國ᐢㅤ𝐝ㅤ ִֶָ melancolía
Taeil regresó a la casa de Jung Jaehyun, el castaño lo había llamado para que fuera, y esperaba que fuera importante, porque había tenido que dejar a su hermano para lo que sea que el chico quería.
— El joven Jung salió un momento— le dijo el mayordomo cuando entró a la casa.
Taeil rodó los ojos con fastidio, ahora aquel niño lo hacía esperar.
— ¿Desea esperarlo en la sala? — ofreció el hombre.
— Si no tengo otra opción... — masculló.
Caminó por sí mismo hasta la sala de estar, con intención de sentarse en el que se había convertido en su sillón favorito, individual pero amplio, y con una agradable vista al patio trasero. Pero alzó las cejas cuando notó una cabellera rubia sobre el respaldo.
Alzó las cejas, ofendido, rodeó el sillón para ver el rostro de un chico joven y de rasgos muy atractivos, que alzó su mirada de ojos cafés de su celular hacia el rostro de Tae Il.
El rubio hizo una mueca con los labios al sentir el olor de aquel pelirrojo.
— ¿Pasa algo? — preguntó el rubio, en tono normal, casi desafiante.Tae Il chasqueo su lengua, más que ofendido.
— ¿Cómo te llamas, niño?
— Soy Kim Jungwoo— respondió con desinterés—, ¿Debería conocerte?
— En realidad no— dijo—, pero ya que estamos— se llevó una mano al pecho—, Moon Tae Il.
— Oh, sí, el que dio el discurso motivador con Jaehyun hace unos días.
— El mismo.
Jungwoo asintió una vez, y volvió a mirar su celular. Tae Il permanecio de pie unos segundos, al notar que el otro no tenía intención de levantarse, suspiró, sentandose el el sillón más amplio, acomodando los pies sobre el mismo. Entre el castaño que lo había llamado para luego irse, y aquel rubio en su lugar favorito, ya habían logrado ponerlo de mal humor.
Pasaron más de diez minutos hasta que Jaehyun llegó, pero apenas un minuto antes de que el auto entrara a la propiedad, el chico rubio se levantó y salió de la sala, ganándose una mirada extraña por parte de Tae Il.
Cuando el castaño apareció en el umbral notó el humor del pelirrojo al haberlo hecho esperar, y tragó duro.
— ¿Qué querías?
Jaehyun se apresuró a sentarse cerca de él, recordándole lo que le había dicho de comentar el estado del omega y el de su hermano, con lo que Tae Il pareció relajarse un poco. Ambos coincidían con la fiebre, el cuerpo frío, dolor muscular, y un estado somnoliento, letárgico, constante. Y el fuerte olor a tristeza, que hacía sentir bastante mal a los demás. Aunque parecía que Ten estaba más afectado, porque no tenía apetito, y pasaba todo el día en cama, caminando poco y con dificultad, a diferencia de Johnny, que parecía más activo.
Tae Il hizo una mueca al escuchar que el omega estaba tan mal, y por un momento se sintió agradecido por el estado de Johnny. Jaehyun le comentó que un médico estaba revisando al omega, con lo que Tae Il finalizó con que había dejado a Johnny a cargo de unos raritos.
Antes de seguir hablando, el mayordomo de Jaehyun le aviso que el doctor debía hablar con él acerca de Lee Ten.
Y de nuevo, Tae Il fue dejado sólo en la sala, aunque al cabo de un minuto, el chico rubio volvió a aparecer, sentándose de nuevo donde estaba antes, mirando su celular al caminar.
— ¿Tú vives aquí? — preguntó Tae Il, brusco.
— Jaehyun piensa que no estoy, no hables tan fuerte— dijo, separó la vista de su celular para mirarlo—. Me gusta estar aquí, así que prácticamente vivo en está casa— se encogió de hombros—. Jaehyun piensa que hace días que no vengo, pero sólo me estoy escondiendo de él.
Tae Il frunció un poco el ceño.
— ¿Están peleados o algo? — Jungwoo asintió—. Qué forma tan madura de comportarse.
— Habla de comportarse el tipo que no aprendió a sentarse como corresponde— musitó el rubio, ofendiendo al pelirrojo.
— Mira, puedo sentarme como quiero y-
— Shhh— Jungwoo alzó un dedo para callarlo, viendo su celular—. Las cámaras no captan muy bien la voz, cállate, así puedo escuchar.
Tae Il ladeó la cabeza.— ¿Qué?
Jungwoo lo miró con las cejas alzadas, como si no fuera muy obvio lo que estaba haciendo. Mostró la pantalla de su celular, donde se veía el pasillo del primer piso, donde estaba Jaehyun de espaldas frente a un hombre, vestido con una bata blanca y con un estetoscopio en el cuello.
Tae Il estaba más que sorprendido.
— ¿Puedes ver las cámaras de la casa?
— Controlo más esta casa que el mismo Jaehyun— dijo el rubio—. Y así me entero de cosas, como que Lee Ten está preñado.
Tae Il se atragantó con el aire de la sorpresa, tosió hasta quedar totalmente ruborizado, y cuando pudo hablar sólo logró murmurar un "¿Qué?".
— Era un secreto— Jungwoo hizo una mueca—. Ups— añadió, aunque sin un gramo de arrepentimiento—. Ahora calla, que quiero saber.
— Lee Ten es un omega muy especial— dijo el médico—. Temo que mis conocimientos no logran entender del todo lo que le ocurre, no es como los demás que he atendido, pero le diré lo que me parece.
Jaehyun asintió, comenzaba a preocuparse si el médico no sabía qué pasaba, y no podría ayudar.
— El joven Lee sufre de todos los rasgos que presentan los omegas cuando pierden a su pareja, en medicina lo conocemos como Melancolía— dijo, a lo que Jung sólo se preocupó más—. Pero no tiene un lazo, esa es la parte extraña. Pero, respóndame algo, Jung, ¿Hace cuánto que Lee Ten se encuentra enfermo?
— El primer día que apareció aquí, luego del mediodía, comenzó a estar mal, no comió casi nada y pasó mucho tiempo en cama, porque tenía dolor de cabeza... El día siguiente había levantado fiebre, se le complicaba caminar, aunque tuvo que ir a hacerse muchos estudios, así que lo atribuí al cansancio. Aunque ya es el tercer día que está enfermo.
El doctor pareció sorprenderse.
— Si está en este estado en tan poco tiempo— hizo una mueca—. Eso es preocupante.
— ¿Cómo?
— Lee Ten empeoró demasiado en poco tiempo— dijo—, si este es apenas el tercer día de decaimiento, no veo que soporte más tiempo.
— ¿No soportaría?
El doctor suspiró un poco.
— Es algo difícil de hablar, es una lástima también, considerando el don de Ten y que se perdería... Está en un estada avanzado de Melancolía, temo que si sigue empeorando a ese ritmo, no sobreviviría más de dos días.
Jaehyun no sabía qué decir, ya no tenía palabras.
— Pero tienen dos opciones, para que Lee Ten logre vivir— dice el doctor—. La primera: Suponiendo que está mal por su pareja, debería juntarse de nuevo, con aquella persona con la que tenga un lazo pero no físico.
— ¿Su predestinado?
El hombre asintió.
— Aunque considerando el estado de Melancolía de Ten, es posible que su pareja predestinada esté muerta, de ahí el porqué sufre tanto.
Jaehyun apretó los labios.
— ¿Y la segunda opción?
El doctor sonrió, Jaehyun se inquietó un poco ante ese gesto.
— Puesto que Ten sufre por causa de una conexión, ya que ni siquiera llega a ser un lazo. Sólo habría que romperla, creando un lazo verdadero, y físico, para que ya no se sienta mal.
Jaehyun frunció el ceño.
— Para que Lee Ten sobreviva algún alfa debería compartir un lazo con él, alguien tiene que marcarlo— continuó—. Tú, Jung, eres su prometido, y el elegido entre muchos otros alfas.
Jaehyun comenzó a negar despacio, sintió la desesperación en su pecho.
— Para que Lee Ten viva debes unirte a él.
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