Final Alternativo.
--- Y-Yo... ---No se atrevía decirlo en voz alta, tenía pánico que los que estaban frente suyo comenzara a odiarlo por su decisión, temía, que el azabache lo despreciara con furia en el corto futuro que le quedaba, pero ya había elegido su destino de hace tiempo, trató de disfrutar por última vez lo que le ofrecía la vida, ya era hora de decir adiós.--- Lo s-siento...
Elegía morir.
Error se había quedado estático al oír aquel lamento de parte del menor, sintió como su alma se iba de su cuerpo con brutalidad y sin piedad, dejándole un vacío que dudaba si podría llenarse nuevamente, trataba de recuperar la compostura, pero solo pudo sonreír sin entender por qué las lágrimas caían por sus mejillas imitando a un río, lo que acababa de escuchar no era real, no podía serlo, Ink había dicho que seguiría con vida, que todos sus esfuerzos habían valido la pena, que mirarían a un posible futuro.
Rió, con las manos temblorosas tomó los hombros del menor haciendo presión con sus dedos, apreciando borrosamente las gotas que también caían en su rostro, sus pupilas temblaban, toda su anatomía vivía un terremoto interno, Ink estaba asustado y angustiado de ver a su pareja de tal forma, aunque estaba dudando si podía decirlo de esa forma ahora que había dado la sentencia de su muerte fija.
--- No... E-Es broma... Ink... ---Los restos de su risa se convirtieron en sollozos, su pecho oprimía, su mente estaba al borde de explotar, ignorando como el adulto, tío del menor tomaba su propio hombro, apartó lo que había a su alrededor, mordiéndose el labio sin poder soportar la tristeza y la cólera de su cuerpo, se sentía traicionado, se sentía apuñalado por la espalda, todo se derrumbaba.--- Ink... ¡Ink! ¡Mierda, responde!
Lo estaba remeciendo, llegando a gritos buscando las respuestas que necesitaba, una explicación para que aceptara la muerte antes que a él, su garganta ardía al igual que sus cuencas, necesitaba oír las palabras del ajeno para... ¿Para qué? ¿Sentirse peor, estar aliviado que todo era un sueño?
--- ¡Hah! Mocoso estúpido. Ahora que sabes lo que quiero Onk, será que te vayas por donde venías, estúpido niñato. ---Rompió el momento la señora, riendo con una sonrisa victoriosa y orgullosa, el azabache se detuvo al oírla, con la cabeza entre los hombros, seguían oyéndose sus sollozos, los que trataba de ahogar entre la búsqueda del aire.
Se sentía patético, se alejó de golpe, las descargas de sentimientos negativos afloraban por su anatomía, no era capaz de ver a la cara al menor, no era capaz de seguir ahí, gritó, gritó mil barbaridades antes de hacer a un lado de un empujón al mayor y salir corriendo de ahí, no quería volver a ver a nadie, no deseaba pensar ni escuchar nada más, nada sabiendo que a quien le entregó su primer amor, sus besos, su empeño era una falsedad, que todo se iba al caño, que había sido usado por él, Ink le había mentido, no lo quería volver a ver, ¡Que se muriera!
Ignoró las preguntas de su hermano al entrar a su casa, había sido una caminata dura y con pisadas que si pudiera romperían la acera de su furia y angustia extrema, cerrando de un portazo la habitación suya, sin poder hablar por tener la garganta raspada de sus gritos ahogados en la almohada, lanzó todo lo que podía, rompió todas las hojas y objetos que tenía a mano, dejando de su cuarto un desastre, necesitaba liberar las energías, usar la violencia para despejarse, si pensaba solo iba a ser peor para su estado, quería estar solo, con nadie más cerca, irse lejos, olvidar y empezar de nuevo, jamás haber conocido a Ink, quien le causó tantas emociones nuevas como el amor, se arrepentía de haber dado su mano para calmarlo de su depresión, una vil enfermedad de mierda que le había hecho mentir con tal de disfrutar lo único que le quedaba.
¿Nunca lo amó? ¿De verdad todo había sido falso? ¿Había sido usado?
En medio de su mundo, se tropezó con el mueble al lado de su cama, se había golpeado en la punta por lo que no puedo evitar quejarse adolorido, sacando el cajón de un tirón botando todo lo que estaba en su interior, llaves, lápices, cosas sin importancia, hasta ver una hoja de cuaderno algo doblada, entre sus lágrimas de frustración le costaba enfocar lo que había trazado, por lo que se secó como pudo con las mangas y hacer un esfuerzo por ver lo que había.
Era el dibujo que Ink había hecho de él hace meses.
La gente cuando es falsa e hipócrita suele esconder los sentimientos más dolorosos en su interior, hacer creer que tienen una vida perfecta siempre sonriendo para caerles bien a la gente, aquella definición no tenía ningún sentido con la personalidad de Ink, quien desde que había llegado siempre estaba alejado de todos haciendo el pacto de no hablar con nadie, lloraba a menudo, nunca sonreía, nunca hubo brillo en él cuando lo conoció.
Entonces si todo lo que había sucedido entre ellos había sido real ¿Por qué de todos modos decidió el camino de la muerte? Le había prometido un futuro juntos, hacer lo que fuera para que su depresión terminara y vivieran un destino agradable, pero nunca se esperó que se iba a hacer la eutanasia, que le ocultaba secretos... Esas clases de secretos no se podían eludir, eran importantes y significativos.
Se sentía insuficiente, de todo lo que hizo no había sido lo mínimo para que el menor dudara de su elección, ahora lo único que tenía en su recuerdo era aquel dibujo y la leve fragancia de la almohada cuando dormían juntos en su habitación, un aroma que se iría, así como Ink, no quedaría nada más que un recuerdo.
Se sentía horrible, la ira desvaneció dejando el paso a la tristeza absoluta, perdiendo la dignidad de mantenerse firme ante las situaciones, arrodillado, se tapó el rostro con las manos y lloró con una inaudible voz al no tener las suficientes fuerzas de hacer más, sus ojos hinchados, necesitaba terminar el día y esperar que todo fuera un sueño.
-
Los pensamientos no le dejaban moverse de cama, había rehusado las constantes llamadas de sus compañeros o los de su familia, solo bajaba a buscar chocolate o darse una ducha, no quería salir, seguía arrepintiéndose de sus acciones, no sabía que aquellas situaciones dolieran tanto, todo su ser era acuchillado de navajas por la realidad en la que estaba viviendo, maldiciendo la vida, maldiciendo su propia existencia.
Había faltado días de escuela, y el zumbido de su celular le había interrumpido su momento de hipnosis, y por primera vez en días se dignó a revisar quien era. Geno le había mensajeado, que necesitaba de su presencia en el piso de abajo, que valdría la pena además de tener varios chocolates de paso si quería algún soborno, no tuvo otra que suspirar, tomar fuerzas y sentarse con un profundo dolor de cabeza, revisó la fecha, era la que había dicho Ink donde haría su eutanasia y terminar con su vida "pacíficamente".
Muchas dudas surgieron, ¿Ink estará pensando en él? ¿Ya estaría bajo los brazos de la muerte? ¿O se había arrepentido en medio momento? Tenía la esperanza de verlo allí abajo con los brazos abiertos pidiendo perdón, necesitaba pedirle de la misma forma, disculparse por ser un idiota y haberse ido de esa forma en su casa.
Vaya desilusión tuvo al ver a la pareja de su hermano mayor sentado en el sofá, después de lo ocurrido en el cementerio se había ahorrado hablar con él, quería ahorrarse los malos ratos con sus tontos disgustos y malas creencias, miró a Geno con una expresión odiosa buscando respuestas, y este solamente suspiró abrazando a Error sin importar que al principio se negara al tacto.
--- Error... Ya sé lo que sucede, y realmente lo siento mucho por lo que estás viviendo... ---Intentó de explicar Geno acariciando el cráneo del menor quien después de forcejear un momento terminó con los brazos caídos rindiéndose en su afecto, solo tratando de evitar llorar una vez más.--- Pero no puedes dejar a Ink de esa manera.
--- Ya es tarde... ---Pudo susurrar Error.--- Seguramente ya está muerto.
--- No. ---La voz de Reaper, seria se hizo presente entre los tres, acercándose a ambos hermanos para mirar con firmeza al menor, el tema no iba para juegos, pero Error seguía en un estado de confusión.--- Aún hay tiempo, de hecho, por eso te llamo.
--- ¿Por qué tú y no...?
--- No es como si Ink o su familiar vinieran para invitarte a la eutanasia como si nada.
--- ¿Cómo sabes esto? ¿D-Dónde están? ¿D-De verdad tengo tiempo?
--- Fui allá, están en la casa, y estás a tiempo, de hecho, Ink me pidió en ruego que te fuera a avisar, antes que el reloj marque las dos.
Error revisó el reloj de la sala y sintió como se le heló la sangre al ver que solo faltaban quince minutos para que el reloj de la hora señalada por el de ropas negras, debía verlo, quizás era un acto masoquista pero tenía la necesidad de arreglar sus asuntos y terminar bien para tener algo de paz, algo que dudaba pero necesitaba... Quería verlo una última vez.
Era una decisión difícil, prepararse para ver a quien amaba sumergiéndose en un sueño profundo sin fin no era para nada fácil, pero si solo faltaba poco para que lo hicieran sin su asistencia no podía esperar más, miró a su hermano, quien solo asintió, ignorando los problemas que tuvieron, subió a ponerse las zapatillas y algo más decente y partió corriendo a toda velocidad a la casa de su primer y único amor, sin detenerse, hallando fuerzas que no creyó tener, capaz era de correr la maratón.
Corrió como sus piernas se lo permitían, sin importarle tener algún desmayo por el ejercicio que había realizado, y jadeando agotado llegó hasta la puerta de la casa donde iba a perderlo todo, donde su razón de luchar y cambiar por alguien iba a desvanecer, estaba en esos momentos donde pensaba dar la vuelta e huir, pero solo faltaban dos minutos antes de las dos, era todo o nada, y no sería llamado cobarde, la culpa carcomería su cuerpo después del evento si faltaba, y no podía abandonar a Ink en el momento donde más lo necesitaba, seguramente había pedido la comprensión de sus acciones, el apoyo de dejar el mundo viéndolo, pero aún no comprendía por qué había tomado tal decisión, ¿Por qué marcó fin a su vida? De todos los sacrificios que iba a hacer por él, no sabía si podría aguantar la tristeza.
Sacudió su cabeza, y tocó la puerta con las falanges algo idas, tomando algo de valor en los rincones de sí, su cuerpo sentía desvanecerse, el arrepentimiento de volver como perro con su cola entre las patas, esperaba con todo alma que la mujer no estuviera ahí, pero a diferencia de la otra vez, todo estaba más limpio, pulcro y ordenado, el olor no era el mismo, había un fuerte aroma a medicamentos, la puerta se había abierto por el tío de su amado joven con depresión, Error le vio con una mueca, recordaba que antes de irse lo había empujado, y no tenía cara de verlo sin sentirse peor, mas, el mayor sonrió, se veían gruesas lágrimas en su rostro.
--- Gracias por venir. ---Dijo con voz suave.--- Ya acabé de hablar con él, el médico y yo estaremos hablando afuera, no pido... que le hagas cambiar de opinión, pero por favor, hazle marcar una sonrisa para que se vaya de este mundo en paz.
--- Gracias. ---Pudo decir aguantando el temblor de su garganta y el picor de su nariz, evitando el tartamudeo en sus palabras.--- Les avisaré cuando... cuando ya me despida.
El mayor asintió, y salió de la casa, sus esperanzas murieron al oír que era imposible que cambiara de opinión, pero suponía que ni todo lo que vivió había sido suficiente, no supo quitar a tiempo toda la tristeza, barrer los inicios de sus llantos, llegar a ser una visión futura para que el menor saliera del pozo donde se hallaban los recuerdos de sus padres y amigos muertos.
En la supuesta habitación de Ink, estaba él en los últimos minutos de vida, y no se echaría atrás, se iba enfrentar a cara con la realidad.
Caminó hasta allí, viendo la cama de su amado en medio del cuarto, la luz brillaba por todo su esplendor, sábanas limpias y blancas sobre un cuerpo medio desvanecido pero vivo, un cuerpo esquelético con una ropa que le hacía parecer como un ángel, tan divino y hermoso donde Error solo veía belleza y divinidad, sus trazos lo habían enamorado hasta dejarlo cegado, y creer en posibilidades lo dejaba demente, el amor que sentía por Ink era capaz de dejarlo loco de atar, ¿Qué había hecho el menor para dejarlo postrado a sus pies?
Se talló las cuencas antes de ser notado por el joven, Ink veía la nada de un costado, con los brazos desnudos por solo llevar una túnica blanca, se veían las marcas de sus huesos cortados en los múltiples intentos de suicidios, los caminos aguados de sus suaves mejillas, y sus pupilas que daban un brillo cuando cruzaban miradas, Error no sabía cómo podría seguir viviendo sin ver casi a diario aquella escultura. Ink se sentó con suavidad, aunque se veía sus acciones torpes como si fuera una muñeca de porcelana recién descubriendo la habilidad de moverse.
--- Ink... ---Susurró Error, su cuello dolía, no sabía si podía ser fuerte otra vez.--- Lo siento...
Era lo primero que cruzaba por su mente, una disculpa por infinidades de cosas, no lograr ser suficiente para que cambiara de opinión, haberse ido aquel día con brutalidad sin que pudiera explicar, sin dar su hombro cuando lo necesitara o no ser amigable en los meses anteriores, si hubiera abierto sus brazos antes incluso hubiera sido capaz de hacerle ver que la vida para él tenía un futuro, pero todo ya era tarde. El aludido mantenía la mirada en sus propias manos, seguía en un estado sin habla, tratando de gesticular, poder encontrar palabras coherentes entre su mar de problemas.
--- No... Realmente... Yo tengo que pedir perdón. ---Error alzó la mirada al escucharlo con las palabras más continuas sin problemas, pero sabía e intuía que solo se hacía el fuerte, no era el momento para serlo.--- Por haberte ocultado esto... D-De verdad... lo lamento...
--- ¿Por qué? ¿Por qué decidiste esto?
Ink alzó la mirada, estaba con las lágrimas bajando sin el permiso de su propietario, sus pupilas seguían siendo las de hermosos colores, su estrella intacta, pero sin la alegría que conseguía cuando reía.
--- No lo sé... Algo me dice que esto es l-lo mejor... Error... Para ti... Yo ya no valgo, y quiero volver a ver a mis padres, los extraño...
--- ¿Me vas a extrañar?
--- Podría preguntar lo mismo...
--- Será imposible olvidarte, en cada jodido día; en cada jodido lugar donde mire llegarás a mi mente... Ink... Te a-amo...
Error apenas podía reaccionar a lo que oía, solo escuchaba que todo estaba perdido, y debía aceptarlo pronto que aquello era un adiós, pero se negaba, su interior no permitía que sus caminos se separaran, quería estar con él siempre, para siempre...
"Dios... ¿Qué me has hecho, Ink?" Pensó.
Llevó su mano hasta la mejilla ajena, donde estaba la mancha oscura, una marca que lo hacía más precioso de lo que más era, el calor que brindaba el menor era adictivo, todo de él era como una droga, lo que al menos pudo conocer...
--- Estás llorando. ---Susurró.--- No quiero que llores...
--- ¿Cómo quieres que no llore? Ink, te irás, no quiero que te vayas...
--- Error...
--- Ink...
--- Quiero... Quiero que sepas... q-que todo lo que vivimos... ha sido lo mejor de mi vida, mis sentimientos s-son honestos, t-tú... t-tú también me gustas... ---Su voz se quebraba cada vez más, se desmoronaba, llegando a recaer en sollozos. Error no frenó en las caricias en su mejilla, secando como podía sus lágrimas--- N-No me olvides, p-pero prométeme q-que seguirás tu vida... N-No quedes como y-yo... ya nos podremos volver a ver...
--- Y-Yo...---Suspiró entrecortado.--- lo prometo...
El azabache sin poder resistir más, besó sus labios por última vez, tan suaves eran, tan deliciosos, quería recordar la esencia que tenían, su dulzor que nadie más tendría, el toque de vainilla, su fragancia que quería mantener intacta. Ink correspondió, cerrando sus cuencas que pesaban de las noches que no podía dormir al mentalizarse lo que pasaría, por su parte, sentía que estaba cumpliendo con lo último que lo mantenía en el mundo terrenal, habló con su tío, y había mandado a Reaper para que dijera que estaría en su memoria a sus pocos amigos que consiguió tener, de hecho, ya había hablado con Geno, acompañaba a Reaper cuando encontraron su hogar.
Fue el día donde más lloró por una causa distinta, despedidas dolorosas, que sin embargo, no le hicieron cambiar de opinión, pronto podría estar en paz, solo le quedaba pedir perdón por hacer las ofensas de romper ilusiones, pero era demasiado tarde.
Se separaron, e Ink no tenía valor de decir algo más, no quería decir que también lo amaba, porque no tenía sentido confesar su amor cuando después ya no habría donde dejar sus palabras, serían aire, todo sería una ilusión, su mundo se suspendería sin dolor, de la forma que tanto intentó buscar desde hace años.
No podía cambiar su deseo de dos años por su descubrimiento de solo meses, estaba siendo egoísta, pero aún en su autoestima baja, sabía que el azabache encontraría alguien mejor, alguien que sí le daría un futuro, una familia, y no penas.
--- ¿Crees que los humanos estén en el más allá? ---Preguntó Ink, recostándose otra vez en la cama.
Error siguió con la mirada al menor, tomando su mano antes de que la calidez de su cuerpo se congele, siendo solo un cadáver.
Sonrió dolido.
--- Es posible... Ahora tendrás oportunidad de saber si es verdad.
--- Puedes llamar a mi tío...
--- Antes... Ink, antes de iniciar esto... yo... quiero que también sepas que estos meses fueron los mejores de mi vida, que nadie hará en mí sentir lo mismo que siento por ti, no podré hacer un futuro perfecto, porque tú estabas en mis planes de décadas después, pero siempre... siempre estarás en mi alma, y todos los segundos que estuve contigo... valieron la pena. ---Se levantó apesadumbrado, soltando sin quererlo, su mano.--- Gracias... Por aceptarme.
--- No... Gracias a t-ti por aceptar a este bebé llorón.
--- Mi bebé llorón.
El menor rió bajo, con las lágrimas calientes e irritantes caer una vez más, Error llamó a los adultos que estaban en el exterior, y con ello dieron comienzo al procedimiento de anestesia, Error sentía su alma romperse, pero había pedido acompañarlo hasta el último segundo de su vida, tomando su mano con fuerza, como el medico tuvo que retirarse nuevamente al no soportar el dolor de ver a aquellos dos jóvenes enamorados despidiéndose de manera injusta.
--- Adiós... E-Error...
--- Nos vemos... Ink...
Los párpados del menor no se volvieron a abrir, y su respiración se hizo cada vez más suave y lenta hasta ser nula, la presión que hacía en la mano del azabache disminuyó hasta soltarla con sus dedos opacos, todo su cuerpo había dejado de pertenecer a un alma viva, no habían más rastros que recuerdos de la sonrisa que fue de su amor, Ink había muerto.
Error quería llamarlo, le costaba aceptarlo, no podía aunque hubiese aguantado en todo el proceso, las lágrimas y los sollozos saltaron, tapando su rostro con sus manos, había perdido a quien amaba, y no pudo hacer nada más que mirar en vez de hacer algo, ya era demasiado tarde como para arrepentirse de no haber hecho algunas cosas en el pasado. La mano del tío se posó en el hombro del menor, y este miró que también tenía lágrimas.
--- Mira su rostro... ---Dijo.
Miró como el adulto le dijo, el rostro del menor marcaba una pequeña sonrisa, una que significaba que iba a descansar en paz, teniendo cerca a quienes amaba, no podía pedir más, ahora se iría al cielo, porque merecía ese lugar, después de sufrir tanto, ahora solo iba a observar desde allí arriba, con su amigo y sus padres.
Error quedó solo, pero no iba a flaquear, iba a cumplir la promesa que le había hecho a su pareja, nunca dijeron que iban a terminar e iba a quedar con ese pensamiento hasta a encontrar a alguien, cosa que dudaba, le daba igual morir solo, quería pronto reencontrarse con el menor. No podría amar a alguien más.
Permaneció varios minutos viendo el cuerpo ajeno, antes que le recomendaran volver a casa y descansar, la perdida de alguien era difícil y más si lo amaba con tal intensidad, Error dudó, pero solo pudo darle otro beso en sus fríos labios antes de decirle adiós al cuerpo del otro, pero no a toda su existencia, esa, iba a quedar plasmada para siempre en su cabeza.
Llegó a casa recibiendo los brazos de su hermano mayor además de Fresh, y rompió en llanto frente a ellos, gracias a Ink había podido recuperar la relación fraternal que tenía con sus parientes, tenía mucho que agradecerle, le había cambiado la vida para bien. Geno también estaba llorando.
Todos los amigos de Ink lloraron al saber la noticia, Ink fue un buen muchacho, y no merecía ese destino, pero había que aceptar su decisión, aún fuera injusta.
Nadie vivió lo que él experimentó, nadie pudo cambiar si triste mentalidad, ni un amor, pero ya era tarde para lamentar.
Error solamente quedó escribiendo sobre las cosas que recordaba de su amor, hasta investigar más a fondo lo que a él le gustaba, las leyendas de los humanos, y cada vez que llegaba de la universidad veía algunas fotos que tenían más el dibujo que una vez Ink le había hecho a escondidas.
Y todos los que obtuvo como recuerdos de sus cuadernos, nunca se iba a olvidar de él.
Ni en los sueños donde solían hablar del cómo iba cada uno en sus respectivas vidas, viviendo la ilusión de estar como si nada hubiera ocurrido al dormir.
"No estoy haciendo un futuro sin ti, Ink...
Estoy haciendo un futuro por ti...
Un futuro solamente por ti.
El cual... cambiará a un futuro...
Junto a ti.
--Error. "
Joven de 23 años encontrado ahorcado en su hogar, dejando aquella carta como último mensaje.
Juntos para la eternidad.
"Lo siento Ink, sin ti no soy nada.
Nos vemos pronto... Kiki".
"Nos vemos pronto, Ruru."
"'"' "'" "-" - "-" - - "
Muchas gracias por leer ♥️.
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