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Capítulo 11 (Parte 2)

Ririka Pov

Viernes por la Noche

Los leves rayos del atardecer ya se están acabando, permitiendo que la noche se asome con suma elegancia.

Estoy intranquila mirando el paisaje desde la ventana de mi habitación.

Algo me dice que (Y/N) no tomó en serio mi advertencia.

Rayos... tendré que hacer algo.

Me quito mi pijama que tengo puesta y me cambio de ropa por uno más casual, específicamente una sudadera negra y unos pantalones del mismo color.

Bajo por las escaleras de nuestra gran casa y camino hacia la puerta de entrada.

- ¿A dónde vas Ririka? - oigo la voz de Kirari detrás de mí cuando estaba a punto de mover el picaporte.

- Daré una vuelta, es todo - intento de no mirarla a los ojos.

- ¿Saldrás?, ¿Tú?, ¿Desde cuándo sales a dar un paseo por las noches?, siempre has sido de quedarte en casa.

- Necesito tomar aire.

Pasaron varios segundos antes de que me respondiera, sus ojos estaban clavados sobre mí.

- Bien, procura volver pronto.

- Lo haré, pierde cuidado.

Al salir, corro a toda prisa hacía la Academia Hyakkaou, debo confirmar presencialmente de que (Y/N) no se encuentre allí.

Estoy a unos metros de la escuela

Me detengo abruptamente al notar una silueta que está a las afueras de la Academia.

¡Dios mío! !No!, ¡Es (Y/N)!

Mis temores se hicieron realidad y él no tomó en cuenta mi advertencia, ¿Acaso no fui lo suficientemente clara?, no lo culpo, ni yo sé lo que le espera dentro de la escuela.

Me llama la atención de que esté vestido con el uniforme de la Academia, no tengo recuerdos de haber escuchado decir a Kirari que viniera así.

(Y/N) parece haber ingresado a la Academia guiado por Sayaka.

Luego de esperar unos cuantos minutos afuera, ingreso a la Academia y me dirijo a la oficina de la Presidenta.

Busco entre uno de los armarios mi uniforme de repuesto que tengo en caso de emergencias.

Me arreglo un poco frente al espejo para lucir como Kirari. No puedo perder mucho tiempo, la vida de (Y/N) corre peligro. Hacer esto me traerá muchos problemas, pero de seguro que (Y/N) estaría más dispuesto a ser rescatado por Kirari que por mí.

Si conozco a mi hermana de seguro lo habrá llevado a la sala de interrogaciones del Consejo de Belleza de Midari.

Veo a lo lejos que Sayaka sale de las escaleras que llevan al subterráneo, eso me dice que estoy en lo correcto.

De inmediato, por el otro extremo del pasillo, diviso a Tooame y Shagatake, las ayudantes de Midari caminando hacía a sala de interrogaciones.

Me escondo entre la oscuridad a la espera de que Sayaka se aleje un poco más para así poder bajar.

Luego de que Sayaka se alejara lo suficiente bajo hacía el subterráneo.

Desde la puerta de la sala de interrogaciones se oyen leves gemidos desde el interior.

Coloco mi oreja por la puerta para escuchar mejor.

Me siento un tanto desilusionada y disgustada al oír los gemidos de placer de (Y/N), por parte Kirari tenía razón de que no le haría daño y mi esfuerzo fue en vano, pero por el otro lado no estoy a gusto al escuchar a (Y/N) teniendo relaciones con otras mujeres.

- Creo que es hora de ir a casa.

Subo por las escaleras y camino por el pasillo, pero no antes sin hacer una parada al baño de mujeres.

Luego de estar un buen tiempo allí, oigo unas voces provenientes de los pasillos.

Abro levemente la puerta para oír mejor.

- ... está bien, le daré su merecido - oigo lo que parece ser la voz de Yumemi - pero no tengo mucho tiempo, estaba ensayando en mi casa.

- Te servirá para liberar todo tu estrés Yumemi - comenta Sayaka - pero antes debo encargarme de él yo misma.

- ¿Así que estuvo con Tooame y Shagatake? - Yumemi pregunta con un tono de molestia.

- Sí, ¿Hay algún problema con eso?

- No, claro que no - responde nerviosa - tenía algo de curiosidad, pero yo me hubiera ofrecido con gusto si me lo hubieras preguntado.

- Lo habría hecho, pero la Presidente ordenó estrictamente que ningún miembro del Consejo se involucraría con él a excepción de ella, ¡rayos!.

- ¿Ocurre algo querida Sayaka? - pregunta Yumemi de forma sonriente.

- No soporto a (Y/N), desde su llegada la Presidente lo ha mimado demasiado y eso me molesta.

- Creo que ya no eres la número uno de Kirari - Yumemi le dice en tono de burla.

- Por eso es que quiero hacerlo pagar, no solamente por su traición a nuestra Presidente, sino por el daño que me ha hecho.

- No seas tan dura con él querida.

- Después de tu turno, lo mantendré encerrado hasta que nuestra Presidente llegue.

Salgo sin que nadie se de cuenta y observo como Sayaka y Yumemi bajan al subterráneo.

En cuanto salgan de allí, liberaré a (Y/N) de inmediato.
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No sé cuanto tiempo esperé, pero finalmente pude ver como Yumemi y Sayaka subían provenientes del subterráneo.

- Gracias por tu ayuda Yumemi, ahora (Y/N) está allí,
agonizando - comenta Sayaka.

- ¿No será suficiente castigo?, creo que aprendió la lección - Yumemi trata de persuadirla.

- Te sugiero no tratar de ser blanda con él, ¿O acaso quieres que le revele tus intenciones con (Y/N) a nuestra Presidente?, recuerda que todavía no te ha perdonado por herir a (Y/N) en su supuesta ausencia.

- ¡Fue un accidente!, ¡Yo no le hice daño!, no controlé mi fuerza, es todo.

- Creo que debes irte Yumemi - cambia de tema.

- Oh, sí claro, ¡Te veré el Lunes! - se despide alegremente.

Sayaka por su parte se retira por el otro lado del pasillo.

Ya creo que se ha marchado, bajaré hacía el subterráneo.

Por ser la Vicepresidenta, tengo una llave universal de toda la escuela, por lo que no tengo problemas en abrir la sala de interrogaciones.

Mis ojos sollozan al ver al chico que amo encadenado y con su torso semidesnudo con una venda en los ojos, su rostro luce demacrado y con sangre corriendo por su nariz.

Me subo en una silla que me permite acercame a los grilletes.

Tímidamente, me acerco a él y lo abrazo, colocando mis brazos en su espalda y mi cabeza en su pecho.

Los latidos de su corazon hace que me relaje por un momento.

- ¿Kirari? - oigo su voz.

¡Cielos!, ¡Lo olvidaba!, me arreglé igual que mi hermana. Pude haber entrado antes cuando Sayaka estaba junto a Yumemi, pero de haberlo hecho tal vez Sayaka hubiera notado que no era ella, una vez puede pasar, pero no dos veces.

Retiro la venda de sus ojos y sin perder más tiempo, aflojo los grilletes.

No pude prevenirlo, pero (Y/N) cae como consecuencia de no tener estabilidad en sus piernas y sus brazos no le permiten realizar grandes movimientos.

- (Y/N), ¿Te encuentras bien? - pregunto luego de bajar de la silla.

Él no responde nada, tan solo me observa

- ¡Lo siento Kirari! - recupera sus energías y sujeta mis hombros - ¡no debí traicionar tu confianza!, ¡Por favor perdóname!

Sus ojos se humedecen.

- Ya basta (Y/N), no debes comportarte así - intento calmarlo para salir de aquí.

Inesperadamente, (Y/N) sujeta mis mejillas y acerca sus labios contra los míos. Siento mariposas en el estómago, mis ojos se cierran y llevo mis manos a su rostro.

Siento como nuestras lenguas hacen contacto y juegan libremente en nuestras bocas.

Esto se siente tan bien, nuestros cuerpos chocan entre sí, libero leves gemidos, no puedo controlar mis deseos de estar con él en un acto largo y duradero de amor.

Oigo la puerta abrirse.

Mis ojos se abren al ver ingresar a Sayaka con una maleta, junto a Runa y ¿Kirari?, ¡Estoy acabada!.

Horrorizada, miro a (Y/N) y puedo notar que se encuentra sumamente confundido.

- Eres tan predecible - Kirari se acerca a nosotros.

Ella toma mi mentón junto a la expresión tenebrosa que siempre adopta en casos como éstos.

- ¿Realmente pensaste que creería tu excusa, Ririka Momobami?.

Que tonta fui al pretender engañar a Kirari con un excusa tan burda.

- Yo...puedo explicarlo - Intento calmar la situación y controlar mis llantos.

- No es a mí, a quién debes dar explicaciones, sino a (Y/N) - lleva mi cabeza a él.

Ya no quiero seguir ocultando más mi identidad, quiero que me vea por quien soy realmente.

Así que lo mejor será desenredar mi cabello.

Además, tomo el valor que siempre debí tener:

- (Y/N), primero quiero que sepas es que yo soy la Vicepresidenta del Consejo Estudiantil y como te habrás dado cuenta, Kirari y yo somos gemelas - doy un profundo respiro para continuar - fui yo quien te envió la carta que encontraste en tu casillero, además te he estado siguiendo desde que ingresaste por primera vez a la Academia Hyakkaou.

Cierro los ojos producto de la vergüenza.

- Todo tiene sentido, creí que estaba loco al creer que alguien me perseguía.

- Haz olvidado, lo más importante Ririka - Kirari insiste a que revele todo.

- Yo...yo, fui quién informó de tu plan con las mascotas de la Academia.

- ¡¿Por qué?! - puedo ver el odio en sus ojos.

- Por que...me gustas mucho - jamás creí que me declararía de esta forma.

- Eso no tiene sentido.

- Quería protegerte de ésta Academia y la única forma de que estuvieras a salvo era convirtiéndote en la mascota personal de Kirari.

- ¡¿Por qué lo hiciste?!, ¡¿Crees que no puedo valerme por mí mismo?!.

- No...no es lo que tú cres, tan solo yo...es que... todos los estudiantes que ingresan a la Academia, entran con un sueño, pero a medida que pasa el tiempo, se olvidan de ello, las apuestas y el dinero los consume. Muchos quedan en el camino y terminan expulsados o con grandes deudas. Es por eso que no quería que terminarás como ellos.

- Valoro mucho tu ayuda pero fue completamente innecesaria.

Bajo mi cabeza al darme cuenta que fui una tonta al involucrarme en cosas que no eran de mi incumbencia.

- No digas esas cosas (Y/N) - Kirari interviene - Ririka tiene razón, no habrías tenido ni la más mínima oportunidad de sobrevivir en ésta escuela sin la ayuda de mi hermana, deberías estar agradecido.

Elevo mi cabeza ante la defensa de Kirari.

- ¿Por qué debería estarlo? - pregunta (Y/N).

- Por que de ser por mí, te habría expulsado desde que me enteré de tu plan. Habría destruido todos tus sueños y habría hecho de tu vida un infierno, tal como pienso hacerlo ahora.

- ¿Qué dices Kirari? - pregunto a mi hermana.

- No me he olvidado (Y/ N) que decidiste traicionar mi confianza durante el duelo contra Yumeko. Señalaste a Suzui de que tomara otra carta y no la marcada como estaba planeado.

- Pero... dijiste que no le harías daño - me siento un poco asustada.

- ¡Basta!, creo que es hora de deshacernos de (Y/N) de una vez por todas.

- ¡¿Qué quieres decir con eso?! - los ojos de (Y/N) se ensanchan.

- Llamaré a Midari, ya es hora de cumplir su sueño de morir. Estará de acuerdo en morir junto a tí, (Y/N), por una bala disparada por mí

- ¡No lo permitiré! - me antepongo ante ella - no dejaré que le hagas daño.

- ¡Oh!, eso no me lo esperaba - comenta Runa desde el fondo.

- ¿Que pretendes Ririka?, ¿Tanto significa (Y/N) para tí?.

- No lo entenderías... por eso... ¡Quiero que lo decidamos por una apuesta!.

- ¡ ¡Vaya!, debes estar bastante enamorada como para desafiarme a una apuesta. Acepto, si ganas tendrás el plan de vida de (Y/N) - Sayaka saca de su maleta el plan de vida - pero si pierdes, deberás dejar tu puesto como Vicepresidenta del Consejo, abandonar la Academia y olvidarte de (Y/N) para siempre. No habrá otra opción, (Y/N) morirá está noche.

- ¡Está bien! - respondo con firmeza, aunque por dentro temo mucho por la vida de (Y/N).

- Yo seré la juez de éste encuentro - se acerca Runa para supervisar.

- Jugaremos tu juego favorito Ririka: El juego de la moneda. Ya conoces las reglas, sencillamente debes adivinar en que mano se encuentra la moneda y ganarás - saca de su bolsillo una moneda.

Kirari lanza la moneda por lo aires y en un rápido movimiento de manos esconde la moneda.

- ¿Izquierda o Derecha?.

Miro con detención ambas manos, admito que amo este juego por la sencillez, pero, ahora lo odio. Aunque sea la Vicepresidenta no conozco todos los trucos que mi hermana esconde.

Noto como Kirari aprieta ligeramente su mano izquierda. ¡Es obvio!, ¡La moneda se encuentra allí!

Antes de que pudiera descubrir la moneda, siento la mano de (Y/N) arriba de la mía y la arrastra hacía la mano derecha de Kirari.

- ¿Qué haces? - sus cálidas manos hacen que me sonroje - la moneda no se encuentra allí.

- Lo está, confía en mí - muestra una encantadora sonrisa.

No tengo otra opción, confiaré en él sin importar el resultado, si pierdo, por lo menos disfruté de todo esto...no me arrepiento de nada.

Kirari abre su mano y para mí sorpresa la moneda se encuentra allí.

- ¡Y la ganadora es Ririka Momobami! - grita Runa con alegría.

- ¿Cómo? - pregunto sorprendida.

- Era bastante obvio(...)

Me siento aliviada, siento como si toda la presión de mi pecho se hubiera marchado, mi corazón late con normalidad, pero, ¿Qué pasará ahora entre (Y/N) y yo?.

- No debí subestimarte (Y/N), eres un chico bastante listo... Ririka tiene un buen gusto con los hombres - Kirari interrumpe mis pensamientos- Sayaka, por favor entrega el plan de vida a la Vicepresidenta del Consejo Estudiantil - ordena Kirari, sacándome de mis pensamientos.
N.
- ¡Como usted ordene Presidente! - Sayaka se acerca para entregarme el documento.

- Bueno, creo que nos iremos - Mi hermana se retira junto a Sayaka y Runa.

Nuevamente estoy sola con (Y/N). Me doy cuenta que todavía no ha soltado su mano

- (Y/N)...

- ¿Qué ocurre?.

- Tú mano...

Retira inmediatamente su mano, me hubiera gustado poder seguir disfrutándolo por unos segundos más. Noto como su rostro se sonroja al igual que el mío.

Por unos breves momentos no decimos nada.

En tanto (Y/N) abotona su camisa y su chaqueta.

- Bueno, ahora tienes mi plan de vida Ririka, soy todo tuyo - inesperadamente me guiña.

Estoy un tanto nerviosa al darme cuenta de sus palabras.

Desde que él llegó a la Academia Hyakkaou soñé tanto estar a su lado...que se fijara en mí, que me mimara y contarle todos mis secretos, mientras caminamos de la mano, en fín, todas esas cosas que realizan las parejas normales. Ahora tengo la oportunidad de hacerlas todas...pero...no de ésta manera, él no me amaría, él seguiría mis órdenes y eso no es amor.

- No...no es así, eres libre - destruyo su plan de vida con ambas manos.

- Ririka...

Aunque me duela, creo que hice lo correcto.

Dejo caer los restos del plan y me retiro cuanto antes de la sala de interrogación.

Trato de ser lo suficientemente fuerte para no llorar.

Al salir, subo por las escaleras y camino unos cuantos metros por el pasillo.

Me apoyo en posición fetal en una pared para al fín liberar mis lágrimas.

- Creo que es todo, he perdido mi oportunidad.

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