Venganza... Esa es la meta de Daría. Quien después de haber huido de su familia porque sus filosofías no se alinean con las suyas: regresa siendo el lobo disfrazado de cordero.

No tiene en cuenta la posibilidad de que las historias que ha escuchado sean inventadas o falsas, y no asume que sus planes experimentarán altibajos.

Amor... no sabe si lo experimentará, mientras que muy probablemente tendrá más de una opción.

Siquiera le queda un poco de humanidad y eso será lo que fracture su plan. Sin embargo; el fracaso no es una opción.

Pese a lo doloroso que puede ser derribar un imperio, tendrá que arrastrar a muchas personas indefensas. Aun cuando corra por sus venas la misma sangre de sus enemigos, nada la detendrá: la familia no se elige y desafortunadamente para ella no le correspondió la mejor.

Ella cree que lo prohibido es siempre lo más deseable, y que su régimen no incluye adherirse a reglas.

Si el instinto de venganza y supervivencia se rebasa también se potencia de manera elevada. Por consiguiente tus otros sentimientos se apagan: por otro lado, si no los quieres recuperar muy posiblemente se extingan.

Justo lo que ella desea y anhela es: acabar, caducar, expirar y exterminar a cada uno de ellos.