia de escape. El Guardia los hizo entrar hasta una sala privada, una vez adentro arrojaron a Dan al suelo de modo que su cabeza se estampó, y quedó cerca de los pies del cliente sentado en una cama esponjosa.
—¿Qué es esto?— Preguntó el cliente mientras le daba una calada a su pipa larga de madera.
—El Híbrido insiste en que puede ser de utilidad para usted, Señor. Me rogó que lo trajera.
—No lo quiero, solamente me interesa el Koala, saca esta cosa de aquí y tú el hermoso Koala de ahí ven aquí, bebé— Palmeó sus piernas.
—¿Sí, Señor?— El Guardia volvió a tomar a Kim para jalarlo.
—¡No!— Dan luchó, sabía que lo que le esperaría si lo sacaban de ese lugar, por ende se aferró al dobladillo del cliente—. Señor, si usted me da la oportunidad le demostraré que seré una excelente ganancia para usted. No lo defraudaré.
—No molestes al cliente— El guardia continuó arrastrándolo. Dan le metió un manotazo veloz, pero el cliente se percató que el anillo en la mano del vigilante desapareció—. Zorra, ya me tienes harto— alzó su mano para otra vez abofetear.
—Basta— El cliente lo detuvo con voz neutra—. Me interesa ese Híbrido, deja que me trate de convencer, ven dentro de veinte minutos, para entonces te daré una respuesta.
—Si, Señor— El guardia se fue.
—Tú el Híbrido rebelde, veo que eres ciego aún así tienes coraje para poder luchar. Me gusta eso. También vi que le robaste ese anillo al guardia, me gusta tu rapidez con las manos, creo que los dos sabemos que podemos aprovechar tu habilidad para algo más.. divertido— Lo levantó del suelo para tirarlo contra la cama— ¿Y bien? ¿Por qué debería de llevarte conmigo? Convénceme antes de que pasen 20 minutos.
Dan permaneció inmóvil y dudoso de que hacer, estaba atrapado. Pese a eso se obligó a calmarse, y hacer uso de sus habilidades para tener el control de la situación. Gracias a los juegos de roles que había tenido con Jaekyung era un experto en la seducción. Se obligó a pensar en esta situación como otro juego donde debía fingir ser alguien más.
«Pero primero tengo que sacar a ese chico de aquí, si permanece aquí no será seguro, él podría intentar hacerle algo. Tengo que hacer que centre toda su atención en mi» Pensó Dan.
—¿Puedes pedirle que se vaya? No me gusta compartir, por favor, yo quiero que seamos solamente nosotros dos— Suplicó con su vocecita aterciopelada capaz de derretir a cualquier Alfa.
—¿Ahora quieres tener control sobre mi? Detesto a los Omegas Mandones.
—Pero.. Si él se queda aquí y observa lo que hacemos entonces querrá que seas suyo. El olor de sus feromonas es lo más exquisito que alguna vez he olido, en la vitrina de cristal su aroma era en todo lo que podía pensar y rogaba para que captara su atención, pero sé que usted a quien quiere es al hermoso Koala. No le pido que cambie sus sentimientos hacía él, pero por favor, por esta noche lo que más quiero es que sea mío, únicamente quiero pertenecerle. ¿No puedes por lo menos quererme un poquito?
Las mejillas del hombre se pintaron de carmesí. No era la clase de hombre que caía ante la seducción, tenía demasiada experiencia con Omegas atrevidos que rogaban entrar a su cama. Pero fue la delicadeza pura y tierna de Dan lo que lo desequilibró. Esa clase de híbrido al que quieres proteger y concederle sus deseos.
Aunque hace unos segundos llamaba "bebé" al Koala se olvidó por completo de su afecto hacía él, y volteó a mirarlo con un rostro desinteresado.
—Ya escuchaste a mi Híbrido, vete de aquí ahora, rápido— Le ordenó.
El Koala se tensó, no sabía si salir por la puerta sin avisarle al guardia ya que si lo veían en libertad probablemente lo capturarían... ¿Pero si no lo hacían?
Antes de cruzar la puerta encontró tirado en el suelo, el anillo que Kim Dan le quitó al guardia. No entendió por qué había hecho eso hasta que se percató de que el anillo tenía una decoración rara.. Un circulo con un patrón extraño. Fue entonces cuando recordó que el híbrido ardilla había mencionado que la puerta de salida tenía una figura extraña en la manija, muy Seguramente la llave. Sin dudarlo un segundo, recogió el anillo y se lo llevó.
—"¿Mi híbrido?" ¿Eso es verdad?— Preguntó con fascinación Dan.
—¿No quieres serlo?
—¡Sí, quiero! Mi alfa~
El hombre sonrió para posteriormente usar sus dedos para desabrochar la camisa de Dan. Su corazón comenzó a latir del pánico, más no permitió que su miedo se interpusiera en su actuación.
La mano áspera del alfa se extendió por todo su abdomen el cual se contrajo. El Fisioterapeuta apretó sus párpados con repugnancia. No le gustaba ser tocado.
Apretó sus dedos con fuerza, la mano hecha puño como si con eso soportara la molestia.
—¡¡Fuego!!— Alguien gritó en el pasillo.
El Alfa se dio la vuelta ante el escandalo, entonces visualizó las flamantes llamas iluminado el sitio. Sus ojos se llenaron de asombro y pánico, sin poder evitarlo cedió al impulso de salir corriendo dejando atrás a Kim. Las voces gritonas de los clientes alertaron al Híbrido, se levantó de la cama pero al no estar familiarizado con el sitio se cayó al suelo.
—¡Traigan un extintor!
—¡Tenemos que salir de aquí!
—Guarden la calma, es una pequeña llama, por favor vuelvan a sus lugares, tenemos todo bajo control.
—¡No me digas que hacer! Yo me largo de aquí.
—¡¿Por qué la puerta no se abre?!
—¡¿Dónde está la llave?!
—¡¿Y el anillo?!
—¿No había más de repuesto?
—¡El fuego sigue creciendo!
—¿Dónde están los demás guardias?
—¡Todo esto es su culpa!
Las voces se mezclaron unas con otras al punto de ser irreconocibles. Dan no podía prestar atención, no cuando el humo comenzó a picar su nariz, y por ende a entrar en sus pulmones. Tosió frenéticamente, doblando su torso por la fuerza ejercida. Respirar no era una opción, debía mantener la calma si no quería agotar toda su energía y aliento.
Las llamas crecieron convirtiendose en un incendio imposible de controlar. Él se arrastró por el suelo en busca de la salida, no podía ver, no sabía por donde iba así que únicamente andaba a ciegas sin saber que se encontraría o si acaso estaba dirigiéndose hacía las llamas. De un momento a otro se detuvo en seco, no sabía que hacer, ni por donde ir, el terreno era peligroso y a donde quiera que se moviera habria consecuencias.
Tenía miedo, mucho miedo. Lagrimas cristalinas empezaron a descender por sus mejillas pálidas. Apretó sus manos contra su pecho por protección, quería controlarse pero los gritos de fondo lo ponían más nervioso.
—Ayu- Ayuda— Tartamudeó.
A causa del fuego no podia abrir mucho la boca sin que el humo entrara y eso le causara tos. El shock del momento no le permitía reunir fuerzas para gritar, era como si algo contuviera su voz y eso lo consumió en desesperación.
Se hizo un ovillo en el suelo como solía hacerlo como cuando era pequeño y lo solían agredir los prestamistas. Una vez más volvía a experimentar el miedo del peligro, la despiadada sensación de no tener a donde huir, ni a quien recurrir. De nuevo estaba solo, no había nadie que pudiera salvarlo.
Lloró con amargura, tapó con sus manos sus ojos para después tallarlos buscando detener las lagrimas. Pensó que nadie había escuchado sus gritos de auxilio, pero se equivocaba, alguien que lo adoraba reaccionó a sus suplicas.
Estaba tan concentrado en su dolor que no se percató que sus manitas se fueron haciendo cada vez más pequeñas como esponjosas, así como no notó que de su cabello frotaron orejitas. Pronto todo su enorme cuerpo se transformó en una bolita de masa.
—Alfa, mi Alfa— Llamó desesperado.
Lentamente su cuerpo dejó de responder, entregándose al cansancio físico y psicológico, había agotado todas sus fuerzas. Las llamas se extendieron, arrastrándose hasta rodearlo para ir de poco en poco consumiendo los muebles de la habitación. Con sus pocas fuerzas emitió sonidos, chillidos hasta al final desmayarse. El techo deteriorado se fue cayendo a pedazos cerrando el paso a la puerta principal. El calor era asfixiante. Un tornado de fuego era todo lo que se podía presenciar. Pero una sombra se alzó en medio del fuego, algo saltó, algo se arrojó del otro lado del pasillo hacia las llamas, atravesando las flamas como si fuera una cascada de agua.
Un pedazo de techo colapsó justo por encima del roedor, y a segundos de ser aplastado fue salvado al ser sujetado de su pelaje por unos colmillos blancos e impulsado por él hasta la salida.
Después de la tempestad, viene la calma. Millones de veces Joo Jaekyung había escuchado ese refrán venir de las personas mayores, cosa que es cierta, no obstante nadie habla sobre lo difícil que es lidiar con los daños colaterales, pues aún cuando lo peor ya ha pasado, volver a la normalidad es un desafío.
Ahora sentado en uno de los bancos del hospital no podía quedarse tranquilo ni mucho menos relajarse, no cuando el responsable de todo el trauma fue un Doctor. Ya no podía confiar en ellos, ni mucho menos confiarles al amor de su vida, nadie más que él sabría cuidarlo adecuadamente. Amenazó con matar a los Doctores si alguno cometía un error o trataba con rudeza el cuerpo de Dan. Por supuesto, todo el personal médico temía por sus vidas, pues además de ser Joo un luchador profesional, hasta hace unas horas era el criminal más buscado en todo el mundo.
No se despegó de Dan para nada, lo mantuvo vigilado todo el tiempo. Aún cuando Jaekyung tenía quemaduras graves, y las enfermeras debían de tratarlo, se negó a apartarse de su lado. No quería volver a perder de vista a su pequeñito. Ya comenzaba a amanecer, y aún no se despertaba. El médico dijo que tardaría un tiempo en recuperar la consciencia a causa del Shock generado, pero Joo se empezaba a poner nervioso.
En las últimas horas, toda la verdad salió a la luz. Los Agentes de Policía lograron dar con el lugar de la subasta. Fue entonces cuando el fuego comenzó. Todos fueron arrestados y los Híbridos recuperados a salvo. Los periodistas por supuesto se morían por una entrevista con Joo Jaekyung, pues al descubrirse que arriegó su reputación a cambio de salvar a su novio, fue nombrado como el héroe de la nación, y por supuesto todos querían honrarlo con títulos, medallas y celebraciones. A Joo no le importaba en absoluto nada de eso, lo único que deseaba era que su Dan se encontrara fuera de peligro.
—No dormiste nada ¿Verdad?
Una voz le habló, Jaekyung se molestó, había especificado que absolutamente nadie podía entrar a la habitación de su híbrido. Al darse la vuelta se encontró con el rostro de uno de los agentes, de inmediato se relajó, después de todo fue gracias a él que todavía siguen con vida
—Agente Tat, ¿Aún sigue aquí?
—Aún hay unos pendientes que resolver, pero mañana me iré a primera hora. ¿Y qué hay de ti? ¿Planeas estar despierto hasta desmayarte? ¿Si sabes que debes cuidarte adecuadamente las heridas? ¿Cuándo fue la última vez que comiste?
—Eso no importa.
—¿Por qué no llamas a alguien para que venga a ayudar? Hay muchos de tus amigos en la recepción esperando por ti. Si los dejas entrar, seguro que..
—¡¡Eso no importa!! Kim Dan está ahí acostado en la cama, ¿qué podrían ellos hacer por él? No necesito comer, y no necesito dormir, ¿sabes que sí necesito? ¡A Dan! Quiero que vuelva a abrir sus ojos, quiero que esté fuera de peligro, ¿Pero cómo tú podrías entender eso?
La desesperación y el enojo del luchador estaban a años luz de la serenidad del Agente. Dicho suspiró, arrastró una silla y se sentó a su lado.
—Por supuesto que lo entiendo. Tengo un esposo, y un hijo de diez años. Sé lo que es amar a alguien y tener miedo de perderlos— Sus palabras calmaron la ira del pelinegro—. También sé lo que es no poder confiar en nadie, sé que tu miedo ahora es permitir dejar entrar a alguien y acabe siendo perjudicial para ustedes dos. Lo entiendo, yo antes era al igual, una persona incapaz de ver las virtudes de los demás, para mi todos eran ineficientes, no te miento, algunos lo siguen siendo, pero si te permites a ti mismo en confiar en las personas, no te arrepentirás, encontrarás gente que te apoye y ayude a enfrentar cualquier adversidad. Encerrarte en tu mundo, pensando que solamente lo necesitas a él no es lo más sano, habrá momentos donde no podrán contar uno con el otro, por eso deben establecer vinculos con otras personas y verán que dichas los ayudarán. Afuera te está esperando un chico joven que me juró que jamás serías capaz de cometer tal crimen, al igual que un chico rubio que asumo yo que tuvo que ver con tu brillante plan maestro. Asumo que ese rubio es el tal Jieun.
—¿Lo sabes todo?
—Soy un Agente Joo, sé todo lo que hicieron y honestamente violaron la mayoría de las leyes de este País, pero pretenderé que no ocurrió nada, como pago piensa en lo que te dije y permite que tus amigos vengan a verte.
Joo asintió con una sonrisa.
—¿Sabes que es lo más curioso? Que no puedo imaginarme un peor momento que este, siento que ya he pasado por la experiencia más horrible de todas.
—Eso significa que todavía te queda mucho por vivir, las cosas se pondrán más difíciles apartir de ahora— le dio una palmada.
—¿A qué te refieres con eso?
—¿En serio no lo sabes?
—No— Sacudió su cabeza.
—Estoy hablando de cuando te conviertas en Padre, hombre.
—¡¿Eh?!— Sus orejas se ruborizaron.
—¿Nunca lo has pensado? Esos serán los verdaderos momentos de terror. Tu novio hará nidos con tu ropa y tendrás que rogarle para que te devuelva tus pantalones del trabajo, y si bien te va acabarás con unos rasguños en la cara. Después te correrá de la cama porque necesita más espacio y dormirás tú en el sillón. Te despertará de madrugada porque tiene antojo de Gimbap y hará una rabieta si no se lo compras. Y que ni se te ocurra tomar el transporte ya que algunas feromonas se impregnan a tus camisa y si las olfatea te azotará la cabeza con un sartén para después ponerse llorar y acusarte de infiel. Claro que esto son especulaciones, para nada me estoy proyectando.
Jaekyung se imaginó cada pequeña circunstancia, desde un Dan esperando por él en su casita con su pancita llena, y haciendo nidos con su ropa, hasta un Dan corriéndolo de la casa, y aventando su ropa por el balcón porque no le dio su beso de las buenas noches.
Tal vez antes pensaría que esa era una de sus peores pesadillas tener que lidiar con un histérico bipolar, que primero le besa y luego hace rabietas, pero ahora..
—Eso suena como el Paraíso— Dijo.
—Y lo es— Afirmó el agente—. Serán días agotadores, pero los mejores de tu vida. Al menos hasta que llegue alguien que quiera llevarse lejos a tu bebé. No es sencillo ver crecer a tus hijos.
—Estás exagerando.
—Lo sabrás cuando seas padre— Se puso de pie— Bueno, iré a decirles a tus amigos que pasen, y de paso te traeré algo para que comas, a Dan también.
—Agente Tat.
—¿Sí?
—Gracias por todo.
El agente sonrió y salió del cuarto.
Cuando jaekyung regresó la vista al frente contuvo la respiración. Los dos párpados del paciente comenzaron a moverse en un intento por despertar. Ambos ojos se abrieron de par en par, pestañó con pereza, su mente trató de procesar la información visual, y de un segundo a otro su rostro expresó cierta angustia. Rápidamente se incorporó de la cama, pero freno en seco al toparse a Joo Jaekyung de frente. Su corazón que hasta ahora se mantenía frío se calentó con la calidez de los primero rayos del sol entrando por la ventana. Las nubes grises se dispersaron dando protagonismo al cielo azul.
Ninguno de los dos dijo nada en absoluto, Dan permaneció quieto, fijando su mirada penetrante en Joo. Podía verlo, podía perfectamente ver al hombre que había amado, el culpable de su corazón y la razón por la que su cuerpo sufrió tanto. Lo odiaba, lo hacía, había pasado meses pensando que él no era más que el mayor error de su vida. Pero ahora aquí, frente a frente, se está desmoronando en lágrimas. Tal como dijo alguna vez, no hay ni un sólo día en que no lo amara.
Podía sentir como desde lo más profundo de su corazón todavía era débil ante él, era imposible pretender que no le importaba en absoluto. Él era su primer amor, y ese sentimiento no es algo fácil de apagar. Su dolor fluyó con el rio en sus mejillas acabando por caer por su mentón.
Jaekyung tembló de impotencia y de odia contra si mismo, su pequeño Dan no necesitaba decir nada para entender el daño psicológico que le hizo pasar.
Había tanto que quería decir, tanto que quería explicarle y disculparse. Había millones de pensamientos cruzando por su mente, mil maneras de besarlo, mil maneras de consolarlo y aún así lo único que puedo decir fue..
—¿Sabías que los Hámster hibernan?
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🫶🏻Tres capítulos más y se acaba 🫶🏻
En el proximo capítulo tendremos papa rellena 🫢🔥🔥
Dedicado a:
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