A por todo o nada
Capitulo 30
A por todo o nada
Hinata abrió la puerta de la casa, apretando su mano libre en la manija de la bolsa donde llevaba su nuevo camisón y unas cuantas cosas más que las chicas le hicieron comprar. La casa estaba algo silenciosa y oscura, pero cuando cerró la puerta y se acercó al pasillo, notó el ruido suave de música en la habitación de Naruto.
Suspiró, feliz de no tener que verlo aún. Notó que Naruto había limpiado la casa ese día y sonrió mientras se movía a su habitación silenciosamente. Soltó aire retenido cuando pudo cerrar su puerta sin que Naruto saliera de su habitación, y se movió rápido para sacarse el morral y dejarlo arriba de su repisa. Abrasó a la bolsa que conservaba y se mordió el labio, sintiendo su corazón latir con fuerza.
Se dejó caer sentada en la cama, aún el paquete entre sus brazos.
¿De verdad estaba lista para eso? ¿Prácticamente ofrecerse hacía Naruto?
Sintió su cara caliente al recordar el beso y la reacción de su cuerpo y se dió ánimos mentalmente, diciendo que no podía vivir con miedo de lo que podía pasar.
Era una mujer adulta, que había pasado por muchas cosas... igual que Naruto.
Para ganar tenía que arriesgar. Y estaba dispuesta, pensó irguiendo su columna.
Igualmente, su cuerpo se sobresaltó cuando sintió un suave golpeteo de la puerta.
-Nena ¿Estás ahí?- le llegó la voz amortiguada de Naruto a través de la madera.
Ella corrió a la puerta, temerosa que quisiera entrar. Su rostro quemaba.
-S-si. Yo-o..- ella se mordió el labio, apoyando su frente en el duro material. Naruto se mantuvo en silencio, obviamente esperando que dijera el por qué no salía o algo así-. Ya.. uhmm, saldré en un momento.
-De acuerdo-. Naruto se cortó de repente y ella sintió su vacilación aunque no lo veía-. ¿Quieres que pida la comida?
-¡Oh, si!
Hinata se mordió el labio al darse cuenta que prácticamente gritó su respuesta.
-¿Qué te gustaría?
-Lo que qui-ieras- murmuró, cubriendo sus mejillas con las manos.
Hubo silencio del otro lado por unos minutos, hasta que Naruto volvió a hablar.
- Bueno. Puedes bañarte y ponerte cómoda mientras preparo la sala. Haremos nuestra pijamada, ¿no?
-Si, si. Ahora me bañare e iré a la sala.
-Te estaré esperando, nena.
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Hinata respiró profundo y se volvió a mirar al espejo. Tomó ciegamente el secador de pelo y lo prendió, secando su cabello húmedo.
Aunque la dependiente había intentado venderle un talle más pequeño, el que había llevado le terminó llendo muy bien. Él material se abrazaba a sus senos, levantando un poco los globos y haciéndola sentir algo atrevida al tener ese escote. Era holgado a partir de la cintura, llegando con los pequeños volados hasta arriba de las rodillas. De todos modos, sus caderas anchas se notaban un poco, pero no la apretaba.
Hinata se había puesto un pantalón corto y ajustado abajo del pequeño camisón, simplemente para no sentirse tan desnuda. Había tardado más de la cuenta en la ducha al depilarse con la crema que las chicas le habían hecho comprar, haciéndose luego una sesión de cremas para que su piel no se dañará. Hinata se sentía suave como piel de bebé y era algo extraño pero lindo a la vez.
Mientras se peinaba y secaba el cabello, empezó a sentir que un reconfortante sentimiento de seguridad la llenaba.
Se sentía bonita. Se sentía una mujer deseable.
Sonrió cuando apagó la secadora, mirando su reflejo.
-Tu puedes- se susurró dándose ánimos.
Antes de salir, respiró profundamente otra vez y salió. Sus pies cubiertos por unas gruesas medias que le llegaban a mitad de las pantorrillas, no tenía frío porque mantenían la calefacción de la casa alta los viernes. Escuchó la televisión en la sala y como Naruto salía de la cocina.
-Nena, la comida ya llegó- dijo cuando ella se acercaba lentamente, pero él no la miró, dándole la espalda sentando en el sofá-. No me decidí, pero terminé encargando unos deli...
Naruto se detuvo de repente cuando su cabeza se giró para verla. Sus ojos se agrandaron poco a poco, su boca quedó levemente abierta, pareció quedar congelado y casi sin aire.
Hinata junto sus manos al frente y sintió sus mejillas arder, se obligó a llevar sus manos a su espalda e intentar no parecer muy nerviosa. Terminó estirando hacía abajo el volado de su camisón y sonrió al rubio.
-Es nuevo-, susurró-. ¿T-te gusta?
Naruto movió la boca, como pez fuera del agua por unos segundos, sus ojos cada vez más oscuros recorriendo su cuerpo de pies a cabeza.
-Es... Es muy... bonito- susurró tragando saliva sonoramente-. Te queda hermoso- dijo está vez con una sonrisa y más fuerte.
Hinata sonrió un poco más y se animó a moverse y terminar sentándose a su lado en el sofá. Vió que había tazones con ramen de Ichiraku, siendo el favorito de ambos y sonrió mucho más.
-Que bien. ¡Ramen!- dijo contenta y estirando su mano para tomar el tazón.
Ella lo acomodó en su regazo y espero que Naruto lo hiciera, pero él no se había movido. Sus ojos fueron a él, y el rubio seguía mirándola intensamente. Naruto sonrió y estiró su mano para mover un mechón de su cabello y acomodarlo atrás de su oreja. Hinata sintió su corazón golpear en su pecho y su respiración contenida mientras lo miraba a su vez.
Pero Naruto no hizo nada, simplemente sonrió un poco más y se estiró para agarrar el tazón y el control a distancia.
-¿Qué quieres ver hoy?- preguntó con la voz algo profunda para luego carraspear.
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Hinata se mordió el labio mientras veían un capítulo de la serie Vikingos, pero lo cierto era que desde hacía rato que no estaba prestando atención a lo que pasaba.
Ya era el tercer capítulo que estaban viendo, ya habían comido la cena y el postre, ambos estaban bajo una frazada liviana sentados en el sillón.
Hinata podía sentir como su corazón empezó a golpear un poco más fuerte cuando apoyó la cabeza en el hombro de Naruto, intentando parecer natural. Aunque, en ninguna de sus anteriores pijamas, se habían tocado mientras miraban la tele. Sus dedos se apretón en la tela que los cubría cuando Naruto pasó el brazo por encima de sus hombros y se pegó un poco más a ella.
Poco a poco, su cuerpo se fue relajando mientras sentía la respiración de Naruto y el cuerpo cálido cerca de ella. Se mordió el labio para darse valor, y con lentitud, su mano fue llendo a el pecho de él y la apoyó, sintiendo el golpe fuerte del corazón de Naruto que parecía imitar al suyo. Hinata se movió lentamente para separar la mirada de la televisión y subirla hacía la de Naruto.
Naruto tenía los ojos fijos en ella, su mirada fue de su frente hasta la boca, quedándose clavada allí. Los labios de Hinata se abrieron un poco cuando sintió la tierna caricia de Naruto en su mejilla. Las yemas de los dedos bailaron sobre su piel hasta que marcaron el contorno de su labio inferior, que ella había empezado a morder sin darse cuenta. Naruto prácticamente la obligó a que lo soltará.
-Hinata...- susurró con voz baja y ronca, acercando levemente su rostro al suyo.
Hinata no podía responder con palabras a la pregunta escrita en sus ojos, pero levantó un poco más la cabeza, ofreciendo sus labios, rogándole que la besara una vez más. Y él no necesito otra señal, su cabeza bajó con lentitud mientras ella sentía su aliento cálido contra su boca. Hinata sintió la caricia de su otra mano sobre su hombro desnudo mientras que la otra se sumergía en su cabello. Las propias se cerraron sobre la remera de Naruto, ella se acercó hasta que no hubo espacio entre sus cuerpos.
El primer contacto fue suave, casi una caricia de ala de mariposa. Hinata gimoteo suavemente al necesitar mucho más, y Naruto hizo un ruido ahogado mientras sus labios se pegaban a los suyos. La lengua masculina delineó su boca hasta que ella le dió acceso con un gemido de deleite al sentir otra vez su gusto y calor.
Lento y suave fue la exploración de la lengua en su cavidad. Naruto se movía con tal cautela que a Hinata se le apretó el corazón. Su dulzura le hizo añicos los pensamientos, porque lo único que podía hacer era sentir.
Sus labios suaves y llenos, sus manos ásperas y calientes. Sus brazos se cerraron alrededor de ella, mientras Hinata sentía su cuerpo temblar. Pero no de miedo, de anhelo, de pasión reprimida y desbordante.
Algo pareció romperse en ella, porque le mordió el labio y comenzó a cambiar al beso, a algo más salvaje, más carnal. Sus manos bajaron por su torso, para agarrar el borde de la remera y meter sus manos allí. Sus uñas rasparon su piel desnuda y Naruto gimió en su boca desesperada. Eso pareció ser algo que Naruto no pudo pasar por alto y se movió a la misma sintonía de ella.
Sus grandes manos empezaron a vagar sin sentido por su cuerpo, sus brazos con piel de gallina, por su cuello y su mandíbula, sumergiendo sus dedos en su pelo y guiando su cabeza para darle un ángulo perfecto, donde la lengua de él podía hundirse mucho más en ella. Hinata gimió, sintiendo como su centro se humedecía, sus pezones se alzaban dolorosamente y sus pechos se volvían pesados e hinchados con necesidad de ser tocados, acariciados y besados tan desesperadamente como todo su cuerpo.
Hinata se movió para sacar la molesta prenda de Naruto, sin ser plenamente consciente de lo que hacía. Ella gimoteo cuando vio su torso desnudos, levemente marcado, ella amo lo tersa y tirante que estaba su piel sobre sus músculos. Naruto volvió a atacar su boca a la milésima de segundo que estuvo libre de la prenda. Ella se dejó caer en el sillón, haciendo que él se subiera encima, encerrando su cadera con sus piernas, desesperada por una liberación que sólo había soñado.
Naruto gimió algo que no pudo entender mientras bajaba sus labios por su cuello, chupando y mordiendo, haciéndola jadear y correr su rostro, dándole libre acceso a la piel sensible. Hinata gimió mientras sentía los dedos de Naruto jugar con el tirante de su camisón, moviendo sus dedos de arriba hacia abajo, apenas rosando la hinchazón de su pecho.
-Por favor- susurró con un tartamudeo-. Házlo, Na-Naruto. P-por fa-favor...
-Nena-, jadeó él sobre su piel, la cadera masculina dando un tirón, apretando un bulto considerable contra su centro necesitado.
Las uñas de Hinata se clavaron en sus omóplatos mientras jadeaba con fuerza, sintiéndose cada vez más y más mojada y necesitada de él. De sólo Naruto.
Naruto bajó lentamente los tirantes, acariciando su piel con el dorso de los dedos, su boca bajando hacia su clavícula y un poco más. Hinata se arqueó cuando su lengua corrió por el borde alto de la hinchazón de sus pechos.
-Eres tan hermosa, tan perfecta para mi-, susurró casi con adoración y Hinata creyó en sus palabras.
Para Naruto, ella era hermosa.
Pero Naruto no hizo ademán de tocarla más, sus dedos siguieron bajando por sus brazos cuando sus tirantes quedaron trabados a la altura de sus codos, y los entre cruzó con los suyos. Su cadera se movió de nuevo en un suave movimiento, pero la apretó lo suficiente para que sintiera su carne dura contra el lugar que más de dolía. Hinata gimió, sin saber si eso era una tortura o una recompensa.
La boca masculina volvió a moverse a la suya, con otro beso que le hizo perderse en él, sin saber cuánto tiempo estuvieron así. Pero cuando la boca de Naruto volvió a bajar por su mandíbula, ambos estaban jadeantes, sus cuerpos calientes y sudados. Hinata podía sentir como su cabello se pegaba a su frente, su cuerpo estaba tan sensible que sentía las caricias de Naruto por más suaves que fueran. Su propia cadera comenzó a moverse, su boca se abrió con gemidos necesitados mientras Naruto seguía moviéndose sobre ella.
-Oh, maldición-, gimoteo él cuando sus piernas se subieron para trabar sus tobillos a la altura de su trasero apretado.
Hinata prácticamente luchó para liberar sus manos y pasó sus uñas por la espalda masculina, sintiendo el líquido de la transpiración en el pozo que formaba la columna de Naruto.
- Tócame Naruto, por favor. Tócame-, rogó con desesperación, la vergüenza ya no existía en ella, la necesidad mucho más fuerte.
Ella no pudo esperar, movió sus manos para bajar el escote de su camisón. Naruto, sobre ella, retuvo el aliento con la mirada fija en sus pechos. Hinata estaba tan pérdida en su propia necesidad que tomó una de sus manos por la muñeca y la colocó sobre su pecho derecho. Ella se mordió el labio para tragarse el gemido desesperado que quiso salir.
-Si, p-por favor- murmuró pegando más su calor contra su bulto, buscando la fricción que tanto quería pero la frustraba al mismo tiempo.
Naruto siseó y se movió más duro sobre ella mientras apretaba su mano en el pecho pálido y pesado. Ella no se detuvo allí, estaba tan fuera de si que movió su mano para colocarla entre sus cuerpo, haciendo lugar a sus delgados dedos para meterlo dentro del chandal de Naruto y tocar su pene aterciopelado, caliente y húmedo.
El cuerpo de Naruto se tensó y se detuvo cuando ella logró cerrar sus dedos alrededor de su polla necesitada. Nunca habría creído que Hinata habría sido así, pero él podía sentir que estaba a un paso de explotar. Sus magníficos pechos blancos al aire, sus pezones pequeños y de un rosado pálido.
Él estaba practicando babeando.
Quería hundirse en ella, sentir su coño mojado, sentir como se corría por él.
Soltó su pecho, aunque le costó y sacó su pequeña mano de dentro de su pantalón, subiéndola por arriba de su cabeza y cerrando los ojos con fuerza.
-Por favor, Naruto- gimoteo ella pérdida en la neblina de la lujuria.
Él también lo deseaba, lo deseaba con locura.
-Si me tocas, esto se acabará rápido- susurró él con pesar, era sólo la verdad-. Pero te daré lo que quieres, nena.
Hinata tembló entera al escuchar su voz grave y profunda. Ella hizo un ruido indefenso cuando él chupó sus pechos, se sentía casi sin aire cuando se dió cuenta que Naruto le estaba sacando el pequeño pantalón ajustado que tenía bajo el camisón. Hinata no puso resistencia, en todo caso, lo ayudó moviendo sus piernas. Naruto se movió encima de ella, pero Hinata mantuvo los ojos cerrados mientras él acariciaba su cuerpo hipersensible y disfrutaba de ello.
Un grito ahogado salió de su boca cuando sintió algo húmedo en su coño, abriendo los ojos de golpe y mirando hacia abajo, dándose cuenta que Naruto le había sacado también las bragas. Su cabeza cayó hacia atrás al darse cuenta que él estaba usando su lengua para darle placer en su vagina mojada. Tuvo un leve golpe de vergüenza al darse cuenta que él estaba saboreando su lugar más íntimo, su ex jamás le había hecho eso; pero rápidamente lo olvidó al sentir que el placer sólo crecía. Sus dedos se sumergieron en su cabello mientras él lamia su clítoris y la entrada de su coño, hasta los dedos de sus pies se apretaron con la exquisita sensación.
-¡Naruto!- gritó cuando él la chupó, las sensaciones tan fuertes que no sabía cómo sobrellevarlas.
Sus piernas quisieron cerrarse, pero él no la dejó, usando sus grandes manos para mantenerla abierta para su boca codiciosa. Ella volvió a gritar cuando él sumergió dos dedos en su interior, se sintió demasiado y se retorció, pero Naruto no tuvo piedad de ella, por más que Hinata rogó. La siguió empujando, más y más, hasta que era demasiado.
Hinata abrió la boca, su cabeza moviéndose desesperadamente, sin siquiera darse cuenta que apretaba con su mano la cabeza de Naruto contra su coño.
-Si. Córrete nena-, dijo Naruto contra su coño para volver a chupar su clítoris y mover los dedos con un poco más de fuerza.
-¡Naruto!- gritó mientras sentía que llegaba al clímax, pero este era mil veces más fuerte de los que ella misma se había provocado.
Naruto gimió cuando la corrida de Hinata salió en un pequeño chorro que corrió por su mano y su barbilla, amando el sabor único de su crema. Jamás había logrado que una mujer se corriera tan fuerte como lo había hecho Hinata en sus brazos y eso hizo perder su mente. Mientras Hinata tenía réplicas que él sentía en sus dedos, se movió para colocarse sobre ella, sacando sus pantalones de unas cuantas patadas. Sacó sus dedos y los llevó a su polla, mojándola un poco más con los jugos del coño de ella y colocando su ancha cabeza en el pequeño agujero.
Recorrió su raja suave con la cabeza de su polla, gimiendo suavemente al sentirla tan mojada y caliente. Subió su mirada para encontrar la de Hinata, pidiendo permiso silenciosamente. Ella asintió y gimió un poco más.
Naruto bajó sus ojos de nuevo a dónde sus cuerpos se unirían, fascinado al ver la diferencia de color y como su polla gruesa comenzaba a sumergirse lentamente en la raja rosa. Naruto apretó los dientes, sintiendo como el coño de Hinata se estiraba de a poco a su alrededor.
Se detuvo cuando estuvo a punto de correrse.
- Estás muy apretada- dijo entre dientes y moviéndose un poco hacia atrás y volviendo a entrar un poco más.
-No te detengas-, rogó ella sin aire.
Él negó con la cabeza, porque aunque quisiera, estaba muy lejos del punto de retorno. Sus manos se apoyaron a los lados de la cabeza de Hinata y se cernío sobre su cuerpo cuando estuvo completamente sumergido en su calor apretado.
- Sube tus piernas, nena- pidió en un susurró ronco.
Hinata obedeció, las pequeñas manos enganchándose en su nuca y él bajó para conectar sus bocas en un beso apasionado, de bocas abiertas y lenguas desesperadas. Comenzó a moverse, sin poder esperar que Hinata se acostumbrara a su grosor, totalmente perdido en las sensaciones que le daba el cuerpo femenino.
Hinata gritó, hundiendo las uñas en su espalda y él comenzó a moverse más rápido y duro, sintiendo el sudor bajar por su frente y sien.
-Oh, si. ¡Si! Naruto- gimió ella en su boca.
Naruto jadeó y se quejó mientras se levantaba un poco, acomodando sus piernas para estar arrodillado frente a ella. Sus manos fueron a su ancha cadera, para acomodar el cuerpo de ella a su antojo para follarla como quería. Casi se cae del sillón, así que terminó de pie, poniendo sus caderas alineadas, subiendo un poco las de ella y bajando las suyas. Las manos de Hinata salieron disparadas para agarrarse del respaldo del sofá cuando Naruto salió y se sumergió con fuerza en ella.
Ya no pudo detenerse, salió y entró en su coño mojado una y otra vez, viendo embelesado como sus pechos grandes y pesados se bamboleaban con cada embiste. Hinata gritó con cada empuje y él hizo una mueca de placer al sentir como su cuerpo se preparaba para el orgasmo. Pero, loco por llevar el cuerpo de Hinata una vez más a la cima, movió una de sus manos para masajear su clítoris con movimientos rápidos, usando sus dedos mojados con los propios fluidos desbordantes de ella.
Miró el rostro de Hinata cuando ella jadeó con fuerza. Su boca estaba bien abierta, sus mejillas rojas y sus ojos cerrados, su rostro haciendo expresiones calientes que hicieron que su cuerpo se tensara. Se movió tan rápido como le permitió su propio placer hasta que Hinata gritó su nombre de nuevo. Su coño comenzó con fuertes apretones que aflojaron sus piernas y le cortaron el aliento, siseó al sentir la humedad filtrarse de su raja.
-¡Nena!- se quejó con fuerza mientras le daba el último embiste, quedando completamente sumergido en su coño y comenzaba a correrse-. ¡Hina...!- gritó sin aire, su cuerpo temblando entero.
Sus manos quedaron sin fuerza y sus rodillas cedieron a su propio peso. Terminó arrodillado entre sus piernas, ambos temblando, su frente sobre sus acolchonadas tetas. Mientras su respiración bajaba de los fuertes jadeos, escuchó al fondo de su mente la música de cierre del capítulo de la serie que seguía dando en la televisión y sonrió.
Había creído que tendría que hablar con Hinata ese día con respecto a los sentimientos de nuevo, pero por lo que habían hecho...
Ya no tenía ninguna duda.
Su boca dejó besos perezosos en la piel que podía tocar sin tener que mover sus piernas inútiles, y sonrió.
Hinata es mía. Sólo mía.
Continuará...
¡Por fin! 30 capítulos esperando ésto jaja. Espero que haya cubierto sus espectativas 😏😜
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