— Lentamente estoy creyendo que esto es una mala idea — me digo mientras camino a obscuras en dirección a la Academia.

Desde que recibí esa carta no dejo de sentir como si alguien me estuviera persiguiendo. Creo que cada día me estoy volviendo más paranoico.

Las luces de las tiendas de las calles ya están encendidas, y el cielo estrellado se asoma con cierta timidez.

Estoy a las afueras de la escuela, tal como me indicó Kirari cuando hablamos por teléfono antes de venir.

Al mirarme desde los pies, me pregunto por que quería que viniera con mi uniforme habitual de estudiante, aún así, no me molesta eatar vestido así.

Abro las rejas de la Academia y avanzo sin temor alguno, a pesar de que el edifico luce un tanto tenebroso debido a la oscuridad del lugar.

Mientras camino, no deja de asombrarme el poder que tiene el Consejo Estudiantil en la escuela, en ningún lugar del mundo se les permitiría a los estudiantes estar a éstas horas en la escuela sin un motivo académico.

Al acercame un poco más a la puerta, veo que Sayaka me está esperando con su uniforme.

— Es bueno verte por aquí Sayaka, tengo un poco de miedo a la oscuridad — trato de hacerme el gracioso con ella.

Lamentablemente mi intento de comediante fracasó y Sayaka sin gesto alguno en su rostro me indica para que la acompañe.

Recorrimos por los pasillos ya conocidos de la Academia, hasta que bajamos por unas escaleras hacía los pisos inferiores de la escuela.

La asistente de la Presidenta abre la puerta y me muestra un cuarto de interrogación con paredes verdes y cañerías que suben a los pisos superiores.

He oído de que éste fue el lugar donde Midari apostó con Yumeko  en el juego de la ruleta rusa.

Lo que me llama la atención son los grilletes incrustados en las paredes del cuarto y las dos sillas debajo de éstos.

— ¿Qué es esto? — pregunto a Sayaka que se encuentra a mi lado.

— Es tú sorpresa (Y/N), la Presidente ha mandado a instalarlo para tí.

— ¿Qué se supone que debo hacer aquí?.

— Disfrutar.

— ¿Qué dices?.

— Desvístete — me indica la chica de cabello violeta.

— ¿No estarás hablando en serio?.

— Solamente la parte superior de tu cuerpo, y luego yo sujetaré tus manos en los grilletes para que puedas disfrutar de tu sorpresa.

Sin cuestionar sus indicaciones, me quito la chaqueta y la camisa, dejando solamente mi collar de mascota colgando de mi pecho.

— Ahora sube a la silla, mientras sujeto tus manos.

Me subo a la silla y estiro los brazos, mientras Sayaka sobre la otra silla refina los últimos detalles de los grilletes.

Jamás crei que Kirari tuviera esos pensamientos tan lujuriosos, ahora comprendo a lo que se referirá cuando me dijo que era algo con que todo hombre desearía.

— Ya estás fuertemente sujetado — comenta Sayaka al mismo tiempo que baja de la silla y aleja la mía.

Mis pies están a casi 10 centímetros del suelo y mis muñecas están por sobre mi cabeza.

— Ahora, haré que las chicas entren — se retira Sayaka de la sala sin mirarme a la cara.

Pasaron unos minutos y veo que hacen ingreso las dos ayudantes de Midari: Tooame, la chica de cabello rojo y Shagatake, la chica de cabello púrpura.

— Hoy te divertirás mucho (Y/N) — se acerca lentamente la chica de cabello rojizo.

Inmediatamente toma mi mentón y me besa suavemente.

Mientras tanto, Shagatake lleva sus manos a mi pecho y baja lentamente hacía mi pantalón.

Ambas, en un gesto provocativo retiran paulatinamente sus camisas blancas para que pudiera contemplar sus brasiers.

Mi respiración es agitada, mi temperatura corporal aumenta. Mis manos piden con desesperación liberarse de éstos grilletes.

Ambas se acercan de nuevo y en un juego digno de una película para adultos, tocan mi cuerpo y retiran mi pantalón para frotar mi miembro lentamente hacía arriba y hacía abajo.

Lo mejor está por comenzar…

——————————————————————————————————————————————————

Pasaron alrededor de 15 minutos para que mi respiración aumentara y pudiera liberar toda mi energía acumulada, y así, sentir el mayor placer de todos.

— ¡Wow (Y/N)!, ¡Que potencia! — exclaman las chicas.

Las ayudantes de Midari suben mi pantalón, debido a que mis manos se encuentran inmovilizados.

Todavía en el juego, sus lenguas recorren por mi cuerpo como señal de despedida.

— Espero que hayas disfrutado de ésta experiencia (Y/N) — Tooame me dirige la palabra antes de cubrir su cuerpo semidesnudo con su camisa al igual que su compañera.

El sudor recorre por todo mi cuerpo,  por lo que me veo impedido de responder. He cumplido una de las mejores fantasías para cualquier hombre en este mundo.

— Te veremos el Lunes — se despiden antes de retirarse, dejándome solo todavía con los grilletes en mis manos.

No estoy preocupado, de seguro Sayaka vendrá a sacarme de aquí.

——————————————————————————————————————————————————

Han pasado casi de 5 minutos y Sayaka no regresa.

Mi torso todavía sigue desnudo y de continuar en éste estado podría tomar un resfriado.

Antes de que mi mente me matara lentamente con pensamientos autodestructivos, oigo la puerta abrirse y veo entrar la figura de Sayaka.

— ¿Ya te divertiste (Y/N)?.

— Tú sabes que sí — suelto una pequeña risa.

— Pues bien, ahora es mi turno — camina hacía mi posición.

— ¡Por Dios Sayaka!, espera a que me recupere un poco, no soy un super hombre — comento sarcásticamente.

— ¡Silencio! — grita con todas sus fuerzas.

— Ok, ok, ok, no jugaré con eso.

— ¿Crees que he venido a satisfacer tus necesidades masculinas (Y/N)?, ¡Pues te equivocas! — saca de su bolsillo lo que parece ser un arma de  corriente — ahora sufrirás.

Enciende su arma con su mano izquierda, y sin dudarlo impacta la corriente en mis costillas.

— ¡AAAAAHG! — el dolor es indescriptible e insoportable.

Sin misericordia alguna, insiste un par de veces. Un fuerte golpe de electricidad azota por mi cuerpo, cada impacto se vuelve más difícil de soportar.

Finalmente, Sayaka parece detenerse y apaga su arma para tomar un ligero descanso.

— ¿Por qué…me… haces…esto Sayaka? — intento articular mis palabras.

— Tengo dos grandes razones para hacerte daño. La primera es que eres un traidor, te vi como en la apuesta entre nuestra Presidente y Yumeko Jabami le hiciste señas a Suzui para que no tomara la carta marcada y así mantener a Yumeko en la Academia.

— ¿Y cuál…es la segunda razón?.

— Te odio — su mirada se vuelve sombría.

— ¿Qué te hecho yo a tí para que me odies de esa forma?

— Eres el favorito de nuestra Presidente, estás siempre en las piernas de ella y últimamente te has llevado toda la atención, la cual no eres digno de merecer.

— ¿Estás enamorada de Kirari? — pregunto ya con mi cuerpo recuperado.

Noto como las mejillas de Sayaka se sonrojan ante mi pregunta.

— ¡No es de tu incumbencia! — nuevamente enciende su arma e impacta repetidas veces contra mí.

En este punto, parece que mi cuerpo tan solo es un accesorio. Mi alma se ha separado de la carne y mira desde lo alto tan desastroza escena.

— Creo que no vale perder mi tiempo contigo — detiene su actuar — esto no ha acabado, tienes a alguien esperando afuera…galán.

Sayaka camina hacía la puerta.

— ¡Kirari se enterará de esto!.

— No me hagas reír — voltea a verme — ella planeó todo esto, a partir de ahora serás una mascota común y corriente, ya no gozarás de tus privilegios, serás una mierda a partir de ahora.

La puerta se cierra y el silencio azota el cuarto.

Inmediatamente, la puerta se abre y veo que es Yumemi quien ha entrado vestida con su uniforme de la Academia.

— Yumemi, que alegría verte.

Indiferentemente ella se acerca a mí, sin dirigirme la palabra.

— ¿Qué ocurre? — veo que al igual que Sayaka su mirada es sombría.

— ¿Lo disfrutaste?.

— ¿De qué me estás hablando?.

— Sé que estuviste con Tooame y Shagatake.

— ¿Qué tiene de malo?.

— ¡Siempre estás mirando a otras mujeres!, primero Kirari, después vi como disfrutaste el abrazo que recibiste de Yumeko cuando estabas en mi camerino, y finalmente las perras de Midari que parece que se llevaron la mejor parte contigo.

— ¿No estarás celosa?,¿O sí? — intento jugar un poco con Yumemi.

— ¡Claro que lo estoy!, todos los chicos de la Academia a excepción de los del Consejo me pertenecen, ¡yo debo ser el deseo de todos ellos!.

— Si quieres, podemos arreglar esto Yumemi, tan solo debes liberarme y yo me encargaré de complacerte como mereces. — trato de persuadirla.

— No quiero tu piedad (Y/N). De hecho podré liberar toda la ira acumulada en tí…ahora ya no será un accidente.

Yumemi sube a la silla para llegar hasta mi cabeza y saca del bolsillo de su chaqueta un trozo de tela negra.

Hace un pequeño nudo en mi nuca para que no pueda ver con mis ojos.

Desprevenido, Yumemi, golpea mi estómago con todas sus fuerzas, haciendo que pierda el aire por un segundo.

— Yu…me…mi, por…favor.

— ¡Silencio! — grita antes de golpearme nuevamente.

Ella indiscriminadamente golpea por todo mi torso desnudo, incluso sus puños impactan mi rostro, haciendo que caiga sangre de mí nariz.

No puedo hablar, estoy exhausto, creo que moriré.

Oigo un leve jadeo de cansancio, creo que su resistencia como idol no le ha sido útil para atacarme.

— Realmente eres encantador (Y/N), eres la mejor mascota que he tenido. Lástima que lo nuestro haya durado tan poco, yo te habría mimado mucho mejor que Kirari, ¡Pero ahora estás condenado a morir aquí!.

Los pasos de Yumemi se alejan y el sonido de la puerta cerrarse me indica que me he quedado solo en este cuarto; semidesnudo y con gotas de sangre cayendo por mi nariz.

Además, me veo impedido de mirar debido a la tela negra que cubre mis ojos.

El silencio de la soledad inunda el ambiente. Tan solo puedo concentrarme en mis pensamientos.