A Brenda definitivamente no le gustan las sorpresas, me lo había dicho en una de las muchas charlas que tuvimos. Pero hoy me llamó, parecía asustada o algo y apenas pude entender qué quería decirme. Por eso es que ahora estoy esperándola en una plaza y lo único que sé es que Esben le dio una sorpresa. Tal vez él puso en práctica mis consejos.

—¡Puffy!

Teresa suelta un suspiro al escucharme y voltea hacia mi dirección. Corro rápidamente mientras miro de vez en cuando hacia tras, Esben no ha dejado de seguirme desde que escapé de él y de su sorpresa.

—Bren-

—El bastardo me besó —la interrumpo con unos gruñidos, luego doy un salto y me escondo detrás de ella cuando él se acerca más y más. Mi alfa está realmente asustada y no entiendo porqué.

—¿Te besó? —repite Tesa.

—Brenda. —Rápidamente oculto mi rostro detrás de la espalda de la omega cuando Esben me habla. Odio a mi alfa interior por hacer que me comporte como una omega asustadiza, ni siquiera Tesa es así.

—¿Qué está pasando? —cuestiona al hartarse de que la use como escudo humano.

—No lo sé. Estábamos en el patio de su casa, donde tengo mi tienda y sólo me dejé llevar. —El desgraciado suspira, suspira por lo que hizo como si... Su rostro... Está sonrojado. Doy un salto del susto cuando siento su presencia detrás de mí, Tesa contiene la risa mientras se aleja y me encuentro atrapada por los fuertes brazos del gamma.

Él suelta una risa ante mis inútiles intentos de liberarme, usualmente le rompería la nariz pero no puedo hacerle eso a Esben, es un idiota, no una mala persona.

—No sólo fue eso —digo mientras miro a Tesa—. Lo que dijo antes y después del beso fue lo que me espantó.

—¿Que? ¿Por qué? —cuestiona él haciendo un puchero—. Eres mi elegida.

—P-Pero, no puede ser... Tan rápido, e-es...

Tesa me da un empujón para acercarme nuevamente al gamma porque pude liberarme, aunque ahora vuelvo a estar atrapada. Lo peor es que mi cuerpo responde a Esben y desea más de sus abrazos, caricias y besos. No sé qué sucede conmigo.

—Hacen una bonita pareja, que lindos —dice la omega sonriendo. Yo la llamé para que me ayude y al final está del lado de Esben—. Hola, ¿si? —en eso ella atiende su celular y nos dice en voz baja que debe hablar y que nos vemos después. Entonces aprovecho eso para apartar al gamma y regresar a casa cabizbaja.

Quería hablar con Tesa para no meter la pata ahora, es extraño tener a un chico no omega detrás de mí. Al menos Esben no puede presumir que es más femenino que yo porque su cuerpo es parecido al de los alfas. Alto, espalda ancha, brazos ejercitados, ese cabello tan sedoso.

—Hey, ¿tienes hambre? —pregunta para luego mirar alguna tienda que esté abierta.

—No... ¿Por qué?

—Se te cae la baba —indica para luego detenerse y comprar unas manzanas—. Jaja, siempre me pasa cuando veo la carne asada cocinarse.

—Gracias -murmuro mientras limpio mi mentón—. Pero estoy viendo algo más que puedo devorar.

—¿Eh?

Doy un gran mordisco a la manzana para callarme, dije eso sin pensarlo, ahora Esben me mira raro o no sé. ¡Mi celo! Debo ver el calendario ya.

Tomo mi celular del bolsillo de mis jeans y reviso el calendario, entonces escupo la manzana al ver qué día es.

—¿No te gustó? T-Te compraré otra fruta.

—Sólo... sólo quiero llegar a casa —respondo y le doy una sonrisa.

Por suerte no estábamos muy lejos, entonces al llegar corro hacia mi habitación en busca de mis medicamentos, no terminarán con mi celo pero si calmaran un poco el dolor. Mi vientre comienza a arder, siempre pasa cuando me transformo en una devora omegas. Pero me siento tranquila ahora, salgo del baño y Esben me recibe con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡¿Qué haces en mi cuarto?! —exclamo de golpe.

—Bueno, no me dejaste explicarte cómo es la tradición de los gamma cuando tenemos pareja —contesta al sentarse a los pies de mi cama.

No, esto está mal, pero no puedo controlarme. Debería echarlo, sin embargo tomo el lugar junto a él y lo miro, no puedo dejar de hacerlo, además estaría mal de mi parte no escuchar lo que quiere decirme.

—Sucede que cuando encontramos a nuestra elegida, nosotros debemos comenzar con el cortejo que dura un día. La pareja debe estar completamente sola y hablar...

Esben continúa explicando mientras yo observo sus labios moverse, en ese momento una pregunta viene a mi cabeza. ¿Él sabrá que estoy en celo? ¿Intenta actuar normal? Sólo tiene las mejillas un poco rojas y habla con seguridad, no creo que lo sepa realmente. Por otro lado el calor de mi interior es cada vez más fuerte, todavía sigo cuerda por los medicamentos, de otra forma ya estaría arrancándole la ropa a Esben.

—¿Brenda? ¿Te sientes bien? —pregunta y toma mi rostro con sus manos—. Estás ardiendo.

—Es qué... —Sus manos siguen tocándome, está acariciando mi cabello.

—Tu olor ahora es más fuerte, ¿es normal? —cuestiona mientras acaricia mi mejilla con la punta de su nariz. Es más de lo que puedo soportar y acabo tumbándolo sobre la cama, mis manos sujetan sus hombros y me coloco sobre él.

—Mi celo empezó, ¿si? No quiero-

Él me calla con un beso que me deja paralizada, mi cuerpo tiembla un poco, mi alfa intenta luchar por el control de la situación pero Esben es demasiado. El gamma poco a poco nos gira hasta que el colchón me recibe, su brazo rodea mi cintura mientras que con su mano libre acaricia mi cabello.

—Entonces era eso —susurra cuando se separa de mis labios—. Yo podría, eso si quieres. No haría nada que-

Ahora yo lo callo al desgarrar su camiseta con mis uñas. Él lo toma como un "si" y termina de quitarse la tela, dejándome apreciar mejor su cuerpo. Mis manos recorren su pecho de arriba a bajo mientras ata su cabello con una liga, ha crecido bastante y ahora llega hasta sus hombros.

Es tan perfecto, maldito. Más le vale preparar su trasero para mí y... Él abre mis piernas para estar más cómodo y sus manos comienzan a acaricia mi cuerpo, quitando todo lo que pueda estorbar. Se entretiene besando mi cuello con energía y no puedo evitar soltar gemidos bajos, suspiros que me arranca de los labios. En un momento lo siento acariciar mi intimidad con cuidado, mis piernas tiemblan por la sorpresa e intento apartarlo. No, él debería estar debajo.

—¿Lo hice muy brusco? Lo siento —murmura al darme una mirada seria, no había conocido a este Esben antes—. ¿Así está mejor? —pregunta cuando vuelve a tocarme. Coloco mis manos en sus hombros para detenerlo, pero comienza a besar mi pecho. No es brusco, lo hace de manera lenta y siento como sus dientes hacen presión, está marcando mi piel.

No puedo resistirme a él, consigue con caricias que mis piernas se abran lentamente para darle más acceso a mí. Arqueo la espalda cuando me siento llegar al límite, rodeo su cuello con los brazos para sostenerme y recuperar el aire. Esto es tan confuso, pero debe estar bien, después de todo él no es un omega. Mi alfa tampoco responde, estaría furiosa.

—¿Estás bien? —pregunta mientras deja unos cortos besos en mi mejilla y rostro, simplemente asiento con la cabeza y le doy un poco de espacio—. No hablas mucho ahora... ¿Quieres continuar?

—Si —susurro apenas, es por esto que no quiero hablar, mi voz.

Esben me sonríe y comienza a desabrocharse los pantalones, se quita todo de rápidos movimientos para luego cubrirme con su cuerpo nuevamente. Esta vez puedo sentir su piel contra la mía, me besa otra vez y comienzo a sentir una presión en mi centro, se abre paso lentamente mientras el aire se me escapa.

Él me abraza cuando estamos completamente unidos y suelta un pesado suspiro muy cerca de mi oído. Su aliento cálido me hace estremecer.

—Tan cálida —susurra. Sus brazos todavía me rodean, me sostiene para evitar que me separe. Pero quiero que se mueva—. ¿Hum? Ah —logro sacarle un gemido ronco cuando muevo mi cadera. Entonces comienza a embestir de manera lenta, llenando todo de mí.

—Ah, ah, ah... mmm —trato de controlar mi voz, pero es imposible, sus movimientos son precisos y acaricia todo mi interior.

Me aferro a su espalda y lo escucho gruñir cuando mis uñas se clavan en la piel. Lo araño sin querer, por eso me disculpo cuando se separa de mi boca. Él responde con una sonrisa mientras apoya su peso en los brazos, así sus movimientos aumentan y soy cepillada contra la cama.

Estoy al límite y grito al liberarme, él se detiene y gruñe profundamente contra mi cuello. Entonces comienzo a sentir algo en mi interior, él crece aún más y desgarro las sábanas. Al tranquilizarme y pensar, noto que eso es el nudo.

—¿Estás bien? —murmura sonriendo—. Me dejé llevar, fue tu aroma —agrega al frotar su cabeza contra la mía. No entiendo cómo puede ser tan adorable.

—Si... Muy bien —asiento e intento acomodarme pero él me sostiene de la cintura.

—N-No te muevas, te dolerá. —Esben se mueve con cuidado para terminar acostado a mi lado, su cabello se desató en algún momento por lo que aparto las mechas de su rostro.

—Vas a matarme —digo y suelto una risa.

—Tú lo harás —responde para entonces abrazarme.