Ya es la primera hora del día.

Doy un paso para ingresar en una nueva jornada a la prestigiosa Academia Hyakkaou, con el ya tradicional uniforme.

El ambiente se siente algo denso a medida que camino, las elecciones presidenciales han influido enormemente en los estudiantes de la escuela. Todo el mundo habla de ello, y claro, esto no se da muy a menudo, todos somos candidatos y votantes al mismo tiempo.

Hoy, oficialmente comienza mi trato con Runa, acepté la idea de ser un espectador en estas elecciones.

Me muevo con libertad por los pasillos, no puedo evitar cruzarme con algunos estudiantes, muchos de ellos mascotas.

De pronto veo a dos chicas caminando en la misma dirección. Una de cabello rubio, la otra, de larga extension y de color plateado.

Reconozco ésta última, no es más ni menos que la Vicepresidenta del Consejo Estudiantil, Ririka Momobami.

Mis labios tiemblan al recordar aquel beso.

Me muevo sigilosamente para no ser detectado, tengo curiosidad por saber quién es su acompañante.

Luego de minutos de recorrido, ambas ingresan a la oficina personal de Kirari.

¿Qué haré ahora?, ¿Tal vez deba entrar?, ¿Pero cómo lo haré sin un buen motivo aparente?.

Algo dentro de mí, me alerta que debo irme, pero la curiosidad me invade, así que decido entrar e inventar una excusa.

Con total falta de respeto, muevo el picapaorte y veo a Ririka sentada en un sofá frente a Mary Saotome quien también está sentada. En medio hay una pequeña mesa, y lo más sorprendente es que hay una caja con muchos votos.

Además, hay chica junto a ellas, es una de las observadoras de Runa, viste con el característico atuendo que utilizan

Mary y Ririka me observan confundidas.

Me sonrojo al no pensar en algo que justifique mi presencia aquí.

— ¡Ya llegaste! — Habla la observadora — Ya podemos empezar.

— Por mi está bien, no tengo problema con que él este aquí — Comenta Mary como si nada.

Por su parte, Ririka no menciona ni una sola palabra, por su máscara, no puedo ver la expresión de su rostro.

Me posiciono al lado de la observadora de esta partida para no ser ninguna molestia.

Me pregunto si intencionalmente me permitió ingresar, tal vez para no generar un alboroto mayor; o tal vez recibió una orden de Runa para permitirme pasar sin problemas.

En fín, no pienso averiguarlo ahora…

Veo que la Vicepresidenta y Mary están sentadas una en frente de la otra, con una mesa pequeña que las separa a ambas. Mis ojos se abren al ver que hay una caja con muchos votos.

— Son 100 votos — Lanza la ficha celeste que tiene en su mano por arriba de su cabeza, en un rápido movimiento la atrapa sin que pueda determinar si en su mano derecha o izquierda—  Adivina en qué mano está el voto. Hazlo correctamente y te daré los 100 votos. Anda, elige…Mary Saotome

— ¿Cómo es que una apuesta tan desigual es permitida? — Mary luce molesta.

— Mientras ambas partes estén de acuerdo, todo puede ser considerado como una apuesta, así podrán apostar lo que quieran y cuando quieran — La chica del Comité lleva su mano a su frente como si fuera una soldado.

— Por supuesto no podría ser así de simple — Comenta Ririka — Yo tengo una condición: Si ganas y obtienes estos 100 votos, quiero que te unas a mí en la elección presidencial estudiantil(…)

— ¿Qué? — Mary luce confundida con su extraña petición.

Para ser sincero, yo también estoy algo confundido.

—-(…)no hay nada que se le pueda imponer al ganador de una apuesta, esta es la razón por la cual yo decidí que quiero seguirte, ese es el precio de los votos.

— ¿Qué pasa si pierdo?

— No tengo ninguna intención de quitarte tu voto, pero si pierdes, tendrás que estar conmigo en esta lucha, yo creo que no es una mala oferta. Sin importar el resultado te estarás acercando al puesto de Presidenta, bien, elige.

Mary con inicitativa lleva su mano a la máscara de Ririka.

Observo con nerviosismo tal acción, debo evitarlo, no puedo permitir que Mary descubra la verdadera identidad de la Vicepresidenta.

Todo transcurre lentamente por mis ojos.

Me sonrojo momentáneamente al ver la expresión de Ririka.

Al estar su rostro al descubierto, deja ver su lado más frágil.

— En verdad eres la viva imagen de la Presidenta, sin embargo a juzgar por tu falta de confianza, es claro que no eres ella. ¿Son gemelas?…la Présidenta tiene una gemela, esta podría ser una información bastante útil.

No puedo dejar pasar esto, debo hacer algo. ¡Al demonio la neutralidad!, si esto se llega a saber Ririka será la más perjudicada en todo esto,  el peso y las criticas recaerán sobre ella. Será el punto más débil por el cuál todos atacarán al Consejo Estudiantil.

Muevo mi cuerpo con la clara intención de intervenir, pero la observadora de esta apuesta, toma de mi chaqueta.

Sus ojos están fijos en Mary y en Ririka, pero aún así logró notar mi movimiento.

Aunque no lo diga, su mensaje está más que claro: No debo intervenir bajo ninguna circunstancia.

En otra ocasión, esta acción sería un deleite para mis ojos, la idea de ver derrumbarse a todo el Consejo Estudiantil como un castillo de naipes sería un festín. Pero aunque me duela, intentaré respetar mi palabra ahora que me he involucrado con el Comité de Gestión de Elecciones, y en especial con Runa.

Debo mantenerme firme, si no puedo soportar esto, aquí no tengo ninguna autoridad, soy solo un espectador, por lo que debo ser neutral.

— No…no tiene caso amenazarme — Titubea un poco Ririka sin su máscara, como ha tenido la oportunidad de verlo anteriormente — En fín, elige: Izquierda o Derecha.

— ¿Qué no es obvio?. Yo me rehuso — La chica de cabello rubio deja caer la máscara que sostenía de su mano — no podría confiar en alguien para cuidarme la espalda, cuando ni siquiera revela su verdadera identidad. No sé quién te ha dicho esto, pero…¡Dime lo que en verdad quieres!

— ¿Lo que yo quiero en verdad?(…)

Ririka baja la mirada lentamente, pero pude percibir como me miró disimuladamente por un segundo.

— (…)yo no quiero nada.

— ¿Ah sí?, ya veo, entonces debo irme. Adiós — Mary ya tomó una decisión.

Da un par de pasos hacía la salida.

Pero de un segundo a otro, Mary se detiene y su celular comienza a sonar.

— Yo no quería…pero…tendré que forzarte — Susurra Ririka.

— ¿Huh? — Mira con extrañeza a la Vicepresidenta — Hola, te escucho Suzui, dime ¿Qué es lo que pasa?…Sí, sigo aquí…¿Qué fue lo que sucedió?…Voy para allá.

¿Qué fue todo esto?

Mary se acerca a Ririka y toma su muñeca izquierda.

La acción agresiva de Mary hace que Ririka cierre los ojos como si fuera a temer por algo peor.

— ¿Forzándome no? — Aprieta con tanta fuerza su muñeca que la mano de Ririka se abre por reflejo involuntario, mostrando así el voto — Entiendo, pues que así sea, en serio que tienes valor.

La expresión sombría de Mary realmente me produce escalofríos; en contraste, ver el rostro de Ririka en ese estado me produce algo de compasión.

Pero es hora que haga algo, ya la apuesta se realizó, ya es hora de que todo acabe, ya nada me importa, no puedo simplemente quedarme de brazos cruzados, Ririka sufrirá mucho si esto sigue así…

— ¡La ganadora de los 100 votos es Mary Saotome! — La chica del Comité de Elecciones interviene primero.

Fui muy lento…

…pero aún así, no tenía la autoridad como para deliberar, me comprometí a ser un espectador, pero francamente no lo soporto, no puedo ser simplemente un lastre en cada apuesta que presencie.

Tendré que hablar con Runa acerca de esto.

— Por un segundo olvidé que ustedes estaban aquí. No tengo tiempo para juegos,¡Me dirás dónde están Yumeko y Suzui! — Señala a Ririka con enojo.

— Sí…ellos se encuentran en este salón — Ririka saca de su bolsillo una carta y se la entrega a Mary.

Ella recibe la carta y la abre para leerla.

— No está muy lejos, ¡Andando! — Saotome sale del cuarto a toda prisa.

La sangre de mis piernas fluyen nuevamente, recojo la máscara de Ririka que yace impávida sentada en el sofá.

— ¿Te encuentras bien? — Le entrego su máscara.

— ¿Eh?, ¡Sí!, estoy bien — Coloca su máscara y toma la caja con los 100 votos para alcanzar a Mary Saotome.

Tal vez no deba hacer esto, pero decido ir tras ellas de todos modos.

Esto se vuelve cada vez más interesante, que no pienso perdérmerlo por nada.