Kim Seok Jin

Viajé por países donde abundan hermosos diamantes. Quería hacerle a Miyeon un anillo con el mejor material sin quer ella lo supiera. Se vería guapísima y se alegraría de ver tal preciosidad.
Seleccioné unos cuantos rubíes, se veían tan brillantes, le encantará.

Al llegar a mi gran mansión me esperaba una cena sorpresa. Una mesa repleta de distintas delicias culinarias, un búcaro con flores en el centro y dos velitas. ¿Cómo iba a saber ella que llegaría? Era una sorpresa.

Inmediatamente vi los rizos deslumbrantes de Karina y supe que era obra de ella. Su padre al ser mi mano derecha sabría de mi llegada.

—Te extrañé Sir Jin —se vino corriendo hacia mi, pero la detuve— ¿Por qué no me dejas abrazarte? —enarcó una ceja.

—Debemos tener un freno Karina, deberías mirar a otros chicos. Yo soy muy mayor para ti.

—Pero si lo intentamos, se que entre nosotros con el tiempo puede suceder algo. Papá me entenderá, la sociedad entenderá. Te amo mucho Sir Jin.

—Lo siento, pero yo amo a otra persona —me iba a ir, pero—

—¿A quién a Miyeon? ¿A esa infiltrada? —me giré y  se empezó a servir una copa de vino.

—¿De qué estás hablando?

Llevo la copa a sus labios— Ella te ha mentido —tomó un poco y revolvió—. Es una pichona y de contra se va a cazar con el hijo de un pirata

La rabia me invadía, pero me controlé , no quiero que el ser en mi interior salga a la luz.

—Iré hablar con Miyeon.

—No está para tu desfortuna.

¿Cómo? Se fue sin despedirse.

—Te dije que es una pichona. Ya sabes como son de mentirosas. Por cierto es hija del coronel Cho y ya sabes como es ese hombre de loco por el dinero. También hay un dicho por ahí que dice —se sienta en una de las sillas— "De tal palo, tal astilla" —comienza a reír.

La furia en mí se hacia cada vez mayor y no pude dudar en convertirme. Sentía como ardía el tatuaje en mi espalda, como mis uñas se alargaban convirtiéndose en garras , de seguro mis ojos tomaron un color rojo y por último mis dientes cambiarían por unos afilados.

—Oye, ¿qué te ha pasado? —Karina estaba asustada y eso era lo que más me gustaba, ver el miedo en sus ojos.

—Tienes un cuello muy —pase mi lengua por mis dientes— Delicioso —tragué.

Se puso en pie y dejó caer la copa de vino al piso— ¿Sir Jin? ¿Eres tú?

<<Está más asustada>>

—Por supuesto. ¿Quién más? Pero no debiste haberme hecho enojar, querida Karina.

—Nunca quise, lo juro —fue huyendo hasta la sala—. Solo estaba molesta contigo, se me fueron las palabras.

—Ahora dime, es cierto lo que dices —la seguí.

—Si, te lo aseguro. Ella me decía que te amaba, pero la vi irse con unos piratas justamente hace una hora.

Se fue sin verme. Sin decirme nada. ¿A caso todo lo que me decía era mentira? ¿Qué era yo para ella?

—Por cierto Sir Jin, ¿puedo irme?

No, no tan rápido.

—No, ¡Voy a deborarte!

La pegué al muro que estaba junto a la chimenea, ella forcejeo conmigo, pero no impidió que incara mis dientes en su pálido cuello. Su sangre era muy exquisita. Me limpie los labios al retirar mis colmillos de su cuello. Ella se había dormido, puesto que le chupe mucha sangre, pero no estaba muerta.

Si quieren saber que soy, les diré, soy un vampiro, uno de los depredadores más buscados de todo el planeta por los innumerables muertes que se me inculpan, pero no soy un asesino. Mi ser vampiresco sale a flor de piel cuando me enojo mucho o cuando lo deseo.

¿Cómo es que soy así?

Soy un pura sangre, nací siendo vampiro. Al parecer mi padre era un científico que sin darse cuenta dió a mi madre a beber uno de sus grandes experimentos mientras estaba embarazada de mí.

¿El fruto?. Un hijo vampiro.

Siempre he sido el típico seductor extremadamente guapo, pero la belleza de Miyeon me enamoró, pero nunca una mujer me había traicionado como lo hizo ella.

La busque por todas partes de la casa, en el pueblo, en Seberia, la cual estaba totalmente destruida, pero ni sus luces y tampoco las de su padre. Es como si la tierra se los hubiese tragado.

Pero aquí no termina la cosa. Te encontraré algún día Cho Miyeon, cueste lo que me cueste. Esperaré a que reencarnes si es necesario, pero me las pagarás.

La traición al Depredador y Seductor se paga con venganza o con sangre. Ya veremos que pasará en un futuro.

Saque de mi bolsillo el anillo ya conformado y el rubí seguía brillando. Me dió rabia al recordar cuantas veces me imagine la cara de Miyeon al verlo << sonreiría y yo la besaría sin parar>>, así que lo estrallé contra el piso y lo aplaste con el pie hasta verlo destruido.

¡CHO MIYEON! ¡VOY A ACABAR CONTIGO!

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Corea del Sur,

2021.

Kim Jisoo

El sonido del despertador me despertó de mi sueño profundo. Puse mis dos manos de forma abierta en mi cara y me quede mirando el reloj por el espacio que quedaba entre mis dedos.

—¡No puede ser!¡Son las diez de la mañana! ¡Llegaré tarde a mi primer día de trabajo! —aunque no es mi trabajo del todo.

Corrí rápidamente a cambiarme y mientras iba saliendo me ponía los tacones, pero el pie no me entraba en ellos. ¡Ay no!

—¡Jisoo!¡Antes de irte ven a desayunar con nosotras! —dijo mi mamá desde la sala.

Comida de mamá antes de ir al trabajo. ¡Genial! Con eso se me olvida que no me sirven los tacones.

—¿Qué hay de desayuno? —digo mientras me siento y observo.

—Arroz —señala una de las tazas— y ya.

—¡Eh! Tanta comida para solo arroz.

—Si, eso no es comida, es una cosa que tu hermana debe llevar a tus abuelos. Tú solo come.

—Aish. Es comida para los abuelos —refunfuñe para mí.

Cogí los palillos y me metí el arroz a la boca, mamá al verme me golpeó— Jovencita, no te he dicho que te sirvas y luego comas ¡Se educada!

—Esta bien —me sirvo y luego como en grandes cantidades, mi mamá sonríe al verme — ¿Y mi hermana?

—Fue al baño, ya vuelve —se metió un trozo de arroz en la boca.

—Ya estoy aquí —mi dulce hermanita se sienta junto a mamá y la miro mal.

—¿Por qué te sientas junto a ella? Y a mi me dejas botada —hago puchero.

—Estaba sentada aquí desde antes —se sirve.

—Hija, estaba mirando el webtoon que estas haciendo. Te esta quedando muy bonito. Eres tan talentosa con el dibujo.

—Pienso lo mismo y además explicas los sentimientos de los personajes como si tú misma los hubieras vivido. Por cierto, todavía quiero saber si el señor Kim va averiguar el secreto de la señorita Cho —dije entusiasmada.

—Eso todavía no lo se sinceramente —siempre que habla de esa historia se pone algo triste y ni ella misma sabe porque.

—Mi Miyeon es la mejor pintora y escritora del mundo —mamá la abrazo para reconfortarla.

—Siiiii y la mejor hermana —le sonreí.

Olvidaba algo.

—¡Ay no! Se me olvidaba —empecé atragantarme con el poco arroz que me quedaba en el tazón —Me voy. Miyeon tomare prestadas tus zapatillas —le dije y ella asintió sonriente con la cabeza.

La verdad llevábamos una vida muy humilde y feliz, pero no sabíamos que pronto eso cambiaría gracias a mi trabajo como cazadora de vampiros.