-Esto es como un sueño- sonríe Naruto junto a Sasuke

-Es el mundo mágico- comenta tranquilo Sasuke

-Me refiero a que era un humano normal. Luego me sedujo un demonio y me llevó al infierno, pero de algún modo ahora somos elfos y vivimos en este bello lugar.- sonríe Naruto- eres más bello aun que antes.

-Usaba hechizos para que me vieras más hermoso que nadie.- bufa

-Pero ahora eres más bello que esas tontas ilusiones humanas mías- el rubio besa a Sasuke demandante como siempre.- Recuerdo que esa noche estaba aburrido, todo igual, mis tontos compañeros intentando ser más originales que los otros con sus disfraces e impresionar con ello a las chicas, pero apareciste tú, me pusiste conversa aunque solo quería marcharme, tu forma de hablar me tocó de tal modo el corazón, que te seguí literalmente, hasta el infierno sin darme cuenta... Jejeje, pero estamos en el cielo o lo más parecido a ello que puedo imaginar, me has hecho muy feliz, Sasuke.

El rubio no se arrepentiría de nada aunque estuviese en el infierno con su amante y Sasuke estaba feliz de haber hecho realidad sus sueños. Nunca le había gustado el lugar en el que nació ni la tiranía de su padre. Desde pequeño anhelaba encontrar su alma gemela, aquella que lo libraría del infierno y le permitiría una nueva vida en un lugar diferente.

Oh, pero cuan diferente era el lugar. No sabía que podría elegir o que sería de otra especie mágica, creía que viviría como un humano... Pero sin pensárselo eligió la especie que más llamaba su atención en cuanto se lo preguntaron. Si al menos pudiera darle un hijo a su rubio, pero no lo necesitaban según Naruto, el rubio era feliz dejando pequeños regalos escondidos en el jardín de sus padres para que su hermanito pequeño los encontrase.

Así es, Minato y Kushina tuvieron otro hijo, un pelirrojo al que llamaron Nagato. Naruto decía que con poder cuidarlo estaba bien y no necesitaba hijos, solo mimar a escondidas a su hermanito. Sasuke sonreía y le enseñaba lo que sabía para que el rubio comprendiese mejor el mundo en el que vivían, mientras malcriaba a su hermano.

¿Por qué s e lo permitía? Porque los alzos de hermanos para Sasuke eran importantes, mucho más después de que su hermano mayor se sacrificase junto a su pareja para poder tomar el puesto de su padre y que Sasuke fuese libre. De vez en cuando se le permitía ir a visitar a Itachi, eso era posible gracias a que Itachi había devuelto a los demonios a su verdadero oficio, el que les dio le creador al principio de los tiempos, cuando los nombró encargados de manejar el fuego en todas sus expresiones y ocuparse de la fundición y creación de diferentes objetos que solo se creaban en fuego a altas temperaturas. No eran herreros, no eran joyeros, eran superiores a cualquier título humano, eran criaturas primigenias. Los diferentes líderes los habían degradado ocasionando una separación entre los demonios y el resto de las criaturas, causando que su especie fuese vista como algo que no debía existir y sus nombre se convirtiese en sinónimo de maldad.

Pasarían eones antes de que todo volviese a ser como antes, pero eran inmortales, tenían el favor del creador y Sasuke confiaba en su hermano.