7-¿Jefe?
Ya había pasado una semana desde que Flug se convirtió en un pequeño niño y Demencia aprovechaba al máximo todo esto. Era divertido para los dos. Pero todo eso llegaría a su final muy pronto.
-¡Despierta Flug!-entró muy enérgica aquella chica pelirroja pero solo recibió un leve gruñido por parte del chico que dormía en su cama-Flug...-lo sacudió un poco
Un tanto molesta le quitó la sábana que le cubría el rostro de encima. Pero al parecer ni se molestaba en despertar. Se acercó y le tocó la cara, estaba caliente, tenía fiebre.
-¿Debería ir a buscar algún medicamento? No. Le diré a Black Hat para que haga algo al respecto-dijo restándole importancia y salió
Entró como si nada a la oficina de su jefe, total, ya no parecía tan molesto.
-Flug está engfermo-
-Agh. Enfermedades humanas. ¿Y qué se supone que deba hacer yo?-
-No sé. ¿Tal vez ir a revisar?-
-Te dije que él era tu responsabilidad. No me vengas a molestar-
-¡¿En serio sigues molesto?! Ya superalo-
-Primero descubre que tiene, luego traelo y veré que puedo hacer-dijo sin quitar la mirada al papel que utilizaba para escribir unas cosas
-Bueno, al menos es algo-
Se retiró de nuevo y a pasos flojos caminó al dichoso cuarto para ver que hacer con Flug. Suspiró. Quería a ese niño. Pero extrañaba al Flug de siempre. A ese científico nervioso. Abrió la puerta y l vio tapado por completo. Pero esta vez el bulto era más grande. Intrigada se acercó y se cubrió la boca. Al fin había vuelto a la normalidad.
-¡Flug!-exclamó
-¿Qué quie....?-despertó somnoliento pero luego se percató de que estaba sin su ropa-¡¿Pero qué pasó?!-gritó cubriéndose con la sábana
-¡Has vuelto!-
-Eh, no recuerdo haberme ido-
-No cabeza hueca. ¿Acaso no lo recuerdas?-
-No lo creo-
-Pasa que te convertiste en un niño. ¿Por qué bebiste esa cosa? ¿Esa fue la que te convirtió en niño?-
-Recuerdo haberlo tomado, pero después de eso no recuerdo nada. Lo hice porque... Ni siquiera lo sé. Lo agarré al azar. No sé que buscaba en ese momento-
-Creo saber porque-susurró-Pero al fin estás bien. Es lo que importa-
-Bueno.. ¿Quieres salir?-
-¿Por?-
-Para poder vestirme-
-¿Y eso qué?-
-Necesito hacerlo en privado-
-Ya voy-
Él comenzó a vestirse. Soltó un suspiro con pesadez. Buscó su bolsa y se la puso. Claro que recordaba. Solamente había mentido. Y claro que sabía porque lo había hecho. Se sentó en la cama y apretó los bordes de su bata. Por obvias razones quiso irse antes de tiempo. Se paró y se miró en el espejo. Aún tenía la marca en el cuello. La tocó un poco y se quejó. Pues claro estaba que no había sido un apretón común y corriente. Su jefe era un ser del inframundo. Seguramente había algo más allí. Pues si el día en que se lo hizo sentía un ardor horrible. Pero eso no había sido lo peor. Las palabras que había recibido le llegaron hasta lo más profundo de su ser. Recordar esa amenaza lo estremeció. Sus piernas se doblaron y cayó de rodillas al piso. Su vida estaba en peligro. Las lágrimas amenazaban en salir. Apenas había obtenido lo que más deseaba, una hermana, una familia, y ahora estaba en peligro de abandonarla. No quería eso. Tenía miedo. Mucho miedo. No es que Black Hat le hubiera hecho algo horrible en un pasado, había escuchado historias, era todo. Y eso le asustaba.
-¿Qué haces allí?-abrió la puerta su jefe
-¡Je-Jefe! Yo, lo siento, solo estaba...-
-Ponte de pie-ordenó cerrando la puerta y Flug se paró-Ahora sientate-esperó a que el chico lo hiciera y siguió hablando-Escucha. Yo, quiero disculparme-
-¿Cómo dice?-
-¡Lo que escuchaste! Me estoy disculpando. No debí haber dicho esas cosas. Estaba fuera de sí. Perdón. Técnicamente eres mi hijo así que... ¿Puedes disculpar a este ser malvado?-
-Déjeme ver si entendí. ¿Usted quiere mi perdón? ¿Por qué? Digo, usted es demasiado orgulloso para hacerlo-
-Deja de desconfiar demasiado. Eres como un hijo para mí, yo te crié, yo te cuidé-
-Estoy consciente de ello. Es que me sorprende-
-No has respondido a mi pregunta-
-Sí-Flug quería darle un abrazo en esos momentos pero dudaba mucho. Se estremeció al sentir los brazos de su jefe rodeándolo-¿Jefe?-murmuró
Tal vez las cosas no estaban tan rotas como pensaba.
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