Demuestra tu deseo por ella
Capitulo 4
Demuestra tu deseo por ella
POV Hinata
Cuando habíamos iniciado nuestra relación con Toneri, él era puras caricias y mimos.
Recuerdo como si fuera hoy sus palabras cariñosas la primera vez que estuvimos juntos. Yo era virgen y él había sido el primer novio a mis 20 años. Fue tierno y paciente conmigo, todo el tiempo diciendo que me ama y no le importaba esperar. Nunca había sido invasivo, ni arrogante o me presionó.
Después de la primera vez, Toneri me buscaba todos los días, todo el tiempo. Era como si su cuerpo no pudiera estar lejos del mío por mucho tiempo. A veces era amoroso y lento, otras era salvaje y duro. Pero muchas veces me sentía algo insatisfecha, como si algo me faltará.
Después de un año de casados, después de tener relaciones sexuales, él me había preguntado cuántas veces había acabado. Yo lo miré confundida, sin saber a qué se refería. Cuando le expliqué que no sabía que significaba, se enojó tanto que se fue de la habitación.
Al otro día, cuando estaba sola busque el significado en Google ( mí salvador, ya que me daba vergüenza preguntarle a alguien más).
Orgasmos.
Eso era lo que me faltaba cuando Toneri terminaba. Yo no entendía, ni siquiera sabía que una mujer "terminaba", mí familia nunca fue abierta en ese tema y no tenía amigas muy cercanas que habláramos de ello.
Curiosa, comenzé a mirar videos de sexo, y observé, mortificada, como otras mujeres "acababan" con las manos, boca o miembro del hombre. Observé sus rostros y escuché sus gritos, me dí cuenta que jamás había sentido algo parecido. Mí cuerpo no temblaba, o lloraba o gritaba como ellas.
También vi videos de masturbación y como una mujer podía darse placer a ella misma. Y, aunque estaba avergonzada con ello, estaba muy mojada. Impulsada por el deseo me toqué, tal como lo hacían las chicas del vídeo...
Fue una experiencia... excepcional, maravillosa... pero vacía. Fue extrañó, placentero pero no del todo.
Nunca se lo conté a nadie, ni siquiera a mí marido, me moriría de la vergüenza. Él empezó a intentar provocarme orgasmos, pero nada surgía efecto. Me excitaba con mí marido, después de todo él era un hombre hermoso y habilidoso, pero las veces que terminaba, los sentía vacíos. No eran arrolladores, no eran devastadores.
Toneri dijo que algo estaba mal conmigo.
Tal vez tenía razón...
Fin POV Hinata
.
Hinata se despertó al sentir un fuerte golpe en la puerta. Entrecerro los ojos cuando la luz solar entraba por el ventanal.
Tenía un leve dolor de cabeza, e incómoda por la fuerte iluminación, se volteó en la cama. Abrió los ojos lentamente al darle la espalda al sol y observó el lado de la cama que ocupaba Toneri.
Estaba desecha, pero vacía. Estirón la mano y la sintió fría.
Cuando llegó a la noche tenía miedo de que Toneri se enfadara con ella por salir sin él. Pero creía que ni siquiera se había enterado, porque él todavía no había llegado.
Como un película, las imágenes de la noche anterior surgieron en su mente.
Naruto asechandola, cortejandola, intentando besarla. Su huida precipitada y el terrible arrepentimiento que vino cuando estaba acostada, en una cama enorme, fría y sola. Había cerrado los ojos, imaginando diferentes cosas y había terminado deseosa de atención.
Después de la primera vez que había experimentado masturbándose, ya no lo había hecho. Pero la noche anterior lo hizo y lo que más le mortificaba era que no había pensado en Toneri.
Había deseado a Naruto.
Hinata se mordió el labio cuando sintió un costilleo en su entrepierna, sus pezones se irguieron de sólo pensar en los labios carnosos de Naruto en una sonrisa seductora.
Agitó la cabeza violentamente para sacarse esos pensamientos de allí. Surgió efecto, más que nada por la fuerte punzada que sintió en la sien.
Cuando escuchó la melodía del despertador, suspiró y empezó a prepararse mentalmente para aguantar un día sábado en el trabajo.
.
.
—Mas te vale que tengas una buena escusa para darnos, Hinata Hyuga de Otsutsuki. porque te juro que si no me satisface, te cortaré en pedacitos cada maldita falda sin forma en tu guardarropa.
Hinata hizo una mueca cuando escuchó la voz enfadada de Ino a su espalda.
Después de bañarse esa mañana, había revisado el celular y tenía más de diez llamadas perdidas de sus amigas. Sabía que tenía que darles una explicación, después de todo se había ido sin avisar a nadie y ellas obviamente se habían preocupado. Una prueba bastante obvia fue encontrarlas en el trabajo, un sábado, antes que ella llegara.
Mordiéndose el labio inferior, fue dándose media vuelta, para encontrase con una Ino bastante enojada, con los brazos cruzados y golpeando la punta de uno de sus pies en el suelo. A su lado estaba Tenten, apoyando su cadera en la mesada de la cocina de costado, también con los brazos cruzados. Hinata se sintió culpable cuando vió que ambas tenían ojeras, aunque Ino menos marcadas(ya que amaba el maquillaje).
—Hola chicas—, susurró Hinata.
Ino alzó una ceja.
—Quiero un explicación—, dijo indignada.
Hinata había intentado inventar una escusa para su salida apurada de la fiesta. Pero no quería mentirle a sus amigas... además que no se le había ocurrido nada.
.
— Aún no puedo creer que Naruto haya intentando besarte...
Las tres chicas estaban sentadas almorzando en su horario de descanso. Hinata y Tenten miraron a Ino, la ojiperla con un mohin y la morena con una ceja alzada.
—No me mal intérpretes, Hina—, se defendió—. Tan sólo que aún no puedo creer que sea ese tipo, osea, lo conozco desde pequeños. Sí, es un desastres, hiperactivo, sonríe por todo y se a puesto como un camión estos años que estuvo afuera de Konoha. Pero siempre fue lerdo en esas cosas...
Ino quedó pensativa mientras masticaba su ensalada. Hinata bajó la mirada a su sandwich de atún. Le hubiera gustado más comer unas papas que un sándwich de pan integral, pero seguía a dieta aunque no surgiera efecto.
—Ahora que lo pienso, al poco tiempo que nos dimos cuenta que no estabas, también faltaba Naruto. Pero él llegó en menos de cinco minutos...
—¡Es verdad!— gritó Ino apuntando a Tenten. — Recuerdo preguntarle por ti y él se puso nervioso,— se rascó el mentón.— En ese momento estaba demasiada preocupada por ti y no le preste atención. Pero él estaba muy agitado cuando llegó...
— Tal vez intentó seguirte, pero tomaste el taxi antes.— Le interrumpió la morena.
.
.
— La merienda 4, por favor.— Pidió Ino al cocinero Chōji, mientras le daba un menú a Hinata que estaba sentada hablando con él.— Tienes un cliente en tu sector bebé.
Hinata sonrió levantándose y salió de la cocina. Caminó a la dirección de su sector, viendo fácilmente un hombre sentado allí. Se notaba que apenas había llegado ya que se estaba sacando una campera de espaldas a ella. Estaba cerca del final de la merienda y estaba esperando que llegue la chica que trabajaba en el turno después de ella. Pero no le importa atender a una persona más.
— Buenas tardes. Bienvenido a...
Hinata se quedó sin aliento y muda cuando quedó frente al cliente. Era Naruto. Con su sonrisa matadora mezclada con una de disculpas.
—Hey, Hinata. ¿Cómo estás?
Hinata sólo pudo parpadear y cerrar la boca de golpe. Enseguida se puso en guardia, ya que había pensado en esa situación todo el día y había llegado a la conclusión que Naruto se había querido propasar con ella. El hecho de que él sea casi irresistible no le daba el derecho de intentar besarla de buenas a primeras.
—No quería molestarte—, dijo el rubio rápidamente al notar el ceño de Hinata—. Sólo quería pedirte disculpas... por lo de anoche— se movió agarrando su campera y sacando algo del bolsillo, extendiéndose lo a ella.
Hinata, se sintió algo incómoda, mirando entre la bolsa y el rostro culpable de Naruto.
—Yo...— dudo.
—Por favor, sólo tómalo. Admito que... bueno mí comportamiento fue totalmente inadecuado. Fui el más grande de los idiotas. Por favor, acéptalo.
Hinata lo tomó cuando vio sus ojos algo decaídos y abrió la bolsa, con curiosidad.
Parpadeó varias veces al sacar una rosa blanca y una fotógrafia. La imagen era totalmente hermosa. Se notaba que la habían sacado en el monte de Konoha y era un muy bonito atardecer, aunque la ciudad era algo extraña. Como si la foto fuera de mucho antes.
Levantó la vista cuando escuchó el movimiento de la silla. Naruto se había levantado y le sonreía de manera casi tímida.
—¿Te gusta?— le pregunto.
Hinata volvió a mirar la fotografía y le pasó los dedos por dónde se reflejaban los rayos del sol en los árboles.
— Es hermoso— , susurró.
—Fue mí primer foto.
Ella volvió a verlo asombrada. Naruto solo le sonreía. Hinata negó con la cabeza.
— No puedo aceptarla, es importante para ti, de seguro.
Le extendió el papel pero Naruto retrocedió y negó.
— Quiero que la conserves, es mí símbolo amistad.— Hinata no podía dejar de mirarlo asombrada.— ¿Que dices Hinata?— Él se acercó dos pasos hasta estar frente a ella y extendió la mano.— ¿Empezamos de nuevo?¿Me aceptarías como amigo?
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro