Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8

Al llegar a casa montando la motocicleta de Atlas, la mayoría de las miradas fueron hacia nosotros, mis vecinos estaban principalmente interesados en ver quién era el dueño de la bestia. Mas esto era imposible ya que él tenía el casco puesto, incluso me dio uno a mí también antes de salir de su departamento, diciendo que la protección era primero.

Inevitablemente recordé lo que habíamos hecho, haciendo que mi rostro arda de sobre manera. Ese mismo sonrojo intento ocultar ahora mientras estamos sentados ante mis padres. El silencio es insoportable, al igual que las feromonas que expulsa papá al estar furioso.

—¿Quién eres tú? —pregunta cuando cruza sus brazos. Se dirige directamente a Atlas, quien no comete el error de desafiarlo con la mirada, en su lugar mantiene sus ojos en mí cuando toma mi mano con la suya. Es un acto suicida pero admito que ahora me siento un poco más segura.

—Soy Atlas Castillar. Es un gusto conocer a los padres de Tesa —responde dándome una sonrisa para luego, ahora sí, ver a mis padres al menos por un momento.

—¿Por qué? ¿Qué eres de ella? —cuestiona, como si ya no fuera evidente lo que sucede. Dejé suelto mi cabello para intentar cubrir las marcas de mi cuello, aún así pueden verlas.

—Papá —digo, teniendo el valor de mirarlo. Mi omega interior reacciona a su olor y busca la manera de calmarlo así como también a mamá, quien está muy nerviosa y acaricia el brazo de su alfa. Sin embargo las palabras no salen de mi boca, haciéndome sentir inútil.

—Soy su alfa, señor —murmura Atlas acercándose un poco más a mí. Pasa su brazo sobre mis hombros para que me acurruque en su pecho, me siento calmada por un momento hasta que papá nos separa de una manera brusca. Él coloca su mano en el cuello de Atlas mientras lo mantiene fijo contra el respaldo del sillón.

—¡Papá! —exclamo asustada. Él me ignora ya que tiene sus ojos fijos en el agitado muchacho.

—¿Cómo te atreves a tocar a mi hija? —Sus palabras están cargadas de rabia, por un segundo no lo reconocí. Pero, al ver sus iris húmedos, supe que estaba reviviendo aquel infierno.

Antes de que lo deje sin aire, tomo su mano con las mías de una manera suave. De inmediato tengo su atención, cambiando su mirada al ver mi sonrisa. Su agarre se suelta poco a poco y se aleja del morocho para darme un abrazo, él está temblando.

—Estoy bien, papá, estoy bien. Yo quería —murmuro. Sus brazos me rodean, trata de calmar mi llanto al mismo tiempo que busca controlar su cuerpo.

—Amor, todo está bien —susurra mamá uniéndose al abrazo.

—Lo lamento. —Él se dirige a Atlas con una voz ronca y quebrada.

—No tiene que disculparse señor River. Tesa ya me explicó por lo que pasaron. Yo no quiero lastimarla, la quiero mucho —contesta el morocho mientras frota su cuello.

—Eso parece, pero-

—Ya —mamá interrumpe la discusión haciendo callar a papá—. Vayan a tu habitación, yo me encargo —me ordena. Dudo por un momento, pero al final tomo la mano de Atlas para guiarlo dentro de la casa hacia mi cuarto.

Una vez dentro de las cuatro paredes lo veo soltar aire para después arrojarse sobre mi cama. Yo me acerco al ver su pecho subir y bajar debido a la respiración agitada.

—Tus padres son muy intensos —dice al notar que me quedé mirándolo en silencio. Me siento a su lado mientras limpio mi rostro de las molestas lágrimas—. Ese alfa casi acaba conmigo y tu madre me sofocaba con su olor a rosas.

—Lo lamento, sabía que no era una buena idea —respondo manteniendo la vista en mis manos.

—No, está bien. Se nota que te aman mucho. —Él se endereza y acaricia mi cabeza, dándome una sonrisa al mismo tiempo—. Debería irme ya, no quiero seguir causando problemas.

—Cuando pasó, papá no parecía afectado, hasta llegué a pensar que le daba igual que esos alfas se aprovecharan de mí. Hizo todos los trámites y asistía al juzgado para encerrar a los responsables, no se detuvo hasta que todos fueron condenados unos meses después. Luego del día de la sentencia regresó a casa y estábamos cenando cuando él golpeó la mesa con sus codos, su olor cambió de repente mientras se derrumbaba. Lloró como nunca lo había hecho, incluso terminó en cama unos días por lo débil que se encontraba. Nos sostuvo ese tiempo y ahora nosotras lo sostenemos —termino de hablar para luego mirar a Atlas. No sé porqué comparto esto con él, apenas nos conocemos y no debería importarle.

—Entonces de ahí viene tu fuerza —murmura de una forma tan seria que no está de acuerdo a su personalidad—. Quisiera decir algo así de mis padres o al menos insultarlos pero ni siquiera tengo un solo recuerdo de ellos, bueno o malo, simplemente no están.

—¿Qué quieres decir?

—Desde que tengo memoria fui criado por niñeras, mis mejores amigos eran los hijos del jardinero y del chofer. Mis padres nunca tenían tiempo para mí, incluso ahora no lo tienen, por eso me dan todo para que no los moleste. Ni siquiera tengo permitido llamarlos porque podría interrumpir una reunión importante —noto su voz cargada de rabia, por lo que mi omega interior me impulsa a actuar y consolarlo.

Levanto la mirada para acariciar su barbilla con la punta de mi nariz, haciendo que todos sus músculos tensos se relajen rápidamente. Entonces siento su brazo rodear mi cintura, me atrae más a su cuerpo.

—Huh, buscas matarme de nuevo —murmura, copiando mi gesto hacia él, solo que continúa acariciando hasta llegar a mi cuello. Allí comienza a depositar pequeños besos que me hacen suspirar.

—¿Es-stás dejando más ma-marcas? —pregunto con la respiración entrecortada. Mi cuerpo está tan sensible que unos simples besos llegan a quitarme el aliento.

—Tal vez —responde contra mi piel. Siento además pequeñas mordidas en la zona de mi hombro derecho. Mi ser se estremece y gimo bajo cuando llego al clímax tan solo con su labios. Puedo escuchar una risa de su parte pero no puedo insultarlo porque continúa sorbiendo mi piel.

—Ah, n-no crees que, mmm... ya es suficiente —pregunto manteniendo mi ceño fruncido.

—Es que las otras las hice de manera descuidada —responde haciendo una corta pausa y luego regresa a marcar mi piel. Unos minutos después se separa de mí teniendo sus labios muy rojos, él deja un último beso en mi mejilla para luego ponerse de pie.

—Me dolió un poco —murmuro tocando la zona, además me pregunto porqué sus besos se concentraron en una parte en especial.

—No parece -comenta, mueve sus cejas de arriba a abajo haciendo que mire a un lado avergonzada—. Tesa, debo irme ya. Fue aterrador conocer a tu familia —dice esto último broma mientras busca sus llaves de la motocicleta en los bolsillos.

—Okey —respondo soltando una risa. Ambos dejamos el cuarto para ir a la salida. Yo lo veo subirse a la moto y colocarse uno de los cascos mientras el otro lo lleva en el brazo.

—Nos vemos mañana en la escuela, misma hora, mismo lugar —se despide y me guiña el ojo.

—Nos vemos —respondo y río apenada. Atlas se pierde entre las casas del suburbio mientras entro a la casa. Al cerrar la puerta me sostengo sobre esta y suspiro.

Este día fue el más vertiginoso de mi vida, intentaron golpearme, escapé en una motocicleta increíble, mis padres conocieron a Atlas y gracias a él me superé a mí misma. Dejé el pasado atrás.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro