Tú eres mi dolor y mi cura.

Eres las nubes que cubren el sol, y el mismo sol.

Eres la obscuridad y la luz en mi interior.

Tú eres todo lo malo que hay mi cabeza y lo bueno que hay en mi corazón.

Eres el frío que me abraza en la mañana y el calor que se enreda en mi cama.

Eres el dolor de la perdida y el alivio del retorno.

Eres el árbol marchito y la lluvia que le da vida.

Tú eres mi perdición, pero aún así te quiero conmigo.