Capítulo 2
Han transcurrido 3 semanas desde mi duelo con Kiwatari. Ya no me ven como un becario que pueden pasar por encima.
He aprendido mucho como funciona la escuela. Sé que después de clases se abren salas de apuestas donde los hijos de la élite despilfarran su dinero. Por mi parte decidí hacer algo distinto, y seguir mis ideales.
Durante estas semanas, las mascotas me han enseñado acerca de los diferentes tipos de juegos de azar existentes y como compensación les he enseñado a tener un pensamiento más analítico al momento de jugar. Tanto fidos como mininas se han reunido a jugar sin apuestas, solamente lo hacen por diversión y para devolver la dignidad perdida que les fue robada.
Espero que puedan saldar sus deudas y volver a ser humanos.
No ha sido fácil encontrar un lugar donde apostar, todas las salas le pertenecen al Consejo Estudiantil y se necesita una gran suma de dinero para arrendar el espacio, lo que significaría convertirse en una casa de apuestas y aceptar el status quo. Por lo que nos hemos estado reuniendo en grupos pequeños en los pasillos de la escuela, generalmente nos reunimos en grupos de 5 o 6 personas para no generar sospechas, usualmente siempre lo hacemos después de clases, cuando la mayoría se encuentra apostando.
— Bien hecho, creo que ya estás entendiendo la dinámica — le comento a uno de mis compañeros acerca del póker — bien, se me hace tarde, creo que me iré, no quiero estar aquí hasta tan tarde.
Me despedí de todos los presentes, y sigilosamente me muevo por los pasillos de la escuela.
Desde el duelo con Kiwatari, específicamente después de salir del salón, he sentido una extraña presencia que me sigue a todas partes, no quiero pensar que esto es producto de la paranoia, o peor, del Consejo Estudiantil.
Cuando estaba a punto de salir de la Academia Hyakkaou, y anhelar el principio del atardecer, oigo una voz femenina mencionar mi nombre:
— ¿(Y/N)?.
Volteo para oír la voz y noto que es una mujer de cabello largo violeta, flequillo y con una cola de caballo lateral.
— Soy yo, ¿Qué quiere?.
— Me presento, soy Sayaka Igarashi, secretaria de la presidenta del Consejo Estudiantil y se requiere de su presencia de inmediato.
— ¿Quién? — respondo con cierto recelo.
— La presidenta del Consejo, Kirari Momobami.
— ¿Por qué debería aceptar verla en este instante?.
— La presidenta dice que será muy beneficioso para usted — comenta serenamente.
Después de meditar por algunos segundos, tomé mi decisión.
— Está bien, acepto. Iré contigo.
Acompañé a la extraña chica de cabello violeta de regreso a la Academia. No nos hablamos durante el camino, yo iba un poco más atrás que ella, y sinceramente no tenía ganas de hablar.
Ella se detuvo en una puerta, y la abrió para poder ingresar.
Lo primero que veo es a una chica de cabello blanco mirando hacía la ventana. Me llama la atención la forma estilizada de su cabello. Ella luce el uniforme de la Academia.
No puedo dejar de mirarla, su estatura promedio y su candente figura hace que no me arrepienta de haber venido hasta aquí.
Ella voltea ante nuestra presencia.
Me sonrojo ligeramente al ver sus ojos de color celeste, lo que combina perfectamente con su labial del mismo color.
— Así que tú eres (Y/N) — se acerca elegantemente hasta nuestra posición.
— Permítame mi bella dama de besar sus finas manos en señal de aprecio por su invitación — inclino mi cuerpo para tomar su mano derecha y besar suavemente sus nudillos en un gesto de galantería.
— ¡Presidente!, ¡No puede tolerar esto! — exclama Sayaka.
— No hagas de esto un escándalo Sayaka — pide amablemente la chica de cabello blanco después de realizar mi acción — por cierto, no nos hemos presentado, mi nombre es Kirari Momobami, Presidenta del Consejo Estudiantil de la Academia Hyakkaou.
— El gusto es mío, señora presidenta.
— Por favor toma asiento — indica el sofá disponible a nuestra izquierda.
Antes de que me pusiera cómodo y me sentara al frente de ella, noto que hay una chica de pie en un rincón de la habitación.
No me había percatado de su presencia al concentrarme solamente en Kirari Momobami.
— Lo había olvidado, ella es la Vicepresidenta del Consejo, ella solamente observará.
— Hola — la saludo tímidamente.
Ella no realiza ningún movimiento, luce inmóvil, como una estatua.
— Asumo que sabes por que estás aquí ¿No? — la presidenta me dirige la palabra desde la comodidad del sofá.
— Para ser franco, Sayaka no me ha entregado detalles.
— ¿Sayaka? — pregunta Kirari.
— ¿Sí, señora presidente? — responde atentamente su secretaria.
— Por favor, quiero que traigas el expediente de (Y/N).
— ¡De inmediato!.
Sayaka se dirige hacía un escritorio y busca sin descanso el encargo de la presidenta; en cambio, Kirari me mira fijamente a los ojos y juega con su cabello sin despegar la mirada de mí.
Me siento un tanto avergonzado, podría decirse que la presidenta está tratando de coquetear conmigo.
— ¡Aquí esta! — Sayaka camina donde la presidenta y entrega el expediente que pidió.
Kirari abre el expediente y lo lee detenidamente. Después de unos segundos, me dirige la palabra:
— ¿Por qué quisiste obtener una beca en la Academia Hyakkaou (Y/N)?.
— Cualquiera quisiera estar aquí, es una de las mejores escuelas y creo en mis capacidades para triunfar en la vida.
— ¿En qué deseas convertirte a futuro?. Me interesa saber más acerca de tí, he oído cosas interesantes y me gustaría corroborarlas por mí misma.
— Me gustaría ser abogado o juez, creo que en este mundo tan corrupto la justicia es más necesaria que nunca.
— Así que por ello decidiste perdonar la deuda a Jun Kiwatari ¿No es así? — inclina su cuerpo un poco más hacía mí.
— Desde el primer minuto supe que esta escuela estaba corrompida, no quise ser parte de este circo, por eso lo hice — intento demostrar una actitud fuerte.
— También he oído de que te has estado reuniendo con las mascotas para ayudarlos en los juegos de azar, ¿Qué planeas?, ¿Piensas hacer una rebelión o algo por el estilo?.
Al oír su pregunta, una extraña sensación recorrió por cada extremidad de mi cuerpo. Mis sospechas eran ciertas, el Consejo me ha estado vigilando, ¿Cómo es eso posible?, creí que había tomado todas las precauciones necesarias.
— Eh…eh…sí, me he reunido con ellos. Creo que ellos pueden salir del fondo en el que se encuentran.
— Vaya, debes ser bueno en los juegos para creer que pueden salir de sus deudas.
— No soy bueno en los juegos de azar, pero sé como detectar las trampas que realiza mi adversario. Si la derrota significa convertirte en un esclavo, creo que lo mejor sería asegurar mi vida, y para eso, hacer trampa es la única solución, ¿No lo cree señora presidenta?.
— Eres alguien interesante (Y/N), los rumores acerca de tí eran ciertos, no eres igual que los demás. Pero lamentablemente no puedo dejar que sigas destruyendo el hermoso acuario que he creado en la Academia.
— ¿Acuario?.
— Tal como lo oyes, la Academia es un acuario que yo misma diseñé al centralizar todas las deudas al Consejo Estudiantil, donde el más fuerte sobrevive y los débiles perecen. Ya tengo a alguien que merodea los pasillos de la escuela y ha desafiado las reglas, y no me puedo dar el lujo de que otra persona haga lo mismo…
— ¿Qué planea? — pregunto con cierto temor.
— Quiero una apuesta.
— ¡¿Qué está haciendo presidente?! — exclama Sayaka confundida por las palabras de su presidenta.
— Gracias, pero no estoy interesado.
Kirari ignora a Sayaka y vuelve a hablarme:
— Veo que no tienes motivación alguna por tener a una mascota. A muchas "mininas" les encantaría estar bajo los encantos de alguien tan guapo como tú, si eso no te motiva para una apuesta, creo saber qué podría motivarte a jugar contra mí.
— ¿Qué cosa?.
— Si ganas, eliminaré el sistema de mascotas y perdonaré todas las deudas de los estudiantes.
— Por favor señora presidente, debe estar bromeando — Sayaka se impacienta ante las declaraciones de Kirari.
— ¿Y si pierdo? — pregunto con seriedad.
— Serás mi mascota personal, dejarás de reunirte con las otras mascotas y no podrás realizar ninguna apuesta sin mi consentimiento. Pero no te preocupes, no todo será malo, te pagaré, serás alguien muy valioso para mí y espero tenerte a mi lado por un buen tiempo.
Parece ser una propuesta difícil de aceptar, pero, si gano todos se liberarán, nadie será esclavo de nadie y podré decir que hice realmente algo bueno por otro una vez en mi vida. Si tengo que apostar mi vida por el bien de los demás, ¡No tendré miedo en hacerlo!
— ¡Acepto!.
— No esperaba menos de tí, Sayaka, por favor trae la moneda.
— ¡De inmediato!.
Sin demora alguna, Sayaka le entregó una moneda a Kirari.
— Este será un juego simple, debes elegir en que mano estará la moneda. — toma la moneda con su mano derecha.
Sin esperar más, lanza la moneda por los cielos y en un rápido movimiento de manos atrapa la moneda impidiendo ver con exactitud donde se encuentra.
— Elige, ¿Derecha o izquierda?.
Me detengo a ver todo a mi alrededor: Los ojos de Kirari no se despegan de los míos, Sayaka se encuentra a las espaldas de ella y es casi imposible que éste involucrada, la Vicepresidenta tampoco, no se ha movido y está muy lejos como para ser cómplice de la Presidenta.
Veo sus manos, ambas están cerradas y no muestran indicios que me indiquen que la moneda esté allí.
— ¿Tan difícil es escoger para ti (Y/N)?
Ignorando por completo sus palabras, vi que los dedos de su mano izquierda se apretaron más de lo normal. No hay dudas, sé que la moneda está allí.
— Elijo tu mano izquierda — comento confiadamente.
— Está bien.
Lentamente veo como Kirari abre su mano.
Mis ojos se ensanchan al ver su mano izquierda vacía, al instante, muestra su mano derecha con la moneda dentro de ella.
— Haz perdido (Y/N), una apuesta es una apuesta — sus ojos de color celeste lucen espeluznantes.
Por mi parte, todo da vueltas, siento como mi mundo se derrumba en mil pedazos, ¿Realmente creí que podría salvar a todos en esta Academia?, que tonto e ingenuo fui al creer que podía hacer un bien en esta escuela. Ahora, he entrado al sistema que tanto odié y rechazé…
Sin que me percatara e interrumpiendo mis pensamientos, Sayaka coloca cuidadosamente en mi cuello el collar que indica que a partir de este momento, soy propiedad de la presidenta del Consejo Estudiantil: Kirari Momobami.
— Luces bien — comenta Kirari al verme con mi nuevo collar — si notas bien, verás que las letras de tu collar son de color celeste, todos sabrán que eres mío y por lo tanto, nadie podrá tocarte sin mi permiso. Así que no tendrás que preocuparte por tu integridad.
— Gracias — respondo sin ánimos.
La Presidenta se pone de pie y levanta mi mentón para que pueda mirarla.
— Fue un placer apostar contigo (Y/N), quiero que vayas mañana a primera hora a la oficina de reuniones del Consejo Estudiantil, te presentaré ante todos.
— Esta…bien — me sonrojo al sentir las suaves manos de Kirari en mi rostro.
— Así me gusta fido, ahora vete, descansa, que será a partir de mañana iniciarás una nueva vida.
Me levanté cabizbajo del sofá, pero no antes elevar mi rostro y realizar un gesto de despedida a la Vicepresidenta que todavía se encuentra de pie.
Luego de cerrar la puerta, caminé por los pasillos en busca de la salida.
— Todavía siento esa extraña sensación — volteo y como era de costumbre no vi a nadie.
— Creo que sí me estoy volviendo paranoico —tomo mi collar y desaflojo mi corbata para esconderlo debajo de mi camisa de la Academia.
Al salir, ya está todo obscuro, no diviso a nadie de la escuela, al parecer todos se fueron.
— Disfrutaré estas últimas horas de tranquilidad — suspiro antes de caminar.
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