E pasado unas noches terribles.
Duermo muy poco.
Descanso mucho menos que poco.

Y lo peor no es eso.
Es que pienso .

Pienso en ti...

En tus besos, los malditos besos que me embrujaron.
En tus ojos, que me engatusaron.
En tus manos por mi cuerpo.
En tu lengua por entre mis piernas.

Y no puedo evitar soltar un suspiro.
Posar mis dedos por dónde tu boca hizo su recorrido.

No puedo evitar desearte.

Es imposible el no imaginarte, sudado, jadeando, aruñando mis muslos o mi culo.
Chupando, succionando la piel que se cruzará en tu camino.

Y es aún más imposible, no tocarme pensando que eres tú.
Pasar mis desvelos desvariando con tu virilidad profanando mi carne.

Y es jodidamente enfermo pasar el insomnio de esa manera tan cruel.
Pues bien se que ya eres de otra.
Y yo pertenezco a un hombre que no eres tú.

Está mal, lo sé bien.

Pero mi insomnio juega a tu favor.
E incluso cuando concilio el sueño el maldito pone recuerdos de los dos.

Así que creo preferir el insomnio y el poco control sobre mi.

Que los sueños y despertar sollozando por ti.