Capitulo 25

Reclamos

Naruto observó a Hinata una vez que cerró la puerta de la casa. Su rostro había permanecido distante y pensativo. Él tampoco había hablado mucho.

No parecía enojada, más bien reflexiva.

Él la observó caminar hacía la habitación del estudio y Naruto la siguió, para dejar las cosas en su lugar antes de bañarse y poder relajarse.

También él se había mantenido algo apartado en sus pensamientos, los recuerdo de la primera vez que Shion le había engañado. Aún no podía creer que había sido tan ingenuo para creer en ella, pero simplemente lo había dejado pasar. Naruto la había visto en varias situaciones sospechosas, pero él no era tan celoso o desconfiado, él creía en ella, la quería y por eso había puesto su confianza ciega en Shion.

Tuvo que ver como estaba sobre otro chico para que la verdad se clavara en su cerebro y la dejará.

Asuma había terminado siendo un buen amigo... bueno, tan amigo como puede ser un hombre de unos cuarenta años con un chico de diecisiete. Explicándole cosas que su madre no podía, ni que él se animaba a preguntar a sus amigos, por temor a parecer un idiota.

Naruto estaba recordando eso mientras sacaba las cámaras y alzó la mirada cuando sintió una pesada en su perfil. Giró levemente la cabeza para ver a Hinata, su expresión seria y cruzada de brazos bajo su pecho. Lo miraba con tal desaprobación, y el había estado tan perdido en sus pensamientos, que tal vez ella le estaba hablando y no la escuchó.

- Perdón¿me dijiste algo, nena?

Hinata arrugó su boca con disgusto.

Ella suspiró.

-No dije nada, Naruto.

Él alzó una ceja, porque pareció más enojada con él por preguntar.

-¿Entonces por qué esa cara de mal humor?- le pregunto concentrándose en las cámaras de nuevo.

Hinata tardo unos minutos en contestar. Él no volvió a mirarla, temeroso de encontrar una expresión que le hiciera sentir culpable por algo...

No sabía de qué, pero Hinata podía hacer eso.

-¿Tanto te afecta?- casi gruñó.

Naruto frunció el ceño, deteniéndose.

-¿Qué cosa?- preguntó, aunque no quería saber la respuesta.

-Tu ex, Naruto. No te hagas el tonto conmigo, mírame.

Naruto cerró los ojos, su cuerpo crispándose. Él ya le había contado todo, ella sabía cómo Shion le había lastimado, como había jugado con los sentimientos puros de un adolescente, pobre y demasiado noble para su propio bien. Puede que haya sido un revoltoso durante su crecimiento, pero era demasiado inocente con algunas cosas.

Él había creído que todas las mujeres eran como su madre, Kushina. Que todas tenían carácter fuerte y amaban la caballerosidad. Naruto jamás se había propasado con su novia, y, si bien, una vez se habían tocado por arriba de la ropa, cuando Shion dijo que no estaba lista, él entendió. No insistió. Después resultaba que ella estaba ansiosa por experimentar con cualquiera el sexo.

Se sintió un idiota.

Se sintió que no era digno de tocarla.

Ella le hizo mierda el autoestima. Ella rompió su puto mundo de amor.

Cuando Naruto se volteó a ver a Hinata, tenía el ceño fruncido, enojado. No sólo con Shion, sino con las mujeres como su ex. Porque había muchas que jugaban con los sentimientos, también. Los hombres no eran los malos de la historia siempre.

-¿Por qué? ¿Te molesta?- preguntó gruñón.

-Si, me molesta. Me molesta mucho, Naruto.

-¿Por qué?- Naruto tenía las emociones tan mezcladas que se desquitó con quién no debía, no esperó que ella respondiera-. Sabes la mierda que me hizo Shion y me duele. Me duele verla y que me trate como si nada mientras yo había pasado toda la jodida mierda con la muerte de mí madre y todo lo que ella me hizo. Ella me redujo a una bosta. ¿Entiendes? Además, ¿justo tú me reclamas que me afecta mí ex?

Hinata había retrocedido un paso cuando el reventó, pero con su última expresión frunció el ceño.

-¿Qué quieres decir?- preguntó afilando la mirada sobre él.

-¿No eras un trapo mojado cuando te separaste de Toneri?- le preguntó con una mueca de desagrado-. ¿Quién mierda te ayudo? ¡Yo!- gritó y golpeó su pecho con un puño-. ¿Quién te sacó de esa casa de terror? ¡Yo! ¿Quién te limpió las lágrimas cuando llorabas por la basura que fue tu ex? ¡Yo! ¡Yo, Hinata!- gritó, con su rostro rojo de furia y dando un paso hacía una congelada Hinata-. ¿¡Y ahora vienes a reclamarme por qué me afecta ver a mí ex y recordar toda la mierda!? No me jodas Hinata-, gruñó para dejar las cosas sin terminar de guardar, esquivando a Hinata y caminando directo a su habitación, cerrando la puerta con fuerza.

Hinata se quedó congelada aún, sin poder reaccionar y saltó cuando escuchó el portazo, despabilándose.

Ella parpadeó, sabiendo que había empujado mucho a Naruto. Pero apretó los puños y se giró en sus talones, caminado rápido, casi corriendo a la habitación de él.

Abrió la puerta sin tocar.

-¡No he terminado de hablar contigo, Naruto!- gritó entrando a la habitación.

Naruto se había sacado la remera y la miró asombrado cuando entró.

Ella se acercó.

Hinata sabía lo que sentía Naruto. Ella también se había enojado con el mundo con las cosas que había hecho Toneri con ella. Hinata había pasado la etapa de querer esconderse y quería ayudar a Naruto a superar a su ex. Porque por más que él dijera que ya no amaba a su ex, ella seguía manejando algunas cosas de él. Naruto tenía heridas que no mostraba a nadie y no dejaba sanar.

Y no le importaba si él le gritaba y le decía cosas que tal vez eran dolorosas. Él necesitaba desquitarse todo eso.

Hinata era su amiga y lo ayudaría a avanzar sin esa mochila que llevaba hace muchos años.

Continuará...