25
5 AÑOS DESPUÉS
Topkapi
1566
Luego de años sin visitar aquel palacio, fueron llamados por el sultán pues a pesar de su edad deseaba partir a una campaña más, Selim siendo único heredero se trasladó con su esposa a la capital para así cumplir con su tarea.
-Fakria, ¿Todavía no ha llegado mi príncipe?-Habló mientras caminaba a fuera del harem.
-La lluvia y la nieve han retraso su viaje, llegará pronto.-Comentó la mujer de ya notorias canas.
-Eso espero...-Murmuro un poco angustiada.-Iré a ver a Selim, debe estar agotado, reemplazar al sultán es muy difícil.
-Aún así lo está haciendo bien, su esposo será un gran gobernante... La sultana Hurrem estaría muy orgullosa de él.-Una sonrisa triste se asomó en el rostro de la fiel criada.
-No entristezcas, no quiero verte así. Ella ya está junto a sus hijos y sin duda era lo mejor, no podría haber soportado la pérdida de otro hijo.
Llegando a los aposentos del sultán los sirvientes le hicieron una reverencia antes de dejarla entrar sola.
-Querido.-Se acercó a la silla frente al escritorio donde Selim revisa los informes del estado.-Ya es momento de que descanses.
Colocándose atrás de el empezó a masajear sus hombros para calmarlo.
-Todavía piensas en el, ¿No es así?-Murmuró la mujer.
-La culpa me sigue a donde quiera que vaya.-Suspiró.
-Recuerda siempre que el habría hecho lo mismo de estar en su lugar, no lo habría pensado ni dos veces.-Lo consoló.
Selim se levantó para así poder besar la mejilla de su adorada esposa quien respondió con una sonrisa, pronto un golpe se escuchó en la puerta.
-Adelante.
Por la puerta entro uno de los pashas con una espada dentro de su funda entre sus mano
-Lamentó mucho la intromisión.-El hombre habló.
Los esposos se miraron entre sí, Azra sintió un nudo en la garganta pues ya había deducido la razón por tan inoportuna visita.
-Nuestro magnífico Sultán Suleiman ha fallecido durante la campaña... Allah lo tenga en su gloria.
Selim dio unos pasos hacia el pasha el cual se arrodilló sacando la hermosa espada de la funda y como era acostumbre, la extendió ante el nuevo sultán.
-Mi sultán.
El tomó la espada y giró a ver a su esposa quien con una sonrisa tierna lo reverenció.
-Azra...-La llamó.
-Mi Sultán.-Empezó a seguirlo mientras salían de los aposentos.
No había un solo pasha que no le hiciera reverencia, todos de inclinaron ante la pareja brindándoles el respeto que les debían.
-¡Atención, el Sultán Selim Khan y su Haseki, Azra Sultán!
-¡Larga vida al Sultán!-Uno de los pashas gritó.
-¡Larga vida al Sultán!-Los demás repitieron.
La felicidad había regresado al harem, no había una sola persona sin una sonrisa en su rostro, la música y el baile no se hicieron esperar.
-Finalmente haz llegado, hijo mío.-Azra abrazó a Murad.
-Madre, te ves tan hermosa como siempre.-Halagó.-Mis queridas hermanas.
-Me alegra verte una vez más, hermano.-Geverhan quien al igual que sus hermanas lo había estado esperando.-Piyale Pasha y yo agradecemos mucho los regalos que enviaste en nuestra boda.
-Todo por verlas felices.-Sonrió para sus hermanas.
-Es una bendición que hayas llegado, mamá casi no dormía esperándote.-Esmahan le mostró una sonrisa.
-¡La sultana Mihrimah está aquí!-Todos a excepción de Azra reverenciaron a la mujer.
-Murad, el futuro de mi felicidad.-Lo saludó.
-La sultana del Sol y la Luna.-Se acercó a besar su mano.
-Veo que te gustó mi regalo.
Azra y Fakria se miraron entre sí sin entender a que se refería.
-La túnica bordada en oro que me obsequió es un claro testamento a su buen gusto.
-Me alegra que la túnica sea de tu agrado... Pero me refiero a mi otro regalo, dime sobrino ¿Ella te ha dado felicidad al corazón?-Voltearon a ver a la joven quien se había mantenido en silencio todo ese tiempo.
-¿De que están hablando?-Azra frunció el ceño.
-Madre te presento a mi favorita, Safiye.-El príncipe se acercó a la nombrada.-Ella es el sol de mi felicidad.
Entre cerró los ojos analizando a la menor, era muy hermosa pero había algo en ella que no le gustaba en lo absoluto.
-Ahora es tiempo de las felicitaciones, Safiye está embarazada.-Anunció.
-Ojalá Allah nos bendiga con un príncipe.-Mihrimah felicitó.
-Allah mediante serás un gran padre.-Sha felicitó.
La rubia tomó aire antes de mirar con paz a la futura madre de su nieto, por su bien intentaría llevar las cosas en calma.
-Safiye.-Azra llamó a la joven.-Ven conmigo, me gustaría mucho conversar.
La embarazada miro al príncipe quien le dio un asentimiento con la cabeza para que la acompañara hacia sus aposentos los cuales alguna vez habían sido de la sultana Hurrem y su predecesora, Valide Hafsa.
-Toma asiento.-Pidió.-Fakria, puedes retirarte.
-Si sultana.-Hizo una reverencia.
-Es un honor acompañarla sultana, he soñado con verla desde hace mucho tiempo... En Francia no se han olvidado de su nombre, la hermosa Camille quien ahora ocupa el puesto más alto luego del sultán.
-No me adules por favor, puedo ver tus verdaderas intensiones no me creas tonta.-Habló pacíficamente como siempre lo hacia.-No quiero entristecer a mi hijo con este tipo de peleas, así que te voy a pedir que te mantengas al margen de todo, se una buena concubina y tu encárgate de hacer feliz a mi príncipe... Yo me encargo del resto.
Safiye la miró atenta, esa mujer le transmitía paz y miedo a la vez, a pesar de su tranquilidad podía ver una fiera a través de sus ojos.
-Créeme como tu amiga y consejera puedo ser buena, pero si me desobedeces o haces algo mal.-Se levantó arrastrando sus pisadas hacia ella.-No dudaré en hacer que desees estar muerta.
-Así como lo hizo con la difunta Sultana Nurbanu, ¿Me equivoco?-Murmuró.-Se lo qué hay detrás de la inocencia que le muestra a todo el mundo... Yo no soy como las otras criadas.
-Es bueno que tengas claro que detrás de toda esta fachada, hay una sultana que no dudará en deshacerse de ti, Safiye.-Enarco sus cejas.
El príncipe entró luego de ser anunciado llamando la atención de las dos mujeres que más adoraba.
-Madre.-Besó su mano.-Ya es hora.
Las mujeres se dirigieron a la torre donde observarían el anuncio oficial de Selim como el nuevo sultán.
-Este es el inicio de la nueva era...-Azra habló estando entre Safiye y Mihrimah.
-Se que tu felicidad no durará mucho Azra.-La Sultana del sol y la luna se hizo escuchar.-Un borracho como Selim jamás podría dirigir el imperio.
-Eso está por verse Sultana, recuerde que el no está solo.-La regresó a mirar.-Me tiene a mi.
Ambas mujeres se miraron con todo el odio y resentimiento que se guardaban.
-¡Allah guie su espada! ¡Que Allah guíe su espada! ¡Que Allah guíe su espada!
Selim era el sultán del imperio otomano, no había hombre más poderoso que el, Azra estaba orgullosa de lo que su esposo había logrado y no dejaría que nadie le arrebatara su felicidad, no de nuevo.
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