Draco y Hermione se habían vuelto casi inseparables desde la noche de los festejos atrasados del cumpleaños del rubio. Era habitual verlos llegar juntos a Hogwarts, a pesar de que Draco vivía en el castillo, pasaba a buscarla por su departamento cada mañana, algunas veces almorzaban a solas en los alrededores del castillo cobijados bajo la sombra de algún árbol añoso mientras cada uno estaba inmerso en alguna lectura o riendo con complicidad, comentando sobre algún artículo nuevo de la revista mensual de pociones que recibían o simplemente compartiendo el silencio, inmerso cada uno en sus pensamientos.

-ellos se ven muy cómodos muñeco -comentó Luna a su esposo que los espiaba desde la torre de astronomía

-¡Merlín bendito Luna! -casi gritó sobresaltado- no te escuché llegar -luchaba con el telescopio para ponerlo en la posición en la que estaba cuando fue descubierto por su esposa- si...si...se ven demasiado cómodos.

-¿noto un dejo de molestia? -preguntó la dulce rubia mientras se sentaba próxima a él y mordía una manzana.

- no me molesta princesa, no por lo que supones sino porque conozco a Draco y temo que la ahogue con sus demandas...no es un mal muchacho pero como buen slytherin es posesivo y no le agrada compartir lo que supone es de su pertenencia.

-oh...¿entonces eres un mal slytherin? -cuestionó preocupada.

Theodore Nott giró la cabeza lentamente hacia ella -¿cómo dices?

-no eres posesivo ni demandante...eres cariñoso y te he malcriado al consentirte

Dejó su sitio junto al telescopio para sentarse en un escalón cercano y ubicarla sobre su regazo, le quitó la manzana de la mano para arrojarla sobre su hombro y la besó con ardor.

-soy eso y todo lo que quieras que sea pero por sobre todo soy celoso de lo que te llevas a la boca porque esos labios son solo míos.

La dulce rubia soltó una risa cantarina mientras lo miraba con adoración -me preocupaste mucho porque yo me enamoré del egoísta, taciturno, apesadumbrado, silencioso y solitario Slytherin.

-y yo te amo por todo lo opuesto y por lo feliz que me haces al aceptar compartir tu vida llena de luz a mi lado.

-nunca me cansaré de ti Theodore, quiero que lo sepas y lo memorices casi como te memorizaste los libros de runas que hay en todo el mundo mágico -Luna lo besó en la nariz mientras su esposo asentía.

-¿crees que deba hablar con Draco?-consultó dudoso.

-por supuesto que tienes que hacerlo, no veo el motivo para cortar su amistad, sobre todo ahora que está feliz

-no está en peligro nuestra amistad Lunita, me refiero a que hablemos sobre el tema...ya sabes el nuevo romance.

-aaahh...eso -la rubia se toma el mentón- creo que deberías esperar a que él se acerque a compartir la buena nueva ¿no?

-hubo una época en que nos contábamos todo... -habló con pena Nott.

-eran épocas oscuras en las que debían cuidarse unos a otros -reflexionó Luna.

Theodore la miraba embelesado y le sonrió -como siempre tienes razón -la besó - ¿me buscabas para algo más?

-si, si...vamos de compras, mañana tenemos los babyshowers de Ginny y Lavender.

Theodore se puso de pie con su esposa aún en brazos, detestaba ir de compras pero complacerla era su misión en la tierra -ya verás que dentro de poco tendremos el nuestro, sé que así será.

La rubia se refugió en su cuello -muñeco, ya no tengo miedo, si viene será bienvenido pero si no podemos no sufriré porque hay muchas posibilidades de ser padres.

-mi dulce muñeca...haré lo que sea para verte feliz, completamente feliz -aseveró Theodore mientras bajaban abrazados las escaleras de la torre de Astronomía.

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Cho Chang se estaba exasperando, nada le salía como ella había planeado. Caminaba por la sala mientras mascullaba sin cesar.

-¿qué pudo haber salido mal? Era un plan perfecto -se restregó las manos contra la cara

-¿algún problema Cho? -le preguntó Cedric mientras dejaba su capa en el perchero

-no, no, ninguno...solo que llueve mucho y pensé que podíamos salir a pasear con Jane...ella estaba ilusionada.

Cedric la miró con detenimiento y asintió - sí, es una pena...pero en este país llueve mucho

-¿qué traes en esas bolsas? -trataba de distraerlo.

Cedric las levantó -regalos para los hijos de Harry y Ron, mañana iremos con Jane a la reunión que celebran en la Madriguera.

-ahh, si, si...ahora recuerdo , ¿puedo ir con Uds?

-claro que puedes aunque pensé que tenías otros compromisos...bueno...es lo que habías dicho cuando recibimos la invitación.

Su todavía esposa desvió la mirada -pero cambié de opinión, además ¿cómo voy a faltar a una celebración tan importante?, los primeros hijos de nuestros héroes...

-si tú lo dices...-agregó Diggory.

-¿qué es lo que te sucede conmigo Cedric?, desde hace unos meses estás con una actitud extraña como si analizaras cada palabra que digo.

-no estés a la defensiva Cho, sabes bien que si algo me sucediera contigo te buscaría para aclararlo, ¿acaso no es lo que siempre hacíamos, contarnos todo?

-pero desde el regreso de Granger ha cambiado nuestra relación

-no entiendo por qué la traes a colación

-¡¡porque por su culpa estás divorciándote de mí!! -se exasperó - si ella no hubiera regresado aún estaríamos unidos como lo habíamos planificado desde siempre -le dio la espalda para tratar de controlarse, no debía crisparse más por ello trataba de respirar lentamente y retomar su aparente calma.

Cedric se pasó la mano por la frente - Cho, siempre supiste lo que yo siento por Hermione.

-ella te mintió Cedric, desde el inicio.

-no es así, protegía a Harry

-¿y le creíste? - se burló y bufó- no eres tan idiota como para notar que lo eligió a él y te dejó tirado sin importarle nada más.

-Cho, no seas injusta...

-¿duele la verdad? -preguntó con acidez- Primero elige a Potter pero se pone de novia con Weasley, se burlaron de ti, de Ginny, de Lavender pero son tan presumidas que no lo notan -se pasa las manos por la oscura cabellera casi con indiferencia dándole la espalda mientras miraba llover por una de las ventanas de la sala - es tan evidente, siempre lo fue.

La mira frunciendo el ceño y suspira profundamente -sea como sea Cho, ya quedó en el pasado.

Lo mira por encima del hombro -¿a qué te refieres, qué parte quedó en el pasado?

-toda Cho -sentencia y la mira negando con la cabeza- voy por Jane, le prometí que haríamos pasta juntos.

Asiente -traten de no ensuciar mucho- comenta y una sonrisa de lado aparece solapadamente.

-no te prometo nada -agrega por último y se marcha.

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Harry se tomaba las sienes mientras releía el informe detallado de uno de sus informantes. Después del fin de la guerra éstos habían aumentado y la ayuda de ellos había sido fundamental para el restablecimiento de la ansiada paz y retomar el orden.

Había llegado a sus manos la noticia de movimientos sospechosos en el callejón Knockturn, coincidían con la llegada de su querida amiga al país. Suspiró profundamente y apoyó la cabeza contra la oscura mesa de su estudio en Grimmauld Place. Su esposa lo miraba con preocupación desde la puerta, le había acercado una taza de café con una gota de leche como a él le gustaba tomar cuando estaba trabajando. Se acercó despacio, dejó la humeante taza sobre la mesa y acarició la rebelde cabellera con dulzura. Harry giró la cabeza dejando la mejilla solamente apoyada y permaneció cerrando los ojos mientras soltaba un gruñido de satisfacción.

-gracias...siempre sabes lo que necesito

-no tienes que dármelas Harry -besó a su esposo.

-no son noticias que debería compartir contigo pero no puedo mantenerte al margen.

-no lo hagas entonces Potter -le sonrió de lado- ¿se trata del atentado en la casa de Hermione?

-hay un sospechoso y se lo va a detener en breve

-cuando dices breve ¿es ya? -Ginny frunció el ceño.

-sin dudas en unos días, solo me falta una prueba más de su identidad.

-¿tendrá algo que ver también con la muerte de Marietta?

Harry se puso de pie y la abrazó - y con la de Amos Diggory también.

-Merlín bendito -se refugió en sus brazos.

-Ronald va a llegar en unos minutos, vamos a trabajar un par de horas más.

-Lavender viene con él imagino.

El moreno auror negó -está dejándola en la casa de tus padres, ella así lo prefirió.

Ginny tomó aire -haré lo mismo entonces, no quiero que nada te distraiga y así estarás más tranquilo por un par de horas más -se burla de su esposo.

La miró con dulzura y se perdió en sus ojos claros -gracias de nuevo -acarició el vientre de su esposa y sintió una patada de su hijo y se rió- Uds son lo más importante y en la Madriguera estarán seguros.

-se cuidarme muy bien y que conste que lo hago solo para que estés tranquilo -puso una mano sobre la de él- de igual manera tenía que ir mañana temprano para ayudar a mamá.

-vamos entonces -sugirió Harry y salieron del estudio abrazados.

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Hermione estaba recostada en el sofá de la sala leyendo concentrada una carta de su padre, una pícara sonrisa adornaba su rostro. Era una noche cálida y una suave brisa entraba por una de las ventanas de la sala y movía con desgano el cortinado. Sobre la mesa ratona descansaba una botella de cerveza que le gustaba beber en algunas noches cuando escuchó un ruido en la cocina.

-Malfoy por tu bien espero que no sea una de mis platos -advirtió en voz alta.

Draco cerró los ojos y una retahíla de insultos pasaron por su mente -reparo - susurró y el plato que había soltado sin querer volvió a unirse.

-no sé qué tienes en contra de llamar a unos de los elfos del castillo, sabes bien que se desviven por complacerte -intentaba el rubio secar una copa.

-pero no quiero que me sirvan

-para eso fueron creados Granger.

-¿volveremos a llamarnos por el apellido? -inquirió desde la puerta y Draco negó sonriendo- bien...porque me parece incómodo.

-sobre todo cuando nos conocemos hasta casi las entrañas

-no sea ordinario profesor Malfoy -lo regañó un poco avergonzada.

-discúlpeme señorita bibliotecaria -se burló y continuó secando otro plato.

-para ser un sangre pura lo hiciste muy bien -miraba como estaba terminando de guardar los utensillos de cocina.

-tampoco es mucha ciencia -cerró uno de los cajones donde había guardado los cuchillos de cocina- Luna nos obligaba a hacerlo cuando cenábamos.

-¿Luna? Quién lo diría -bebió un poco de la botella y Draco se la quitó de la mano.

-me parece que la señora Weasley ha sido una influencia nefasta en la vida de esa rubia despistada.

Hermione no pudo evitar reír con ganas y el rubio la abrazó por la cintura con un brazo.

-bien ama...¿y ahora qué recibiré de premio?

Ella lo miró a los ojos y dudó -¿no te sientes incómodo por lo que está pasando entre nosotros?

Draco la observó inmutablemente y en su mirada hubo un atisbo de alarma -¿tú si?

-No, no pero es que somos...nosotros.

-¿y dónde está lo malo? -dejó la botella tras él y sin soltarla se apoyó en la mesada - Hermione, ya no somos un par de chiquillos, yo al menos dejé el viejo Draco sepultado en el pasado y no quiero desenterrarlo nunca más.

-entiendo lo que quieres decir pero una vez me confesaste que no te arrepentías de ese Draco, que si volviera el tiempo atrás no cambiarías nada.

-y no te mentí pero ese Draco causó mucho daño y dolor a personas que no se lo merecían

Hermione asintió y bajó la mirada, el rubio la tomó del mentón y levantó su cara para mirarla de frente como le gustaba - vamos de a poco, ¿te parece bien?

-es un poco tarde para eso -sonrió ruborizada y el rubio rodó los ojos -ya sé...solo fue sexo entre dos personas que se deseaban -aclaró la castaña.

-sí y no tenemos por qué avergonzarnos de ello, somos dos adultos y no tenemos nada que perder.

-¿eso quiere decir que podemos conocer otras personas, o sea...no tenemos exclusividad? -arriesgó.

-ni se te ocurra Granger -repuso muy serio- ¿o eso quieres? -preguntó temiendo la respuesta que recibiría.

Hermione abrió los ojos más que de costumbre -no, no, por supuesto que no...

-¿pero? -Draco frunció el ceño.

-hay detalles que desconozco de tu vida

-también yo de la tuya pero si yo no estaba en ella no tiene importancia para mí -respondió con seguridad.

Hermione suspiró y apoyó la mejilla sobre su pecho y cerró los ojos -está bien, vamos despacio, no hay apuro y si en el camino descubrimos que no estamos destinados para nada más no dudes en decírmelo.

Draco besó su cabeza y asintió -te lo prometo...y ahora es mejor que me vaya, ya es tarde y mañana tienes un día agitado.

-¿No vas a venir conmigo a la Madriguera?

-no, tengo una visita que hacer a unos amigos y no puedo postergarla por más tiempo.

-¿puedo saber de quién se trata?

Draco lo dudó por unos segundos pero no quería ocultarle la verdad - se trata de Sophie ya me viste alguna vez con ella y fue a Hogwarts, esté en el consejo de padres.

Hermione se apartó un poco pero Draco no la dejó salir de entre sus brazos -sí, desayunaban a solas en la mañana de navidad -no podía disimular su repentina molestia.

-eeey...relájate leona ¿si? No es lo que estás pensando -la castaña iba a rebatirlo- es la esposa de Blaise, recuerdas a Zabbini...-la miró sin perturbarse- ayudo a Sophie porque Blaise no está bien de salud.

-¿pero él no es el dueño del hotel donde estuvimos hospedados?

-sí, lo es pero Sophie es quién se ocupa

Hermione asintió -¿y qué le sucede?

Draco tomó aire lentamente -durante la última batalla una maldición le dio en la espalda y le destrozó la columna, quedó parapléjico.

La castaña sintió un frío correr por su espalda y se le aflojaron las piernas por la sorpresa.

-el ataque era para mí y él me salvó -terminó hablando Draco pasándose las manos por la cara- le debo la vida.

-te entiendo bien, perdóname por cuestionártelo.

-no me pidas perdón, no lo sabías y simplemente te lo cuento porque no quiero que haya secretos entre nosotros -Hermione lo tomó de la cara y le dio un beso suave, Draco se sintió reconfortado en el instante y la besó con pasión.

Había mucho más que complicidad entre ellos, era entendimiento, deseos de que no quedaran puntos ciegos entre sus vidas y por el momento no iban a dejar que nada se interpusiera entre lo que estaba surgiendo. Como habían acordado, iban a ir con cuidado, sin prisas pero a paso seguro.

De pronto cada pieza iba a ir tomando su lugar.