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-25-

—¡Su majestad! ¡Su majestad! — exclamaba Patrick corriendo por los pasillos del infierno.

—¡Qué demonios haces aquí! ¡Se supone que estarías en la Tierra! ¿Acaso nadie acata mis reglas?

—Tenemos un problema. Ivanna está embarazada. Creí que era imprescindible que se lo informara lo más rápido posible— dijo agitado por correr.

—¡Qué!

—¿Qué haremos ahora?

—Tenemos que impedir a toda costa que esa aberración nazca. ¿Qué tan desarrollado está?

—Cuando lo vi tenía casi un mes. Se desarrolla muy rápido. Puede que, en unos días, llegue a los dos meses.

—Tenemos que deshacernos de los demás ángeles, serán un estorbo.

—No se preocupe, su majestad, pensé en eso y...— sacó un puñado de cenizas del bolsillo de su chaqueta.

—¿Y...?

—¡Demonios!

—¿Qué sucede?

—Se supone que ésta era una pluma del ángel que me mandó a vigilar. Lo estaba controlando mediante a ella, pero creo que ha sido liberado.

—¡Maldita sea! ¡Tenemos que encontrar una forma de deshacernos de esa aberración antes de que nazca, incluso si tenemos que matar a todos en el proceso!

***

—Ya pasó, mi amor— reconfortaba Ethan a su novia.

—¿Alguien tiene un poco de agua? — pidió la chica levantándose. Lile le dio una botella de agua y todos observaban cómo se enguajaba la boca.

—¿Qué sucedió? — preguntó Edward externando la duda colectiva.

—Creo que será mejor que hablemos una vez que estemos a salvo en casa— sugirió Jacob.

Todos subieron de nuevo a la SUV. La música reinaba nuevamente, esta vez, con Another One Bites The Dust de Queen.

Ivanna se acurrucó hacia Ethan y éste la rodeo con su brazo para luego depositar un beso en su cabeza.

Una vez llegaron a la casa de las afueras de la ciudad, Ethan la acompañó a una habitación para que descansara un poco. Habían querido que Joseph también fuera a descansar, pero se había negado. Consideraba más importante resolver el pequeño problema que tenían.

—Dejé a Ivanna descansando.

Edward lo miró colérico—. ¡Tú...!— Lile lo detuvo antes de que se acercara al castaño.

—Calma, Edward. Él tampoco sabía. A ninguno de nosotros se nos ocurrió que esto pasaría.

—¿Qué sucede?

Jacob se levantó y se acercó a su hermano—. Creo que, ya que Ivanna no está aquí, yo soy el más adecuado para decírtelo.

—¿Decirme qué?

—Ethan... Ivanna está embarazada.

—¿Qué? ¡Eso es imposible! ¡Yo...! Creímos que no habría problema por cuerpo mortal. Yo... no tenía la menor idea.

—Hay algo más.

—¿Qué cosa?, ¿acaso me dirán que es un embarazo múltiple y tendré nueve hijos o más? — preguntó asustado.

—Esa broma no es nada graciosa— dijo Edward con el ceño fruncido.

Joseph rió—. Por suerte, no es eso. Ivanna aún tiene la parte de Shemihaza que le fue trasplantada. Tenemos que quitarla antes de que se mezcle con el ADN del bebé. Debe ser protegido a toda costa. Los demonios intentarán matarlo.

—¿Por qué?

—Porque ese bebé es "El Elegido".

Ethan frunció el ceño—. ¿A qué te refieres con "El Elegido"?

—¿Alguna vez has escuchado hablar del Elegido, el que juzgará a todos los seres del universo cuando llegue la hora?

Lile rodó los ojos—. Esas historias no son reales. Las cuentan cuando no tienen nada mejor que hacer o quieren que los niños se duerman.

—El Elegido existe. Está escrito en el Libro de Enoc. Es la razón por la que capturaron a Ivanna.

—¿Me estás diciendo que todo es real? — el castaño no daba crédito a lo que escuchaba.

—Lo es— intervino Edward aún molesto. Elliot y su padre le habían contado todo—. Ethan e Ivanna serán sus padres. Nadie, ni Shemihaza, puede detener su nacimiento, no importa lo que haga— Ethan reía casi histérico hecho un manojo de nervios.

—¿Por eso el rapto y la lucha que quieren llevar a cabo? — preguntó Lile acariciando la espalda de Ethan para reconfortarlo.

—Así es. No pudieron destruir a Ethan cuando era mortal ni a Ivanna cuando era una niña. Separarlos era lo único que quedaba por hacer. Con la lucha planean chantajearnos y destruir a uno, o ambos.

—Además, Ivanna no puede regresar a Old Haven mientras tenga dentro de ella esa parte. Si todo sale bien, nosotros tendríamos que regresar a casa y ella se quedaría aquí. Para siempre— añadió Joseph.

—No estoy dispuesto a perderla otra vez— el castaño se recompuso con la noticia—. Tienes que hacer lo necesario para extirparle esa cosa.

—Es más complicado ahora que está el bebé de por medio. Podría correr peligro y tendríamos que decidir entre ambos.

—Esto no puede estar pasando— negaba Ethan con la cabeza—. ¡No puedes pedirme que elija!

—Calma, Eth— la rubia seguía intentando reconfortarlo—. ¿Y cuándo se supone que nacerá el bebé?

—En unas 4 o 5 semanas, si continúa creciendo a esa velocidad. Será necesario monitorearlo para ver su progreso.

—Necesito recuperar mis energías y buscar la forma de realizar el procedimiento sin afectar a ninguno de los dos. Tenemos que revertir el transplante lo antes posible o los demonios nos encontrarán y vendrán por tu hijo.

—Tendrán que pasar sobre mi cadáver para poder ponerle una mano encima a mi familia.

***

Patrick sonrió satisfecho a ver a la mujer correspondiendo sus miradas. Lo hacía tímidamente, pero lo hacía. Era un avance.

El rey Shemihaza había hecho un plan para matar a la aberración que crecía dentro de Ivanna y ahora le tocaba a él ponerlo en práctica.

Caminó hacia la barra del restaurante y pasó chocando con la misma mujer.

—Lo lamento— sonrió con amabilidad.

—No hay problema— contestó la mujer devolviendo la sonrisa.

—Sí que lo hay. Debí haber sido más cuidadoso.

—Fue un accidente, no te preocupes.

—En serio lo lamento...— hizo un ademan con la mano esperando que la chica dijera su nombre.

—Emma. Me llamo Emma— sonrió y extendió su mano. Patrick depositó un beso en ella.

—Es un gusto, Emma. Yo soy Patrick.

***

Ivanna se sentó en la cama con ayuda de Ethan, justo después de que Joseph terminara de hacerle un chequeo para ver cómo iba el bebé. Habían estado monitoreándolo para asegurarse de que todo estuviera en orden, o eso es lo que le habían dicho a Ivanna, pero, en realidad, estaban monitoreándolo para asegurarse de que la parte trasplantada no se mezclara con su ADN de ninguna manera.

La chica tenía 50% de los genes de su padre, el legítimo heredero del infierno, pero no se comparaban con la esencia adicta a la guerra que tenía Shemihaza.

—El bebé está muy bien. Sigue desarrollándose rápidamente, pero está muy sano.

—¿Cuántos meses tengo?

—Cuatro. Y estás comenzando el quinto. Descansa un poco, debes estar exhausta— dijo con una sonrisa a la chica.

—¿Es normal que me canse tanto?

Ethan y Joseph rieron—. Sí, es normal. Vamos, Ethan, deja a tu amada descansar un poco.

—Descansa, preciosa— dijo y le dio un beso fugaz.

—Ethan...

—¿Qué sucede?

—Solo quería decirte que, aunque esto nos tomó por sorpresa y sé que será un cambio grande en nuestras vidas, me alegra que hubiera pasado contigo.

Él sonrió conteniendo las ganas de llorar—. A mí también me alegra, mi amor. No sabes cuánto— dio un beso en el vientre abultado y luego depositó otro en los labios de Ivanna— Te dejaré descansar— dijo y salió de la habitación.

Ethan bajó las escaleras de la casa hasta la sala, dónde Lile, Jacob y Edward atacaban a Joseph con preguntas.

—¿Y bien?

—El bebé está perfecto. No hay nada anormal en su ADN.

—¿Ya encontraste una forma de revertir el trasplante de mi hermana?

—Eso creo. Pero hay algo que me tiene un poco desconcertado.

Ethan se acercó de inmediato—. ¿Qué cosa?

—Ivanna parece estar regresando a su forma natural. Lo hace muy lentamente, pero definitivamente está regresando a su forma anterior.

—¿Qué?, ¿cómo es eso posible? — cuestionó Edward.

—Es como si el bebé le estuviera haciendo una iluminación interna.

Ethan frunció el ceño—. ¿El bebé?

—Sí. No hay que subestimarlo. Ese bebé es poderoso.

—¿Pero eso no lo debilitará mucho? — preguntó Lile—. Está muy pequeño y está usando su energía para iluminar a su mamá. Lo podría matar.

—Lo sé.

—¿No hay algo que puedas hacer al respecto, Joseph?

—No. No hay forma de razonar con un bebé, mucho menos con uno que aún está en el vientre de su madre. Pero tengo el presentimiento de que está consciente de lo que hace. Está dispuesto a dar su vida por ella para protegerla.

Todos se quedaron en silencio. Nadie sabía qué decir al respecto. El sonido del teléfono de Ethan interrumpió el momento y el chico se alejó un poco para contestar.

—¿Bueno?

—Disculpe, ¿hablo con el señor Ethan Partmane?

—Así es. ¿Quién habla?

—Soy el doctor Mitchell Spencer, del hospital local. Le hablo para informarle que la señorita Emma Sheck se encuentra hospitalizada.

—¿Qué?

—Tuvo un accidente y la han traído hace poco. Su número estaba en sus llamadas frecuentes, así que decidimos llamarlo.

—¿Cómo está?

—Está estable. No tuvo daños graves. Le daría de alta, pero necesito que alguien venga por ella.

—En un momento estaré ahí.

Ethan salió de la casa rápidamente. Puede que él y Emma ya no estuvieran juntos, pero ella formó parte de su vida y no la podía dejar justo ahora que lo necesitaba.

Escribió un mensaje a Jacob y lo envió justo antes de arrojar su teléfono a los asientos traseros y arrancar el auto de camino al hospital.

Jacob leyó el mensaje justo en el momento en el que Joseph se asomaba por la ventana y veía el auto de Ethan salir a toda velocidad.

—¿A dónde va Ethan?

—Me mandó un mensaje diciendo que Emma se accidentó y va al hospital.

—¿Emma? — preguntó Lile frunciendo el ceño.

—Sí— contestó Jacob.

—Creí que Emma estaba en California, con sus padres.

—¿California?

—Sí. Después de que se separó de Ethan, regresó con sus padres. Ellos viven en California, estoy segura.

—Oh, no.

—¿Qué sucede, Joseph?

—Es una trampa.

—¿Qué?

—Sí. Los demonios intentarán llevarse a Ethan de su lado— Joseph abrió la puerta de la casa.

—¿A dónde vas con tanta prisa? — Patrick sonrió bloqueando el camino.

—Tú planeaste todo, ¿verdad?

—No. Yo solo cumplo órdenes. Y una de mis órdenes es no dejar que ustedes, angelitos de mierda, se acerquen a Ethan en las próximas dos horas.

Y antes de que alguien más dijera algo, un cuivel aterrizó frente a la casa cargado de una decena de demonios.

Patrick empujó a Joseph dentro de la casa con una fuerza tremenda. Los demonios que habían venido en el cuivel entraron por las ventanas, destrozándolas, y se abalanzaron sobre los ángeles.

Ivanna se despertó por el estruendo de vidrios rompiéndose. Se levantó dificultosamente de la cama, y se aproximó a la puerta. La abrió cuidadosamente, y sus ojos se abrieron en shock al ver varios demonios en la planta baja peleando con Joseph, Lile, Jacob y Edward. No había rastro de Ethan. Cerró la puerta y retrocedió. Tenía que salir de ahí o los demonios intentarían raptarla de nuevo.

Miró la ventana y la desesperación tiñó su rostro cuando recordó que aún estaba en forma de demonio y, por lo tanto, no tenía alas para salir volando.

Se sentó en la cama cansada, intentando pensar en una forma de salir de ahí y ayudar a los demás. Lágrimas de impotencia comenzaron a bañar su rostro y no pudo hacer más que acariciar su vientre. Solo estorbaría a los demás. ¿Dónde estaba Ethan ahora que necesitaba que la protegiera?

Comenzó a sentir un dolor muy fuerte, que aumentaba poco a poco. Sintió temor de estar perdiendo a su bebé. Bajó la vista hacia su vientre, donde descansaba su mano, y vio cómo ésta comenzaba a perder su color bronceado para volverse blanco como la nieve. El dolor aumentó y no pudo reprimir un desgarrador grito de dolor que resonó por toda la casa.

Elliot llegó en ese momento. Observó a su hermana. Tenía un vientre enorme y parecía estar sufriendo.

—Padre, te necesito— dijo y se acercó a ella.

***

Ethan aparcó su auto en el estacionamiento del hospital y salió rápidamente hacia la recepción.

—Disculpe, ¿en qué habitación está la señorita Emma Sheck?

—Segundo piso, habitación 102— contestó la enfermera después de revisar sus registros.

—Gracias— agradeció Ethan y salió corriendo hacia el elevador.

Entró en el elevador y marcó el segundo piso. Una mujer morena, muy atractiva, detuvo la puerta antes de que se cerrara y entró junto a él.

En cuanto el elevador llegó al segundo piso, Ethan salió corriendo hacia la habitación 102. Abrió la puerta y encontró a Emma sobre una camilla de hospital. Se veía bien y, al parecer, no había tenido heridas graves, como le había dicho el doctor.

—¡Emma! — dijo y se acercó. Ella sonrió.

—Hola, Ethan. Me alegra que vinieras.

—No importa lo que pasó entre nosotros, no podía dejarte sola.

Emma rió—. ¿En serio?—

—Sí. ¿Estás bien? — preguntó frunciendo el ceño. La chica actuaba extraño.

—Bueno, es que, para ser honesta, pensé que no vendrías.

—Eres mi amiga y fuiste una gran parte de mi vida. Claro que iba a venir— dijo y la abrazó aliviado de que estuviera bien.

—Sostenlo bien, Emma.

—¿Qué...?

Emma sostuvo a Ethan con una fuerza sorprendente, inmovilizándolo por completo. Ethan entendió en ese momento que la chica estaba bajo el poder de los demonios, pero, ¿por qué no sintió el peligro, igual que siempre?

Intentó liberarse, pero la chica no lo permitió. El pánico lo hizo su presa y, rápidamente sintió cómo una mano se posaba en su espalda y rompía su camisa. Sabía lo que venía y no era nada bueno. Tenía que liberarse a como diera lugar.

—Patrick es un imbécil, pero es muy útil. Me enseñó cómo arrancar las plumas de un ángel sin lastimarlas.

—¿Quién eres?

—Me llamo Jane. Soy el demonio que tu amiguito Joseph habitó durante su estadía en el infierno. Me hizo sufrir mucho tiempo encerrada en el calabozo. Pero estoy libre y la venganza parece más accesible, ¿verdad que lo hace, Emmy?

—Claro que lo hace.

—¿Qué quieres de mí?

Jane pasó un dedo por la espalda de Ethan—. Una pluma— dijo y arrancó una pluma de sus alas—. Con esto te podremos controlar fácilmente, y tendremos más posibilidades de ganar La Lucha por la Supervivencia ahora que tu novia nos dejó. De todos modos, no nos iba a ser muy útil embarazada. Además, Emma deseaba verte y contarte un pequeño secreto— sonrió—. Nosotros también teníamos nuestros trucos.

—¡Libérala! — exigió Ethan. Jane rió.

—No puedo liberar a alguien que coopera por voluntad propia.

—¿Acaso Ivanna nunca te contó que tenía una hermana? Es una lástima, cuñadito— la voz de Emma era diferente.

—¿De qué estás hablando? — Ethan dejó de forcejear.

—Cuando nos separaron, mi madre me llevó consigo. Una bruja debía escondernos, pero mi tío nos encontró antes. ¿Sabes la rabia que se siente al saber que fuiste un señuelo? Mi padre nos sacrificó para salvar a su adorada princesita.

—¿Qué?

—Y Elliot lo sabía. Estoy segura de que es un traidor, igual que Azael. Ambos merecen ser destruidos. Mi tío me prometió dejar que yo lo haga cuando llegue el momento.

—Emma tenía sus recuerdos reprimidos. Debía hacerlo para pasar desapercibida. Cuando tus amiguitos buscaron una mujer para ti, la eligieron por su parecido con Ivanna, pero ellos no sabían que la princesita tenía una hermana. Es una ventaja tenerla de nuestro lado. ¿Sabías que es 49% ángel? Puede pasar desapercibida para cualquiera, en especial, para los de tu especie.

Antes de que Ethan dijera algo, Jane centró sus poderes en la pluma, volviéndola completamente, negra. Inmediatamente el chico comenzó su transformación acompañado de gritos de dolor.

Observó cómo poco a poco su piel dejaba su tono natural y se tornaba bronceada. Sabía que, si estaba bajo el poder de los demonios, lo usarían para matar al bebé que Ivanna estaba esperando. No quería herir a ninguno de los dos. ¡Daría su vida por ellos! ¿Por qué no se dio cuenta antes de que todo era una trampa?, ¿por qué no se dio cuenta de lo diferente que lucía Emma? —Lo siento tanto, Ivanna— susurró antes de que su cuerpo terminara la transformación.



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