—Si te crees tan poderosa, hagamos una apuesta —propuso Jane con una sonrisa maliciosa.

Ivanna sonrió—. Claro. Voy a demostrarles a todos que el trono de reina debe ser mío. Si gano, ustedes serán mis esclavos por el resto de la eternidad.

—Pero, si pierdes... — intervino Patrick.

—Eso no va a pasar.

—Pero, si lo haces, dejarás el mundo de las tinieblas para siempre. Te desmaterializaremos y nunca podrás reencarnar —añadió Jane.

Ivanna rió irónicamente—. Eso jamás pasará. Díganme qué debo hacer.

—Debes terminar con el compromiso de una pareja humana. El chico le propuso matrimonio a su novia. Impídelo a toda costa.

—Eso es pan comido.

—No es tan sencillo— recalcó el chico—. Ese humano está completamente enamorado de su novia— se mofó—. Además, estamos seguros de que la pareja fue enviada por el barbón de arriba —comenzó a hacer ademanes burlones— para llenar el aire de la Tierra de paz, esperanza, seguridad, amor y bla, bla, bla. Tú entiendes. No lo podemos permitir. Si eres tan poderosa como alardeas, podrás impedirlo.

—Lo haré— sonrió orgullosa—. Arruinaré los planes del barbón y los haré mis esclavos. Solo denme el nombre del idiota.

Patrick y Jane sonrieron viendo su plan cobrar vida. Esto sería divertido—. Ethan Partmane.

Una risa burlona salió de los labios de Ivanna—. ¡Qué nombre tan ridículo! Seguro el pequeño Ethan dejará a su prometida una vez que conozca a la princesa de las tinieblas: Ivanna Halo.

—No deberías subestimarlo— Jane ya estaba comenzando a irritarse con el egocentrismo de Ivanna. Era imposible aguantarla más de dos minutos—. Estamos seguros de que ese chico es un ángel en un cuerpo humano, pero, por alguna razón, sus recuerdos fueron guardados en una caja sagrada antes de enviarlo a la Tierra.

—Se tomaron muchas molestias— inquirió Ivanna—. Puede que tramen algo más, pero, una vez que la princesa de las tinieblas aparezca en la Tierra, sus planes se harán añicos. Mi padre y yo gobernaremos el universo.

—Una última cosa— Patrick miró a Jane y sonrió antes de continuar—. No puedes enamorarte de Ethan. Si lo haces, perderás la apuesta.

—¿Me crees tan estúpida? Jamás me enamoraría de un ángel. Ahora, si me disculpan, iré a preparar todo para mi viaje a la Tierra— dijo antes de desaparecer con un chasquido. El chico sonrió.

—¿Crees que el rey se enoje mucho cuando sepa que Ivanna irá a la Tierra? — Jane miraba fijamente el lugar en el que la chica había estado parada. De repente, la idea de jugarle una broma no parecía tan buena.

—No lo hará si no sabe por qué va— comenzó a caminar por la habitación despreocupado.

—Sabes que, si ella se enamora, volverá a ser un ángel, y eso enfadará mucho al rey Shemihaza.

—Ella no dejaba de alardear de sus poderes. Además, así descansaremos un tiempo de su alardeo. Estaba harto de escucharla —se sentó en un sofá de la pequeña habitación extendiendo sus piernas.

—Aunque odie aceptarlo, es poderosa, y ambos lo sabemos. El rey hizo esa lucha contra los ángeles y la raptó después de años de planeación y búsqueda. Si se enamora y recupera sus recuerdos, volverá a ser ángel y nuestra existencia peligrará. Todo por lo que hemos luchado y todo lo que el rey ha hecho se irá a la basura— su corazón comenzó a latir rápidamente—. Deberíamos hacerla desistir, esto es demasiado. Podemos encontrar otra manera de jugar con ella.

—Tranquila. Sus recuerdos están custodiados por los guardianes de las tinieblas. Sabes lo que le hacen a las personas que intentan tocar sus cajas. Los únicos recuerdos que tiene, y tendrá, son los de la vida falsa que se le implantó en la memoria. Es imposible que recupere sus recuerdos. Hemos puesto a nuestro favor su naturaleza de demonio— jugaba con una pelusa en su ropa.

—Enviaron a Ethan, deben tener un as bajo la manga. No deberíamos confiarnos. Hay que vigilarla.

—Ethan no recuerda nada— tomó una revista deportiva que alguien le había traído de la Tierra y la hojeó distraídamente—. Tú misma dijiste que sus recuerdos están guardados en una caja sagrada custodiada por arcángeles.

—Eso es lo que deduje, pero cabe la posibilidad de que no sea así. Puede que lo hayan enviado como señuelo y la supuesta boda también sea un señuelo. También existe la posibilidad de que no tenga sus recuerdos, pero enviaron a alguien más con él que sí los tiene y está en la Tierra para ayudarlo a cumplir su misión. ¿Y si esa misión es rescatar a Ivanna?

—¿Sabes, Jane? Deberías dejar de preocuparte tanto. Me das dolor de cabeza con tu paranoia— hojeó la revista—. ¿Acaso olvidas quién implantó esos recuerdos en su memoria? Ten por seguro que, aunque la regresaran a Old Haven, volvería a recordar. Yo me encargué de ello personalmente.

—¿Recuerdas cuando la trajimos al infierno y los guardianes de las tinieblas le arrancaron las alas para que no pudiera escapar? El rey ocultó las cicatrices para que no tuviera ningún recuerdo de su pasado. Pero ¿qué sucedería si en la Tierra sus cicatrices reaparecieran? No sabemos si la ilusión del rey seguirá vigente allá. Si ve las cicatrices, puede comenzar a recordar.

—Ya te dije que no tienes nada de qué preocuparte. Solo será un poco de diversión.

—Pero...

Patrick abandonó su revista y observó a Jane con los ojos entrecerrados—. Comienzas a sonar como un ángel, Jane. ¿Es acaso que estás cambiando de bando?

—¡Claro que no! ¡Jamás haría eso! No sé qué me pasa... — bajó la cabeza apenada.

—El hecho de que hayan enviado a Ethan a la Tierra hace que nos debilitemos. Un ángel tan poderoso como él en un cuerpo humano es un peligro— dijo con exageración falsa—. Los pies humanos siempre rondan por nuestro techo y sus pies son poderosos. Ahora más que nunca debemos dejar al odio correr por nuestras venas o comenzaremos a debilitarnos— Jane rodó los ojos ante la broma—. Nuestra ubicación es una lata. Habría pensado en un mejor lugar para colocarnos cuando salimos de Old Haven, pero nadie me preguntó nada— se recostó nuevamente en el sofá y retomó su lectura.

—Quizá porque tenías solo 6 años, igual que muchos de nosotros.

—Si el barbón quiere guerra, guerra tendrá— hojeó nuevamente las páginas de la revista sin mucho interés—. Sacó la artillería pesada al enviar a Ethan. Y ahora nosotros enviaremos a Ivanna. Será interesante verlos destruirse el uno al otro. En el peor de los casos, vamos y la arrastramos de regreso al infierno. Es una enclenque sin sus alas.

—Está bien. Vamos a darles una pequeña lección a los ángeles por meterse con nosotros.

—Veremos qué tan poderosa puede ser la princesita— sonrió.