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Capítulo 21| ¿Quién se llevó a Dan?

"Todo lo quieres controlar"

Ningún insulto le había dolido tanto como aquellas palabras sinceras y sin un tinte ofensivo. Habían tocado una fibra sensible, una que ni él sabía que podía afectarle tanto. Lo que te lastima de una discusión no es el tono de voz o la intensidad de los gritos, es la crudeza con la que te miran a los ojos mientras te escupen en cara sus pensamientos sobre ti.

Jaekyung se sentía desprotegido, no podía refutar la opinión de Papita, no cuando se supone que no tenía ningún problema con ser un tirano arrogante al cual todos odian. Al final resulta que de algún modo impactó en su estado de animo. Había dado en su fibra sensible.

El cruel y despiadado hombre que era  amado arriba del octágono, no era más que una personalidad que carecía de autenticidad. El nombre Joo Jaekyung no era más que un ser inventado por él, una nueva identidad, una máscara que pulió desde los diez años cuando escapó del orfanato. Creció sin padres, su vida consistía en ir de casa de acogida a otra, sin jamás convertirse en un hijo por ley debido a diversas circunstancias. Nadie estaba dispuesto a adoptarlo, ni a darle una vida digna. A su temprana edad fue consiente de la horrible naturaleza del ser humano.

En el orfanato era común que "regresaran a los niños" como pequeños perritos incapaces de domesticar y por ende los "dueños" los devolvían como si estuvieran averiados. Cuando los niños salían del orfanato no volvían a ser los mismos una vez que regresaban. Esas sonrisas inocentes eran reemplazadas por gritos de pesadillas nocturnas, pero Joo sabía que no era un "mal sueño" era el recuerdo de algo traumático. Muchos de ellos no volvían a hablar, si alguien preguntaba que les había sucedido se echaban a llorar o se perdían en la lejanía de sus memorias.

Por la noches, cuando todos dormían había una niña que solía esconderse debajo de su manta y de ahí salía un chirrido, luego de unos minutos cesaba el ruido. Joo quien sufría de insomnio era consiente de este hecho, observaba todo desde lo alto de su litera, por ende conocía los secretos de la mayoría, pero aquel secreto fue el más impactante.

La almohada de la niña siempre estaba manchada de sangre, cada mañana, las maestras siempre preguntaban la razón no obstante ella jamás hablaba, nunca decía una palabra. Esto despertó la curiosidad de Joo. Una noche mientras la vigilaba, la sabana de la niña cayó de su cabeza, la luz de la ventana iluminó su rostro y entonces descubrió una de las imágenes que jamás podría borrar de su mente.

La sangre goteaba de los labios de la pequeña, entre sus dedos sostenía un pequeño objeto que lucía inofensivo, pero el modo en que lo empleaba era lo escalofriante. Era una lima de uñas con la cual se tallaba los dientes dándole un aspecto puntiagudo y afilado. Más tarde Joo descubriría que la niña fue enviada al lado de un señor rico, el cual moriría.

Los forenses encontraron mordidas en la zona baja del director, aquella zona intima estaba desgarrada como si un perro lo hubiera arrancado. Era obvio que el hombre había tratado de abusar de la menor, pero los medios jamás expusieron ese hecho, fue silenciado y la niña fue señalada de psicópata. Lo último que supo es que fue enviada a un hospital Psiquiátrico, pero el auto en que fue enviada jamás regresó. Algunos aseguran que vieron el auto ardiendo en llamas en las orillas de un río.

Todos tenían una historia, una historia que podían contar a través de palabras o acciones que los delataba, pero nadie sabría la historia de aquellos que jamás volvían. Cada noche, cuando alguien se iba, los niños encendían una vela cerca de la ventana, con la esperanza de que si alguien escapaba de su nuevo hogar y se perdía, vería la luz, y volvería con ellos.

La historia de Joo era una del montón. Un niño que también fue victima de la crueldad del ser humano. La primera pareja que lo adoptó lo utilizaron para tomarle fotos las cuales vendian en el mercado negro del internet y después lo devolvieron bajo la excusa de que no era el hijo que deseaban, para después hacerle lo mismo al siguiente.

Su segunda familia no fue mejor. Era numerosa en cuanto a hijos, ninguno biológico, todos venían de diferentes orfanatos, todos varones. Su madre no era una mujer adinerada o de buena cuna, pero aparentaba su riqueza con vestidos ostentosos y banquetes que llenaban tres mesas amplias. Todos los niños estaban asombrados con la gran elegancia de su madre, pero Jaekyung sabía diferenciar lo auténtico de una copia vulgar, comenzando por su apestoso perfume de imitación.

La Señora Celia, era una mujer  claramente Coreana que negaba sus raíces dado su origen humilde. Decía ser descendiente directa de la princesa Grace, una absurda mentira como su nombre inventado. ¿Y quiénes eran los únicos capaces de crear su falsedad y alimentar su ego? Los niños. Por esa razón traía a casa a tantos niños como podía.

Pensarías que fue una buena Madre pese a sus mentiras, de cierto modo lo era, nunca faltaba la comida en la mesa además de ser buena diseñadora, y sus historias inventadas eran entretenidas. Pero ella amaba la atención, no quería nada más que ser venerada y admirada como una famosa celebridad. Los niños eran un escape de su realidad, eran su público, sus fans, los cuales harían todo por ella dado el cariño que le tenían.

Un día durante la hora de la comida ella les confesó que el palacio real le había enviado una carta, solicitando su regreso debido a un asunto diplomático que era incapaz de rechazar. Debido las circunstancias sólo podía llevarse a un hijo consigo misma, al cual nombraría  como "Príncipe de Mónaco"

Ese fue el inicio, el desencadenante de una guerra entre niños deseando ser el elegido, no por un titulo, por una mejor vida, el amor de una madre y una bella familia estable. Las peleas comenzaron, las discusiones, las traiciones. Los niños se transformaron en bestias. A la hora de jugar los niños cometían accidentes como empujar a otro niño para que se lesionara y quedara descalificado para el viaje. La Madre encontró esto como algo entretenido.

Joo jamás se metió en esa pelea, no le interesaba en absoluto continuar con la mentira de una Mujer desequilibrada. Eventualmente fue enviado de regreso al orfanato, y jamás supo que sucedió con el "Ganador" de aquel concurso.

Las siguientes familias jamás fueron amorosas con Joo, todas querían criar a un niño en base a sus gustos, y joo era alguien indomable e incorregible. Era su espíritu de lucha más fuerte que su deseo por tener una familia. A él no le importaba ser amado, quería dinero, una estabilidad económica que le permitiera salir del pozo.

A la edad de diez años se escapó del orfanato junto con un grupo de chicos, vivieron en la calle durante un tiempo como carteristas hasta que tomaron su rumbo. Uno de ellos entró en una lucha de peleas clandestinas para ganarse el pan, otro se gañó el cariño de un dulce panadero que lo tomó como aprendiz, el tercero desapareció un día sin más, y el cuarto se fue a las montañas a buscar trabajo como agricultor. Jaekyung se gañó la vida trabajando como cartero.

Un día, mientras repartía cartas, fue testigo de un asesinato brutal en un callejón vacío. Los hombres de pistola arrastraron al niño adentro, para tomar una decisión de que hacer con él, no lo podían dejar libre dado que había visto lo ocurrido. Jaekyung jamás se inmutó, ni rogó por su vida, sus ojos reflejaban la mirada de un niño de espíritu fuerte que jamás dependería de la ayuda de un adulto.

Fue su total calma lo que despertó el interés de uno de los hombres de ese callejón, no era cualquiera, era aquel por el que todos se inclinaban como símbolo de respeto. Todos lo llamaban "Señor Hong", un hombre con porte y elegancia, cuya cara jamás revelaba sus pensamientos o emociones. Poseía una hermosa sonrisa capaz de enmudecer a cualquiera dada la extraña sensación que te transmitía. Un mafioso con clase en resumen.

Ese primer encuentro se convirtió en el efecto mariposa de Jaekyung. En cuanto el Señor Hong vio los ojos del pequeño, reconoció de inmediato el valor de ese muchacho. El señor Hong se convirtió en una especie de Padre adoptivo para Joo.

"El chico de los recados" fue su apodo durante muchos años, prácticamente se encargaba de entregar cartas u objetos de mafioso en mafioso. Las amenazas o negociaciones eran algo habitual entre bandos, y el trabajo de Jaekyung era ser mensajero. Claro que era peligroso, en varias ocasiones trataron de herirlo, no obstante su fortaleza en compañia con su mirada feroz conseguían asustar al más vil rufián del planeta.

El Honorable señor Hong se ocupó de darle una vida estable al niño Alfa, le dio estudios, una pequeña casa donde se quedaría a vivir sólo y una grande suma de dinero por cada trabajo que realizaba. Pese a esto, el Señor Hong no se sentía del todo satisfecho, Joo no era alguien que expresara abiertamente sus intereses, por lo tanto debía observarlo para averiguar sus gustos. Más tarde lo llevó a un Gimnasio de un amigo suyo, el cual se encargaría personalmente de entrenar al chico. Es así como conoció al Señor Park, su actual entrenador y amigo del Team Black.

Fue entonces el surgimiento de una leyenda, lo que actualmente ahora se conoce como el tirano del ring. Pero por desgracia el Señor Hong jamás presenció las victorias del chico. El Señor Hong murió años más tarde a manos de sus enemigos, y el resto de mafiosos acabaron en prisión.

Jaekyung estuvo apunto de ir a un correccional juvenil, pero el Señor Hong no permitiría que eso pasara, quería que la vida de Joo no acabara del mismo modo que la de él, por eso le pidió al Señor Park que lo cuidara, y lo alejara para siempre de esa vida. Joo no pudo perdonarse durante años por ser incapaz de proteger al Señor Hong, no obstante transformó su dolor en fuerza física y perseverancia por alcanzar sus objetivos.

El Señor Park estuvo con él en todo momento hasta convertirse en lo que es hoy en día. Jaekyung se juró que jamás volvería al mismo hoyo del que vino, ni tampoco seguiría los pasos de Hong. Se ganaría el dinero honradamente, no le importaba la fama, pero sí estabilidad.

Papita tenía razón acerca de que Todo lo quería controlar, ¿Y cómo no hacerlo si desde una temprana edad su vida era  inestable? Cada decisión que tomaba tenía un impacto, una consecuencia y tal vez hasta definiría si continuaba con vida. No había tiempo para detenerse a pensar en su Salud mental o si se estaba convirtiendo en una Red flag andante. Estaba sobreviviendo, adaptándose a un entorno violento donde su única manera de salir con vida era siendo un jodido cabrón. Eso le funcionaba, es por eso que a lo largo de los años continuó implementando dichas actitudes no del todo sanas, temía que si algo cambiaba, aún si fuera lo más mínimo, su realidad sería alterada y todo su esfuerzo hasta ahora se iría a la mierda.

Supersticioso, esa es la palabra correcta para definirlo. Jaekyung es una persona que cree que un acto inesperado tiene la fuerza suficiente como para alterar su destino o suerte. Por esa razón no se atreve a romper con su "Jinx", debe de tener sexo antes de una lucha previa. Pero este no es su único "Maleficio", su conducta refleja sus inseguridades y su temor al cambio, comenzando por sus estrictas dietas, su hora de levantarse a entrenar, hasta el olor de su perfume. Todo debe estar controlado, todo debe de ser exactamente como él lo desea.

Muchos podrían juzgarlo diciendo que es "absurdo" o "estúpido" creer que algo te dará suerte o te arruinará la vida, no obstante esto era un problema serio, ya se había convertido en algo crónico, lo que significa que si No se cumple al pie de la letra sería perjudicial para él.

La mente es poderosa, el cerebro es capaz de engañarte aún cuando creas que algo es "absurdo" o imposible que te suceda. Existen personas incapaces de salir de casa sin una botella de agua debido a que si caminan una distancia sea larga o corta, su garganta se secará, se ahogarán, entrarán en pánico y será los minutos más aterradores de su vida. ¿Es esto una enfermedad real? No, esto es psicológico, un engaño del cerebro que surge en base a un miedo causado por un mal recuerdo del pasado donde se autoconvencieron que si no cargan una botella de agua se asfixiarán.

[Nota: Esto es completamente real, un conocido pasó un año entero cargando una botella grande de agua cada vez que salía de casa, y daba grandes tragos porque decía que sentía que la garganta se le secaba cada cierto tiempo. Él era la persona que caminaba distancias largas sin ningún problema, pero un día pasó que comenzó a temer salir de casa dado que le asustaba que un día el agua se le acabara a mitad del camino. Hubo días en donde se ponía muy mal, entraba en pánico, se alteraba si veía que quedaba poca agua, y fue muy difícil para él. Por suerte ahora ya ha mejorado, ese miedo desapareció después de recibir ayuda, y de volver un hábito caminar. Por raro  que suene entre más hagas algo que te asusta, más rápido te acostumbras, y el miedo se va perdiendo.]

Los miedos de Joo también son validos, no es correcto juzgarlo por el hecho de que parezcan ser incomprensibles para muchos. Su Jinx no era más que un estado psicológico.

No sabía como parar de hacerlo, en realidad no pensó que llegara a ser un problema, creyó que mientras todo le diera buenos resultados entonces eso significaba que iba por buen camino, no obstante... Llegó a un punto sin retorno.

Nunca pensó que Dan, un simple hombrecito delgado tuviera la fuerza suficiente para derrumbar los muros de su desconfianza y colarse en sus sueños nocturnos. En todo lo que podía pensar era en él, día, tarde y noche. Creyó que era algo pasajero, algo que terminaría como un chicle que pierde el sabor luego de ser masticado.

Después de un tiempo nunca se imaginó que acabaría viendo esos ojos caramelo cristalizados e inyectados en sangre. Dan plantó una semillita en el corazón de Jaekyung con la esperanza de que germinara, lo cual hizo, pero no contaba con que el dueño del corazón la arrancaría de raiz sin piedad como si fuera una hierba mala. Bastó con decir palabras que no sentía ni creía para destrozarlo por completo y arruinar aquello que más amaba; su sonrisa.

Jaekyung sabía muchas cosas aunque no las llegara a admitir en voz alta. Le encantaba Dan, estaba fascinado por él, cada vez que lo acostaba en la cama le hacia el amor, el toque era especial, y lleno de pasión. Inesperadamente lo llegó a adorar como nunca lo hizo con nadie. Pero también no comprendía si sus acciones venían de él mismo o era una interferencia de su Lobo.

Tal vez, su problema no era con reconocer sus sentimientos, tal vez su problema era ser incapaz de contenerse y actuar bajo el impulso. Todo ya había cambiado desde su relación falsa, había hecho cosas inimaginables, recorrió el mundo en búsqueda de Dan. Sí perdía el control de la situación tal vez el Jinx se complicaría. No quería correr tal riesgo, quería volver a la normalidad.

No podía pedirle a Dan que se quedara con él así que le destrozó el corazón del modo más cruel para que no volviera a buscarlo. Sabía que Dan lo odiaría por eso, sabía que su lobo no lo perdonaría por ello, sabía si se miraba al espejo se encontraría con el reflejo puro de la cobardía pero por estabilidad estaba dispuesto a hacerlo.

Dan no merecía a Jaekyung, y él estaba consiente de ello. No era justo quedarse a su lado sabiendo que dudaba siempre de si sus sentimientos eran reales o no. No podía ser egoísta, por eso no volvió a buscarlo cuando Dan desapareció de su vida, creyó que era lo mejor, como último gesto de cariño pagó por todas las cuentas de la abuelita, y deseó en su corazón un final feliz para Dan.

Pero... Nada volvió a la normalidad, todas las noches caminaba sonámbulo tratando de encontrarlo, en ocasiones despertaba en el ascensor y no en su cama. Cuando su lobo se apoderaba de su cuerpo salía a buscarlo, incluso le preguntaba a las ardillas de los arboles si lo habían visto, estaba desesperado, quería explicarle a su Hámster que sus sentimientos eran sinceros, no quería perderlo nunca.

El los entrenamientos estaba mucho más irritable de lo normal debido a la falta de sueño, de apetito, de ganas, y a causa de los constantes gritos de su lobo exigiendo que hiciera algo aunque con los meses su voz se fue silenciado hasta un día volver a desaparecer. Su lobo le dejó de hablar, de moverse, de sentirlo.

Pensó que las cosas habían regresado a la normalidad, pero se sentía mas solo que nunca. Todo el tiempo pensaba en Dan, todas las noches lo buscaba, todas las noches estando sonámbulo llamaba a su número pero Dan jamás respondía. Cuando volvía a ser consiente se decía a sí mismo “esto lo pediste tú mismo” se mentía una tras otra vez sin nunca poder sacarse de la cabeza a su lindo Hámster.

La verdad es que no quería alejarlo, no quería perderlo, no quería lastimarlo ni decir que no lo amaba. Quería volver a escuchar su risita y llenarlo de besitos en sus esponjosos cachetes, quería con locura tenerlo entre sus brazos, quería disculparse por ser un cobarde incapaz de aceptar sus errores aún cuando eran tan obvios.

Tu Pasado, tus traumas, tus miedos no definirá jamás quien eres, pero como reaccionas a ellos sí, y Jaekyung actuó con impulsos violentos, y sus palabras mezquinas acabaron destrozando lo más valioso para él. Entendía que no tenía derecho de sentirse mal cuando él mismo arruinó todo, pero joder, dolía.

Y nunca se lamentó tanto como cuando recibió una llamada del hospital, ni los minutos parecieron tan eternos como cuando atravesó ese pasillo blanco para al final encontrar a Heesung agachado en el suelo con las piernas dobladas y ocultando su rostro mientras todo su cuerpo temblaba.

Es mi culpa— Repetía.

Cuando se acercó lo suficiente a él, su foco de atención cambió hacia la puerta de al lado que se hallaba abierta, y en cuanto echó un rápido vistazo todo su cuerpo se paralizó. Había recibido la noticia de que su amigo Papita estaba en el hospital, pero no pensó que lo encontraría sufriendo convulsiones mientras el doctor y las enfermeras trasladan su camilla a otra zona lejana.

Jaekyung no reaccionó hasta que un olor familiar invadió sus fosas nasales, era tenue y aún así memorable para el olfato del Alfa. Era el olor de su Dan. Su corazón se aceleró desesperado. Se dio la vuelta en búsqueda del aroma para al final darse cuenta que provenía del cuerpo de Heesung.

Las enfermeras en el área de recepción saltaron del susto cuando escucharon el estruendo de algo ser golpeado. Las dos manos de Jaekyung tomaron del cuello a Heesung y lo estampó contra la pared causando que su cabeza se golpeara.

—¡¿Qué hiciste?!

El actor no luchó por liberarse, era tanta su culpa que sentía que un golpe de Joo era castigo insuficiente para él, se merecía ser odiado, ni él mismo se podía perdonar después de todo lo que había pasado.

—Se llevaron a Dan...

—Ahora abre bien la boca.

—Ah...

El palito de madera tocó su lengua por unos segundos para posteriormente ser retirado. El Doctor que examinaba a su paciente alejó su silla, tiró el palito en el cesto de basura y se quitó los guantes.

—Todo sigue perfectamente bien. Lamento si estas rutinas son cansadas, sabes que el Señor Choi es quisquilloso.
Me envió en plena tormenta para que te examinara en mi clínica ¿Puedes creer eso? Debe de quererte mucho.

Kim Dan sonrió cohibido.

—Me sorprendí mucho cuando apareció en la casa sin avisar, pensé que era un ladrón, Doctor. Heesung no me comentó que me examinaría. Hasta dejé caer mi vaso del susto cuando lo escuché, que vergüenza— Dijo.

—Fue de último momento. El Señor Choi me dijo que uno de sus proyectos de cine le llevaría un par de días, y por eso me pidió que lo llevara conmigo. No es seguro que estuviera a solas durante la tempestad. Espero que no sea esto un inconveniente para usted.

—No, no lo es aunque me gustaría hablar con Heesung sobre esto... Es un poco extraño que me dejara a solas sin comentarme nada..

—¿No estarás desconfiando de mi o sí Kim Dan?

—¡No! No hablaba de eso.. Es decir... Estoy preocupado por Heesung, afuera hay una tormenta y me inquieta que le pase algo. Me sentiré más tranquilo si consigo escuchar su voz.

—Me pondré en contacto con él tan pronto pase la tormenta, ahora la señal no es buena, pero no te preocupes, de seguro que correrá hacía acá cuando la lluvia se detenga— Se levantó de la silla—. Ahora sí me disculpas, tengo que ir a archivar tus examenes Médicos, vuelvo en un segundo.

—¿Iremos a su casa después?

—Sí, eso haremos.

En cuanto salió de la oficina de su consultorio su expresión amable se transformó en una irritable. Al otro lado de la puerta se encontró a un hombre corpulento de barba con un aspecto nada agradable.

—Es una suerte que esté ciego, no sospecha de nada y no tiene de otra más que confiar en mi— Dijo el Doctor.

—Será una buena mercancía, tenemos compradores interesados en llevarse a tu Híbrido, el hecho de que esté ciego le da la seguridad al cliente de que jamás escapará de su lado y aún si lo hace no sabrá a donde se dirige. Pero está algo defectuoso ¿no crees? que perdiera la capacidad de transformarse, lo vuelve
un tanto inservible. Mis clientes tenían planes de "jugar" con el Hámster, pero les tendré que decir que su fantasía no será del todo realizada. Quizás muchos rechacen esta oferta, ahora que existen muchos Híbridos que se transforman, no querrán perderse esa diversión por un ordinario Híbrido. 

—Pero este no es un Híbrido común, fue la pareja sexual del imbécil de Joo Jaekyung y después la de Heesung. Esta perra es un experto en la cama y en el arte de la seducción de lo contrario no es posible que pudiera acostarse con dos hombres de ese calibre. Véndelo a quien tú quieras, no me importa si lo quieren para violarlo o para matarlo, solamente deshazte de él.

—Normalmente eres muy cuidadoso con tu mercancía, esta vez detecto un cierto resentimiento contra ese híbrido. ¿Hay algo que deba de saber, Doctor?

—Nada que te importe. Consigue a un cliente para mañana, no tendré a esa perra durmiendo en mi casa más de una noche. Ahora lárgate.

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