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Celos

Capitulo 16

Celos

La vida de Hinata cambio drásticamente en sólo un mes.

Todo era diferente, nuevo y refrescante. Compartir la convivencia con alguien que le gustaba hablar con ella, preguntarle que le agradaba e insistirle que le dijera que le molestaba. En un principio le pareció algo intimidante, casi asfixiante, hasta que sus amigas le dijeron que Naruto siempre había sido demasiado... "intenso" según las palabras de Ino.

Pero nunca se quejó, jamás podría quejarse por algo que hiciera Naruto. ¿Cómo podría? Él era siempre atento, siempre amable y comprensivo, gracioso, chispeante. Hinata jamás se había reído tanto como cuando estaba con Naruto compartiendo la cena o el desayuno. Gracias al trabajo de ambos, sólo se veían esas dos ocasiones, ya que aún no había empezado a trabajar con él, pero le habían agregado más horarios en la cafetería.

Al principio había sido incómodo la independencia que disfrutaba ahora que estaba pronta a su divorcio. Los trámites era simples, pero los abogados de Toneri lo complicaban. Desde esa vez que lo habían visto en la casa de su padre, ya no la había buscado y agradecía inmensamente eso. Neji le había mantenido siempre informada sobre los avances o impedimentos que surgían. Pero su primo le había dicho que tampoco había visto a su ex esposo.

Las cosas iban avanzando y era lo importante.

Justamente ese día era importante para ella: Comenzaba a trabajar para Naruto.

Su corazón golpeaba en su pecho mientras ambos bajaban del metro con un par de valijas, según Naruto, lleno de cosas que eran demasiado importantes para dejar en el estudio.

El primer trabajo era la portada de una revista de moda, una muy importante por lo que había dicho Naruto. Tragó saliva cuando vio el imponente lugar alzarse frente a ellos.

Naruto se acercó al oficial y lo saludo con un puño como si lo conociera de toda la vida.

-¿Que hay, Utakata?- Bueno, puede ser que si lo conozca, pensó Hinata-. Venimos a hacer la sesión de fotos. ¿Sabes si las chicas ya están?

Hinata observó al hombre de tal vez unos cuarenta, con el cabello lacio hasta los hombros y profundos ojos miel.

-Hey, Naruto. Si, las chiquillas ya están maquillándose me parece. Llegas tarde...- Utakata se detuvo de pronto cuando vio a Hinata parada a la espalda del rubio-. Hola cariño, las modelos ya están arriba.

Hinata levantó las cejas y sintió sus mejillas arder, abrió la boca para aclararlo pero se había quedado demasiado sorprendida.

Naruto la miró sobre su hombro con una sonrisa.

- Utakata, ella es Hinata. Mí nueva ayudante, pero tranquilamente podría ser una modelo ¿no es verdad?- preguntó con una risita.

Hinata sintió toda su cara quemar y lo miró con el ceño fruncido por hacerla pasar vergüenza frente a un desconocido.

-Oh, disculpa Hinata-, hablo el guardia y ella negó con la cabeza para que supiera que no había daño, sólo sorpresa-. Ya me parecía raro, igual. Eres demasiado bonita para ser como esas chiquillas..

-Aah.. bu-bueno- susurró Hinata.

-Ya, ya. Deja de intentar ligar con mí amiga y danos los pases- interrumpió Naruto, por su voz parecía algo molesto.

Hinata ocultó su sonrisa con la cara mirando al suelo y se enfrentó al imponente edificio.

¿Qué le esperaría su nuevo trabajo?

-Hermoso, cariño. Gira un poco el rostro de lado... ¡Perfecta!

Hinata ladeó el rostro viendo a la modelo hacer las poses que le pedía Naruto tan amablemente.

A penas habían entrado y se había sentido algo desplazada, estaba en una esquina intentando no molestar a la gente que iba de un lado a otro. Su rostro se había mantenido sonrojado desde que había entrado. No podía evitarlo al ver a las mujeres con tan poca ropa caminar como si nada, con ropa interior algunas y otras con una pequeña bata que ocultaba muy poco de lo que tenían.

También se sentía fuera de lugar, porque... Si bien el guardia y Naruto habían bromeado con ella siendo una modelo, mirando a las mujeres se dió cuenta que jamás podría serlo. Las piernas de las mujeres eran súper largas y atléticas, mientras las suyas eran más bien rechonchas y algo cortas. Su abdomen no era plano y sus pechos eran algo un poco más grandes y no tan bien mantenidos como los de ellas.

También se había sentido algo celosa, desde que habían entrado, varias mujeres habían rodeado a Naruto. La mayoría tocaba sus brazos con una familiaridad que la hizo sentir molesta. Y lo que más la enojaba, era que para él parecía normal que las mujeres lo tocarán así.

Hizo un mohín con sus labios al ver la mirada que le daba la modelo pelirroja a la cámara de Naruto. Como si estuviera intentando seducirlo. Lo peor, era que Naruto seguía halagándola como si le gustará...

-¡Eso es! Precioso...- dijo Naruto mientras se movía hacia un lado, para tomar desde otro punto.

Lo raro era que el único hombre en el set, las maquilladoras eran mujeres, las modelos obviamente. Había una que otras ayudantes, mujeres también, siguiendo a las modelos con botellas de agua.

Hinata bajó la mirada cuando una modelo la miró directamente, de pies a cabeza. Le dijo con la mirada que ella no pertenecía allí.

-Hinata, podrías pasarme la otra cámara...

Hinata se removió incómoda, ella tampoco se sentía cómoda allí...

-Hinata ¿Me escuchas?

Tal vez tendría que decirle a Naruto que le agradecía el trabajo, pero no se sentía ella misma en un ambiente como ese.

-Nena, ¿Estás bien?

Hinata saltó cuando Naruto tocó su hombro y le habló demasiado alto para que estuviera a su lado. Parpadeando se dió cuenta que él le había estado hablando hace rato y ella estaba tan concentrada en sus pensamientos que no lo había escuchado.

-Ahh, Naruto. Perdóname-, susurró sintiendo que el sonrojó llegaba a la raíz de su cabello y bajaba por su cuello.

Naruto sonrió mientras subía y bajaba su grande mano por su brazo, una caricia tranquilizadora.

-No pasa nada, nena. Te estaba pidiendo la cámara.

-¡Si!- ella estiró su cuerpo para tomar la cámara que dijo Naruto que iba a usar en segundo lugar y se la tendió.

Naruto la intercambio, sin borrar su sonrisa, por la cámara que ya había usado. Hinata la tomó sin separa la mirada de Naruto, sus ojos celestes parecían más intensos por momentos. Ella parpadeó cuando sintió el dedo de Naruto en su barbilla.

-¿Me regalas una sonrisa?- le susurró.

Ella se mordió el labio, olvidando completamente el set lleno de modelos y su incomodidad. Sonrió.

El flash le hizo doler los ojos y se rió de que Naruto le tomará una foto desprevenida. Él lo hacía todo el tiempo...

Cuando su vista se aclaró, lo vió con la mirada en la pantalla de la cámara, mostrando sus perfectos dientes blancos, para luego mirarla directamente a los ojos.

-Siempre sales tan bonita..

Hinata se asombró, pero a él pareció no notarlo. Pasó su dedo índice por su mejilla y se volteó para volver con la modelo. Hinata sintió que la burbuja dónde había estado junto a él se reventó.

El sol ya estaba bajando y ellos seguían con las última modelo que faltaba. Hinata estaba guardando cuidadosamente las cámaras ya usadas y todo lo que Naruto le había dicho que ya no necesitaría. La mayoría de las mujeres ya se habían ido y Hinata se sentía más relajada. La última modelo que quedaba parecía ser no más mayor que unos 18 años, delgada (muy delgada, pensó Hinata).

Naruto la ayudaba todo el tiempo, explicándole las poses que había pedido el representante. La muchacha parecía entender lo que él decía, pero sus nervios no la ayudaban.

Naruto suspiró.

-Por favor, Matsuri. Necesito que te quedes súper quieta cuando te digo que estás perfecta-. Su voz era suave, nada de reproches y hasta había comprensión y paciencia

Matsuri se sonrojó.

-Lo siento- susurró, volviendo a la posición que Naruto le había pedido.

-Muy bien, sigamos corazón. No pasa nada-, dijo mientras volvía a mirarla por el lente de la camara-. Dame una sonrisa, cariño... ¡Perfecta! ¡Ahí!

Hinata sonrió, entendiendo el por qué las mujeres trataban tan bien a Naruto. Él parecía ser un amor con las chicas, aún así, tiró para abajo el pequeño sentimiento de celos que quiso alzarse.

Naruto tomó unas cuantas fotos más, hasta que pareció tener suficiente.

-Perfecto linda, ya puedes ir a cambiarte-, le dijo sin apartar la mirada de la pantalla de la cámara.

Matsuri suspiró aliviada, y corrió a los vestidores.

- Hinata, nena. Ya puedes recoger lo que trajimos- dijo mientras él seguía concentrado en la pantalla.

Hinata asintió mientras se acercaba a dónde habían estado las modelos para recoger la mayoría de las luces. Estaba tan concentrada en que no se le cayera nada, que cuando se volteó y vió una mujer con Naruto se sorprendió. No la había escuchado entrar y ambos estaban susurrando. Hinata se agachó para guardar la primera luz que había agarrado y, aunque sabía que estaba mal, agudizó el oído para escuchar la conversación.

-Te esperé todo el día, guapo. Lo mínimo que puedes hacer es aceptar tomar una copa conmigo ¿No crees?

-No puedo, Sara. Tengo que ayudar a mí nueva asistente con las luces y llevar las cosas a casa.

-¿Y Konohamaru?

- Él estará indispuesto por unos meses. Es el primer trabajo de mi amiga relacionado con la fotografía y tengo que ayudarla...

Hinata ocultó la mueca que hizo cuando escuchó que la usaba como escusa. Aunque también era verdad, ella no podría llevar todo sola hasta la casa.

-¿Y qué te parece más tarde?- insistió la mujer.

Hinata sintió la mirada de Naruto sobre ella y lucho duro para no voltearse mientras desenganchaba otra luz.

Naruto suspiró.

-Estuve trabajando todo el día, Sara...

-Puedes llegar a tu casa y descansar. Te pasaré a buscar, pásame la dirección. ¿Aún tienes mí número?- Naruto hizo un ruido distraído de asentimiento-. Te prometo que la pasaremos bien- ronroneo ella.

Hinata no apartó la mirada del portafolio dónde guardaba la segunda luz mientras escucho el ruido de un beso.

Ella no quiso ver dónde lo beso.

Hinata de verdad intentaba no tener cara larga, pero le era imposible. Sabía que no tenía que sentir celos, Naruto era su amigo, su mejor amigo después de un mes de vivir juntos.

Pero ella estaba celosa. Muy celosa.

Esa modelo de cuerpo delgado y perfecto y cabello brillante y rojo, lo había tocado y besado. Y él se había dejado.

Hinata sentía la mirada de Naruto sobre su perfil mientras ella miraba por la ventana del metro. Ella sólo había contestado con monosílabos hasta que Naruto se cansó de hablarle.

Hinata lo prefería así, estaba celosa y enojada.

Cuando llegaron a la casa ella se fue directo a su habitación, necesitaba pensar sin que Naruto pululará a su alrededor. Se sentía irritada. Y cuando cerró la puerta, se sintió tonta por tratar mal a Naruto.

Ella sabía que no tenían esa clase de relación. Nosotros somos amigos por el amor de Dios. Se amasó los cabellos mientras se sentaba en la cama, intentando pensar con claridad.

Desde que se había mudado con Naruto, él jamás había salido. Había pasado todos los fines de semana en la casa con ella y sólo se iba a trabajar. La que se había separado hace poco había sido ella, no Naruto. Estaba siendo egoísta, esperando que él no saliera con otras mujeres. No quiso profundizar el sentimiento de por qué le ponía enferma pensar que él se acostara con otra.

Recordó cuando conoció a Naruto, ese acercamiento que casi se convertía en un beso. Ella había tenido sueños raros con él desde que se había mudado. Sueños dónde Naruto la seducía y por fin se besaban. Eso la ponía mal, porque desde que él le había pedido perdón, jamás la había tratado de esa forma. Naruto la trato como una vieja amiga, casi como una hermana... y ella no quería admitir que odiaba ello.

Hinata sabía que no estaba preparada para una relación, aún tenía muchas inseguridades. Todavía tenía que sanar y tomarse su tiempo en ver quién era ella. Era tonto soñar con una relación con Naruto.

Decidió que ella no sería un impedimento para que él conociera otras mujeres. Naruto era hombre, seguramente tendría necesidades que ella no sabía. Jamás habían hablado de él saliendo con mujeres, Hinata no había tocado el tema ni él tampoco.

Se mordió el labio y se acostó de espaldas en la cama.

No soy la novia de Naruto. Él es libre de salir con una mujer si quiere.

Estaba a punto de levantarse para convencer a Naruto de salir con esa modelo, cuando un leve golpe vino de su puerta.

- Adelante-, dijo sentándose y acomodando su pelo.

La puerta se abrió y Naruto asomó la cabeza.

-Nena, voy a bañarme y saldré unas horas-. Hinata abrió la boca, pero nada salió de allí-. No vendré a cenar. Pasa una linda noche-, dijo para cerrar la puerta sin esperar una respuesta.

Hinata parpadeó hasta que los feos celos la llenaron de nuevo.

El saldría con esa modelo.

Ella se volteó en la cama y apretó su cara en el colchón, ahogando su grito de rabia.

Continuará...

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