Manisa
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-Sultana, aquí está la Doctora que solicitó.-Fakria anunció a la mujer quien la reverenció.

-Adelante.-Murmuró.

Después de las celebraciones Azra había empezado a sentir malestares, claro que todos suponían lo que podría ser.

-¿Que síntomas tiene? Sultana.-La mujer dejó su maletín de lado acercándose a ella.

-Quiero saber si estoy esperando un hijo.

-Allah la bendiga... Por favor acuéstese y déjeme inspeccionarla.

Así lo hizo, separó un poco las piernas mientras ella revisaba, era algo incómodo pero tenía que saberlo, no quería esperar un segundo más.

-Felicidades Sultana, está embarazada.-Le mostró una cálida sonrisa.

-Gracias Allah.-Miró a Fakria quien la miraba con una sonrisa de igual manera.

Se levantó de golpe sobresaltando ambas mujeres, no podía esperar más, tenía que decírselo ya a Selim.

-¡Azra!-Fakria corrió atrás de ella.-Detente, no vayas tan rápido.

-¡No lo puedo creer!-Dio saltos de alegría en el pasillo mientras ella intentaba detenerla.

-¿Que es todo este ruido?-Nurbanu se acercó con una mueca.

-Llegó la bruja.-Murmuró deteniendo su felicidad.

Intentó ignorarla pero sintió el piso tambalearse haciéndola resbalar con el.

-Lo ve sultana, le dije que se detuviera.-Fakria se acercó ayudándola a ponerse de pie.

-A ver si ya atrapaste una enfermedad que te mate, Azra.-Nurbanu se burló.

-Cierra la boca, insolente.-Gruñó retomando la compostura.

-¿Como me haz dicho?-Dio unos pasos hacia ella.

-Insolente, ¿Como te atreves a hablarme de esa manera?-Dio unos pasos hacia ella.

-¿Quien eres tú para decirme como hablarte o no?-Soltó una risa que la irrito por completo.

-Soy la esposa legítima del príncipe Selim, próxima Haseki del imperio y ahora también futura madre de sus hijos.

-¿A que te refieres?-Pudo notar su rostro empalidecer.

-Estoy embarazada, y aunque sea una niña no importa, es muestra de mi fertilidad... No tardaré en darle un hijo varón y los que quiera.

-No me amenaces, Azra, porque te puedes arrepentir.-Habló entre dientes.-Entre mas te eleves más dura será tu caída.

-Recupera la cordura, recuerda tu lugar... He conseguido más de lo que te imaginas en solo 1 año y tú Nurbanu...-Soltó una risa antes de marcharse.

Nuevamente corrió por los pasillos con más cuidado, pero aún así Fakria parecía su niñera tratando de evitar que chocase con los guardias o criadas que se cruzaban.

-Déjame pasar.-La rubia le mostró una sonrisa al guardia de la puerta del príncipe.

El asintió abriendo para ella, ahí estaba su príncipe terminando de leer sus aburridos papeles como Azra solía decirles.

-¿Azra? ¿Que sucede?-Cuestionó.-Estoy algo ocupado...

-¡Estoy embarazada!-Anuncio con emoción.

Sin más Selim dejo de lado todo lo que tenía pendiente y corrió con una sonrisa hacia ella para poder tomarla en brazos.

-Que Allah te de mucha salud durante estos meses.-Dio un beso corto en los labios de la rubia.-Serás una buena madre.

-Espero poder darle muchos hijos y hacerlo siempre feliz, alteza.-Habló manteniendo aquella sonrisa.

-¡Guardias!-El llamado ingreso.-Que repartan monedas de oro en el harem, todos deben celebrar a mi futuro príncipe.

-Si alteza.-Se inclinó antes de marcharse.

-Ojalá pueda darle un varón.-Llevó su mano a su todavía plano vientre.-Así el príncipe Murad tendrá con quien entrenar y enseñarle cuando crezca.

Y hablando del Rey de Roma, un pequeño pelirrojo fue anunciado antes de entrar haciéndole una reverencia ambos.

-Mi príncipe, ¿Ya sabes las buenas noticias?-Selim caminó hacia el.

-Si padre, he venido a felicitar a la sultana.-Aunque tratará de ocultar su sonrisa, no podía evitarlo, estaba feliz de poder tener un hermano pronto pero su corazón se rompía al pensar en cómo estaría su madre en ese momento.

-Si Allah lo permite, algún día usted y su hermano irán juntos a guerras para dejar en alto a nuestra dinastía.-Colocó su mano en el rostro del príncipe.-Harán cosas magníficas.

Finalmente pudo sonreír con sinceridad, un hermano le hacía mucha ilusión al menor.

-Padre, sultana.-Miró al príncipe antes de regresar su vista a la rubia.-¿Podría acompañarlos en el almuerzo?

Era costumbre que la pareja comieran juntos en el jardín o aposentos, no había día que no lo hicieran pero Nurbanu se rehusaba a dejar que alguno de sus hijos si quiera se acercaran a Azra con la excusa de lo mal que la ponía, pero Murad solo por ese día quería compartir con su padre como solía hacerlo.

-Tengo que deshacerme de ella.-Nurbanu caminaba angustiada en sus aposentos.

-Sultana, es imposible... Camille ya tiene mucho poder siendo la esposa del príncipe.-Canfeda comentó.

-Pero ella no lo sabe, es técnicamente una niña siendo controlada y repitiendo todo lo que escucha... Debe haber una manera de advertirle que lo peor está por llegar.

-Sultana.... ¿Por qué no...?

-¿Por qué no que?-Regresó su mirada hacia ella.-Habla.

-Existen plantas que podrían hacerla perder el embarazo.

-No, no tengo corazón para hacer eso.-Rodó sus ojos.

Alguien tocó la puerta, pronto Ghazanfar de hizo presente.

-Sultana, el príncipe Murad está almorzando en los aposentos del príncipe junto a Azra.

-¿Qué?-Una mueca se le formó.-¿Como dejaste que fuera? Esa arpia le va llenar la cabeza de tonterías, mis hijos no tendrán "hermanos" de otra.

-No hay nada que hacer al respecto.-Canfeda volvió a tomar la voz.

-Siempre hay algo que hacer... Solo necesito tiempo para pensar las cosas, ahora déjenme sola.

-Sultana-

-¡Fuera!-Bufó haciendo que sus sirvientes se marchasen.

Se sentía devastada, ¿Como había podido dejar que esa mujer obtuviera tanto poder por un solo descuido? Quería decapitar a sus sirvientes pues les había encargado evitar que cualquier mujer se acercase a los aposentos de Selim, ya no había vuelta atrás pero debía apresurarse hacer algo al respecto antes de que sea demasiado tarde.