Capítulo 22
Luego de que todos pusieran sus monedas. Rumia se dispone a contar las monedas de la alcancia de los impuestos.
— En la tercera ronda, la cantidad del fondo de los impuestos es de 15 monedas en total, cada jugador recibirá 6 monedas… — La mediadora indica el monto que recibió cada uno.
Todos están consternados, a excepción de Yumeko, que parece disfrutarlo:
— La derrota me provoca tanto placer, no,puedo confiar en nadie, si esto sigue así perderé, no tengo ninguna duda…la falta de esperanza, la incertidumbre es exquisita, me encanta…pero ser la única perdedora, la única que tenga que abrazar la derrota…seria algo muy vergonzoso, ¿Te gustaría compartir esta sensación…Manyuda?
Ella abraza a Kaede de manera muy sensual. Su mirada es incómoda, pero pero sobre todo, es como si hubiera recibido una epifanía de proporciones bíblicas.
Sumeragi se avergüenza ante su actuar.
Manyuda libera una risotada maniática.
En un giro dramático, digno de una obra griega. Yumeko y Manyuda han acordado no aportar nada al fondo común.
Ya no buscan ganar, buscan hundir a los demás.
"Si ha de caer, llevaré a algunos conmigo"
Ese parece ser su consigna.
Todos están alterados, inclusive Ibara se suma a ellos y decide no aportar también.
— El tiempo terminó, es momento de depositar sus monedas en las alcancias.
Ya comienza la penúltima ronda.
Uno por uno ingresan a la habitación.
— Esto es como la elección en miniatura, ¿No lo crees (Y/N)?, ya nadie confía en nadie, todos caerán y será algo divertido — Yumi ríe tiernamente a pesar de soltar palabras un tanto sádicas.
— No estés tan segura, algo ocurrirá aquí — Sonrío mientras observo a los participantes entrar y salir.
— ¿Eh? — La chica morena parece confundida.
— Ya lo verás…
Luego de largos minutos, se inicia el recuento en la cuarta ronda.
— La cuarta ronda ya terminó…¡Santos cielos!, hubo un resultado sin precedentes de 0 monedas en su fondo personal… — Rumia acentúa sus palabras con mayor expresividad esta vez — Y la suma total de la alcancia es de…25 monedas(…)
Como me lo imaginaba, todos aportaron a la alcancia de los impuestos, así cada uno obtuvo 10 monedas. Este era el plan de Yumeko, los arrastró a todos mediante psicología inversa.
Pero eso no resuelve el problema de fondo: ¿Quiénes son los traidores?
Todos están felices, incluso la mediadora del Comité está felíz por este resultado, disfruta del que todos hayan podido aportar por un bien común a pesar de sus diferencias.
Ahora, la última ronda está por comenzar. Es hora de la pequeña charla antes de que ingresen nuevamente a la otra habitación.
— Dime que opinas Manyuda — Le pregunta Yumeko — ¿Se aclararon las cosas en tu mente en esta última ronda?
— Sí, todo se aclaró, pero ya es momento de expulsar a los traidores — Responde con la confianza y soberbia que la caracteriza.
— ¿Cómo? — Cuestiona Miroslava.
— ¿Ah? — Ibara está cada vez más confundido — ¿Pero no acabamos de pagar 5 monedas de impuestos cada uno?, los traidores cayeron en la trampa, ¿O me equivoco?
—No, de hecho eso fue lo que me convenció — Camina a la pizarra — En la tentación del contribuyente, la confianza es indispensable, pero hay alguien que no quiso confiar en los demás jugadores. Manipuló las monedas, traicionó nuestra confianza, creyó que podría salirse con la suya, pero yo lo pude descubrir…Miroslava Honebami…junto con Itsuki Sumeragi. Son ellas.
Las Señala sin titubear.
— ¿Qué?, ¿Miroslava y Sumeragi son las traidoras?, ¿Sabías de esto (Y/N)? — Yumi me pregunta con asombro.
— Francamente no, pero si alguien podría descubrirlo, ese era Manyuda Kaede, su capacidad de análisis es increíble…
El ex tesorero del Consejo Estudiantil, deduce que se dieron instrucciones en el único lugar en donde nadie podía verlas: En la habitación de las alcancias.
Por supuesto, esto no va en contra de las reglas. Tal como lo confirma Rumia.
Miroslava trata de defenderse alegando que no tiene ninguna relación con Sumeragi, por lo que no estaba dispuesta a recibir sus órdenes.
Pero la deducción de Manyuda es tan aguda que argumenta algo que nadie de aquí sospechó: Sumeragi le dio sus 5 monedas a Miroslava para que las pusiera en su fondo personal. En conclusión, Miroslava fue manipulada y sobornada.
Con un cálculo increíble y con una lógica fenomenal, Manyuda llega al resultado que la jugadora que obtuvo la mayor cantidad de monedas hasta el momento es Miroslava. Por lo que propone a expulsada.
Ibara y Yumeko están de acuerdo.
Ya se cuentan con los 3 votos para expulsarla.
Rumia hace oficial esta decisión.
— Sumeragi…tú, ¿Ya lo sabías verdad?, ¿Qué alguien lo descubriría?, que me expulsarían a mí y no a tí — Miroslava procesa todo lo ocurrido con enojo.
— Lo lamento, pero esa era mi estrategia — Sumeragi responde con un tono burlesco.
En un movimiento rápido, Miroslava toma del cuello a Sumeragi y la lleva a la pared. Con su otra mano se dispone a golpearla.
¡Debo hacer algo!, ¡Debo actuar!
— ¡Sumeragi! — Exclama Manyuda.
Cuando estaba dispuesto a intervenir, Yumi toma de mi brazo para detenerme:
— Todo estará bien — Sonríe
Pero para mi sorpresa, Miroslava ralentiza el golpe y golpea sutilmente la pared.
Una vez más mi intento por intervenir no dio resultados.
Ambas parecen estar conversando, no puedo oír nada.
Sumeragi se avergüenza ante algo que mencionó la chica del Clan Momobami.
En tanto Ibara contiene a Manyuda que trata de correr hacía ambas, bajo la atenta mirada de Yumeko.
El ambiente se relaja, ahora es turno de conocer los resultados y quien mejor para ello que Rumia Uru:
— Atención, ya que todos los turnos y las rondas se completaron, es momento de anunciar los resultados. En quinto lugar, esta Miroslava Honebami. En cuarto lugar, con 40 monedas, Kaede Manyuda. En segundo lugar con 41 monedas, tenemos a Yumeko Jabami y a Ibara Obami. Y arrazando con el juego la tentación del contribuyente, tenemos a la señorita Itsuki Sumeragi con la cantidad de 45 monedas.
Ahora, viene lo más importante, que es la repartición de los votos. Yumeko, Ibara y Sumeragi recibieron sus votos, siendo ésta última quien obtuvo la mayor cantidad de votos que fueron 100.
En tanto Miroslava y Manyuda no recibieron votos, por estar descalificada y por no disponer de ningún voto como fue el caso de Manyuda.
Aún así, su expresión es de total confianza.
Miroslava da unos pasos y se dirige hacía Terano que la observa fijamente.
— Lo siento Terano, yo considero que Kirari no es la más adecuada para ser nuestra líder, su egoísmo y audacia no tienen límites, no tiene la fuerza para unificar al Clan, tú deberías ser nuestra líder, Terano. Yo espero que tú la derrotes.
Interesante…
— ¿No me digas que por eso te involucraste en la apuesta de Sumeragi? — Terano se dirige a Miroslava.
— Pensé que me llevaría a algunos conmigo. Pero solo logré que perdieras tus votos.
Tiene razón, perdió sus 133 votos y tan solo pudo tomar los 16 que tenía Miroslava.
En tanto, Yumi intenta consolar a Miroslava de una forma sumamente infantil.
— Descuida, estoy muy complacida con el resultado final — Terano sonríe como si algo estuviera por pasar.
Batsubami camina hacía la mesa en la que antes se encontraba Rumia:
— Escuchen, ¿Alguien sabe lo que es una apuesta paralela? — Nos pregunta a todos.
— Es cuando alguien que está fuera del juego apuesta sobre el orden en que quedará los jugadores, es una apuesta por sobre una apuesta, por así decirlo — Contesto como si fuera el genio de la clase en mi pupitre.
— ¡Que listo eres (Y/N)! — Recibo los cumplidos de Yumi.
— Gracias… — Miro hacía el otro lado con cierta vergüenza.
De pronto, los ojos de Manyuda se abren e interroga a la ex integrante del Consejo Estudiantil:
— ¡Sumeragi!, ¡¿Dime que hiciste?!, ¡¿No me digas que…?!
— Como lo imagina, una apuesta paralela se hizo en torno a este juego, solo lo sabían las personas involucradas y por supuesto el Comité de Elecciones — Rei observa a Rumia.
¿Qué?, ¿Ella sabía de esto?.
Lo que más me asombra es la serenidad de Terano, ella movió todos los hilos y esperó pacientemente que el resultado se cumpliera.
Batsubami explica que Terano y Sumeragi apostaron que Manyuda conseguiría las 40 monedas sí o no: Terano apostó a que si lo conseguiría, mientras que sorprendentemente Sumeragi apostó que no las obtendría. ¿El premio?, 150 votos que ahora son propiedad de Terano Totobami.
Siento escalofríos con esta chica. Su mente trabaja de igual o de forma superior a Kirari, ella es asombrosa.
— ¿Entonces ganó 100 votos, pero perdió 150?, Sumeragi es la verdadera perdedora del juego— Miroslava no puede creerlo.
— ¡Ha!, ¡Ha!, ¿Pero que sucede?, ¿Significa que todo este tiempo estuviste en nuestra contra por que tenías otra apuesta de 150 votos? — Ibara al igual que Miroslava no lo puede creer.
— Terano — Yumeko toma la palabra — Cuando ambas acordamos esta apuesta, tu ya lo tenías todo planeado, ¿Verdad?
— Sí, así fue, seguramente te habrás imaginado que estaba planeado algo. Por esa razón te acercaste a mí, ¿Me equivoco?
Todo en mi cabeza da vueltas. Me siento como un inútil al lado de Terano, y por sobre todo de Yumeko, que de algún modo pudo ver el plan que ella tenía en mente.
Si quiero que todo salga bien, tendré que estar más cerca de ambas a partir de ahora, tendré que estudiarlas, analizarlas y comprenderlas. No puedo ignorarlas.
Si quiero terminar con el Sistema de Mascotas, debo esforzarme mucho más.
Mis piernas tiemblan en contra de mi voluntad y mis manos sudan considerablemente, incluso creo que tengo algo de fiebre.
Me levanto de mi pupitre y camino hacía la salida para tomar algo de aire fresco.
Todos están hablando acerca de la apuesta paralela que seguramente no notaron mi ausencia.
Ya afuera, a voluntad trato de inhalar y exhalar lentamente.
— ¿Qué me está pasando?, ¿Por qué mi cuerpo actúa de esta manera? — Miro como mis manos no paran de temblar — Sufrí los peores actos contra mi cuerpo, esto no debería ser ningún problema para mí, sin embargo, el solo hecho de que algún día deba enfrentarme a personas como Yumeko, Terano y Kirari, hace que este sentimiento de angustia aumente.
Cierro los ojos para respirar un par de veces para calmarme.
— ¿Te encuentras bien? — Abro los ojos y veo que Yumi está de frente a mí.
— ¿Qué haces aquí? — Sigo un tanto agitado que no noté cuando salió.
— Vi que te sentías mal y decidí ver cómo estabas.
— Que gentil eres…
De golpe, se escucha abrirse la puerta del salón.
Para mi sorpresa Rumia está aquí también.
— ¿Está todo bien aquí? — Es la primera vez que la veo preocupada por mí.
— Creo que me siento algo mejor…a decir verdad no dormí muy bien anoche.
— Deberías cuidarte mejor, te sobrecargas demasiado en tus tareas. Empeorarás tu salud si sigues así — Nuevamente noto una genuina preocupación.
No puedo evitar sonreír ante sus palabras.
— ¡Oh!, ¡Casi lo olvido! — Yumi exclama casi en tono de felicidad genuina — Ahora que estás aquí creo que podré intentar algo(…)
Le dirige la palabra a la mediadora del Comité de Elecciones.
—(…) ¡Quiero una apuesta! — La chica del Clan Momobami me señala con el dedo.
— ¿Qué?…¿Por…por qué debo ser yo? — Titubeo — ¿Y…y de qué forma quieres apostar?
— Es algo simple, no nos tomara más de un minuto
— ¿Qué tienes en mente?
— ¡Esto! — Saca de su bolsillo dos pañoletas blancas — El juego será el siguiente: Seguirás en la misma posición en el que estás ahora, y ambos vendaremos nuestros ojos con esto. Yo me alejaré un poco y caminaré hacía tí. El objetivo será besarte al primer intento, sin utilIzar mis manos para guiarme.
— ¡¿Qué?! — Mi cara se vuelve roja ante tal extraña apuesta — ¿Qué quieres de mí?, ¿Quieres mi voto?.
— ¡No!, ¡No!. Apostaremos algo muy sencillo: Si gano, me invitarás a salir en una cita de dos horas…
— ¿Y si yo gano?
— Podrás hacer conmigo lo que quieras por dos horas.
Me sonrojo al escuchar eso. Claramente esto puede malinterpretarse, en especial con Rumia observándonos.
— ¿Esto es legal?. Soy miembro del Comité de Elecciones, ¿No habría cierto conflicto en ello? — Busco la ayuda de Rumia para que me saque de esta.
— Todo es legal — Responde. Mi esperanza de safarme de esta se esfuma — Mientras la apuesta sea realizada a tú persona, y no a un miembro del Comité, todo está en regla.
— Exactamente, mi apuesta es únicamente contra (Y/N) — Sonríe.
— Bien…creo que acepto — Digo con un tono de resignación.
— ¡Bien! — Yumi exclama de felicidad.
Rumia se encarga de vendar mis ojos por completo.
No veo nada, utilizo mis sentidos para no perder la orientación.
Esto me recuerda un poco a lo que viví en el calabozo de Midari.
Respiro con pausas, siento los estragos en mi cuerpo de aquella noche.
— Bien, todo está en orden… — Ordena Rumia la situación con su desagradable tono de voz.
— Allí voy — Escucho a Yumi a unos pasos de mí.
Oigo como sus zapatos resuenan cada vez más cerca.
Mi corazón palpita al percibirla.
De pronto lo que parece ser los pechos de Yumi impactan contra mis pectorales. Sin que pudiera pensar como debería actuar, sus labios tocaron los míos a la perfección en el primer intento.
— ¡Muack! — Se separa de mí.
— ¡Y la ganadora es Yumi Totobami! — FinalIza la chica de cabello negro esta apuesta.
Retiro mi venda para ver mejor.
Yumi está felíz, sonriente y alegre por su victoria.
En tanto a mí, me siento muy confundido.
— Bien, ¿Ya sabes dónde me invitarás a salir?
— Creo, que tengo algo en mente — Miro hacía otro lado con vergüenza por ser parte de una apuesta tan boba y perderla.
— ¡Que bien!. Aquí tienes mi número, esperaré ansiosa tu llamada — Me entrega un papel que fue escrito con un lápiz de color rosa.
— Por supuesto, te llamaré — Intento mirarla a los ojos.
Inesperadamente, la puerta se abre y sale de la sala Itsuki Sumeragi con la frente en alto.
Ella nos ignora por completo, parece estar centrada en sus pensamientos.
Creo que algo bueno surgió allí adentro.
Me pregunto que habrá pasado.
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