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La Dama De Wynter

Drake se gira y regresa dentro del penthouse y se prepara un Manhattan Apple Twist. Detrás suyo Lute se queda parada en la entrada al balcón.

Drake Se gira lentamente para enfrentarla. Hay una mezcla de sorpresa y nostalgia en su mirada, pero también una barrera emocional evidente.

Drake: {Señalando el cielo con un gesto vago} ¿Qué haces aquí? Los ángeles tienen prohibido venir a la Tierra, ¿o acaso las reglas del cielo ya no se aplican para ti?

Lute: {Caminando hacia él con una leve sonrisa, como si evitara la seriedad del comentario} Las reglas nunca han sido mi fuerte, y menos cuando se trata de ti. {Hace una pausa, observando el vaso en sus manos.} ¿Cómo has estado, Drake?

Drake: (Con un tono sarcástico, pero la vulnerabilidad se filtra en sus palabras) Oh, ya sabes... Sobreviviendo al mundo humano,  Y tú, ¿qué haces realmente aquí? No creo que sea para hablar del clima.

Lute evita la pregunta con una leve risa, pero hay una tristeza en sus ojos. Drake, sin embargo, insiste con la mirada.

Lute: {Mirándolo directamente, pero esquivando la verdad una vez más} Solo quería saber cómo estabas, después de todo este tiempo. Pareces más fuerte... pero también más distante.

Drake: {Con una risa amarga} Supongo que ser el Príncipe del infierno no deja mucho espacio para los sentimientos, ¿no?

El silencio cae entre ellos, cargado de emociones no dichas. El viento sopla suavemente, moviendo el cabello de ambos mientras la tensión crece.

Lute: {Cruzando los brazos mientras lo observa con una ceja arqueada} Y bien, ¿qué has estado haciendo todo este tiempo, Drake? Cuando desapareciste, algunos en el cielo pensamos que habías sido consumido por tu propio fuego.

Drake: {Apoyándose contra la baranda con una sonrisa pícara} ¿Desaparecido? Oh, vamos, Lute. Solo estaba tomando unas... llamémoslas vacaciones. {Hace un gesto amplio con el brazo, señalando The Lux y la ciudad más abajo.} Este es mi pequeño paraíso. The Lux. Un lugar donde los humanos pueden sumergirse en sus deseos más oscuros y olvidarse de la moral por un rato.

Drake toma un sorbo de su bebida, disfrutando de la reacción de Lute.

Lute: (Con una mezcla de incredulidad y ligera aprobación) ¿Y te dedicaste a construir un antro de pecado mientras el resto del mundo humano lidia con sus problemas?

Drake: {Encogiéndose de hombros} Alguien tiene que mantener el equilibrio, ¿no? Los humanos tienen una inclinación natural hacia los pecados. Yo solo... les doy un empujón en la dirección correcta. {Hace una pausa, como si estuviera recordando algo divertido} Y no creas que lo hago solo. Tengo a alguien que mantiene las cosas bajo control cuando yo no estoy.

Lute: {Mirándolo con los ojos entrecerrados, sospechando} ¿Alguien? ¿Quién exactamente?

Drake: {Sonriendo con una picardía evidente} Mi asistente y guardaespaldas, Sareena. Una Lilim muy capaz. Eficiente, letal cuando es necesario... y con un talento particular para el sarcasmo.

Lute parece tensarse ligeramente al escuchar el nombre. Su expresión cambia brevemente a una mezcla de celos y curiosidad, pero rápidamente retoma una actitud más neutral.

Lute: (Con un tono aparentemente despreocupado, pero afilado) ¿Sareena, eh? Parece que has estado... muy bien acompañado.

Drake: (Notando el cambio en su tono y disfrutando de la situación) ¿Celosa, Lute? Pensé que los ángeles estaban por encima de esas cosas.

Lute: {Dándole una mirada afilada, claramente intentando mantener la compostura} ¿Celosa? No seas ridículo, Drake. Solo me intriga que confíes tanto en alguien que no conoces realmente.

Drake: (Con un tono juguetón) Oh, conozco a Sareena lo suficiente. Pero si quieres saber más, ¿por qué no la conoces tú misma? Seguro que tendrían mucho de qué hablar.

Lute desvía la mirada, visiblemente molesta, aunque intenta disimularlo. Drake se queda mirándola con una sonrisa que mezcla burla y un atisbo de nostalgia.

Lute: (Confundida) Dijiste que Sareena... ¿es una Lilim?

Drake: Así es por más loco que suene.

Lute: ¿No que las Lilim fueron extinguidas? Incluso en el cielo se supo que Lilith mato a sus creaciones.

Drake: Si, Sareena fue creada a diferencia de las demás para que sea mi guardaespaldas... mi madre la creo cuando yo era pequeño, casi se diría que tenemos la misma edad.

Lute: {Camina por el Penthouse y se detiene cerca del cuarto de Drake} Desde aquí se huele a ti y a lujuria.

Drake: ¿Lo siento?

Lute: Es lindo... todo aquí huele a ti.

Mientras Drake termina su Manhattan Apple Twist Lute se acerca a la mesa de café frente al sofá ubicado en el medio de la habitación, La exterminadora ve una bolsa pequeña de tela azul profundo en la cual dentro ahí unos dulces de colores extravagantes, Lute saca uno de los dulces y lo come.

Drake: {Nota a Lute comer algo} ¿Qué estas comiendo?

Lute: Estos dulces qué tienes aqui {Le muestra a Drake la bolsa de tela}

Drake: (Sorprendido) ¿¡CUANTOS COMISTE!?

Lute: Solo uno, saben algo ácido y luego dulce.

Drake: (tratando de calmarse) Ya los terminaste?

Lute: Si el que me estaba comiendo ya lo termine

Drake saca su teléfono y busca el número de Asmodeo para preguntar sobre los dulces afrodisíacos, por otro lado las piernas de Lute tiemblan un poco mientras su rostro se empieza a sonrojar mucho.

Lute: {Mirada depredadora} ~Drakie~

Drake: {temblando un poco} L-lute... Ok, respira y calma.

Lute: ~Creo que tengo libre mi agencia en este momento~

Drake: [¿Qué mierda me pasa? No tengo problema en hacerlo con mujeres o Hombres. Pero Lute... me siento como si me estuviera frente a un depredador peligroso]

Cambio de Escena

Las puertas del elevador se abren revelando a Sareena con unos papeles para Drake. Cuando entra al penthouse ve absolutamente todos los muebles destrozados y un intenso olor a animales en Celo.

Sareena: Drake ¿estas aquí? Si estas con alguna Bailarina exótica avísame... [quizás esta drogado].

Sareena observa a Drake salir de su habitación y caminando adolorido hasta una silla y descansar con un enorme alivio.

Drake: (adolorido) ¡Sareena!

Sareena: No debes gritar estoy aquí.

Drake: Agenda una cita con mi masajista, el guapo y bronceado, tal vez también luego la fisioterapeuta del lindo trasero.

Sareena: esta bien, ¿Pero que te paso? Parece que te succionaron todo.

Drake: Tráeme agua y analgésicos, pero ¡Mucha! Agua... ¿Aun es temprano para que Dios haga otro diluvio?

Sareena: Ya en serio ¿que paso aquí? Otra vez compraste a un Tigre y lo soltaste aquí? Deja de ver "¿Qué pasó ayer" , sabes qué te provoca ideas super estúpidas.

Antes de que Drake pudiera responder a Sareena, del cuarto de Drake sale Lute envuelta únicamente por las sabanas lujosas de la cama de Drake.

Lute: (somnolienta) Drakie ¿porque tanto ruido?

Sareena: Drake.... (molesta) ¿Qué Carajo hace una Exterminadora aquí?

Drake: ....

Sareena: acepto Imps, hellhound, incluso súcubos e incubus. ¿¡Pero ángeles!?

Lute: (seria) Tu debes ser Sareena.

Sareena: y tu la famosa Lute con quien se metía con Drake en los exterminios.

Lute: (ligeramente molesta) ¿Algún problema con eso?

Antes de que la tensión entre Sareena y Lute suba de nivel, Drake se mete en medio con algo de temor.

Drake: (temeroso) Chicas vamos ¿porque no se calman y respiran?

Lute: {toma su ropa y precede a vestirse} Como sea. Drake me debo ir.

Drake: Bueno, pasa por aquí cuando quieras, es bueno tener compañía además de Sareena.

Sareena: Estoy aquí ¿sabes?

Drake ignora a Sareena y observa a Lute emprender vuelo alejándose.

Sareena: Hey Romeo, necesito que firmes estos papeles.

Drake: ¿para qué son esos papeles?

Sareena: unas personajes ricas quieren rentar el lugar para una fiesta elegante privada.

Drake: ¿Gente Snob?

Sareena: Gente Snob.

Drake: ¿Qué tan Snob?

Sareena: Como la gente en envidia.

Drake: Me, Nadie es perfecto.

Time Skip.

Horas más tarde, el imponente The Lux resplandecía como una joya carmesí en la oscuridad de la ciudad. Las luces suaves, con tonos rojos y dorados, proyectaban sombras que danzaban sobre las paredes decoradas con elegancia barroca. Cada detalle, desde los candelabros cristalinos hasta las alfombras de seda negra, exudaba opulencia y tentación.

En el salón principal, mesas finamente decoradas se alineaban bajo un techo abovedado, adornado con un mural que representaba una batalla entre ángeles y demonios, una obra que, irónicamente, se inclinaba ligeramente hacia el lado oscuro.

Las puertas del evento estaban abiertas únicamente para los más ricos y elitistas: magnates, nobles, celebridades que buscaban experiencias que el dinero pudiera comprar y un toque de lo prohibido que solo The Lux ofrecía.

Drake: {De pie en lo alto de una escalera de mármol, observando a la multitud desde una posición dominante.} Un desfile de almas codiciosas y vacías... {Murmura para sí mismo con una sonrisa divertida, girando una copa de vino entre sus manos}.

Sareena: {Apareciendo a su lado con un vestido negro ajustado, su actitud fría como siempre, pero su mirada evaluativa recorriendo el lugar.} Todos han llegado. El evento está listo. Y, por supuesto, cada uno ha pagado una fortuna solo por poner un pie aquí.

Drake: {Sonriendo con satisfacción mientras bebe un sorbo de vino.} Por supuesto. ¿Qué sería de este lugar sin una pizca de avaricia?

Sareena: {Ladeando la cabeza, con un toque de sarcasmo en su tono.} ¿Solo una pizca? Creo que has servido toda la botella.

Ambos ríen suavemente mientras observan a los invitados comenzar a moverse por el lugar. Algunos disfrutaban de música en vivo tocada por un cuarteto de cuerdas, mientras otros compartían conversaciones cargadas de apariencias e hipocresía.

La noche avanzaba con un aire de decadencia sofisticada. Sin embargo, debajo de la fachada de glamour, una sensación de peligro acechaba, una promesa de que algo más se escondía en las sombras de The Lux.

El bullicio y las risas ahogaban cualquier intento de tranquilidad en el salón principal. Los asistentes, ebrios de ego y deseo, disfrutaban de los placeres que The Lux ofrecía. Sin embargo, en una esquina apartada, lejos de la ostentación y las conversaciones vacías, Drake estaba sentado en una mesa redonda, iluminada apenas por la tenue luz de una vela.

Con la espalda apoyada en el respaldo de su silla y una copa de vino en la mano, sus ojos recorrían el lugar con aire aburrido. La multitud era predecible; todos eran piezas de un juego que él había diseñado. Nada le sorprendía.

Hasta que ella apareció.

De entre las sombras, una figura femenina emergió con una elegancia que parecía cortar el aire. Su vestido negro se ajustaba a su figura como si fuese parte de su piel, y su mirada, fría y penetrante, estaba fija únicamente en él.

Drake: {Levantando la mirada de su copa mientras la mujer se sienta frente a él sin pedir permiso.} ¿Un alma perdida buscando redención o algo más interesante? {Sonríe con arrogancia, girando la copa entre sus dedos.}

???: {Cruza las piernas con calma, acomodando un mechón de su cabello plateado mientras lo observa con una leve sonrisa que no llega a sus ojos.} Algo mucho más interesante, te lo aseguro.

Drake ladeó la cabeza, estudiándola con curiosidad. Era diferente. No se trataba de una simple mortal deslumbrada por el lujo o el peligro.

Drake: {Apoya un codo sobre la mesa, inclinándose hacia adelante.} Y tú eres...?

Sra. Wynter: {Con voz serena pero cargada de autoridad.} Arliceth Wynter. Aunque puedes llamarme simplemente señora Wynter. He oído mucho sobre The Lux, y sobre ti, Drake. Digamos que he estado... interesada en ambos durante algún tiempo.

Sus palabras, cargadas de misterio, hicieron eco en la mente de Drake. Era raro que alguien, especialmente alguien tan enigmático, se atreviera a hablarle con tanta confianza.

Drake: {Con una ceja arqueada, divertido.}Interesada, dices. The Lux es una atracción común, pero yo... no soy fácil de encontrar.

Sra. Wynter: {Esbozando una sonrisa, mientras apoya una mano en la mesa, dejando entrever unas uñas negras perfectamente cuidadas.} Es que no soy alguien común. Además, cuando algo despierta mi interés, siempre encuentro la manera de acercarme. Y tú, Drake, eres... fascinante.

Por primera vez en mucho tiempo, Drake sintió que estaba frente a alguien que no podía descifrar fácilmente. Su mirada se entrecerró, y una sonrisa se dibujó en sus labios.

Drake: {Con tono desafiante.} Bien, señora Wynter. Me ha intrigado. ¿Por qué no empezamos con lo que realmente quiere de mí?

Sra. Wynter: {Se recuesta en su silla, manteniendo el contacto visual.} Todo a su tiempo, querido. Esta noche es joven, y me encantaría disfrutarla contigo mientras descubrimos si realmente somos tan parecidos como creo.

Drake alzó la mano, llamando la atención de un camarero que rondaba cerca. Sin apartar la vista de Arliceth, hizo un gesto para pedir dos tragos.

Drake: Espero que tengas buen gusto para los pecados líquidos, señora Wynter. {Su tono era juguetón, pero su mirada estaba alerta, buscando señales en sus ojos fríos.}

Sra. Wynter: {Con una sonrisa apenas perceptible.} Los pecados, Drake, tienen la capacidad de adaptarse al paladar de quien los disfruta. Estoy segura de que no me decepcionarás.

El camarero volvió rápidamente con dos copas de un licor oscuro y brillante que parecía atrapar la luz de las velas. Drake tomó una y se la extendió a Arliceth, quien aceptó con gracia, sus dedos apenas rozando los de él. Fue un gesto simple, pero la chispa en el aire fue innegable.

Drake: {Alzando su copa.} Por las almas que se pierden y los pecados que nos unen.

Sra. Wynter: {Chocando su copa con la de él, manteniendo la mirada fija en sus ojos.} Y por las noches que nunca terminan.

Ambos bebieron, dejando que el silencio momentáneo hablase por ellos. A su alrededor, la música y las risas se mezclaban en un eco distante, como si el mundo entero se hubiese desvanecido, dejando solo la tensión entre ellos.

Drake: {Apoyando la copa en la mesa, mientras juguetea con ella distraídamente.} Así que, Arliceth, dime... ¿Eres de las que simplemente disfrutan observando, o te gusta participar en el caos?

Sra. Wynter: {Ladeando ligeramente la cabeza, como si estuviera evaluándolo.} Digamos que prefiero controlar el caos en lugar de sumergirme completamente en él. Aunque... a veces es difícil resistirse. {Sus palabras estaban cargadas de una insinuación apenas velada.}

Drake apoyó los codos en la mesa, inclinándose ligeramente hacia adelante, su mirada fija en Arliceth. La curiosidad había crecido con cada palabra que ella pronunciaba, pero ahora estaba decidido a saber más.

Drake: {Con una sonrisa ladeada, llena de intención.} Dime, Arliceth... vienes con un aire que no es de este lugar. ¿De dónde eres realmente?

Arliceth se quedó en silencio por un instante, observándolo con aquellos ojos que parecían atravesarlo. Parecía estar eligiendo sus palabras con cuidado, pero antes de que pudiera abrir la boca, una voz interrumpió el momento.

Sareena: {Desde unos pasos detrás de Drake.} Señor, disculpe la interrupción, pero quería informarle que todo va de maravilla en la fiesta. Los invitados están más que satisfechos.

Drake suspiró con una mezcla de irritación y resignación, enderezándose en su asiento.

Drake: {Sin voltear a ver a Sareena.} Gracias, Sareena. Pero espero que no sea algo tan urgente como para interrumpir una conversación importante.

Sareena: {Con un tono profesional pero con un ligero toque de burla.} Por supuesto, señor. Solo pensé que le gustaría saber que todo está bajo control.

Drake giró la cabeza hacia Sareena por un instante, su ceño ligeramente fruncido.

Drake: Está bien, gracias. Ahora regresa a vigilar la fiesta.

Sin embargo, cuando volvió la mirada hacia Arliceth, su expresión cambió de inmediato. La silla frente a él estaba vacía. Ni un solo rastro de la misteriosa mujer quedaba en el lugar.

Drake: {Con un tono bajo, murmurando para sí mismo.} ¿Cómo demonios...?

Sareena, que notó el cambio en el ambiente, frunció el ceño con preocupación.

Sareena: ¿Algo malo?

Drake: {Sacudiendo la cabeza con incredulidad mientras miraba alrededor.} Nada, Sareena. Parece que nuestra invitada especial tiene una forma peculiar de desaparecer.

Sareena miró la silla vacía con escepticismo, pero no dijo nada. En cambio, se limitó a asentir y dar un paso atrás.

Sareena: Estaré arriba si me necesitas, Drake.

Drake se quedó allí, mirando la copa de Arliceth que aún tenía un poco del licor brillante que había pedido. Sus pensamientos giraban en círculos, preguntándose quién era realmente esa mujer y cómo había logrado desaparecer tan silenciosamente. Por primera vez en mucho tiempo.

Cambio De Escena

En el silencio del penthouse, Sareena revisaba cuidadosamente los documentos que Drake le había encargado. La tenue luz de la lámpara de su escritorio iluminaba los papeles, mientras el eco distante de la música del The Lux apenas se percibía a lo lejos.

De repente, un ruido sordo interrumpió la calma. Sareena apenas tuvo tiempo de alzar la mirada antes de que una fuerza invisible la empujara violentamente contra la pared opuesta. Un jadeo de dolor escapó de sus labios mientras intentaba levantarse.

Sareena: {Con un tono entrecortado, entre incredulidad y rabia.} ¿Qué demonios...?

Cuando sus ojos enfocaron a la figura que se encontraba ahora en el centro del penthouse, su expresión cambió de inmediato. Frente a ella estaba Arliceth, pero ya no llevaba el vestido elegante de antes. Ahora vestía un imponente traje negro y rojo que irradiaba un aura de peligro y poder. En sus manos sostenía una guadaña que parecía cortada de las sombras mismas, con un filo que destellaba amenazadoramente.

Sareena: {Con voz temblorosa, casi en un susurro.} Arlecchino... No puede ser... Tú estás... ¡tú estás muerta!

Arliceth, o más bien Arlecchino, dejó escapar una risa fría, carente de cualquier calidez. Dio un paso al frente, dejando que el eco de sus tacones resonara por la habitación.

Arlecchino: {Con una sonrisa ladeada, sus ojos brillando con malicia.} ¿Muerta? Ah, Sareena, querida, subestimas lo que soy capaz de hacer. ¿Pensaste realmente que algo tan trivial podría detenerme?

Sareena retrocedió un poco, apoyándose en la pared para mantenerse en pie. Sus ojos estaban llenos de incredulidad y un temor que no podía ocultar.

Sareena: (Con una mezcla de desafío y miedo.) ¿Qué quieres? ¿Por qué estás aquí?

Arlecchino: {Girando la guadaña con una elegancia aterradora, su tono frío como el hielo.} Simple. Vengo a reclamar lo que me pertenece... y a ajustar cuentas pendientes. Y tú, Sareena, tienes el privilegio de ser la primera en mi lista.

Sareena trató de mantener la compostura, pero su mente buscaba frenéticamente una manera de salir de la situación. Sabía que no estaba en condiciones de enfrentarse a alguien como Arlecchino, pero tampoco planeaba rendirse sin luchar.

Sareena: {Apretando los puños, forzando una sonrisa desafiante.} No pienso irme sin pelear. Si sobreviví a ti una vez, puedo hacerlo de nuevo.

La sonrisa de Arlecchino se ensanchó, divertida ante las palabras de Sareena.

Arlecchino: {Con una burla tranquila.} Admiro tu valentía. Lástima que sea completamente inútil.

Con un movimiento rápido, Arlecchino levantó su guadaña, y la habitación se llenó de un aura opresiva, como si las sombras mismas respondieran a su llamado. Sareena, aunque aterrada, se preparó para lo que venía, su cuerpo tenso como un resorte a punto de romperse.

Arlecchino mantuvo su posición, su figura imponente destacando contra las sombras que parecían envolver el penthouse. Sareena, a pesar del miedo que la recorría, no apartó la mirada. Su mente giraba en torno a la incredulidad, la confusión y el peso de una verdad que comenzaba a formarse en su interior.

Sareena: (Con voz firme, tratando de ocultar su nerviosismo.) Esto no tiene sentido... Las Lilim fueron destruidas hace años. Yo misma lo vi. ¿Cómo es que sigues viva? ¿Cómo escapaste de aquel destino?

Por un instante, una chispa de emoción—¿quizá duda?—pareció cruzar los ojos de Arlecchino. Sin embargo, su semblante volvió rápidamente a esa fría neutralidad que la caracterizaba. Giró ligeramente la cabeza, como si considerara responder, pero finalmente dejó escapar un suspiro casi imperceptible.

Arlecchino:
(Con una voz carente de emoción, aunque con un matiz de enigma.) No todo lo que crees saber es la verdad, Sareena."

Sareena frunció el ceño, dando un paso al frente con determinación.

Sareena: (Con una mezcla de rabia y desesperación.) ¡No me evadas, Arlecchino! ¡Dime cómo lo hiciste! Todas las Lilim perecieron... Tú también deberías estar muerta. ¿Qué es lo que estás ocultando?

Arlecchino dejó que las palabras de Sareena se disiparan en el aire antes de dar un paso hacia ella. Su mirada se clavó en la de Sareena, gélida y calculadora, pero en el fondo parecía contener algo más profundo, algo que no estaba lista para revelar.

Arlecchino: (Con un tono pausado, como si hablara con una niña ingenua.) ¿Hermana menor, aún no lo entiendes? Hay cosas que están más allá de tu comprensión... y más allá de lo que deberías saber."

El término "hermana menor" golpeó a Sareena como un rayo. Sus ojos se abrieron de par en par, y su respiración se aceleró.

Sareena: (Con molestia y un creciente sentimiento de traición.) ¿Hermana...? No... No acepto que me llames asi otra vez. Yo... Yo no soy como tú. No soy una Lilim. Como ustedes.

Arlecchino: {Con una sonrisa apenas visible, pero fría como el hielo.} No lo eres. Pero eso no cambia lo que somos. Y ciertamente no cambia lo que yo soy. La verdad sobre las Lilim, sobre nuestra historia, no es algo que estés preparada para escuchar... aún.

Sareena sintió que el suelo bajo sus pies se tambaleaba. Todo lo que creía saber sobre su propia historia, sobre las Lilim y sobre Arlecchino, comenzaba a desmoronarse.

Sareena: (Con desesperación, casi rogándole.) ¡Dímelo! ¡No puedes aparecer después de tantos años y pretender que nada ha cambiado! ¿Qué pasó con las Lilim? ¿Cómo sobreviviste? ¿Qué significa esto para mí?

Arlecchino: (Girándose ligeramente, dándole la espalda a Sareena.) No importa lo que creas ahora. Pronto entenderás que algunas verdades son mejor dejarlas enterradas. Nos volveremos a ver... Hermana.

Sareena apenas podía reaccionar mientras veía cómo Arlecchino movía su guadaña con precisión, trazando un arco que rasgó el aire. En un instante, un portal oscuro y chispeante se abrió ante ella, irradiando una energía que parecía absorber la luz de la habitación.

Sareena: (Con voz temblorosa, todavía intentando procesar lo que acaba de escuchar.) ¡Arlecchino! ¡Espera! Esto no ha terminado... ¡No puedes simplemente desaparecer otra vez!

Arlecchino, de pie frente al portal, giró ligeramente la cabeza hacia Sareena, su rostro aún carente de toda emoción, pero con un brillo en los ojos que insinuaba que sabía más de lo que estaba dispuesta a compartir.

Arlecchino: (Con voz serena pero cargada de intención.) Prepárate, hermana menor. Nuestro próximo encuentro será inevitable... y entonces quizás entiendas lo que significa ser una Lilim.

Sareena sintió un escalofrío recorrer su espalda ante esas palabras. Arlecchino alzó su guadaña, colocándola sobre su hombro mientras daba un último vistazo al penthouse.

Arlecchino: (Con un leve tono de ironía, aunque sin perder su fría compostura.) Ah, y dile a Drake... que fue muy aceptable conocerlo. Por ahora.

Sin darle tiempo a responder, Arlecchino dio un paso al frente y atravesó el portal, desapareciendo en un destello de energía. El portal se cerró tras ella con un sonido seco, dejando atrás una atmósfera cargada de preguntas y un silencio que Sareena no podía soportar.

Sareena: {Susurrando para sí misma, mientras apretaba los puños.} ¿Qué demonios significa todo esto...? ¿Qué estás planeando, Arlecchino?

El eco de las palabras de Arlecchino aún resonaba en su mente mientras intentaba recuperar la compostura. Ahora no solo estaba obligada a enfrentar los secretos que la perseguían, sino también a preparar a Drake para la tormenta que se avecinaba.

Continuará

Y hasta aquí el capítulo y una pregunta para los lectores.

Les gustaría que Sareena tenga más protagonismo? O dicho de otra forma, capítulos centrados en ella.

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