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Nada es lo que parece

Capitulo 18

Nada es lo que parece

Naruto forzó su sonrisa cuando el mozo trajo la comida.

No tenía hambre y no quería estar allí con Sara. Él prefería mil veces estar con Hinata, en el sofá, viendo esas tontas películas que ella amaba.

Todo por un tonto impulso.

Conocía a Sara desde hace unos años, habían salido unas veces, aunque sólo había sido sexo. El miró su comida, comparándolos con los vegetales de Sara, e hizo una mueca.

-¿No te cansas de comer siempre pasto?- le preguntó mientras tomaba sus tenedores.

Sara se rió bajo.

-Ya sabes cuál es mí dieta.

-¿No te gustaría comer una hamburguesa con papas fritas? ¿O un ramen? Yo moriría si tengo que comer pasto todos los días.

Sara se encogió de hombros.

-Ya estoy acostumbrada-dijo mientras revolvía su ensalada-, sabes que es difícil mantenerse en el mundo del modelaje. Si no tienes ciertas medidas estás fuera.

-Te matas de hambre, Sara-, rezongó-. Eso no debe ser sano para ti. No le vendría mal un poco de carne a tus huesos-, gruñó sin poder evitar que su mal humor saliera a flote.

Sara alzó las cejas y él se sintió culpable en seguida. Ella no tenía la culpa de su enfado.

-Lo siento- dijo concentrándose en su plato de pastas.

Él era una pésima compañía en ese momento.

Había tenido la esperanza que Hinata le dijera que se quedará en casa con ella, o que pareciera enojada con él. Se había dado cuenta de su distanciamiento durante el viaje en el metro. No iba a salir con Sara, pero un tonto impulso le dijo que tal vez Hinata se pondría celosa y le diría lo que él llevaba esperando desde que la conoció.

La vida le cacheteó en la cara cuando ella prácticamente lo hecho de la casa para que se fuera.

-No hay problema, aunque nunca te haz quejas por mí cuerpo-, susurró la mujer que tenía en frente.

Eso porque no conocía a Hinata...

Apretó los labios para que no saliera esas palabras de su boca. Uno, porque era muy inapropiado decirlo y dos, porque no quería que Sara supiera que se sentía atraído por su ayudante.

Él se encogió de hombros, y comió. Sentía la mirada de Sara en él mientras ella también cenaba. Pero no estaba de ánimos para una conversación o estar halagando a Sara todo el tiempo. Tenía los ojos cansados por estar sacando fotografías y por las luces. Y, estaba deprimido.

Hinata no le había preguntado con quién saldría, ella ni siquiera le había mirado.

Con un suspiro, se preguntó: ¿Qué estaría haciendo Hinata?

Naruto se tocó la mejilla que le ardía y miró asombrado a la mujer que tenía al frente.

-Yo..- tartamudeo.

-¡Vete!- gritó Sara mientras lo empujaba para que saliera del auto.

Naruto se movió, aún aturdido, no tanto por el golpe, sino por su propia acción para provocarlo. A penas sus pies estuvieron en el suelo, Sara cerró la puerta del acompañante y arrancó el auto, dejándolo solo en el estacionamiento.

Naruto miró el auto irse, dándose cuenta que había dejado su chaqueta dentro. Por puro instinto, dió unos pasos hacía el camino que había tomado el auto, con las manos alzadas, pero este ya estaba demasiado lejos para hacer algo al respecto.

Se rascó la cabeza, sin saber qué hacer. Lo único que le quedaba era ir caminando a su casa. No era muy tarde y la noche no estaba tan fría, así que ocultó sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón vaquero y comenzó a caminar.

¿Cómo había llegado a eso?

En un momento habían estado hablando tranquilamente en el auto, después de una cena tranquila con Sara. Ella se había lanzado a Naruto, prácticamente atacando su boca y él había contestado por instinto.

Naruto creía que Sara le había dado una cachetada cuando, en algún momento del beso, ellos se separaron para tomar un respiro y él dijo el nombre de Hinata con un gemido.

Naruto hizo una mueca... Seguramente había sido eso.

Se pasó la mano por la boca sintiendo un sabor amargo. Cuando él había cerrado los ojos, se había imaginado a Hinata, esa noche que la conoció.

Parecía tan pérdida y hermosa, tímida y sexy. Era una de las mujeres más bonitas que había conocido nunca. Y cuando empezaron a ser amigos... Ella le había demostrado que podía ser más bella aún.

Naruto la tenía en un pedestal, era su mujer ideal.

Y él sabía que tenía que ser paciente, desde un principio lo había sabido. Pero él no era conocido por serlo, aún así, lo estaba intentando muy duro por ella. Ese mes que habían empezado a vivir juntos, Hinata sólo subió más en su pedestal, cada vez más y más alto. Ninguna mujer podría superarla.

Ella era cariñosa, atenta y divertida. Cada vez estaba más suelta con él, le contaba de su infancia y sus problemas en la adolescencia. Le contó sobre su madre, su hermana y su padre, hasta de Neji. Naruto no había compartido mucho sobre su pasado, simplemente porque estaba esperando que ella se interesará...

Pero estaba llegando a pensar que a Hinata no le importaba.

Por unos momentos, se sentía como si fuera una muleta, una que la estaba ayudando a levantarse y andar después de lastimarse. Y, aunque se sentía muy bueno ayudarla, él estaba cada vez más profundo en el agujero del amor.

Pero seguiría esperando.

Después de todo, ella primero debía entender que no necesitaba a alguien más para ser feliz. Él había pasado por ello y no quería apurarla, sabía que si avanzaba muy rápido, Hinata se escaparía como un pequeño ratón escurridizo.

Paciencia. Sólo un poco más. Valdrá la pena, lo sé.

Naruto frunció el ceño cuando se detuvo en la puerta de su casa.

La música hacía vibrar las paredes y ventanas. Agradecía que fuera un sábado, porque o sino sus vecinos se quejarían por el escándalo que estaba haciendo Hinata en la casa.

¿Había invitado a más personas?

Sus manos se apretaron al pensar que ella estaría bailando con vaya a saber quién, mientras él estaba arrastrando los pies por las calles para llegar. Sus dientes se molieron juntos, al pensar en algún hombre acechándola, como había pasado con Utakata. Naruto todo el tiempo tenía que espantar a los hombres que preguntaban por ella, de ningún modo dejaría que viniera un idiota a querer jugar con su Hinata.

Puede que aún no fuera suya del modo que él quería... Pero lo sería.

Metió la llave en la cerradura y abrió la puerta, listo para ver gente en su casa y tal vez emborracharse, si habían llevado alcohol.

Pero parpadeó cuando vio a Ino primero. Estaba con una remera sin mangas y unos pantalones muy cortos, su cabello se movía de un lado a otro mientras agitaba la mano con una botella de vino. Naruto dió un paso a dentro, para ver no muy lejos de la rubia a Tenten, casi en las mismas condiciones, pero sin una botella. Su ceño se frunció y busco a Hinata cuando escuchó su voz cantando la canción que estaban escuchando a todo lo que da.

Su voz venía de la sala y él cerró la puerta y dió unos pasos más para verla.

Sus ojos se agrandaron y sintió sus mejillas arder.

Hinata estaba arriba del sofá, usando una botella de vino como micrófono mientras cantaba, »muy bonito cabe aclara«, pensó Naruto. Sus piernas estaban desnudas y cremosas, sólo llevaba unas pantis y un remeron varios talles más grandes, que apenas le llegaban a los muslos, pero como levantaba los brazos se le veía todo. Su cabello estaba atado en un nudo desordenado sobre su cabeza y tenía las mejillas muy sonrojadas.

»Esta borracha« se dió cuenta Naruto.

Estaba tan concentrado en Hinata, que no se dió cuenta que Ino y Tenten se dieron cuenta de su llegada. Ino corrió para detener la música.

-¡Pero mira quién llego!- gritó señalándolo.

Naruto saltó y miró a la rubia, para después mirar a Hinata de nuevo. Ella hizo un mohin enojado y se bajó torpemente del sofá. Él observó como las tres se juntaban para observarlo con los brazos cruzados y la mirada de muerte.

-Humm- dudó, pero terminó alzando una mano-. Hola chicas-, saludó.

Su mirada volvió a las piernas de Hinata, no podía dejar de mirar sus muslos.

-¿Cómo te fue en tu cita? Naruto~

Naruto frunció el ceño y levantó la mirada, para ver directamente a Hinata.

-¿Eh?

Ella caminó hacia él, en realidad lo intentó, parecía que daba tumbos. Naruto ocultó su diversión cuando Hinata quiso señalarlo y su dedo se fue un poco para la izquierda.

-¿Qué como te fue en tu cita?- gruñó Hinata.

Naruto alzó una ceja y una sonrisa comenzó a mostrarse en su boca. Al parecer no le era tan indiferente a Hinata después de todo. No pudo contestar, porque ella golpeó un pie en el suelo cuando vio su expresión.

-¡Ashh! Te fue excelente por lo que veo- le gruñó de nuevo.

Él quería explicarle que no le había ido tan bien y comenzó a negar con la cabeza, pero la sonrisa nadie podía quitársela ahora. Pero no llegó a contestar de nuevo cuando Tenten avanzó ahora.

-¿Y tienes el descaro de reír?

-¿¡Dónde está ese palo!?- gritó Ino, dando vueltas en su eje.

Naruto se mordió la carcajada. Las tres estaban como cubas.

-¡Hinata prepara la cera!- gritó Tenten mientras Ino se agachaba al lado del sofá.

Sus ojos se abrieron enormes cuando Ino comenzó a acercarse con el bate alzado, su expresión decía que le rompería la cabeza. Naruto no dudó en correr a su habitación. Ya lo habían golpeado esa noche...

Y soldado que huye...

Continuará...

¡¡Nueva portada!! Muchas gracias Luz Angie, me encantó y lo amé completamente 😍💕😘

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