3
Jin ahogó un grito ante lo que había dicho su madre. Yuri se quedó en blanco hasta que el chico le pegó un codazo en las costillas.
— Ah... —alargó, respondiéndole a la mujer y luego se aclaró la garganta, todo comenzaba a cobrar un poco de sentido, por más loco que sonara, pero ¿acaso no era ya loco haber despertado en el cuerpo de otra persona— Con razón...
Jin le volvió a pegar un codazo al darse cuenta de que iba a contarle todo a su madre y le miró con los ojos muy abiertos, negando frenéticamente con la cabeza. ¿Acaso quería dejarlo como un loco?
Yuri soltó un quejido de dolor, pues este codazo había sido más fuerte que el primero.
— Oh, mamá, debo irme, Yoongi está llamándome. ¡Adiós! —habló atropelladamente y cortó.
— ¿Qué pensabas hacer? —preguntó Jin, casi gritando— ¿Estás loca?
— De repente todo comenzó a tener sentido. —Yuri se encogió de hombros.
El chico quiso poner los ojos en blanco. Comenzaba a darse cuenta de que a ella le faltaba un tornillo. ¿Cómo era que se creía aquel cuento del collar? Si lo pensaba bien, quizás sí podían pasar cosas malas, algo como un accidente o quizás hasta una enfermedad, pero llegar a pensar que sus cuerpos se habían intercambiado debido a eso era algo inconcebible.
— Estás loca. —murmuró en una pequeña risa.
Yuri hizo algo parecido a un puchero mientras lo miraba.
— ¿Entonces cómo explicas lo que está pasando?
Jin se encogió de hombros.
— No lo sé, pero vamos a averiguarlo.
Después de un momento de silencio, ambos acordaron que ya era hora de volver a sus actividades, así que caminaron juntos hasta acercarse un poco al edificio de la empresa y se separaron.
━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━
Cuando Jin se bajó del autobús demoró un poco en comenzar a caminar. Miró la gran instalación frente a sus ojos y tragó saliva. Él también había estudiado en la universidad, pero esta era una de las más prestigiosas del país y Yuri estudiaba una de las carreras más difíciles a su parecer.
Sacó su celular y se metió en el perfil de Instagram de Yuri para ver las fotos que había subido con sus amigos. Tenía que tener sus rostros en mente para así actuar de la manera más natural posible.
Eran dos chicas y un chico. La primera tenía el cabello tinturado castaño claro y se llamaba Sim Eunji, y la segunda era de cabello negro y se llamaba Park Jiyu. El chico se llamaba Han Minyoon.
Caminó apresuradamente porque ya comenzaba a hacérsele tarde y siguió las instrucciones que le había dado Yuri para llegar al salón donde se impartiría la clase. Se sentó en una butaca y se quedó inmóvil, mirando hacia la nada, pensando en qué haría para entender todo lo que estaba por decir el profesor si nunca en su vida había sido bueno en biología.
Se sobresaltó cuando unas manos chasquearon los dedos frente a su rostro. La chica que se llamaba Jiyu la estaba mirando con una gran sonrisa. Se sentó apresuradamente a su lado y puso sus cosas sobre la mesa.
— Creí que no vendrías hoy, faltaste a la clase de la mañana.
Jin soltó una risa nerviosa y dejó la vista fija sobre la mesa, justo donde reposaban sus manos, evitando así todo contacto visual con la chica.
Jiyu se quedó mirando a la chica. Aparte de haber faltado a clases, cosa que nunca hacía, estaba vestida de una manera totalmente diferente a la usual. An Yuri acostumbraba a usar vestidos y blusas coloridas, y ese día llevaba puesto un conjunto deportivo color gris que a la chica le pareció horrible.
— ¿Te ha llegado el periodo? —preguntó.
Jin giró un poco su cabeza para mirarla. No sabía a qué iba esa pregunta, pero sintió cómo comenzaba a entrar en pánico. A las chicas les llega el periodo regularmente, por lo que si estaba dentro del cuerpo de Yuri era muy probable que a él también le sucediese.
Y no estaba preparado mentalmente para eso. Había visto a Haneul cuando le pasaba, solía estar más somnolienta y unas ojeras oscuras se instalaban bajo sus ojos. Además de quejarse de dolor.
— ¿Por qué lo preguntas?
— Oye, sabes que puedes decírmelo. —la tranquilizó Jiyu— Es sólo que te ves distinta, además de que hoy no traes maquillaje.
¿Cuándo le llegaría el periodo al cuerpo de Yuri? Jin ignoró los comentarios de Jiyu y se levantó rápidamente de la silla. Necesitaba llamarla para sacar esa duda de su mente.
— Debo ir al baño. —se excusó.
No alcanzó a hacer mucho porque apenas estuvo fuera del salón se encontró con la otra amiga de Yuri, que lo miró de arriba hacia abajo un poco sorprendida.
— Yuri. —lo llamó.
Sin embargo, Jin decidió ignorarlos y caminó un poco más rápido hacia ningún lugar en específico. Sacó su celular y buscó entre los contactos su propio número. Necesitaba saber en ese mismo momento aquella información tan valiosa.
Como iba concentrado mirando la pantalla del teléfono no se dio cuenta de que había un chico parado en su camino, por lo que sus cuerpos chocaron y Jin, al ser mucho más pequeño en porte, cayó al piso. Hizo una mueca de dolor al sentir que su trasero había impactado directamente con la madera del suelo.
— Yuri, ¿estás bien? —preguntó el chico, arrodillándose a su altura.
Cuando Jin levantó la vista se encontró con un chico de ojos hermosos y cabello castaño oscuro. Por un momento se quedó mirándolo embobado, pues podría llegar a asegurar que era más guapo que él.
Y eso era bastante.
Ese chico era Minyoon, el que había visto en las fotos de Yuri, sólo que la fotografía no le hacía justicia a su hermosura.
Minyoon le tendió la mano para ayudarlo a levantarse y Jin aceptó.
— ¿Te duele algo? —preguntó el chico, acercándose ligeramente a su rostro para ver si había algo mal.
Jin negó inmediatamente con la cabeza, sintiéndose de pronto abrumado por la cercanía. Se aclaró la garganta y se arregló la ropa que se le había arrugado con la caída. Luego se quedó de pie mirando al chico, pues había olvidado completamente lo que quería hacer antes de encontrarse con él.
— Ya es hora de la clase, ¿por qué te ibas? —preguntó Minyoon al momento que comenzaba a caminar en dirección al salón— Ah, cierto. ¿Por qué faltaste en la mañana? ¿Estás enferma?
Jin aplanó los labios y le siguió el paso. No quería mirar demasiado al chico porque no quería que pensara que Yuri gustaba de él, aunque era tan guapo que se le estaba haciendo difícil no hacerlo.
— Me siento un poco extraña, pero estoy bien. —respondió y metió las manos dentro de los bolsillos de la sudadera.
Minyoon lo miró de reojo. Yuri se veía diferente, aunque eso no significara que no le agradase, pensó que se veía extraña. Su manera de caminar también le llamó la atención, pues la chica siempre solía caminar con las manos entrelazadas en su espalda, dando pasos tímidos y con la cabeza ligeramente agachada porque era bastante tímida. En cambio en ese momento llevaba la espalda totalmente erguida, el mentón en alto y su cuerpo se balanceaba de un lado a otro con cada paso que daba, asemejando la manera en la que caminan los hombres. Despegó sus ojos de ella, pensando en que quizás le había llegado el periodo y por eso caminaba de otra manera.
Cuando llegaron al salón se acercaron a Jiyu y a Eunji, y se sentaron en silencio porque el profesor venía entrando justo después de ellos.
— Buenos días, chicos. —saludó el hombre de mediana edad— Esperaremos cinco minutos a que lleguen los que faltan y luego partiremos.
Nadie pareció reaccionar, por lo que Jin se sintió un poco fuera de lugar. ¿Dónde irían y por qué Yuri no le había dicho nada? Pero prefirió quedarse en silencio, escuchando la conversación que estaban teniendo sus amigos sobre el examen que habían dado el día anterior y que seguramente Yuri también había hecho, pero que Jin no tenía idea.
Al cabo de unos minutos el profesor se levantó de su asiento y caminó en dirección hacia la puerta, por lo que todos los estudiantes del salón lo imitaron y lo siguieron por los pasillos de la universidad. Jin se mantuvo en silencio y habló únicamente cuando sus amigos le pedían su opinión respecto a la conversación, en parte porque no sabía de qué conversar exactamente y también porque no quería decir cosas que Yuri jamás diría.
Sus ojos casi se desorbitaron cuando estuvo frente al destino del profesor.
La morgue.
Tragó saliva disimuladamente mientras ingresaba a la instalación y seguía a sus compañeros que comenzaban a prepararse. Se puso un delantal, guantes y cubrebocas desechables, al igual que el resto, pero no podía ignorar a su corazón que comenzó a latir desbocado cuando comenzaron a adentrarse por los pasillos.
Kim Seokjin jamás había visto un muerto.
Y no estaba preparado para hacerlo.
Apretó los puños a cada lado de su cuerpo cuando todos comenzaron a reunirse alrededor de distintas mesas de metal que tenían unos grandes bultos tapados con unas sábanas blancas. Su respiración comenzó a ser más pesada. Sabía lo que había en aquellas mesas y definitivamente no quería verlo.
Quedó situada entre Minyoon y Eunji, y sintió la necesidad de tomarle las manos a ambos por el pánico que estaba comenzando a apoderarse de su cuerpo.
El profesor dio la orden de quitar las sábanas y Jin tomó aire profundo cuando Jiyu quitó la de la mesa donde estaban ellos. Para él no había palabras para describir el hecho de ver un cuerpo sin vida, pero lo que le pareció aún más caótico fue el hecho de que todos los cuerpos tenían unos cortes en el torso dispuestos de tal manera que se podía levantar la piel y mirar los órganos.
Sintió un pequeño mareo y se sujetó sutilmente de la mesa para no caer. Intentó no levantar la vista, pero el profesor comenzó a hablar sobre cosas que él no entendió y luego habló cosas sobre los órganos, y la gota que rebalsó el vaso fue cuando vio a Minyoon levantar la mano para hacer una pregunta al mismo tiempo que recogía un órgano del cuerpo inerte.
Jin no sabía qué órgano era ese, pero la situación de por sí ya era lo suficientemente desagradable como para que el mareo se incrementase y un pitido se instalara en sus oídos. Conocía esa sensación.
Agarró la muñeca de Eunji y la chica lo miró extrañada.
— Voy a desmayarme. —avisó con las pocas fuerzas que le quedaban.
Se sumió en un sueño donde cambiaba de cuerpo con una persona que no conocía, luego aparecieron cientos de cadáveres con los órganos a la vista y, finalmente, un collar con un colgante de camelia.
Lo siguiente que vio Jin fue un montón de ojos mirándolo y al profesor levantándole las piernas. Todos parecieron aliviados cuando abrió los ojos, por lo que se fueron alejando para darle espacio, a excepción de sus amigos que se quedaron atentos por si algo le llegase a pasar nuevamente.
Cuando pudo levantarse Minyoon se ofreció a llevarlo hacia afuera para que pudiese tomar aire, por lo que le ofreció su brazo y le ayudó a caminar lentamente.
En ese momento Jin se dio cuenta de algo: Minyoon gustaba de Yuri.
━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━
Yuri corrió apresurada hacia la cafetería. Se había quedado ensayando más tiempo la coreografía que le habían enseñado al inicio de la semana, encerrada en una pequeña sala que se utilizaba para almacenar parlantes, micrófonos y esas cosas, para que nadie la viese. Se estaba esforzando el triple en comparación al resto de los miembros.
Se detuvo frente a la puerta de vidrio y recuperó el aliento antes de abrirla. Sus ojos no tuvieron que buscar mucho para encontrar una llamativa cabellera rubia, así que caminó hasta ella para sentarse a su lado.
— Llegas tarde. —fue lo primero que dijo Haneul al verle a su lado.
— Lo siento mucho, es que...
— Nunca olvidas nuestras citas de los viernes, Jin. —le interrumpió molesta— ¿Qué es lo que te pasa últimamente?
Yuri guardó silencio. Si le contara lo que realmente sucedía la rubia pensaría que su novio estaba loco, lo cual era totalmente entendible porque si alguna vez alguno de sus amigos llegara a contarle algo parecido a eso pensaría que le están tomando el pelo.
Fijó su vista en la mesa y comenzó a jugar con sus dedos sin darse cuenta.
Durante toda la semana había estado mensajeándose con Jin para que ambos tuviesen claro el horario del otro. Por supuesto que el chico había mencionado las citas de los viernes que tenía con su novia, pero simplemente Yuri estaba tan concentrada en rendir bien en el trabajo que lo había olvidado.
Se sentía mal, pero ¿podía alguien culparla? Intentaba dar su cien por ciento en todo momento, intentaba actuar normal, haciendo chistes sin gracia y fingiendo ser egocéntrica, por lo que su mente estaba enfocada en otras cosas.
— De verdad lo siento, Haneul. —murmuró.
La rubia soltó un suspiro.
— Debo irme, nos veremos la próxima semana, y espero que no lo olvides otra vez.
Haneul se levantó de su silla y sin decir ni hacer nada más, se alejó de Yuri, que se quedó inmóvil en su lugar, sintiendo que la había cagado, pero sin saber si debía seguir a la chica para pedirle perdón nuevamente. No sabía nada sobre relaciones, nada más que lo había visto en los dramas, pero sabía que nada de eso podía ser real, nunca nada podía ser tan perfecto.
Soltó un suspiro y pidió un café americano. Mientras se lo tomaba sacó el celular negro de Jin y se escribió a su propio número.
Kim Seokjin
Haneul se molestó porque olvidé
la cita de los viernes
An Yuri
Yuri, cada vez me haces pensar
que eres más tonta
Kim Seokjin
¿Ah, sí?
¿Cómo te fue en el examen de
ayer?
An Yuri
Es muy temprano para hablar de
tragedias
Kim Seokjin
Cuando te vea te golpearé
An Yuri
Hablando de eso, ¿ya estás
desocupada?
Tus amigos se fueron a casa
y estoy aburrido
Kim Seokjin
Veámonos en el parque que
está cerca de mi casa
Ya llego
Yuri se levantó y, tapándose el rostro con un cubrebocas y una capucha, se dispuso a caminar hasta la parada de autobuses. Sabía llegar a su casa desde casi cualquier parte de Seúl, por lo que no necesitaba mirar el mapa.
Los padres de An Yuri no tenían demasiado dinero, mas no eran pobres. Pudieron permitirse comprar una casa en un barrio residencial bastante alejado del centro de la ciudad, sin embargo, era bastante decente. Bastaba con caminar dos manzanas desde la parada de autobús para llegar a su casa, y si se llegaba un poco más lejos había un pequeño parque en el que Yuri había pasado sus días de adolescencia con sus amigas.
Cuando llegó a aquel lugar se vio a sí misma sentada en un columpio, por lo que no dudó en acercarse. Ese día, Jin se había preocupado más en cómo se veía, y se había vestido con una blusa palo rosa y una falda negra, además de que había dado todo su esfuerzo en maquillarse y había logrado verse de manera decente.
En ese momento se dio cuenta de lo difícil que era el trabajo de las chicas que lo maquillaban en cada evento importante.
El chico levantó la cabeza cuando Yuri se sentó en el columpio de al lado y, por alguna razón, quitó inmediatamente la vista.
— ¿Ya comiste? —preguntó Yuri.
Jin tragó saliva, sintiendo cómo su corazón se aceleraba un poco. Era una pregunta común y corriente, era normal hacerla cuando te encontrabas con alguien, pero por alguna razón sintió como si fuera especial.
Esa semana completa había estado hablando diariamente con la chica y se había dado cuenta de que disfrutaba mandarle mensajes, sobretodo para molestarla.
— No todavía. —respondió todavía mirando el piso— La verdad muero de hambre.
Yuri miró el cielo, que ya comenzaba a ponerse rosado producto del atardecer, y se le ocurrió decir una broma.
— ¿Quieres ir a comer ramen a mi casa?
Jin se atragantó con saliva y comenzó a toser frenéticamente, haciendo que su rostro se pusiera rojo por la falta de aire. Yuri se sobresaltó y se puso de pie, sin saber muy bien qué hacer, pero terminó arrodillándose frente al chico y tomándolo por los hombros con cuidado.
— Respira profundo por la nariz. —sugirió, con el ceño ligeramente fruncido por la preocupación.
Cuando Jin pudo volver a respirar con normalidad se dio cuenta de lo cerca que estaba Yuri de su rostro, por lo que bajó completamente la cabeza, sintiendo que en su estómago comenzaba a hacerse un nudo.
— Lo siento tanto —comenzó la chica, hablando atropelladamente—, era una broma. No pensé que fueras a ahogarte. Dios, qué tonta soy...
Jin levantó los ojos por un momento y la miró a los ojos. No pudo evitar soltar una risa al verla tan preocupada por algo tan insignificante. De cierta manera le causó ternura, aunque luego se sintió un poco extraño por estar pensando ese tipo de cosas por una chica que no era su novia y que encima estaba ocupando su cuerpo.
Yuri se sintió un poco desconcertada ante la reacción del chico, así que se levantó y volvió a su lugar en el columpio, sentándose casi de lado y apoyando la cabeza sobre su mano que estaba aferrada a la cadena. Sentía que Jin estaba diferente, aunque no hubiese sabido especificar en qué, pero no era el mismo chico con el que había discutido al principio de la semana, el que le había exigido devolverle su cuerpo.
Se enderezó rápidamente al darse cuenta de la manera en la que lo estaba mirando. Era extraño, pero lo más extraño era que miraba su propio cuerpo.
— Estuve pensando —comenzó Jin después de un rato, llevando su mano a su cuello, donde tocó el dije de flor que tenía colgado— en que quizás no es tan descabellada la idea del collar de camelia.
Yuri sonrió y puso los ojos en blanco.
— Creí que la loca era yo por creer algo como eso. —respondió de manera burlona.
— Cállate, tonta. —la regañó con desagrado— Creo que deberíamos investigar.
— ¿Y cómo haremos eso?
Jin suspiró e hizo una mueca con los labios.
— Creo que deberíamos ir con la persona que más sabe de esto. —al ver que Yuri no entendía a quién se refería, decidió explicarse:— Mi madre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro