"El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida."

Oscar Wilde

Agente Carson

Llego corriendo al estacionamiento. No estoy para perder el tiempo, pero antes de arrancar el auto Mason se coloca en el capo impidiéndome mover el vehículo. Suspiro cansada y exasperada de todo esto.

- ¿A dónde crees que vas Amelia? - las cosas se pusieron serias, ya me ha llamado por mi nombre. Lo volteo a ver y ruedo los ojos.

-Ya sabes a donde me dirijo. Blake ya te comento de mi paradero- él asiente, suspira y me regala una sonrisa desganada.

-Cariño, sabes que te amo y me mata la idea de que busques a un Yakuza- le doy un apretón en la mano, para luego besarlo.

-Lo sé, pero necesito que te quedes con Dante. Estoy segura de que lo van a interrogar y quiero que tenga un abogado- me ve serio, pero no dice nada.

-Te lo voy a recompensar con lo que quieras- comienza a reír y abre la puerta del auto.

-Esto de va a costar muy caro Amelia- niego con la cabeza y arranco mi auto.

Dante

Estoy lleno de moretones en la cara, me han dado una golpiza que con esfuerzo puedo levantar un poco el rostro de la mesa de interrogatorios.

-Dime basura, ¿Dónde esta el arma que usaste para matar a Jonathan Morgan? - al no contestar nada, otro golpe me llega en la parte posterior de mi cabeza.

Eso solo hace que me de sueño. Estoy a punto de sumergirme en la oscuridad, pero la puerta se abre de manera precipitada. Veo entrar a un hombre bastante alto que porta un elegante traje negro con un saco de tres botones y una corbata roja, el cabello es castaño claro, casi rubio, con unos ojos azules tan intensos.

El hombre se ve molesto, pero solo levanta un dedo en señal de silencio y se acerca a mí, examina cada una de mis heridas. Sin que yo me lo espere me comienza a tomar fotografías, para posteriormente llamar por teléfono.

-Ya viene el medico legista- me toma del rostro para verme por ultima vez, me extiende un lujoso pañuelo para que me seque el sudor.

-Mason... no tienes que hacer un escándalo por una basura como esta- así que él es Mason. La agente Carson no paraba de hablar sobre él.

No se supone que debía de estar aquí desde hace más de 5 horas, levanto un poco la cara para ver el desenlace de manera completa.

-Bueno, te tengo una mala noticia Ramírez, él al igual que tú tiene derechos, que acabas de violar. Así que espero que el dinero que te dio el señor Morgan sea suficiente como para afrontar una demanda y todavía alcanzarte para vivir el resto de tu miserable y ebria vida- el agente solo aprieta la mandíbula mostrando una molestia más que evidente.

-Mason, querido amigo- mi abogado solo alza la mirada, pero de una manera tan intimidante que hasta se me enchina la piel y presiento que en cualquier momento va a pasar a mayores.

Alguien entra por la puerta, ni siquiera me tomo la molestia de voltear a ver a la persona, simplemente porque el dolor de mi cuerpo puede más que mi curiosidad. Se aclara la garganta el recién llegado.

-Ramírez, es mejor que dejes a Dante en su celda- el aludido quita la vista de Mason y ve al otro agente con confusión.

- ¿De qué rayos está hablando? - lo que acaba de decir me interesa, ¿Cómo esta eso de que me puedo ir a mi celda?

-Al parecer la agente Carson hablo con su padre, él quiere que le des 48 horas a su hija para que encuentre las pruebas necesarias para demostrar la inocencia de este idiota- Ramírez suelta una sonora carcajada, no le encuentro sentido a nada. ¿A caso esa niña bonita si tiene más contactos de los que me dijo antes?

Quisiera decir que estoy feliz, pero es todo lo contrario. Si le soy sincero siento que ella se está arriesgando más de lo que debería. Hasta yo creo que soy culpable, al no recordar nada hace que me sienta más sospechoso de lo que Carson cree.

-No puedo creer que el padre de esa perdedora le diera tiempo- Ramírez comienza a reír de manera exagerada.

-Solo es un capricho de la princesita- el otro agente le hace segunda a su comentario.

Yo solo veo como Mason aprieta la mandíbula con suma molestia, antes de tomar su maletín de la mesa.

-Ya terminaron de hablar de la agente Carson o prefieren que le hable a su superior para que les traiga un café- los aludidos solo voltean a verlo de manera mal humorada, antes de colocar una sonrisa cínica en sus asquerosos rostros.

-Vamos hermano, no debes ponerte así, solo es una chica cualquiera- Ramírez lo toma del hombro de manera "amistosa".

Mason se sacude de manera violenta de su abrazo.

-Más te vale que no me vuelvas a tocar en tu vida- al momento el agente quita su brazo y aun lo ve de manera burlona.

-No me digas, ¿Qué me vas a hacer abogado de cuarta? – en ese momento de Mason le da una gran sonrisa, pero esta es astuta en lugar de cínica.

-Realmente no quieres saber de lo que soy capaz de hacer con tal de defender al amor de mi vida-Ramírez lo ve con confusión.

- ¿De qué rayo hablas Mason? - no dice nada, solo me toma del brazo para conducirme a la salida. Antes de abandonar la sala voltea a ver al agente.

-Sabes de lo que estoy hablando Marco Ramírez, esta de más que lo repita- el aludo solo lo ve con ojos de pánico. A caso el abogadito tiene mas mañas de las que aparenta.

Finalmente salimos del cuarto de interrogatorios, Mason me jala demasiado fuerte del bazo que comienza a doler, al instante le replico su acción.

- ¿Qué rayos te pasa abogado de quinta? - él se detiene abruptamente y me acorrala contra la primera pared que encuentra, pasan algunos agentes, pero no nos prestan atención a lo que hacemos.

Al contrario, caminan más rápido para evitar la mirada de Mason. ¿Realmente es tan intimidante como lo ve Ramírez? Me observa de manera despectiva y suelta un bufido, justo antes de dejarme libre.

-Para empezar, soy un excelente abogado- suspira para continuar caminando

-Presiento que me quieres decir más cosas, Mason- me voltea a ver, pero no se detiene a esperarme.

Entramos a mi celda, el se sienta en una esquina de esta mientras que la desesperación sube por su rostro.

-Amelia esta llegando demasiado lejos por ti- alzo una ceja en señal de confusión.

-De que rayos estas hablando- antes de agregar algo más, él se levanta del asiento y golpea la reja.

-Te juro que si le pasa algo a mi prometida te voy a matar Dante. Solo acepte ayudarte porque Carson me lo pidió, pero hasta yo sé que existen casos que no podemos resolver- me pongo a su lado en señal de apoyo.

-No tienes que ayudarme si no quieres, hasta este punto estoy dudando de mi inocencia, no sé a que grado de locura puedo llegar- suspira frustrado

-Es que no lo entiendes, si no la ayudo es capaz de llegar mas lejos de lo que crees. Ya fue a buscar a un Yakuza- me quedo helado, no puede ser todo lo que hace esta chica por mí.

-Entonces estamos en un problema mas grave de lo que pensamos- Mason me mira confuso

-Creo que no he sido del todo sincero contigo- justo antes de cantar como un pajarillo toda la información que sé, entra por la puerta un médico.