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HAPPY BIRTHDAY TO ME...


La cena estaba casi lista, solo faltaba que el vino estuviera a la temperatura adecuada. Por vigésima vez suspiró pasando las manos por la cabellera que esa noche estaba más rebelde que nunca. Abrió uno de los cajones de su tocador para buscar hebillas y encontró el broche que alguna vez había sido un tintero y que Draco había transformado para sostenerle el cabello. Lo tomó y al mirarse al espejo sonrió. Se lo colocó sin dudar después de alisar sus rizos con un encantamiento que le había enseñado Ginny.

Se puso de pie y caminó hasta su cama donde estaba la ropa preparada que iba a vestir esa noche, quería que fuera especial pero sin evidenciarlo. En sus pensamientos rogaba para que su invitado no lo notara. Por eso mismo había elegido una pollera corta, negra con grandes flores azules y una blusa asimétrica al tono, se calzó los zapatos haciendo juego y se paró frente al espejo antiguo que había en su vestidor.

-listo, no hay marcha atrás -sentenció y salió de su habitación en el momento exacto en que llamaban a la puerta.

Caminó nerviosa por la sala, apoyó una mano en la puerta y con la otra tomó con fuerza el picaporte. Tomó aire y abrió. Draco levantó la vista, tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y la miró con detenimiento.

-conste que solo vine por mi regalo.

-¿trajiste el bezoar? -preguntó fingiendo seriedad, el rubio asintiendo sacó una pequeña piedra y se la mostró -estaba bromeando Malfoy.

-también yo -entonces la arrojó por encima de su hombro con indiferencia y avanzó hacia Hermione, ella se hizo a un lado y dejó que pasara. La castaña soltó el aire que estaba conteniendo y el perfume del rubio la envolvió -debo decir que huele muy bien -comentó Draco.

-vaya, viniendo de ti es un halago.

-puedo mejorar -se detuvo el rubio y la miró- hablaba de ti -la castaña se ruborizó y él sonrió de lado- ¿y bien...llegué a horario?

-como todo buen caballero inglés que se precie de tal -respondió ella y en ese instante se acercó una elfina a la que Hermione sonrió- ¿está todo listo Tinky?

-si señorita Granger -miró al sorprendido rubio- buenas noches profesor, espero disfruten la velada.

-gracias por la ayuda, ya puedes regresar al Colegio -la elfina asintió y desapareció con un fuerte chasquido.

Draco miró a Hermione y preguntó dudoso-¿desde cuándo...o sea...qué hubo con tu lucha por los derechos de los elfos?

-mis creencias siguen siendo las mismas, Tinky solo me ha ayudado en un detalle que necesitaba esta noche.

La miró con detenimiento- estoy a un pelín de confesar que... no entiendo Granger.

- a ella le gusta la ornamentación, ya lo verás ahora pasemos a mi nuevo y mejorado balcón -lo tomó del brazo para guiarlo.

-Si se trata de una noche de sorpresas debo decir que todo lo que ví hasta ahora me gusta -le susurró y Hermione sonrió sonrojada de nuevo - y por cierto, me has llamado de diversas maneras, no muy buenas la mayoría vale aclarar, pero jamás pensé que me dirías caballero inglés.

Hermione carraspeó incómoda - es lo que has sido desde mi regreso a Inglaterra y no sabes cuánto agradezco que hayas actuado como tal.

El rubio la miró con detenimiento -ahora que lo pienso yo me proclamé tu caballero de la brillante armadura cuando te salvé de un encuentro con Diggory.

-lo recuerdo perfectamente -lo miraba de la misma manera y el rubio decidió acariciar su mano para no cometer la locura de besarla.

-alimenta al cumpleañero Granger -agregó para romper el momento incómodo y la castaña asintió.

La cena que consistía en pequeñas porciones de distintos tipos de carne sazonados con hierbas aromáticas y otras acompañadas de vegetales al vapor estaba casi llegando a su fin.

-Vaya Granger, nunca había comido tan variado como esta noche ni siquiera en Hogwarts.

-puedo ofrecerte un té digestivo si lo necesitas - se burló.

El rubio sonrió de lado -preferiría algún licor.

-también tengo, me traje las que había en casa de Ginny.

-¿cuida que el cara rajada deje el vicio?

-No lo llames así...-lo mira fingiendo enojo y sonriendo mientras negaba- no cambias a pesar del tiempo - se puso de pie y trajo un botellón de cristal labrado conteniendo un líquido de color caoba.

-tus amigos usan el mote de hurón botador las veces que pueden...también tú -recibe una copa con la bebida y bebe un poco - excelente Granger -mira el vaso y bebe un poco más- déjame ver la botella -ordena sin notarlo, la joven le entrega y el rubio asiente- es el mejor del mundo ¿era de Potter?

-lo encontramos en el sótano de Grimmauld Place, tienen una bodega tras una pared falsa...así que asumo que era de los Black.

-no lo dudo, aunque al ser de origen muggle podría haber pertenecido a Sirius.

-fue un regalo de Ginny -bebe un poco- no sé mucho de bebidas espirituosas.

Draco bebe sin dejar de mirarla -estoy listo para el postre.

Sin dejar de sonreír levitó una fuente colmada de frutas picadas en gajos

-esto no me lo esperaba - comentó Draco frunciendo el ceño - ¿frutas frescas?

-te dije que iba a sorprenderte -se burló Hermione con satisfacción.

-y lo haces Granger -tomó una fresca roja y ésta se cubrió de chocolate, Draco la soltó sorprendido y la miró pasmado.

-un hechizo que me enseñó la señora Weasley -ella lo imitó y mordió la fresa - ¿ingenioso verdad?

-espero que lo haya patentado, se haría millonaria -Draco tomó un gajo de naranja que al bañarse el chocolate se llevó a la boca.

-lo hizo, hace muchos años pero el ministerio nunca le pagó las regalías...por su condición de traidor a la sangre -acotó con un dejo de malicia provocando que Draco tosiera incómodo, le acercó una copa con agua que el rubio aceptó sin dudarlo - no te ahogues que aún no te entregué tus regalos.

Draco se limpia la boca y la observa -¿regalos, son más de uno?- Hermione asiente -siguen las sorpresas por lo visto - se lleva a la boca un poco de manzana -¿el hechizo solo funciona con comida?

La castaña levanta una ceja -¿qué más querrías bañar en chocolate?

Draco sonrió de lado mientras masticaba -pensé que eras más ingeniosa Granger, pon tu mente a volar - ella se ruborizó intensamente y le tocó el turno de toser por lo que el rubio le alcanzó la misma copa de agua -bebe un poco, te hará bien.

Toma la copa y sorbe un poco del contenido -no le veo la gracia Draco.

-la tiene sin dudas o ¿acaso nunca combinaste sexo y chocolate?

La castaña se sienta derecha y mira las frutas con interés inusitado -por supuesto que sí -responde con seguridad.

-vaya, vaya...ahora se está poniendo interesante la noche -el rubio apoya los codos en la mesa y la cabeza en sus manos - soy todo oídos.

Hermione lo mira seria - no pensarás que voy a confesarte mi vida íntima a ti Malfoy

-no quiero tantos detalles pero sí me interesa lo del chocolate.

-¿desde cuándo tan cotilla?

-No todos los días puedo conocer los detalles secretos de la heroína del mundo mágico, la bruja más inteligente de nuestra generación.

-ya cállate -sonrió Hermione - no fue nada de otro mundo, solo una caja de ranas de chocolate después de mi primera vez.

-¿para compensar lo malo que fue?

-algo así -la castaña se puso de pie- voy por tus regalos, no me tardo.

El rubio también se había parado y asintió, la miró irse y soltó el aire que estaba conteniendo. Tomó su copa de licor y se puso a mirar por el balcón, la noche estaba estrellada y era cálida, no corría viento y la luna brillaba en lo alto, bebió un poco y se giró para verla regresar con una gran caja envuelta para regalo en los brazos.

-déjame que te ayude -se apuró a llegar hasta ella.

-si puedo, no te molestes.

Tomó el gran regalo -sé que puedes pero quiero hacerlo, aunque no sé por qué no lo levitaste.

-porque es un regalo y quería dártelo yo

Se quedó mirándola fijamente y se lo devolvió sin dudarlo, la castaña le sonrió ampliamente.

-feliz cumpleaños atrasado, espero te gusten.

Draco tragó grueso y asintió, recibió por segunda vez la caja y se sentó con ella sobre las piernas. Se quedó observando el regalo.

-nunca pensé que podríamos estar en esta situación.

-tampoco yo Draco pero ya ves, ahora ábrela que no doy más de la ansiedad.

Levantó una ceja- ¿no debería yo ser el ansioso?

-¿un Malfoy ansioso? En otra dimensión seguramente -le brillaban los ojos de la diversión.

-entonces lo abriré cuando esté en el Castillo

-no seas tan cruel.

-pero Granger, eres la única que sabe lo que contiene esta caja -se le iluminó el rostro.

-sí, lo sé pero quiero ver tu reacción -estiró los brazos por encima de la mesa -¿necesitas ayuda?

Negó sin dejar de sonreír -puedo solo

-si tú lo dices -se sentó derecha de nuevo sonriendo burlona.

-¿qué te pasó por la mente Granger, no me digas que la dejaste volar?

-¿yo? -abrió los ojos grandes- ¿cómo podría? -contenía la risa.

Draco entrecerró los ojos y desató el gran moño plateado sin dejar de observarla -ya puedes reírte Granger.

-jamás -aseguró.

El rubio quitó el papel de regalo y abrió la caja, frunció el ceño y la miró con el rabillo del ojo - ¿qué es todo esto? -sacó un viejo libro de pociones lleno de acotaciones y correcciones. Después sacó otro y otro más en las mismas condiciones.

-¿no reconoces la letra? -Hermione dudó por un momento, estaba pensando que había cometido un error. Su invitado negó sin dejar de hojearlos -estos libros de pociones pertenecieron al profesor Snape, cuando estaba en Hogwarts como estudiante, los encontré escondidos en una parte de la biblioteca que quedó en pie...pensé que quizás... te gustaría conservarlos -se mordió el labio inferior nerviosa por el silencio de Draco- el de sexto no está porque Harry lo dejó en la sala de Menesteres...y ya sabes...se quemó- terminó la explicación casi en un murmullo - ¿me equivoqué verdad?

-¿por qué supusiste que me gustaría tenerlos?

-porque él era tu padrino y sabemos que arriesgó su vida no solo por Harry sino por ti también.

-él y mi madre cuidaron de mí desde que lo recuerdo -guardó los libros y tomó aire.

Hermione tomó una de sus manos y la rodeó con las suyas -también tu padre, aunque ahora estén distanciados.

-si no te molesta no quiero hablar de él -la castaña asintió y el rubio besó su mano.

El corazón de Hermione latía aceleradamente, sus mejillas le ardían y se había quedado muda de repente -ven aquí -le susurró Draco mientras dejaba la caja sobre la mesa y ella se puso de pie sin dudarlo, casi en un trance.

El nuevo profesor de pociones la sentó sobre su regazo, sin soltarle las manos y mirándolas mientras las acariciaba -hace muchos años que no tengo una celebración de cumpleaños tan emocionante y eso se debe solamente porque fue contigo.

-Draco yo...

-ssshh...déjame seguir porque tal vez no logre acopiar todo el coraje que necesito para decirte lo que guardo dentro de mí...

Hermione se soltó las manos y lo tomó del rostro para besarlo en los labios sin dudarlo, Draco solo atinó a tomarla de la cintura para pegarla a él. Al cabo de unos segundos se apartaron un poco solo quedando unidos por la frente, respirando casi el mismo aire, sonrientes con los ojos cerrados.

-bueno...tendré que esperar un buen tiempo para poder confesarme Granger -la castaña soltó una carcajada y lo abrazó con fuerza- o quizás no sea necesario.

Ella siguió riendo -a buen entendedor pocas palabras ¿verdad Malfoy?

Asintió riendo con ella mientras acariciaba su espalda -y ahora Granger...¿qué haremos?

-ahora te daré un verdadero regalo -se incorporó para mirarlo a los ojos - nos vamos a bailar.

-¿a bailar? -frunció el ceño.

-si Malfoy, una experiencia que no olvidarás...lo prometo.

El agasajado la vio tan entusiasmada que no se atrevió a negarse -está bien, llévame a ese lugar que seguramente odiaré mañana.

-no seas aguafiestas, te aseguro que querrás repetirlo -Hermione se puso de pie y lo obligó a él pero Draco la tomó de la cintura para afirmarla a él y besarla con descaro. Ella se colgó de su cuello porque a pesar de usar tacones la diferencia de altura era marcada. El rubio subió una de sus manos recorriendo despacio la espalda y luego el cuello de Hermione hasta llegar a su cabellera y quitarle el broche que contenía la rebelde cabellera.

-no...no...-intentaba ella impedirlo sin éxito.

-déjame a mí, sabes bien que sin él no eres tú Granger -refutó sin dejar de besarla y no tuvo más opción que complacerlo, soltando un gemido de placer cuando Draco acarició su cuero cabelludo - no lo hagas de nuevo -rogó el rubio.

Hermione se apartó un poco y respirando agitadamente lo miró -es inevitable tienes manos mágicas

El rubio no pudo contenerse más y volvió a besarla con ansias consiguiendo que Hermione se pegara contra él otra vez y se moviera contra su cuerpo con descaro.

Sin dudarlo un segundo la tomó de los muslos y rodeó su cintura con ellos y caminó despacio por el departamento directamente a la habitación que un tiempo atrás habían compartido pero en diferente circunstancia.

No podían separar sus labios, las manos de cada uno luchaban por quitar el saco y después la corbata de Draco, la camisa fue quitada sin tomarse la molestia de quitar los botones fue entonces cuando se detuvieron y se miraron en medio del cuarto de Hermione.

Ella respiraba agitada, él tenía al cabello revuelto y estaba deseoso de poder tocarla de nuevo. Entonces se acercó y sin quitarle la vista de sus labios enrojecidos por el ímpetu de los besos acarició su cuello con ambas manos y las fue bajando lentamente por los hombros mientras arrastraba la blusa y su soutien. Fue dejándola desnuda pero ella no tenía vergüenza, sencillamente no podía sentirlo con él, no esa vez. Las prendas cayeron seguida de la falda y Draco la ayudó a salir de ellas solamente sosteniéndola de la punta de los dedos.

-realmente eres hermosa

-estamos en desventaja...aún llevas el pantalón -respondió ella sin dejar de mirarse.

Sin siquiera desearlo observó la cicatriz que ella tenía en su antebrazo izquierdo, no dudó un segundo, tomó ese brazo y dejó besos sobre cada letra.

-no Draco...

-perdóname -rogó.

-no tienes la culpa de ello

-yo siento que sí, infinitas veces te llamé así.

-eso quedó en el pasado, de verdad lo siento así...no volverá a suceder

-no dejaré que se repita, lo juro.

-te creo -sentenció la castaña y lo besó una vez más para no romper el momento que estaban creando.

Terminaron en la cama enredados entre besos, caricias, susurros íntimos, gemidos y promesas que juraban mantener en el futuro.

La madrugada había llegado y aún estaban amándose, sin prisa, como si conocer sus cuerpos fuera el único fin de sus vidas. Reían muchas veces por las ocurrencias y sobre todo cuando cayeron de la cama en medio de una lucha de cosquillas mutuas.

-¿estás bien? -se preocupó ella porque había aterrizado encima del rubio.

-como si me hubiera aplastado un troll -se burló él y la giró para quedar sobre ella en medio de un grito sorpresa y risas -eres única, siempre lo fuíste -le quitó un mechón rebelde de la cara y besó su nariz.

Hermione no podía quitar la sonrisa de su rostro, satisfecha, complacida y saciada. Suspiró largamente y besó el antebrazo de Draco percatándose por primera vez de la marca aún clara que tenía.

-¿duele?

-ya no -respondió Draco -desde que él desapareció para ser exacto.

-¿cuándo la tomaste dolió?

-más que un crucio -confesó- permanecí una semana en reposo, me dio mucha fiebre y no paraba de sangrar. Hermione lo miró preocupada y acarició su mejilla -el cuerpo rechaza la marca, eso solía repetir mi madre y Lucius la mandaba a callar para que el señor Tenebroso no se enterara o mi tía Bellatrix, que era casi lo mismo -besó la mano que trataba de consolarlo - Severus me ayudó a aceptarla porque evidentemente reaccioné así por mi poca convicción con la causa de Riddle.

-¿cómo hizo para convencerte?

-me hizo jurar que nunca lo revelaría, lo siento.

La castaña asintió y lo besó una vez más -déjame ir al baño, lo necesito un momento -Draco se puso de pie y la ayudó dejándola marchar una vez más. Se calzó la ropa interior y fue hasta el olvidado balcón para regresar a la habitación con la fuente de frutas.

Hermione salió del baño y se sorprendió al encontrarlo sentado en la cama contra la cabecera comiendo.

-ven Granger, enséñame el truco de la señora Weasley, quiero ver si es cierto que solo comida puede ser bañada en chocolate -la castaña largó una carcajada y saltó a la cama con la varita en la mano para complacerlo una vez más.

La visita a la discoteca muggle quedó en el olvido pero ninguno lo notó siquiera. No tenían tiempo que perder y al parecer mucho para aprovechar por lo que el resto de la noche pasó sin más.

La luna se ocultó y los primeros rayos del sol asomaron entre las montañas y con ellos la vida de Hogsmeade retomaba su camino.

Un golpeteo incesante aunque suave repiqueteaba en el departamento, el sol le daba de lleno en la cara al rubio y lo hizo parpadear. A su lado Hermione aún dormía sin inmutarse, parte de su cuerpo aún conservaba restos de chocolate, Draco se relamió al recordar y se levantó con cuidado para no despertarla. La castaña quedó boca abajo y él no pudo contenerse por lo que vía y lamió el dulce que le quedaba en la parte baja de la espalda.

El golpe sonó otra vez y se dio cuenta que era en la sala donde se originaba el molesto sonido. Llamaban a la puerta. Rebuscó entre las prendas que estaban tiradas por el piso, encontró su pantalón y caminó hacia la entrada del departamento poniéndoselo, abrió cuando iban a golpear de nuevo y se encontró con Cedric Diggory que se cuadró frente a él. Se le había borrado la sonrisa completamente.

-buen día profesor Diggory, ¿en qué le puedo servir?

Cedric parpadeó repetidamente antes de poder hablar -bus...buscaba a -carraspeó- a Hermione.

-lo siento, aún duerme -respondió el rubio con suficiencia- festejamos hasta tarde.

-ya veo...-miró el pecho del rubio aún con vestigios de chocolate.

-¿quién es Draco? -gritó la castaña desde su cuarto.

-descuida cariño, solo la lechuza que trae el Profeta.

-sobre la mesa del vestíbulo hay monedas y comida para ella, dale por favor y regresa a la cama...estoy despierta de nuevo y recordé el hechizo de crema.

Sin dejar de mirar al estupefacto Diggory, le dio un sickle y un bocadillo para lechuza cuando le quitó el periódico de la mano.

-que tengas un gran día -le cerró la puerta casi en las narices y se dirigió cantando al cuarto -happy birthday to me...

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Regresé al ruedo, espero les guste. Esta vez solo se trató de ellos.


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