Capítulo 15; {Sólo estamos jugando}
No veía gran cosa sin sus gafas. A tientas buscó las mismas sobre la mesa de noche, colocándolas sobre su rostro apenas logró encontrarlas. Miró a su gemelo a su lado en la cama y suspiró, levantándose silencioso en el intento de no despertar a Stanley, aunque vamos, a ese hombre nada podía despertarlo. Sonrió para sí mismo, y ya vestido, salió al salón donde, como siempre, se halló en soledad. Con la tensión de los últimos días eso era normal. Suspiró con pesadez, pensando en cómo trataría de convencer a su sobrino de entenderle y dejar a Cipher de una vez por todas.
Nada se le ocurrió, pero algo intentaría. Nuevamente subió a la habitación del pequeño con bandeja de comida en mano y golpeó. Una, dos, tres... Hasta cinco veces, y nadie respondió. Pensando en que no quería responderle, abrió la puerta y apenas se encontró con la habitación vacía, apretó la mandíbula.
Maldito chico. Desgraciado Cipher. No entendía que estaba metiéndole en la cabeza a su sobrino para dejarlo tan convencido de su "buena voluntad".
—¿Qué estamos haciendo? —era una voz desolada, incluso perdida. El castaño sacó las manos del rubio desde debajo de su camiseta y retrocedió, sentándose al borde de la cama. Palpó su cabeza casi con dolor, reteniendo las lágrimas. —Mejor dicho... ¿Qué estoy haciendo yo?
Bill le miró sin entender por algunos segundos, hasta que consideró lo que decía. Mordió su labio indeciso, apartando la mirada del menor y ojos cansados. Él mismo no sabía que responder a eso, con el cúmulo de dudas asaltándolo tal como hacían con el menor. No podía ser un soporte para el chico si él mismo intentaba buscar una respuesta lógica.
—No lo sé... —Cipher se sintió extraño, como si algo faltase en él siendo que era la primera vez que admitía que de verdad no tenía una respuesta para algo.
—¿Por qué lo hago? Sé que sólo saldré mal yo. No debería seguir con un juego que solo te conviene a ti —se tapó el rostro con frustración, dejándose llevar por sus propias ideas sin pensar en las posibilidades de que Cipher no pensara ello.
—¿Qué juego? —Bill no supo que más decir —Esto no me parece un juego, sólo que...
—¿Qué...? Soy débil y patético, dime... ¿Por qué alguien cómo tú tendría interés en mí? —cuestionó, con la pequeña ilusión de obtener una respuesta que desapareciera las dudas en él, pero nada, Cipher guardó silencio y eso dio a entender a Dipper lo suficiente. —No importa, no sé ni porqué he de preguntártelo.
Antes de que el rubio dijese algo, Dipper había abandonado la habitación y dejado con la duda. Él estaba inmerso en su mundo, tratando de responder a sí mismo aquellas cosas, porque incluso Neir se lo había preguntado. La respuesta sería más fácil si no hubiese procurado odiar tanto a los humanos, especialmente a la familia Pines. Se echó de nueva cuenta sobre la cama con el corazón del cuerpo humano acelerado y un montón de pensamientos dentro.
¿Era tan difícil aceptar que lo quería? ¿O es que en verdad tal cómo pensaba, no era "querer" lo que sentía por el menor? No estaba seguro. Podría ser su época carnal y solo intentaba usar a Dipper para ello, pero la opción era sólo otra en la lista. Por mucho que lo pensara, no lograba hallar respuestas ni para sí mismo.
Quizá debía dejar que las cosas fluyesen.
Se miró al espejo, con el contorno del ojo rojo por las pocas lágrimas que lograron escapar. No pretendía llorar por semejante estupidez cuándo desde el principio pensó que no podía ser nada serio, que el demonio no podía quererle de verdad. Se convenció de que no importaba, de que al menos había salido de algo venenoso mucho antes de que empezara realmente, una respuesta para sí mismo que le sabía amarga, pero pretendía que fuese mejor así.
Bill Cipher es sólo mi maestro por ahora. Lo repitió tantas veces cómo pudo, para que la idea se enterrase en él de forma que no se le olvidase. Que ese rubio solo le serviría como maestro para poder dominar el desorden de forma en su interior.
A los pocos segundos, sonrió. Era una sonrisa dolida, y avanzó con ella y su ahora admirable capacidad de actuación para ir al encuentro de Neir. Estaba tan dolido que incluso preferiría la venganza. Se entregó al rencor creciente en él y sus ojos brillaron en chispas de rojo que se apagaron rápidamente.
—Neir, ¿puedes contarme más de la contraparte de Bill? —cuestionó Dipper con inocente sonrisa sorprendiendo a la bruja.
—¿De Viktor? ¿Para qué? —la morena se sintió curiosa y algo nerviosa, no muy segura de querer responderle.
—Curiosidad. Quiero aprender más del resto de demonios, no puedo dominar muy bien el mío mismo —respondió, a lo que Neir sonrió creyéndose que Dipper ya comenzaba a aceptar esa nueva naturaleza que ella aún no sabía cómo reparar.
—Está bien. Es una larga historia...
Dos días habían pasado. Dos días en los que, por más que lo intentase, no pudo ni siquiera mirar los ojos de Dipper por más de cinco segundos. El chico, pese a concentrarse todo el día en aprender todo de él, no le mantenía ni le miraba en lo más mínimo. Tampoco cruzaban palabras más de lo estrictamente necesario y lo que se relacione con el aprendizaje de nuevas técnicas para el demonio menor. Ya no sabía qué hacer para buscarle alguna conversación más o volver a probar esos labios que le tentaban de solo mirarles, aún si sabía que el castaño estaba tan desganado con él que no le permitiría ni acercarse. No estaba seguro de que fuese solo preocupación, no le gustaba ser ignorado por el chico, de cierta forma llegaba a dolerle.
Y una vez más, ahí estaban ambos, en el centro del bosque practicando la aparición de objetos de distinta magnitud.
—¡Perfecto! ¡Lo has logrado nuevamente! —felicitó el rubio con gráciles aplausos que solo fueron ignorados.
La dificultad aumentó, y nuevamente Bill le felicitó. Ignorado.
Dipper hizo aparecer un objeto de mayor magnitud, pero ni caso hizo a las emocionadas actitudes de Cipher, intentando llamar su atención.
—Me cansé. —el milenario declaró, flotando a algunos centímetros del suelo y con tal desesperación y frustración en su rostro que el castaño solo rió. —¿Qué pasa, Pinetree? ¿Tanto asco te da el mirarme o responderme?
—Sí. —respondió secamente, dándose media vuelta e internándose a otros lugares del bosque.
Si Bill hubiese estado preparado para tal respuesta, no se hubiese quedado helado mirando la dirección por la que el menor desapareció, totalmente afectado por la fría respuesta. Él había pensado que, si todo fluía, el chico no tardaría en entregársele nuevamente, no esperó ese rechazo inmediato a todo lo que se relacionase con él.
Aturdido, se dirigió a la vivienda de Neir con la intención de descansar. Toda su habitación estaba impregnada del olor del chico y él no hacía más que morirse por tenerle cerca otra vez. No se lo esperaba, ¿de verdad Dipper le quería tanto que le molestó que él no diese una respuesta clara? Tampoco podía decirle que por ahora solo pretendía usarle para su satisfacción física, así no conseguiría estar con él, pero no se le ocurría alguna mentira que no involucrase romperle el corazón al chico más adelante, junto con todos esos sentimientos a los que daría ilusión falsa.
Tapó su boca, apretando su mano contra esta con demasiada fuerza. No pretendía responder de forma tan tajante, pero era lo primero que había escapado de sí, con tanto enojo que casi le pareció solo su deseo de venganza actuando. Sin embargo, todo estaba hecho.
—Me sorprende —la voz de un misterioso apareció tras de él. Sintió miedo en su principio, hasta reconocerla. —Jamás pensé que tomarías la iniciativa de llamarme.
—Hay que cosas que quiero aprender de ti.
—Entonces, vamos, Dipper. —sonrió el demonio y extendió su mano. El castaño la tomó sin pensárselo mucho.
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
¡Hola!
Después de casi dos meses de inactividad (dado que el último capítulo que publiqué fue en 02/04), he vuelto, o algo así. Realmente han pasado muchas cosas desde mi última vez escribiendo, tantas que son tan buenas como malas. Períodos difíciles, ugh, todos los tenemos. En fin, no es algo en lo que deba hacerles perder el tiempo, y bueno, ya más estable, he podido terminar el capítulo 15, y espero poder seguir escribiendo con regularidad, aunque no creo que tanta cómo antes. Gracias por la paciencia, espero hayan podido disfrutar del capítulo.
Sinceramente, tengo planeada muchas nuevas historias y esto me estresa muchísimo, no quiero perder los hilos y mi poco tiempo libre no me permite demasiado escribir, pero bueno, se hace el intento uwu. Ante todo, pedir disculpas por el retraso, las ideas están, solo que me es difícil poder desarrollarlas como lo hacía.
¡Bien! Fuera del tema pesado, esta vez la imagen de multimedia solo es un Bill sexy♥
Me despido, hasta la próxima.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro