La pelirroja esperó un rato fuera del cuarto aún pensando en todo lo que le estaba sucediendo. Hasta que el sonido de la puerta siendo abierta la sacó de sus pensamientos. Flug ya estaba vestido, jugaba un poco con sus dedos a causa de los nervios. Tenía miedo. No reconocía a nadie. Pero no podía evitar sentirse en confianza con Demencia.

-Muy bien. No sé qué podríamos hacer, nunca me había tocado lidiar con esto-explicó Demencia-¡Lo tengo! ¿Quieres hacerle bromas a los transeúntes?-preguntó con mucha emoción y el infante comenzó a asentir con una sonrisa en su cara

Ambos salieron y ella preparó globos con agua. Con mucho cuidado subieron al techo, en especial con Flug que era algo torpe con sus movimientos pero al final lograron llegar sanos y salvos. Se posicionaron en una parte en la que no fueran vistos y esperaron a que alguien pasara caminando por la calle.

La primera víctima fue una chica que iba haciendo ejercicio. Cuando le cayó el globo se detuvo al darse cuenta de que casi resbalaba. Gruñó y buscó al causante, pero al no encontrar a nadie se fue en la dirección contraria a la que se dirigía con anterioridad.

La segunda fue un vendedor. La verdad es que era un estafador. Demencia dejó que Flug lanzara este globo, con paciencia y varios intentos (que por arte de magia el vendedor no notó) fallidos logró atinarle en la cabeza dejándolo húmedo en un líquido que claramente no era agua por su tonalidad azulada.

Se estaban divirtiendo mucho. Pero esa diversión no dudaría tanto porque en una de esas Flug le dio a un policía que estaba pasando haciendo su guardia rutinaria. De inmediato se ocultaron lo más que pudieron y bajaron en silencio intentando no llamar la atención del policía. Tuvieron suerte porque no llegó a verlos. Pero cuando iban hacia la puerta vieron que el policía rondaba muy cerca de allí y si los veía los iba a descubrir de inmediato porque cargaban con los globos sobrantes. No tuvieron otra opción más que girar y entrar por la puerta trasera.

Al entrar Flug se sentó en el sillón y movía sus cortas piernas de adelante hacia atrás. Demencia le había prometido un helado si le atinaba a tres personas, y si contamos al policía le atinó a cuatro. Y no se iría de allí sin su helado.

Ella se dirigió a la cocina y sacó del refrigerador un recipiente con helado de chocolate y se dispuso a servirle una porción a su hermano. Regresó y se lo dio. Flug al verlo sonrió con un brillo en los ojos y comenzó a disfrutar de su postre. 5.0.5. observaba con curiosidad al niño. Se acercó y comenzó a olfatearlo. Él primero se quedo quieto pero después comenzó a acariciar con suavidad la cabeza del oso celeste. Demencia lo miraba y sonrió de lado. Tomó el control de la televisión y la encendió poniendo un canal con caricaturas que ella solía ver a escondidas. Se quedaron horas viendo aquel aparato ya que era un maratón. No faltaban las risas de los dos en ningún momento.

Después de horas Demencia miró a Flug. Se había quedado dormido sobre 5.0.5. Se veía tan adorable. Lo cargó cuidando no despertarlo y lo llevó a su cuarto. Había sido una divertida tarde.