†Capitulo 13 †
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Bienvenidos a mi mundo irreal.
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Para poner a prueba la realidad, hemos de verla en la cuerda floja. Cuando las verdades se hacen acróbatas podemos juzgarlas. -Oscar Wilde
El retrato perfecto.
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15 DE SEPTIEMBRE DEL 2024.
Londres/ Día.
Casa grande.
Mis pies me duelen, la postura en la que me encuentro me resulta agotadora, y lo único en lo que puedo pensar es en disfrutar y probar al menos una deliciosa gota de alcohol, de esas que te hacen sentir el ardor en la garganta y te permiten escapar de la realidad.
Mi mente está absorta en el acuerdo al que llegué con Brenda y también en la reunión que tendré con el Beta; de paso, tendré un operativo con mis asociados.
Sin mencionar que estar tan cerca de mis hermanos me inquieta; hablo de la proximidad donde casi se rozan nuestros cuerpos. Estamos posando para un retrato familiar, una práctica un tanto anticuada.
Mi madre ocupa el centro de un pequeño sofá, mientras el resto de nosotros posamos a su alrededor en el cliché de la foto familiar. Estamos ordenados de mayor a menor, con la ausencia de uno de nuestros padres, quien se encuentra enfermo o, como prefiero decir, en sus últimos momentos.
El tema de Brenda también ronda en mi mente, quien ahora me rechaza por completo. ¿Lo merezco? Sí, siento un poco de remordimiento y no debería ser así. Llegué con un plan, me preparé, cerré mi corazón. Estoy empezando a tambalearme con mis ideales.
El plan se arruinó debido a las palabras que mi amiga mencionó: "Pensé que teníamos una amistad sincera, creí que me querías, te consideraba como una hermana. Ahora veo que eres una persona deshonesta, que vivía en su propia realidad distorsionada. Estás intentando justificar tus acciones, atribuyendo la responsabilidad a tu familia.
»Recuerdo claramente haberte instado a que me contaras lo que te sucedía, prometiéndote que juntas encontraríamos una solución. A pesar de tu negativa a confrontar la realidad, mantuve mi apoyo incondicional a tu lado.
»Ahora pretendes acabar con todo sin considerar a aquellos que siempre te hemos valorado. Espero que cuando pongas esa bala en mi cabeza no te arrepientas. El arrepentimiento surge de los errores, y esos errores seremos todos nosotros. Cuando finalices tu plan y te encuentres sola, no puedo ni siquiera imaginar el desastre que causará la burbuja de venganza que has creado, y te sumirás en una miseria aún mayor a la que has experimentado a lo largo de tu vida."
Esas palabras me generaron cierta incertidumbre, concluí la discusión con estas palabras: "No puedo lidiar con esta situación, y mi única motivación es asegurar un futuro próspero para mi hermano. No me importan las consecuencias que esto pueda acarrear, incluso si eso significa sacrificarme en el proceso. Deseo lo mejor para él; sería deshonesto de mi parte no reconocer que estoy disfrutando de la situación. Jamás comprenderás mis sentimientos; tus advertencias no me afectan. Esta es mi realidad actual y no puedo modificarla; ya es demasiado tarde para dar marcha atrás. Y si te alejas, pues mucho mejor para mí.".
Nuestra charla concluyó con un acuerdo en el cual me comprometí a no interferir en su vida y a distanciarme. He perdido a una valiosa amiga, eso lo tengo presente, pero como mencioné anteriormente, no hay posibilidad de retorno. Tal vez en un futuro, una vez que haya superado este desafío, podré enmendar todo lo que estoy destruyendo sin razón alguna.
―¿Cuánto falta? Mis pies me duelen y tengo la certeza de que ese pintor es el más lento de todo el planeta.
Me gano un leve golpe de hombro por parte de mi hermano Cadmon, mientras el hombre continúa concentrado deslizando el pincel. Me siento mareada por la intensidad de la luz y agotada por el vestido tan ajustado que llevo puesto, sin mencionar los zapatos altos que uso para estar a la altura de mis hermanos, o más bien casi, ya que superan los 1.95 metros de altura.
Con mi imponente estatura de 1.70 metros, me sentía poderosa, pero al estar a su lado, parezco insignificante. Aunque los tacones me ayudan, no alcanzan para llegar a su nivel. Además, debo mencionar el hermoso tocado que, estoy segura, fue diseñado como un método de tortura.
Este elegante tocado de oro tiene un diseño de corona de flores, el cual incluye una simulación de espinas que se siente increíblemente real. Al presionarlo, pude sentir cómo roza mi piel superficialmente, y estoy segura de que se incrustaría si lo apretara con más fuerza.
Cada pétalo y hoja están adornados con pequeños diamantes blancos, creando un efecto deslumbrante. Por otro lado, el tocado de mi madre es muy similar, con la diferencia de que en el centro de las flores hay rubíes. En el pasado, ella solía decir que algún día yo llevaría su tocado.
Los retratos iniciales fueron realizados durante los primeros años de vida de cada uno de mis hermanos. El primogénito fue retratado al cumplir su primer año, seguido por Benyamin y así sucesivamente. Cuando mi mellizo y yo nacimos, también fuimos retratados a la misma edad.
A la edad de quince años de mi hermano y yo, nos hicieron el primer retrato familiar en el que estábamos todos presentes. Ahora, siete años después, se está realizando el que sería el retrato más actual de nuestra familia.
―Cala, en serio ya me estoy cansando ―vuelvo a hablar, revelando mi frustración.
―Deja de quejarte, Daría, siempre es lo mismo contigo.
―Lo lamento, señora, pero como usted está sentada cómodamente. Su majestad no comprende el cansancio de los que sí estamos de pie desde hace horas.
Me ofrece una mala mirada, la cual ignoro. Veo al hombre soltar su pincel y eso es como si me dijeran: «ya puedes sentarte». Sin vacilar, abandono la formación en busca de un whisky que sirvo y bebo de un solo trago, sentándome con la botella y deshaciéndome de los tacones y la corona de flores.
―Eres una maleducada ―dice poniéndose de pie.
―¿De quién sería la culpa? ―me ofrece la mirada más fría y no tarda en guiar al pintor a quién sabe dónde, mientras sus acompañantes empiezan a recoger sus materiales.
―Yo quiero ―Cadmon intenta quitarme la botella, pero no le permito hacerlo.
―Eso es por golpearme, y esto otro... ―arrojo la corona que reposaba sobre la mesa hacia su rostro, provocándole arañazos por las espinas. La sangre empieza a manar de las heridas superficiales y, anticipándome a un posible contraataque, me levanto y me ubico detrás de papá Darek―... Para que te quede claro que no vuelvas a tocarme.
―Ven aquí y da la cara, no seas cobarde ―grita Cadmon, con evidente furia, su rostro está poniéndose rojo y no deja de apretar sus nudillos.
Salgo de mi lugar de protección y me coloco frente a él. A pesar de su intento de golpearme, permanezco inmóvil, consciente de que seré defendida. Y así ocurre, mi padre Darek toma su mano y le dirige una mirada de advertencia, al igual que mi padre Kale y mi hermano Adriel.
―¿Desde cuándo nuestra crianza se basa en maltratar a las mujeres de la familia? —menciona de forma fría Darek.
―Ella empezó ―mi hermano manotea, no logra zafarse del agarre de mi padre.
―Eso no fue lo que pregunte ¿Acaso no comprendes el idioma o prefieres que lo exprese de manera diferente?
―Siempre la defiendes ―expresa con total desagrado.
―No me voltees las cartas, mucho menos te victimices y me respetas que soy tu padre. A mí no me criticas así la esté defendiendo o no, ¿entiendes? ―Veo cómo sujeta más fuerte su muñeca.
―Entiendo, padre ―lo suelta y es cuando Adriel se acerca, ya que él y mi papá Kale estaban a unos pasos.
―Ya basta, todos ustedes superen el tema de Daria. Nuestra madre tomará la decisión de qué hacer con ella. No sé cuántas veces lo repetiré. Si no toma ninguna medida, no es nuestro asunto. Les insto a que se dediquen a cumplir con sus responsabilidades. Ya tenemos suficiente con el estado de Nuriel, así que lidiar con sus comportamientos infantiles resulta agotador ―habla Adriel.
La discusión concluye y me encuentro en total soledad en la sala.
No tengo conocimiento de cuántas horas han transcurrido; estoy segura de que me quedé dormida en uno de los muebles de la sala donde nos retrataban. Eso sí, en compañía del perro al cual he estado fingiendo no ver.
No le he dirigido ni una palabra, permitiéndole que se sienta superior, mientras trazo mi plan para vengarme de lo que hizo en aquella consulta.
Los alaridos de mi madre son los que me sacan de mi sueño. Sin dudarlo, me levanto y llego a la habitación; es entonces cuando me encuentro con el monitor de mi padre sin actividad. Mi madre llora desconsolada y mis otros familiares intentan reconfortarla.
Aunque no presencié su supuesto fallecimiento, el verlos afectados de esta manera compensa mi ausencia en ese momento crucial.
―¡Nuriel!, te lo ordeno, ¡levántate o te voy a destruir cuando llegue al infierno! Nos comprometimos a buscar la felicidad, debemos cumplir la promesa ―le reclama al cuerpo inerte.
Mi madre no llora, su rostro es más furia revuelta con desilusión.
―Cariño, se ha ido ―Darek se acerca y madre no duda en abrazarlo―. Desde el inicio estábamos esperando lo peor, sabíamos que era probable su muerte ―masajea el cuero cabelludo de mi madre en señal de consuelo.
―El culpable pagará, seguiré investigando y traeré su cabeza a la mesa ― expresa, Adriel. Puedo percibir su aflicción por un segundo, la cual no nos permite apreciarla en su totalidad debido a que se retira de la habitación.
Permito que las lágrimas fluyan, visibles para todos, y luego sigo el ejemplo del primogénito al salir de la habitación. Al instante, una sonrisa ilumina mi rostro. Una sensación de bienestar me llena de alegría; he logrado mi objetivo.
―Esa no es la cara de una persona que ha perdido a su padre, más bien es la de una ejecutora que ha logrado su cometido ―Kai dice, no lo pienso dos veces y evado sus palabras―. Deja de ignorarme ―continúa hablando sin éxito, ya que no lo determino.
Me desplazo por todos los pasillos mientras escribo unos mensajes que voy enviando, comunicando el fallecimiento de mi padre a la entidad. Así mismo, planeo el robo del cuerpo, tengo más planes por seguir.
―No posees la valentía para aceptar la realidad, tu deseo hacia mí es tan intenso que te lleva a creer que me odias ―me toma de la mano deteniéndome―. En realidad, anhelas estar conmigo ―vuelve a hablar.
―¿Cuándo eres rechazado, actúas de este modo? Con razón te dejo tu novia ―rompo la ley del hielo, intentando zafarme, pero la fuerza de mis movimientos no logra superar su agarre, que se mantiene firme. En cambio, se acerca cada vez más a mi figura.
―Tu cuerpo expresaba una opinión distinta en aquella ocasión.
―No me dejo dominar por mi mente o, en otros casos, por mi corazón; solo sigo lo que mi instinto me ordena. Ten por seguro que a ninguno de estos tres le gustas, ni siquiera un poco.
«Yo veo algo de mentira ahí».
Las manos de él se apoyan en mi cuello, ejerciendo presión y acercando mi espalda a su pecho, mientras lo prominente que lleva en sus piernas presiona mi trasero. No permito que algo tan trivial como el deseo interfiera con mis instintos, al menos no en esta situación.
Llevo mi mano hacia su pantalón y al tocarlo por encima, percibo su erección. Comienzo a masajearlo y rápidamente crece en tamaño.
―Y ahora es tu cuerpo el que no refleja que estés en control ―se escucha un suave jadeo escapar de su boca, y sin dudarlo, lo agarro con fuerza. Una queja por su parte me permite liberar su mano de mi cuello, lo pateo y lo coloco a mis pies―. Ya te dije y lo seguiré reiterando, siempre estarás en una posición de sumisión, tal como estás ahora, de rodillas.
Me ofrece una sonrisa y le doy la espalda, dirigiéndome hacia donde está mi pequeño rubio. Es momento de ver su programa favorito y quiero verlo con él. En la tarde tengo mi segundo golpe y necesito tranquilidad; solo él me la da.
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―Encontrarnos en una subasta fue estratégico, estoy segura de que mi equipo de seguridad le comunicará a Cala que hable con una persona a la cual ellos no conocen, por cierto, ¿cuál es su identidad ahora? ―le extiendo mi mano en señal de saludo y él corresponde estrechándola.
―No tengo intención de encontrarme con una persona desleal en un lugar solitario. Soy consciente de que podría poner en peligro mi vida, ya que usted me eliminaría, dado que soy el obstáculo que se interpone en su camino. Además, usted ya está al tanto de la identidad que estoy utilizando.
―Es astuto, pero no olvide que esta persona desleal no requiere privacidad para asesinarlo.
―¿Eso es una amenaza?
―Simplemente complemento su oración.
―Daria, si no te entregas y confiesas, me veré obligado a hacerlo yo.
―No, Karim, continuaré con mi plan, guardarás silencio y al mismo tiempo actuarás como si no hubiera pasado nada.
―¿Y si digo, no?
―Ya los has dicho anteriormente, voy a matarte ―una burla se manifiesta y trata de retirarse, pero yo la detengo―. Dispone de cinco minutos exactos antes de que el veneno surta efecto. Cabe mencionar que fui yo quien lo elaboró especialmente para usted. Una vez que entra en contacto con la piel, comienza a actuar en el organismo del infectado. Cuando toque su mano, entrará en su sistema.
―Merde! Ce n'est pas possible! ―pronuncia en un impecable acento francés, lo cual confirma lo que investigué.
―Es muy posible, parece que el hombre con más medallas y misiones perfectamente ejecutadas se ha distraído ―recalco segura.
―¿Cree que no tengo un plan de respaldo?
―Estoy segura de que sí, permítame antes hacerle una pregunta: ¿Preferiría priorizar su lealtad hacia una agencia o su propia vida?
―Sabe la respuesta.
―Siga mis instrucciones y borre de su mente cualquier información que haya descubierto, ambos buscamos lo mismo, solo que tenemos enfoques distintos.
―No es así, usted está asesinando en vez de atrapar al objetivo. Me está llevando a una investigación que nunca llegará a nada, sin importar las pruebas que recolecte: Esas personas morirán.
―¿Está usted familiarizado con el dicho: «Muerto el perro, se acaba la rabia»?
―Se unió a la agencia con el objetivo de evitar que obstaculizáramos su plan, el cual consistía en eliminar a todos antes de, ¿no es cierto?
―Usted es un hombre muy listo, sabe qué decisión tomar. Le prometo que le entregaré todo: armas, fármacos y secretos que guardan mis padres e incluso socios. De todas formas, es lo que he estado haciendo. Podría haber optado por la mentira y quedarme con todo. No interfiera en mi camino y así podremos ser buenos amigos. En el futuro, no quiero tener que ser un asunto de riesgo para ustedes.
―No me ofrece una opción, nuestra organización cuenta con protocolos que debemos seguir rigurosamente. Si usted piensa que Woflynn no sospechará nada cuando su plan se lleve a cabo, me hace notar su ingenuidad.
―Soy consciente de eso, por eso he estado llevando a cabo mi trabajo de manera impecable. Sé que usted le ordenó a mi exnovio que me siguiera y es gracias a él que usted está al tanto de casi todo. La agencia le dio esa orden porque el alfa tenía sospechas, lo cual es comprensible. Formo parte del equipo y cada vez hay más cadáveres y escasas pruebas, lo cual claramente me señalaría como la responsable.
―Está equivocada, ahora tengo una ventaja, ya que usted desconoce quién la está traicionando.
―Karim, no consideres esto como una ventaja, pues soy consciente de las personas que conocen el plan que estoy llevando a cabo. Si ellos lo saben, es porque están involucrados en el juego sin ser conscientes de ello, incluso tú y la agencia. Dile a Heba que no se entrometa en mis asuntos ―el silencio nos invade y con una gran sonrisa expreso la última frase―. Olvidé que no podrá, ya que usted va a morir; fue grato conocerlo y trabajar a su lado.
Me pongo de pie y levanto mi cartel que trae un número, el hombre me señala con una sonrisa.
―Vendido a la señorita ―habla el hombre que presenta los productos en la subasta. Los invitados aplauden y cuando intento retirarme, él me lo impide.
―Que le quede claro que solo lo hago porque valoro más mi vida, su causa me parece nefasta, pero ese ya no es mi asunto, como usted dijo; ahora yo padezco de amnesia. Seguiremos en comunicación para que cumpla su palabra, la apoyaré en todo lo que me dé a ganar pruebas, en los otros planes estoy fuera.
―Inteligente de su parte, Karim, nos vemos pronto entonces.
―Cuídese de su familia, espero que sea tan lista como demuestra por qué no iré a salvarla si es descubierta.
―No lo necesito, tómese esto y esta otra dosis es intramuscular, mándeme un mensaje para saber que aún vive. Por cierto, no serán nada agradables las siguientes horas, mucho dolor y demasiada fiebre ―le hago entrega de los dos frascos antígenos.
Me dirijo hacia la mesa donde dejo mis datos pagando y solicitando la entrega del jarrón en mi domicilio.
La seguridad me sigue y es en este momento cuando pongo en marcha mi estrategia de escape, esta vez contando con la ayuda de mi mejor amigo.
Me estoy dirigiendo a su residencia mientras finalizo los últimos detalles del plan que se ejecutará en dos horas. Hoy atraparemos al coyote, al cual le espera una muerte dolorosa.
Mientras me encontraba frente a su residencia, recibo una llamada de Heba lo cual me hace deducir que aún mantiene contacto con el Beta. Había asumido que él estaba sufriendo tras recibir la primera dosis de la cura, pero al parecer ya se comunicaron.
―¿Qué pasa? Necesitas información para ir a comentar con tu nuevo amigo.
―No se trata de lo que crees, él me engañó y yo fui ingenua.
―¿De verdad? ¿Permitiste que te engañaran? ¿A ti te engañaron?
―Te resulta difícil de creer, lo sé, pero estoy realmente preocupada. Sabes que te aprecio.
―Considero más verosímil que hayas insinuado mi plan a ese espía que afirmar que me quieres. Ni siquiera Brenda me ha traicionado, y ella es más emotiva que tú. Engaña a otra persona con tus mentiras.
―Lo juro, D. Me ha manipulado. Te recomiendo tener precaución y si prefieres no tener más contacto conmigo, lo comprendo. Debes saber que seguiré manteniéndome informada sobre ti.
―Ya que no quiero perder a otra amiga, fingiré creerte. No obstante, espero seas más perspicaz. Eres la persona más inteligente que conozco, por lo que me resulta sorprendente que te dejes engañar por ese hombre ―es notable el sarcasmo en las palabras―. Esta situación me lleva a cuestionar tus habilidades.
―Ese ya es un hombre muerto.
―No, me sirve mejor vivo, así que no lo toques. ¿Entendido?
―Si así lo quieres no tengo problema.
Termino la llamada y enseguida siento los labios de Aleix unirse a los míos, sin darme tiempo a protestar.
―¿Vamos arriba? ―propone.
―Sí.
Una vez adentrados en la habitación, mi amigo me muestra su tableta con las cámaras de seguridad, lo cual me brinda una oportunidad de escape y, además, me familiarizo con el protocolo de seguridad que él sigue.
―Tengo la confianza de que se me otorgará una compensación adecuada, dado que resulta perturbador y monótono tener que permanecer encerrado en esta habitación durante un prolongado período de tiempo. No me has dicho, ¿cuánto tiempo es? ―me dice, tomándome de las caderas y pegándome a su cuerpo.
―Te pagaré muy bien, se suponía que no tenías problema con el tiempo ―dejo un casto beso en sus labios.
―No hay inconveniente, cuídate y procura no tardarte, ya que debo salir a cumplir con una tarea. Pero no te presiono, aclaro.
Después de superar obstáculos, es decir, huir del perro antes de que me cuestionara, Kai se encargaba de vigilar las posibles salidas, lo cual añadió cierta complejidad a mi estrategia, pero al final lo conseguí.
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Ahora estoy llegando a una bodega abandonada, donde mis asociados me están esperando. He de mencionar que me siento irritada y tengo la sensación de que algo se avecina, un presentimiento. No me refiero ahora, pero sé que algo está por suceder y será malo para mí.
―Llego la invitada especial ―dice Hilai, lo ignoro directamente y me posiciono donde está Grigori.
―He logrado establecer comunicación con la Cosa Nostra, ya que el individuo aquí presente en este momento es el designado como futuro heredero, quien evidentemente carece de contactos, pero yo sí los tengo. Han designado a su nuevo líder y parece ser que ha sido influenciado por tu madre. Sin embargo, hay algunos que no están de acuerdo con la intervención de Cala Baker en este asunto, ya que el título originalmente pertenecía a Cesare y los seguidores del líder anterior discrepan con esta decisión.
―Mucha explicación, en resumen ¿Qué conseguiste? ―le cuestiono a Grigori.
―Fui conducido hacia el lugar donde se encontraban almacenadas unas armas y las sustraje en la mañana de hoy.
―No mencionaste mi nombre, ¿cierto?.
―No, simplemente les indiqué que difundieran el rumor de que yo fui el responsable del robo. Mi intención es generar inquietud en tu madre y que yo sea considerado como sospechoso. Siempre fue parte del plan, ¿no es así?.
―Así es, mi padre acaba de fallecer y la situación está bastante tensa, por lo que tendrás que lidiar con Adriel. A partir de ahora, se prohíbe el uso de cualquier dispositivo electrónico sin el permiso de Grigori, y esto aplica para todos ―captó la atención de los otros dos hombres presentes―. Incluyendo los reclutas.
―¿Qué reclutas? ¿Y entonces cómo nos comunicaremos? ―dice Cesare.
Hilai, Gregori y yo nos observamos entre nosotros, estoy segura de que nuestros pensamientos son los mismos: un tiro sería el mejor regalo para este hombre.
―Si eres bruto, me refiero a la comunicación con la Cosa Nostra. Mi hermano se ocupará de ellos, ya que mi madre metió sus narices en esa mafia. Si nos ponemos en contacto, podríamos ser descubiertos. Nadie sospecha de nuestra asociación, por lo que probablemente nunca seremos investigados, y en caso de que eso suceda, tengo medidas de precaución preparadas.
―Podrías explicar mejor, no soy bruto ―el enojo es evidente en Cesare.
―No eres bruto, solo te falta ser más deductivo. Nunca hubieras sido el heredero, ¿no pensaste en ser algo más?
―No es como si tuviera opciones ―confiesa.
Su destino fue elegido por el simple hecho de ser hijo de quien es.
―Hilai se ofreció con sus hombres ―cambio el tema―, pero no quiero a la mafia inglesa aquí, le son fieles a mi madre, así tú digas lo contrario ―fijo mi mirada en el rubio.
―¿Ahora si me hablas? Mi grupo y socios son de mi total confianza, Daria.
―Ese es el problema, no tengo confianza en ti aunque estés aquí.
―No tengo contacto con Wolflynn ―contraataca.
―Evidentemente, eso lo sé, ya les contaste todo qué más podrías ir a decir.
Me acomodo en la mesa con mi ordenador, iniciando la búsqueda de todos los documentos necesarios y enviando un mensaje para solicitar una llamada de la persona en cuestión. Cesare se encuentra recostado, masticando chicle. Aunque no destaca como líder, demuestra ser un buen soldado. Me percaté de esto durante nuestra conversación en el ascensor aquel día.
Hilai me observa atentamente, sé que tiene mucho que decir, pero no le daré la oportunidad.
Grigori sigue ocupado trabajando, puedo ver que está revisando los planos del laboratorio de mi padre, ubicado en la mansión Baker.
―Este es el plan de hoy. En unos minutos llegarán los hombres que contraté. Seguiremos su liderazgo, ya que son buenos en lo que se relaciona con el secuestro.
―¿De quién estamos hablando? ―Hilai interviene tomando mi laptop y examinando los planos del lugar donde se encuentra el Coyote.
―No creo que lo distingas ―me dirijo a él― ¿Todos quieren venir?
―Yo sí, estoy aburrido de mi encierro ―Cesare se pone de pie.
―Yo también iré ―responde Hilai y me extiende la laptop, luego le hace una trabilla con su pie a Cesare.
―Sigues igual de maleducado e inmaduro ―le recrimino.
―Y tú sigues arrugando la nariz cuando algo te fastidia.
Ambos nos observamos de forma nostálgica, como si aquella conexión y complicidad empezara a brotar nuevamente. Hasta que el sonido de la silla reclinada provoca que ambos prestemos atención al hombre que se pone de pie de forma enérgica.
―El día del funeral, ese día aprovecharé la oportunidad para conseguir la información contenida en la carpeta ―camina de lado a lado entusiasmado.
―No sé si mi padre será enterrado mañana o pasado mañana, tienes uno o dos días para planearlo.
―Ya tengo un plan.
―Como diga, señor G.
A medida que los minutos transcurren, nos vestimos con ropa cómoda y nos preparamos con el equipo necesario. Organizamos las armas, seleccionamos los vehículos y en voz alta mencionamos los planes de respaldo y los posibles fallos.
Al recibir el mensaje, sé que es hora de partir. Mis conocidos en el mundo de los mercenarios y sicarios estarán dispuestos a brindarme su ayuda. Ninguno de ellos tiene relación con mi mejor amigo, ya que eso podría convertirse en un problema si llegara a enterarse.
En el exterior de la bodega a la que llegamos, nos encontramos todos frente a Kevin. No puedo evitar sonreír al recordar sus motivaciones y palabras de aliento durante los entrenamientos.
―Melenas, has crecido un poco, y ese cabello te luce.
―¿Cómo estás, Kevin? Tú sigues igual de horrible, ¿nuevo tatuaje?
―Sí, demasiados. ¿Me presentarás a tus socios? ―ojea detrás de mi hombro analizando a los tres hombres.
―Claro, ellos son: Gregori, Hilai y Cesare.
―El ex convicto, el nuevo líder de la mafia inglesa y el destronado de su título de Capo Italiano. Soy Kevin, por cierto, síganme y saldremos todos bien y con el dichoso secuestrado, espero tengan equipo de calidad y no chiviados.
Las personas mencionadas lo observan con enfado, pero no tienen la oportunidad de contradecirlo, ya que les da la espalda.
Toma mi mano, conduciéndome hacia los vehículos.
Durante el resto del trayecto, continuamos conversando. Él me relata sus experiencias laborales con la entidad, mientras yo le cuento cómo logré unirme a ella. Afortunadamente, mis compañeros están en otro vehículo, lo que me permite hablar sin revelar algo que me comprometa.
Nos encontramos a pocos metros de la posición actual del individuo al que estamos cazando, donde nos aguarda un grupo de diez hombres. Sumando a Kevin, a mis colegas, al agente encubierto en el grupo del Coyote y a mí, seríamos un total de quince personas. Nuestro entrenamiento nos hace ver como si fuéramos el doble de personal.
―Hemos sido informados por nuestro contacto de que hay sospechas y están planeando sacar al objetivo. Debemos actuar de inmediato o el plan se arruinará.
―Entonces vamos ahora mismo ―afirmo, verifico mi teléfono móvil y confirmo que no he sido descubierta por mi familia todavía, aunque tengo llamadas perdidas.
―Equipo Luna Oscura, lado izquierdo; Equipo Luna Clara, lado derecho. Equipo Luna Roja, o sea, nosotros, entraremos por la puerta principal en cuanto ustedes den la orden de haber eliminado a todos, ¿entendido? ―ordena Kevin a sus hombres.
Cada uno desempeña su papel y los disparos distantes son audibles. Kevin nos indica que lo sigamos y sin dudarlo, levanto mi rifle. Traigo encima un pasamontañas sin razón alguna porque quiero que ese maldito vea mi cara.
―Luna oscura, informe ―habla por radio, pero no recibe respuesta―. Luna clara, posicionamiento, reporte de estado.
Ante la ausencia de respuesta, nos sentimos preocupados y finalmente tomamos la decisión de ingresar. Al adentrarnos, pude percatarme de la presencia de un gas de tonalidad peculiar, lo cual me llevó a reaccionar por instinto, empujando a todos los hombres para sacarlos al exterior.
A pesar de sus quejas y su insistencia en buscar explicaciones, únicamente los empujo y les recalco la importancia de taparse la nariz. Kevin, visiblemente enfadado, me observa mientras me deshago de la manta que cubre mi rostro.
―Conozco esa cara, ¿qué fregados pasó allá adentro mija? ―me dice el colombiano: Kevin.
―El gas pertenece a mi padre, todos los presentes en el interior deben estar fallecidos, ninguno de ustedes tiene permitido el acceso, sin embargo, yo sí lo haré.
Kevin, lleno de frustración y furia, se deja llevar por un arrebato de ira, pateando y lanzando todas sus armas.
―Yo los traje, ¡mierda!
―Tu infiltrado nos engañó, él pudo saber del gas, entraré por él y por el Coyote.
―¿Y si te mata? es peligroso.
―No va a herirme.
―¿Qué tan segura estás?
―Muy segura ―no refuta al ver mi seguridad, y tampoco es como si pudiera retenerme.
El gas únicamente provoca un intenso dolor de cabeza cuando ingreso, el cual puedo soportar gracias a que mi hermano Cadmon me enseñó a respirar adecuadamente como parte de un entrenamiento.
Comienzo a revisar cada una de las habitaciones, pero de repente siento una presencia detrás de mí y me volteo rápidamente apuntando con mi arma. Él también me apunta con su fusil, con una sonrisa macabra que me recuerda a aquella noche.
―¿Quién te dio el gas? ―pregunto.
―Un amigo, de máscara de gas, ¿lo conoces?
―Claro que sé quién es, ¿trabajas con él? ―lentamente busco entre mis bolsillos un artefacto que pretendo usar.
―Un interrogatorio, eso significa que no sabes nada ¿No vienes a matarme? ―la ironía es notoria.
―No, vengo a llevarte a mi humilde hogar ―lanzo un dispositivo que se incrusta en su piel y cuando intenta sacarlo libera un sedante que induce la inconsciencia.
Finalmente, tengo la satisfacción de ver al hombre que me atormentaba rendido ante mí. Este trabajo resultó ser sencillo, tal como siempre he afirmado: si permites que la marea baje, todo se tranquiliza; avanzas bajo el agua con cautela y luego emerges como un tsunami que toma por sorpresa.
Ahora yo seré su verdugo.
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17 DE SEPTIEMBRE DEL 2024.
Londres/ Día.
Casa Grande de los Baker.
El ataúd de mi padre es bajado y colocado en la sepultura frente a la presencia y mirada de todos los integrantes de la familia. Cada uno de mis padres y hermanos, con sus distintivos gestos, que ahora están dejando ver sin mantener una máscara de hielo impenetrable.
Mi madre es la primera en acercarse, toma un puñado de tierra y lo arroja junto a una rosa de color negro. Después, mis padres, mis hermanos y finalmente yo nos acercamos, repitiendo el mismo gesto.
El único sonido perceptible es el de la arena golpeando el féretro y la pala al hundirse en la tierra, mientras la familia permanece en absoluto silencio. Somos los únicos aquí presentes, observando cómo la arena cubre por completo el ataúd.
Deseo que este asunto de la "muerte" concluya prontamente.
Es importante señalar que la cripta familiar se encuentra en la misma propiedad, a una distancia de varios metros, dada la magnitud de la misma. He considerado numerosas maneras de explotar con dinamita este lugar, ya que soy consciente del profundo aprecio que mis padres sienten por esta casa.
Aún resta la breve reunión que se llevará a cabo al término del sepelio. No logro comprender su propósito, pues parece más bien una reunión social y un evento con comida gratuita para los invitados que van llegando y dejando su pésame; ninguno estuvo en el entierro.
Todos nos encontramos todos reunidos en el salón, el cual está decorado con fotografías de Nuriel. Ahora, toda la atención se centra en Kale, quien se encuentra en una pequeña tarima. Presiento que se acerca un discurso.
―En el día de hoy deseamos honrar la memoria de nuestro querido Nuriel y reflexionar sobre la vida que compartimos con él. A pesar de la tristeza que nos embarga por su partida, sentimos una profunda gratitud por todo lo que nos brindó y por el impacto positivo que tuvo en nuestras vidas. Su legado trasciende lo material, ya que su verdadero valor radica en la forma en que tocó los corazones de quienes lo rodeaban. Sus recuerdos perdurarán eternamente, lo recordaremos en la sonrisa de nuestro hijo Cadmon.
Mi Padre se baja y es recibido con un abrazo por parte de dos individuos, quienes, según tengo entendido, son sus socios en la empresa de negocios internacionales que posee.
Cala se encuentra ahora en el lugar que solía ocupar mi padre en la tarima. Su expresión ya no muestra tanto desamparo como cuando descubrimos sin vida a Nuriel en la cama. Ahora logra disimular mejor su dolor, aunque su sonrisa aún parece algo forzada.
―Nuriel, siempre ahí para mí. Su presencia era reconfortante y su apoyo incondicional me daba fuerzas para enfrentar cualquier desafío. Siempre dispuesto a escuchar y brindar consejos sabios, su sabiduría y experiencia eran invaluables. Su partida deja un vacío irremplazable en nuestras vidas, pero su legado perdurará en nuestros corazones. Mi esposo por siempre, aunque se adelantó sé que donde sea que este nos estará esperando.
Ruedo los ojos y me escabullo entre los invitados en busca de un buen whisky, desde que secuestre al sarnoso coyote, no he podido beber ni una gota.
Después de dejar al hombre raptado en un lugar oculto, me trasladé a la casa de Aleix, pasando la noche. Cala me pidió que le ayudara a organizar los documentos relacionados con los negocios de Nuriel, los cuales serán transferidos a Benyamin. Continué siendo su asistente el día siguiente para coordinar la realización de este evento y los arreglos funerarios.
Lamentablemente, no he podido ver a mi hermano Daren en persona, ya que se encuentra en una residencia en las afueras debido a la restricción de no permitir la presencia de niños en dicho evento. Lo bueno es que tengo a Vidar conmigo; su compañía siempre es tranquilizante y más aún acariciarlo.
He recibido información de Grigori de que ha ingresado recientemente a la residencia y se dirige al laboratorio de mi padre con la intención de sustraer la carpeta "CKND". Debo permanecer vigilante en caso de que Adriel sea alertado. Aunque nos encontramos en un salón apartado, el sistema de seguridad de mi hermano tiene la capacidad de enviar un mensaje de alerta, y Adriel siempre está atento a su teléfono móvil.
He organizado una distracción de antemano; por lo tanto, tomo mi ordenador y me dirijo hacia donde se encuentra Adriel. Él está acompañado de una mujer; también están presentes, Brenda y su amigo más cercano, Andrew.
Al tocar su hombro, la mujer de cabello ondulado me mira con nostalgia y enojo, mientras que los otros dos me sonríen, a excepción de mi hermano, quien me observa con fastidio.
―Necesito un favor ―le susurré al mayor de mis hermanos.
―¿Ahora?
―Sí.
―¿No puedes sola?
―Si te lo menciono es porque me resulta imposible hacerlo.
―Lamento interrumpir, pero debo atender un asunto de suma importancia. Continuaremos nuestra conversación sobre tu seguridad en otro momento, Brenda ―mi amiga frunce su ceño unos instantes y asiente.
Es posible que ella crea que no deseo que mi hermano le brinde ayuda en lo que sea que estén organizando.
Ambos nos distanciamos, entonces nuestra madre nos llama, pero con una mirada le indicamos que tenemos compromisos pendientes.
―Espero sea importante, Daria.
―Es mi computadora, creo que la han hackeado o están intentando hacerlo, no sé, solo arréglala.
―¿No puedes sola? Yo te enseñé como hacerlo.
―Lo sé, pero toda esta situación con mi padre y Darío me pone triste. Los velorios aún más, ¿puedes o no?
Le entrego la computadora portátil y él la toma, comienza a presionar los botones e inserta una memoria que tenía guardada en su bolsillo. Mientras tanto, me concentro en su teléfono celular, que coloca a un lado. A medida que los minutos pasan sin recibir ninguna notificación, me surge la pregunta de si Grigori cuenta con buenos hackers, ya que aparentemente la seguridad de Adriel no ha detectado nada.
He recibido un comunicado de Grigori, informándome de que ya se encuentra pasando la información. No obstante, observo al personal de seguridad de la casa, entre ellos Kai, desplazándose rápidamente, por lo que me mantengo alerta.
―¿Ya casi acabas?
―Sí, y deja de atosigar, Daria.
―¿Me hackearon o lo intentan?
―Lo hicieron, ya lo estoy solucionando.
Cuando suena su teléfono y la pantalla se ilumina, él trata de tocarlo, pero yo lo detengo.
―Primero mi computadora.
―Daria, dime una cosa: ¿Quién está atacando la casa? ―dice, intento no reflejar ninguna expresión en mi rostro.
―¿Casa? No sé de qué hablas.
―¿No sabes? Qué raro ―dice con ironía.
―¿Por qué yo sabría de un ataque?
―No lo sé, dímelo tú.
―Si esto es algo de tus juegos mentales que molestan a otros, tienes más hermanos a los cuales fastidiar. Yo solo quiero mi computadora para hablar con nuestro hermano, el más pequeño. ¿Lo recuerdas, no?
―Tienes razón, tú no sabrías nada y tampoco haces nada. Eres una cobarde que no podría ni podrá contra nosotros, aunque lo quieras intentar.
Las palabras que pronuncia no tienen ningún impacto en mí. Lo que me preocupa es la situación de Grigori, ya que no responde a mis mensajes y no sé si ha recibido mi aviso a tiempo.
Adriel finaliza su labor en completo silencio, sin emitir ni una sola palabra. Simplemente, se levanta y coloca mi computadora portátil en la mesa, la cual ya ha sido reparada.
Mientras se aleja, lo observo detenidamente y percibo su ceño fruncido al descubrir el mensaje que evité que viera. Pronto llama a mi madre y ambos se retiran juntos. Es momento de colaborar, aunque eso signifique revelar probablemente la presencia de alguien; no puedo permitir que lo capturen.
Mientras subo las escaleras, noto a los guardias de seguridad realizando una revisión. Aprovecho un instante de distracción para atacar: clavo una daga en el cuello de uno de ellos y pateo al otro, rompiendo el vidrio y haciéndolo caer cuatro pisos.
―¿Sientes eso?, como tus pulmones se llenan de sangre y te es pesado respirar ―incrusto luego la navaja en su columna, cae al segundo ―ahora no te puedes levantar porque acabo de romper tu espina dorsal.
―Basta, te lo ruego ―se queja, aprieto su cuello asfixiándolo.
―¿Te he dicho que hables?
Al escuchar las voces de Cala y Adriel, me escondo rápidamente, sintiendo alivio al ver un mensaje que dice: «Estamos saliendo y tengo la información».
Al emerger de mi escondite, dejando el cuerpo inerte a la vista, me encuentro con un individuo de pie, el cual resulta un tanto intimidante. Lo que más me intriga es su presencia y esa máscara de gas. ¿Cuál es su propósito aquí?
"Hola" dice en su dialecto de seña.
―No sé quién seas ni tampoco me importa, pero si sigues jodiendo mis planes te mataré.
"Hazlo, me tienes aquí frente a ti"
―Buen punto, lo raro es... ¿Acaso viniste aquí para que te mate?
"Mujer lista, por eso me gustas"
―Causo eso en todos, un hombre que finge ser mudo me llama más la atención.
"¿Está segura de que finjo?"
―No lo sabremos, o tal vez te oiga gritar mientras suplicas que me detenga, porque vas a morir.
Soy embestida por Kai mientras intento disparar al enmascarado. Estuve a punto de ser alcanzada por las balas de un francotirador. El hombre tras la máscara demostró ser sumamente habilidoso, a diferencia de mí, que actué de manera precipitada y sin pensar.
Ahora me doy cuenta de que no debo subestimar a este hombre.
Empujo al perro que sigue sobre mí e intento seguir al supuesto mudo, pero Benyamin me detiene. Inicio un forcejeo por intentar apartarlo, pero él no me suelta, luego se desplaza de un lado a otro y obstaculiza mi progreso.
―¿A dónde tan apurada? ¿Huyes de un crimen?
―¡Cállate y quítate! ¿No viste a un hombre con máscara?
―¿Estás drogada? ¿Un hombre con máscara en una fiesta de velorio?
Finalmente, me deja pasar; recorro todos los lugares en busca de respuestas, sin éxito. Sin embargo, durante este recorrido, tuve la oportunidad de pensar. ¿Por qué Kai apareció tan de repente? ¿Cómo supo del francotirador? Se suponía que él estaba con mi hermano.
Mi mente comienza a formular deducciones que podrían ser acertadas o no.
En vez de volver al salón, me desvío y me dirijo hacia el área donde se encuentran los cuartos de los guardias de seguridad. Ninguno de los vigilantes emite palabra alguna cuando camino por el pasillo de sus habitaciones; actúan como si no me vieran e ignoran mi presencia.
Me adentro en su cuarto sin preocuparme si se da cuenta de que estuve aquí, registro meticulosamente los cajones, el armario e incluso su cama y colchón en busca de una posible caja fuerte o algún escondite secreto. Lamentablemente, no encuentro nada. Decido revisar el último lugar que podría contener algo: su computadora.
Me llevó casi sesenta minutos lograr abrirla; en su interior no encontré más que las misiones ya realizadas y el cruce de armas. Aunque esta información me sirve como evidencia, no responde a la incógnita de quién es este individuo.
No se halla ningún rastro de su pasado, salvo el de una mujer en unas fotografías antiguas en las que aparece más joven. ¿Podría Kai formar parte de Wolflynn? No lo considero factible, pero ¿y si me equivoco y estoy siendo utilizada como peón en el juego de alguien más?
Logro decodificar una carpeta oculta; al abrirla, se titula "Investigación, paciente 06". Me quedo completamente atónita. Me encuentro a mí misma en ella, con un sistema de cámaras instaladas en mi habitación. Además, contiene numerosas subcarpetas con diversas temáticas, como fotografías de todas las etapas de mi vida, imágenes de lugares en los que he estado y creía que nadie tenía conocimiento, e incluso registros médicos.
También se incluye información detallada de todos los lugares que visité cuando me alejé de mi familia. Además de lo mencionado, posee una mayor cantidad de carpetas con cámaras de seguridad de algunas residencias que tengo bajo una identidad secreta.
Incluso cuenta con cámaras en las casas de Brenda y Aleix, así como una carpeta titulada "Beta#22042005", la cual contiene información limitada y solo ha logrado obtener el nombre Karim y un registro de nacimiento. También se encontró algo relacionado con una mujer llamada Natasha Yermolov, quien es conocida como la paciente 0 del proyecto reptil.
La puerta es abierta y no tardo en tener mi arma lista.
―Daria.
―¿Quién eres tú y qué es lo que buscas?
―Escúchame, no vine a hacerte daño. Si fuera así, ya lo habría hecho.
―No lo has hecho porque primero estás investigando, pero esto parece más un acoso. Esa información que tienes no es para asesinar, sino para acechar. ¿Por qué me acechas?
―Tienes razón, busco debilidades.
―Es por mis padres, ¿te hicieron algo?
―No voy a hablar de eso contigo.
―Entiendo, pero lo arreglarás con ellos porque iré ahora mismo a contarles que tenemos un puto psicópata acosador en nuestra casa.
Me pongo de pie, sin dejar de apuntarle, e intento llegar a la puerta, pero se me viene encima y las balas van directo al techo.
―No preciosa, tú no vas a contar nada.
Le propino una patada, pero su fuerza me supera y me deja inmovilizada. Como último recurso, busco el sedante de mi bolso y lo incrusto en su cuello.
―Crees que no sé qué esto es un sedante, tú misma lo dijiste. Te acecho y conozco cada secreto.
―Yo sé el tuyo, sé dé la mujer que proteges.
―Le toca un solo cabello y...
―A mí no me amenaces, el que tiene las de perder eres tú.
―Sé lo dé Wolflynn.
―Cuéntalo, pero evidentemente algo te lo impide ¿No es así?
―Ambos buscamos lo mismo.
―El tren de socios partió y tú te quedaste sin tiquete, a mí solo me estorbas.
―¿Solo te estorbo o te gusto demasiado?
―Tienes el ego más grande que tu pene.
―No, ambos son iguales.
―Dulces sueño, Kai ―su rostro se asombra sin entender.
Como no se arrancó el dispositivo por sí mismo, yo le hago el favor de arrancarlo con mi boca; al segundo, cae inconsciente al serle administrado el sedante.
Tarea importante: ¿Investigar quién es Kai y cuál es su objetivo?
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.
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Merde! Ce n'est pas possible! Mierda no es posible
Kai es un acosador. ¡KHEEEEEEE! ¡TRAKAAA!
El retrato de la familia Baker me recuerda a los reyes de Reino unido.
¿Sospechan de quien es el enmascarado?
El coyote al fin recibirá su merecido.
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