{Capítulo 21: Rosaria's City}
...
Susie se quedó llorando sobre el cadáver durante aproximadamente un minuto, siendo que lo único que la interrumpió fue el hecho de que el edificio en el que estaban parados había empezado a temblar y a caerse a pedazos, cosa que causó que ella se levantara y viera cómo es que todo a su alrededor se estaba destruyendo a gran velocidad, viendo a Ralsei subir apresurado donde estaba ella
- ¡Susie, tenemos que salir de aquí, toda la catedral está colapsando! - dijo el chico cabra a la vez que luchaba por no perder el equilibrio, a lo que su compañera vió al cadáver del peregrino volverse cenizas a cada segundo, para luego dar media vuelta e ir corriendo hacia su amigo, quien también comenzó a huir del lugar a su lado - Alphys nos espera al final de éste camino, llegaremos vivos si nos apuramos. -
Tras decir esto, ambos bajan por las escaleras que dirigían al suelo y empezaron a correr mientras el edificio se les venía encima, siendo que algunos de los escombros que caían casi aterrizan encima suyo en varias ocasiones, más ambos pudieron llegar al final sin heridas...
- Ufff... Bueno, eso fue... Algo. - pronunció el príncipe de la oscuridad mientras observaba a la catedral, ahora hecha pedazos, para luego ver a la chica monstruo, quien se sentó en una roca y tapó su cara con sus manos, volviendo a su llanto por haber perdido a su compañero
- ¿Qué... Qué ocurrió? - preguntó la dinosaurio amarilla mientras veía a su alumna llorar, para luego notar la ausencia del peregrino de Londor - ¿Dónde está el otro? -
- Por lo que ví, es que ella... No pudo salvarlo... - respondió el Darkner, a quien no se le ocurrió ninguna manera de ayudar a su amiga en aquella situación
- Primero... Primero el pueblo... Luego a Kris... Y ahora no puedo ni siquiera ayudar a un sujeto como lo era Yoel... ¿P-por qué soy tan inútil...? - y ahí es cuando Susie... Se quebró. Sus lagrimas cayeron al suelo mientras recordaba cómo es que, a pesar de sus esfuerzos, no era capaz de salvar a nadie que ella quisiera, además de volver a pensar que, quizás por su culpa, su mejor amigo ahora se encuentre irremediablemente muerto por alguna zona de aquel enorme reino
Sin embargo, los llantos de la chica se vieron nuevamente interrumpidos por el sonido de varias campanas que sonaron de un lugar no tan lejano, aunque... Estaban en mitad del bosque, ¿Por qué sonarían las campanas allí mismo?
Entonces, los tres miraron a un mismo punto en el bosque, el mismo punto de donde vino el sonido, y donde vieron cómo es que el lugar se empezaba a revolver más y más, quitando un domo de camuflaje alrededor de una ciudad entera... La Ciudad de Rosaria, una hermosa ciudad playera que era habitada mayormente por Hombres Larva que habían adquirido Conocimiento directo de la diosa que se le conoce como "Rosaria", mujer que también era una figura maternal para la mayoría de habitantes
Ralsei y Alphys quedaron fascinados con la escena que tenían enfrente, sin embargo a Susie no le fue muy relevante, pues ella seguía en su estado de tristeza, aún si tuviera enfrente al mismo Lordran, nada podría animarla según ella, aunque esto no fue impedimento para que los otros dos la acabaran arrastrando al interior de la ciudad de una u otra manera, a pesar de que las calles estaban muy... Solitarias
- Ésta debe de ser ésa "Ciudad de Rosaria", es increíble. - afirmó Ralsei mientras caminaba, viendo fascinado los edificios y construcciones presentes en el lugar
- Me pregunto si hay alguien por aquí, o si éste lugar también quedó abandonado. - pronunció Alphys, observando alrededor suyo para intentar divisar a alguien, sin éxito, a la vez que Susie sólo estaba callada detrás de los otros dos
- Bueno, ésas plantas me parecen muy bien cuidadas para que no haya nadie por aquí. - dijo el Darkner al mismo tiempo que iban hacia un parque que, como bien dijo el chico, estaba muy bien cuidado para estar abandonado
Sólo fue cuestión de tiempo para que el trío llegara a la plaza. Si bien las otras dos no le dieron demasiada importancia, el tercero decidió ver un poco más y caminar por allí, acercándose a ver la fuente, ahora sin agua, en la cuál encontró un Hombre Larva, quien lo miró a la cara antes de hablar
- Oh, hola, tú eres... Yo conozco ésa presencia. Eres un Darkner, ¿Verdad? Mucho gusto, me llamo Ogrim, y soy quizás el último conciente de mi especie que se quedó aquí. - el sujeto se introdujo brevemente, para luego continuar - Escucha, no sé lo que quieras por aquí, o lo que quieran esas personas detrás suyo, pero yo les recomiendo esconderse ya. El Periodo Pálido ya empezó, y aún si no tienes sangre, no creo que los dioses tengan piedad alguna, sobre todo con seres de Oscuridad. -
- Espera, ¿Qué es el Periodo Pálido? - preguntó Ralsei, interrumpiendo al habitante de la ciudad en el proceso, quien arriesgó su pellejo sacando la mitad su cuerpo al exterior de la fuente
- ¿No sabes qué es el Periodo Pálido? Me sorprende de un Darkner. En cualquier caso, el Periodo Pálido es que básicamente los Grandes salen de sus ciudades y territorios durante unas dos o tres semanas en busca de la legendaria "Sangre Pálida", de ahí el nombre. Y cualquiera que tenga éste tipo tan especial de plasma sanguíneo sufrirá un destino horrible, siendo reducido a ser literalmente unos litros de sangre. Yo tengo Sangre Pálida, por eso me escondo aquí, y ustedes también deberían ocultarse, los dioses aprovecharán cualquier oportunidad para acabar con ustedes. - explicó el Hombre Larva, para acto seguido ver detrás de Ralsei antes de esconderse aterrado, para luego decir tartamudeando - E-están a-aquí... -
Entonces, el príncipe de la oscuridad se dió la vuelta, para segundos después divisar a unas criaturas con apariencia antropomorfa y una gran envergadura. Su cabeza se asemejaba, en parte, a una almendra, y contaban con un exoesqueleto con multitud de oquedades a través de los cuales se apreciaban los órganos de las criaturas. El exoesqueleto estaba cubierto de vellosidades, al igual que su cuerpo, que se tratan de filamentos gruesos capaces de erizarse ante la presencia de algún peligro. Su tronco, alargado y esquelético, contaba con múltiples extremidades, un total de tres pares de brazos, el doble de largos que su tronco, que les permitían trepar encima de los edificios para buscar a sus objetivos. Aparte de que su presencia había traído consigo una especie de "noche artificial".
¿Lo peor de la situación? Es que las otras dos ni siquiera parecieron inmutarse ante la presencia de aquellas cosas, pues seguían conversando tranquilamente no muy lejos de una, a lo que el chico cabra tuvo que ir corriendo hacia ellas para avisarles sobre las criaturas
- ¡Alphys, Susie! ¡Hay que irnos de aquí de inmediato! - ordenó Ralsei, viendo cómo es que las criaturas los ignoraban, por ahora
- ¿Por qué? ¿Ahora qué pasa? - preguntó la otra Delta Warrior, para acto seguido voltear a donde miraba su compañero, encontrándose con... Nada. No estaba la criatura presente, no estaba la luna carmesí, ni siquiera había una "noche artificial" en el cielo, sólo era un viejo edificio sin la gran cosa - ... Jeje, buen susto Rals. Pero en serio, no lo hagas, es como si hubieras visto a un fantasma, o a una criatura Lovecraftiana. -
- Espera, ¿También sabes de los mitos Lovecraftianos? - preguntó la profesora algo sorprendida mientras veía a su alumna, quien dió un par de risas antes de contestar
- Jajaja, por supuesto que no. Sólo que una vez escuché a Kris decirlo, no recuerdo por qué ni de lo que hablamos ésa vez, pero el describir algunas cosas se me pegó. - respondió la monstruo menor, mientras que ambas ignoraban cualquier aviso de Ralsei, pues aquellos sin el conocimiento necesario son incapaces de notar el peligro, incluso si éste está enfrente suyo, a lo que el príncipe fue corriendo de nuevo a la fuente para hablar por segunda vez con el Hombre Larva, el cuál se encontraba temblando del miedo frente a la presencia de ésas criaturas, además de murmurar ciertas palabras... Extrañas.
- Poderosos señores Grandes, tengan piedad y sean capaces de perdonar las afiliaciones de estos desagradecidos con las religiones del falso dios Yahvé. Eliminen la oscuridad y alumbren nuestras más desesperanzadoras noches con su poder y conocimiento. Protejan a nuestra gente de las bestias con sus fervientes cazadores y permitan que podamos ver a la diosa Astra elevarse en el cielo una vez más. - rezó Ogrim, sumamente aterrado por la presencia de las criaturas que se ubicaban patrullando la ciudad que de milagro aún no lo habían encontrado
Fue entonces cuando Ralsei intentó llamar su atención nuevamente, más fue interrumpido por un sonido escalofriante proveniente de un lugar no muy lejos de allí...
Mientras escuchaba el silbido, el pelaje de la cabra se erizó rápidamente al mismo tiempo que rotaba su cabeza un poco a la derecha, localizando con la vista al dios sin rostro, quien lo observaba fijamente sobre sus cuatro patas y encima de un edificio, reproduciendo ése silbido constantemente, el cuál no fue ignorado por el Hombre Larva, haciendo que éste parezca tener ganas de llorar gracias al miedo ahora aumentado por la presencia divina que pareció haberlo encontrado. El chico volteó a ver a Alphys y Susie, ya no podía ni escuchar sus palabras pues el silbido no le permitía aquello, además de que ninguna de ellas dos parecía notar el mismo, o siquiera notar el estado en el que él se encontraba, además de que una de las criaturas ya las había visto y estaba descendiendo hacia su posición, a la vez que se encontraba llamando a las otras presentes bajo la luna, cosa que el Delta Warrior no podía escuchar por su falta de Lucidez, y por el silbido de pesadilla, siendo que no podía hacer nada para frenar el llamado onírico
Llamado onírico... ¡Por supuesto! La Lucidez había permitido que el príncipe de la oscuridad se diera cuenta que todo era un mal sueño, o debía de serlo, siendo que él vió de nuevo a Nyxaris, quien simplemente había desaparecido de la vista sin rastro alguno... O eso creía él, pues es imposible evitar la presencia de la noche, incluso si aún es de día. Pero el horario no importa en una ciudad abandonada, ¿No?
Pasaron segundos hasta que el cielo se oscureció por completo sin previo aviso. La luna carmesí hizo de su aparición un hecho para temer, su presencia en el cielo aterró a todos los que se encontraban en ésa zona, en especial al Hombre Larva, quien incluso evitó mirar al cielo a toda costa
- Me encontraron, ¿Por qué enviaron al mismísimo Nyxaris? - Ogrim preguntó a sí mismo para luego darse vuelta a ver a Ralsei - ... E-escucha, es evidente que yo no voy a vivir, porque para mí ya es imposible huir de él, pero ustedes no parecen ser gente de su interés, por ser Darkners, así que huyan al castillo Cainhurst que se encuentra congelado en medio del lago. Ahí quizás tengan oportunidad de esconderse, y quizás la diosa Rosaria les tenga piedad. -
Antes de que el príncipe pueda siquiera hablar o corregir al sujeto, el mismo salió de la fuente y se puso casi en el centro de la plaza, para luego dar varios gritos a la luna, intentando decirle que venga a buscarlo. El Darkner pensó por un par de segundos, para acto seguido darse la vuelta y salir corriendo hacia la dirección del lago mientras oía fuertes sonidos de gritos bestiales, desmembramientos sin piedad, e incluso explosiones de armas de fuego
Susie, por otro lado, se quedó pensando un par de segundos antes de notar que su compañero y profesora ya estaban corriendo al lago/mar de la ciudad y de que Ogrim le gritaba a la noche de cacería que lo busque. Ésta situación hizo que la monstruo empiece a retroceder, siendo que, antes de irse, dió una última mirada al Hombre Larva, viendo por un instante a un ser humanoide con piel azul que le hizo pensar en su amigo perdido en un recuerdo fugaz, para acto seguido mover su cabeza y continuar hasta llegar con ambos de sus conocidos, quienes se encontraban parados frente al lago ahora congelado, observando la niebla que se elevaba sobre el mismo, la cuál ocultaba una figura que se iba volviendo más clara a medida que se acercaba, mostrando poco a poco la figura de una mujer bajo la luz de la luna con la misma ropa que el cazador Lycanis, siendo, valga la redundancia, una cazadora.
-
... Noche... Pesadillas... Sombras... ¿De dónde creen que vienen? ¿Y a dónde creen que van? La presencia de la luna se encargará de traer luz a nuestra oscuridad, y de quemar a aquellos que se resistan. Y entonces, con sus corazones quebrados, los monstruos daréis sus últimos respiros... Tú vas a traer la oscuridad a su orden, Susie. No puedo permitir eso. Y de ésa manera, me encargaré personalmente de que el sol se vuelva a levantar... Y así, comenzará... ¡El Amanecer de Yharnam! -
Exclamó la cazadora antes de adoptar una posición defensiva, siendo el obstáculo antes del castillo Cainhurst... La única esperanza que había ahora para los protagonistas...
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro