Segunda víctima.
Ya habia pasado una semana, donde el demonio disfruto muchísimo del fornido cuerpo que el rojo le proporcionaba. Solo que ahora, otro exquisito aroma lo llamaba con mas intencidad que el anterior.
Ese día, amanecio pegado al de rojo, ya que habian pasado una agradable noche. Raphael, ya había dejado de suplicar y llorar cada vez que él lo tomaba. Disfrutaba lo que le hacia y eso enloquecia al demonio, ya que podía hacerle mucho mas y donde fuese con tal de poder desahogarse.
Como todos los días, Leo miraba con deseo el cuerpo del menor, mientras este cocinaba. Por otro lado Mikey se sentia enfermo al sentir aquella mirada sobre él, suspiro por enésima vez y termino el desayuno.
Mikey: basta, quiero que dejes de mirarme -un tanto molesto-
Leo: jeje, perdona -sonrie leve- no fue intencional
Mikey: mejor me largo -gruño bajo pues esas tontas pesadillas no le dejaban dormir tranquilo-
Leo suspiro y miro lo que el menor preparo, le disgusto un poco ya que no parecia comestible. Aun asi lo probo y el sabor era exquisito.
El resto de la familia llego y todos comieron tranquilos, ignorando el aspecto de la comida. Mas tarde entrenaron y meditaron de nuevo. Aquel ser no soportaba esa rutina, pero debia seguir el plan o todo iria mal. Principalmente porque el maestro de estos trataba a toda costa de entrar en su zona.
Terminado aquello, fue a su cuarto, el caul mantenia con llave. Dentro tenia como un pequeño laboratorio, estaba determinado a preñar a alguno de ellos, pero le estaba costando.
Aunque ayer se hizo de uno de los tuvos que con tanto recelo protegían. Gracias al genio, supo varias cosas sobre aquella sustancia. Ahora solo faltaba probarla, pero antes queria probar una pildora que creo.
Michelangelo llevaba ya una semana vigilando a su hermano mayor, desde el accidente lo habia notado distinto. Lo hablo con su padre y como lo suponia el tambien lo habia notado.
Ahora mismo hablaba con su maestro, pero era mas que nada sobre sus aterradoras pesadillas. En la cual solo veia a sus hermanos.
Leonardo parecia tratar de escapar de una especie de laberinto. Raphael soportaba un dolor intenso. Donatello tenia la mirada ida mientras se hacia cortes.
Aquello atormentaba su inocente mente, pero su padre lo vio de otra forma. Para este eran premoniciones, pero no sabia si futuras o que sucedian en ese momento.
Después de la charla fue a descansar un rato, todo aquello lo tenia agotado física y mentalmente. Deseaba que eso no pasar, no queria ver a sus hermanos sufrir.
Se quedo dormido con aquellos pensamientos, sin saber que alguien le miraba por una camara.
El demonio, queria saber que hacia especial al menor de los quelonios. Era el único que desprendia aquella luz pura, aunque también aprovechaba para verlo descansar e imaginar como seria poseer aquel cuerpo, como se escucharian sus gemidos o que tan apretado estaria.
Llegada la hora del patruyaje, Leo decidio dividirse en grupo. Raphael y Michelangelo irian por el sur, mientras que Donatello y él irian por el norte.
Una vez que estuvieron solos, el demonio se dispuso a disfrutar del aroma que desprendia aquella bella tortuga.
Leo: oye, yo... hice algo -sonrie fingiendo estar nervioso-
Donnie: que es? -le mira curioso-
Leo: espero que te guste, seras el primero en probarlos -sonrie dandole tres pastillita en forma de corazón-
Donnie: aww, que linda -sonrie y prueba una- mh, no son tan dulces, pero me gustan -se come las otras tres-
Leo: me alegra que te gusten -viendolo tranquilo- Don?
Donnie sonrie y se aleja de él. Se sentia terrible y su estupido celo no le ayudaba. Necesitaba volver a casa, pero apenas si pudo dar unos pasos antes de caer al suelo. Oyo una pequeña risa y unas manos acariciar sus piernas.
Leo: no crei que calleras con algo simple -sonrie y le muerde suave el cuello-
Donnie: aaah~ -cubre su boca y le mira un poco molesto- que haces? No puedes estar tocandome así
Leo: o mi querido genio -le acaricia la mejilla- parece que aun no lo has notado -poniendose entre sus piernas- dejame educarte
Comenzo a estimularlo, aunque esto puso nervioso al menor que le dio una patada y tomando fuerzas de donde fuese, echo a correr. Busco su t-phon y para su sorpresa no lo tenia. Asustado se escondió en una bodega, rogando que esa sustancia no le afectara tanto.
El ente le siguió con calma, le parecia divertido aquéllo. Aunque debia acallarlo, si no queria perder su poder sobre ellos. Al alcanzarlo entro en total silencio y se acerco al menor. Le vio completamente a su merced, su boca entre abierta y con un sutil sonrojo mientras cubria en vano su pene, que gracias a la droga estaba muy erecto. Aquel delicioso aroma se habia intensificado, pero queria diafrutarlo.
Le jalo de las piernas y aun parado las coloco sobre sus hombro, con una de sus manos tomo el pene y lo metio a su boca, disfrutando del presemen que salia.
Donatello, trataba de no ceder, pero al ser estimulado asi, se dejaba llevar. Esa sensacion en la punta de su pene, era nueva. Sus gemidos eran la clara muestra de cuanto le gustaba esa atención.
Suave lo bajo y observo un poco, se coloco entre sus piernas y de una sola vez lo penetro. Aquel cuerpo se arqueo un poco por el dolor y el resto por el placer.
Rudas embestidas daban inicio, mientras el lugar se llenaba de sonoros gemidos de dolor y placer. Daba dulces besos en el cuello del menor, mientras internamente Leonardo rogaba que se detuviera.
Todo aquello lo disfrutaba el demonio, gritos de su amante y del lider. Eran la gloria, y sin notarlo se habia corrido junto con el menor, quien no duro nada y se desmayó.
Leo: como pudiste -llorando de impotencia-
???: vamos, admite que te gusto -sonrie- después de todo, sigue siendo tu cuerpo -rio con maldad-
Leo entendio que eso era verdad, podia sentir aquella sensación de placer. Al principio, pensaba que era ese ente que lo estimulaba, pero ahora entendia que era lo contrario. Aquello le derrumbo y solo se comenzo a dejar tragar por aquella oscuridad.
Espero un rato y luego llamo a Raphael, le informo que volvería con Donnie. Ya que les habían atacado y el menor quedo inconsciente. El de rojo, dijo que también volverían, lo cual el acepto y asi regresaron.
A mitad de camino allo a los otros dos, al parecer discutían, pero pararon al verlo. Y sin nada mas que decirse siguieron a casa.
Cerca de las dos de la noche, Donnie desperto. Sentia su cuerpo pesado y un fuerte dolor en su zona baja. Trato de recordar, pero no habia nada.
Lo unico que recordaba era que habia comido unas pastilla que... Eso era, habia tenido sexo con Leo... El habia... había tenido relaciones con su hermano...
Donnie: en que rayos pensaba? -susurro-
Leo: en el placer? -sonrie viendole desde la esquina-
Donnie: n-no -solloza- te juro que no fue asi
Leo: -se acerca y le besa- shh, no temas a tu deseo -le besa de nuevo, mientras lo acuesta-
Donnie no sabia que decir, sus sentidos estaban nublado. Las caricias de su mayor lo estaban volviendo mucho mas sensible.
Leo estaba extaciado por lo rapido que habia cedido el menor. Desgustaba con agrado su cuerpo, mientras su aroma lo apresaba. Lamio un poco el anito del alto y ludgo lo pdnetro, aquellas paredes le apretaban gustasas.
Lentamente el cuarto se inundo con gemidos. Aquello no paso desapercibiso para el segundo mayor, que un poco molesto se estaba dando placer, pero un rostro le detuvo y el panico se apodero de él.
Nunca se tomo la molestia de saber si sus hermanos le habian escuchado, por lo cual salio y fue al cuarto del menos, abrio con sumo cuidado y le vio dormiso, eso le alivio. Con algo de pena volvió a su cuarto, para terminar con lo suyo.
Donnie se desacia en gemidos y suplicas, de que no se detuviera. Leo estaba extaciado, aquel quelonio le estaba volviendo loco, en cada embestida golpea su punto dulce, mientras lo besaba y daba leves mordidas en su cuello y hombro.
Pasaron la noche juntos, el domonio le hizo jurar que solo lo buscaria a él, cada vez que se sintiera caliente. Le dio un ultimo beso y se retiro a su cuarto. Alli en la puerta se topo con el de banda roja, quien le miraba molesto.
Raph: como pudiste? -gruño molesto-
Leo: calmate, solo le ayudaba con su celo -se acerca y lo besa- te amo belleza, pero no te pongas asi -le lleva de nuevo al cuarto y entre besos lo acuesta-
Raph: no puedo evitarlo, te amo mucho y no quiero compartirte -gime suave al sentirlo dentro- Leo~
Sonrie divertido mientras lo coje con deseo, el temperamental gemia su nombre una y otra vez. Todo hiba perfecto o al menos es lo que pensaba.
Michelangelo habia despertado, otra vez esas pesadillas lo acosaban. Temeroso fue en busca de su hermano temperamental, pero unos sonidos le detuvieron. Se acerco y miro ya que la puerta estaba abierta. Aquello le dejo imprecionado, en silencio volvio a su cuarto y trato de olvidar aquello.
Bueno pensaba subirlo mas temprano.
Pero como es el día de la madres, no me dio tiempo.
En fin, que lo disfruten pequeñuelos ❤
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