Capitulo 28

Se Tú Mismo

—Déjame ver si entendí— le interrumpió por octava vez Kiba—. Hace unos meses le dijiste a Hinata que te gustaba y luego que serías su amigo sin importar que ella correspondiera tus sentimientos—. Naruto asintió, aunque no era una pregunta—. Y ahora ella te besa y dice que también le gustas, pero cuando la quisiste besar de nuevo ¿te corrió la cara?

Naruto hizo una mueca.

— Básicamente. Si.

Kiba alzó una ceja.

—Es una gata flora—, sentenció.

Naruto tomó aire mientras se masajeaba la cabeza. Contó hasta diez, intentando llenarse de paciencia.

—¿Por qué todo contigo tienen que ser animales?— se quejó Choji.

Kiba lo miró mal.

—Es una expresión, idiota.

—Quiere decir que Hinata no sabe lo que quiere—, aclaró Shino. Él castaño asintió, confirmando.

—Bueno, ¿que esperabas? Hace poco salió su divorcio ¿o no?— opinó Gaara.

—Pero lleva más de tres meses separada— señaló Kiba.

— Aún así, es muy pronto.

—Hinata ya no siente nada por el ex— aclaró Naruto.

—Pero puedo estar confundida, tal vez siente cosas por ti y no estar preparada para una relación—, dijo Sasuke.

Naruto lo consideró.

—O puede estar caliente.

—¡Kiba!— regañaron el rubio y Choji al mismo tiempo.

—¿Qué? Es una mujer de carne y hueso. Ellas también tienen necesidades— se defendió como sino hubiera dicho nada fuera de lo normal.

Naruto negó con la cabeza.

—Si, pero no lo digas de esa forma— murmuró Choji.

—Eres un salvaje— susurró Shino.

Naruto miró a Shikamaru.

—¿Y tú? ¿Qué dices?

Shikamaru suspiró, comenzó a jugar con un cigarrillo que tenía en la mano, el cilindro apagado bailando entre sus dedos.

—Las mujeres son complicadas. Nosotros somos de acciones y hechos, mientras que ellas piensan mucho las cosas. Puede que sólo necesite sentirse más segura.

—Es verdad—, apoyó Sasuke—. Puede que dudé por el episodio que tuviste con Shion ese día.

—Tal vez teme que seas una pantalla de lo que ella desea en un hombre y está esperando ver cómo te comportas cuando te sientas que ya la tienes seguro—, opinó Shino.

—O tal vez sólo debas esperar que ella dé el próximo paso de nuevo—, aportó Gaara.

—¡Que va! El hombre morirá de bolas azules—, descartó Kiba—. Lánzate sobre ella y dile: Mira preciosa ¿Quieres follarme? Soy todo tuyo—, dijo abriendo sus brazos.

Naruto hizo una mueca, todos mirando a Kiba como si el castaño fuera un idiota.

—No seas ordinario— negó Choji, para luego mirar a su amigo que necesitaba desesperadamente un consejo—. Escúchame Naruto...

—¿Que vas a saber tú de... ?— Kiba cortó su pregunta cuando Sasuke le golpeó un puñetazo en el brazo—. Auch.

—Deja hablar—, gruñó. Kiba se sobo el brazo mirando con el ceño fruncido al azabache como respuesta.

Naruto volvió su mirada a Choji.

—¿Sabes qué tienes que hacer?— Él negó suavemente—. Ser tú mismo...

—¡Eso lo trajo hasta aquí!

—Cierra el hocico, Kiba— regañó Sasuke de nuevo, él hizo un mohín.

—¿Cómo que ser yo mismo?— preguntó Naruto confundido, Choji asintió.

— Todos podemos darte ideas, pero tú conoces a Hinata mejor que nosotros. Vives con ella.

—Eso es verdad— murmuró Gaara, Shino asintiendo a su lado.

— El asunto es que, tienes más ventaja en esto de lo que crees—, siguió—. Al ser su amigo, conoces sus miedos y inseguridades...

—Se dice "e" inseguridades— interrumpió Shino.

—¡Da igual!— se quejó el otro—. Entienden lo que quiero decir.

Naruto asintió, pensativo.

—Cierto. Háblalo con ella— dijo Shikamaru—. Pueden hablar de lo que sea ¿o no lo has dicho?

—¿Pero que hay si dice que fue sólo un impulso?— susurró Naruto sin ver a nadie en particular, diciendo sus miedos.

—Pues te pones los pantalones y te aguantas— dijo Sasuke—. Dale tiempo si necesita más ¿o cuánto tardaste tú en sanarte de la relación con Shion?— Naruto hizo una mueca.

—Es distinto—, salió en defensa Shikamaru mirando al azabache—. Naruto se encerró en si mismo y no dejó a nadie entrar. Hinata tuvo a Naruto y a Tenten e Ino como pilares. Ella no está tan rota y arruinada como lo estuvo Naruto con la oxigenada.

—¡Hey!— se quejó el rubio.

—Es la verdad— dijo Shikamaru mientras prendía el cigarrillo.

Naruto suspiró mientras se pasaba la mano por la cabeza. Se había cansado de decirle a Shikamaru que no fumara, pero él seguía encendiendo los cigarrillos, con la taza en su muslo.

—¿Entonces ya está decidido? ¿Serás tú mismo?— preguntó Kiba mirando a sus amigos, excepto a Naruto.

—Tiene lógica— murmuró Shino.

—Yo sigo diciendo que es muy pronto— dijo Gaara encogiéndose de hombros.

—Es lo mejor que puedes hacer Naruto—, sumo Choji masticando papas y metiendo su mano en la bolsa de snacks.

Shikamaru se encogió de hombros y Sasuke asintió.

—¿Entonces podemos seguir viendo el partido?— preguntó mientras se estiraba por el control a distancia y le hacía señas a Naruto para que se moviera del frente.

Naruto suspiró, derrotado, y se movió arrastrando los pies mientras se rascaba la nuca. Al final no lo habían ayudado mucho y estaba más confundido que antes. La sala se llenó del ruido de la televisión y sus amigos hablando sobre lo mal que estaba jugando Konohagakure últimamente. Él se movió para abrir la ventana, así dejando que entrara aire para sacar un poco el olor a cigarrillo que dejaría Shikamaru.

—Naruto—, se volteó cuando Kiba lo llamó y lo vió agitando la lata de refresco hacía él—. ¿No tienes cerveza?

—Sabes que no puedo tomar mucho alcohol, por qué tendría latas de cerveza—, se quejó el rubio.

—No hay problema, viejo—, dijo el castaño mientras sacaba el celular—. Pediré a domicilio.

—¿Por qué no pides unas pizzas también?— preguntó Sasuke—. Con doble de tomate.

—Yo quiero hamburguesas— dijo Shikamaru.

—Tengo el número de un lugar que vende excelentes barbacoas— murmuró Choji mientras sacaba su propio celular.

—¿Alguien tiene el número de uno que venda sushi?— preguntó Shino, Gaara asintió mientras sacaba el suyo.

—¿Sushi? Shino eres tan estirado— se burló Kiba, igualmente concentrado en su celular.

—El sushi no es de estirados— se defendió mientras acomodaba sus gafas de nuevo.

El castaño resopló.

—Hey, pero, pero... — Naruto murmuró mientras ellos seguían discutiendo y encargando su comida y bebida.

Sólo los miró, sus amigos ya no le prestaban atención. Dejó caer su cabeza hacia adelante y suspiró para ir a buscar un puff a su habitación. La arrastró por el pasillo y la dejó caer con fuerza al lado de la pequeña mesa de café.

—No seas llorón, Naruto—, dijo Kiba cuando sus amigos lo miraron—. Relájate con nosotros, toma un poco, come y mira el partido. Así, cuando Hinata llegue, estarás relajado.

Naruto rodó los ojos y se dejó caer en el puff con la mirada en la televisión y dándole la espalda a sus dizque "amigos". Por eso no vió como todos se encogían de hombros, sin entender la reacción del rubio para después descartarlo y seguir en lo suyo.

Continuará...