3
¿por qué debo fingir que todo está bien? tú más que nadie sabes que quiero morirme.
la situación resultaba difícil.
lo había pensado toda la noche y terminó con la conclusión de que estaba harto. harto de ser humillado por un alfa igual a él, tal vez había una diferencia notable ahora, pero seguía siendo de su especie. era molesto tener que agachar la cabeza y obedecer todo lo que alguien como él le decía. se le era cansado.
y con todo eso decidió salir del apartamento, el cual ni siquiera sabía si podía llamar suyo, e ir a hacer él sus propias compras. se había cansado de la comida que taehyung compraba en restaurantes caros, sentía que el mayor lo hacía para humillarlo más, para dejarle en claro que jungkook nunca tendría eso sin él.
jungkook seguía siendo un alfa, seguía teniendo orgullo.
aún mantenía dinero propio, con el cual había comprado varios productos para cocinar él mismo cuando salió de la casa donde había crecido, pero terminó ahorrando cuando taehyung decidió ayudarlo.
y ahora podía usarlo.
decidió dejar todo de lado y se acomodó el abrigo negro que llevaba puesto, tenía una cafarena con cuello de tortuga blanca, siempre usaba poleras normales en el apartamento, pero no toleraba mostrar su cuello y ni un poco de sus hombros en la calle.
era sencillo, y podía disimular puesto que ya estaba entrando el invierno.
suspiró despacio y apretó la billetera en uno de los bolsillos del abrigo, tomó el llavero con un oso colgando y salió del apartamento, no tardó en apurarse y cerrar bien la puerta para luego olerse un poco.
el perfume olía bien, y eso lo puso un tanto feliz.
sabía perfectamente que nunca podría curarse completamente, pero con que el olor natural que soltaba esté desapareciendo de a poco lo ponía de buen humor.
aunque le resultara egoísta.
—bien —soltó para sí mismo y empezó a caminar hasta llegar a las escaleras que lo llevarían afuera del edificio.
el lugar que taehyung le había conseguido era uno común y corriente, la mayoría de los que vivían en los apartamentos eran universitarios o jóvenes que buscaban empezar su independencia de a poco. casi todos betas. suponía que taehyung decidió ese lugar porque no habían tantos alfas y omegas que lo repudien, y así estaría más cómodo.
eso lo agradecía.
el edificio era uno simple, no tan decorado, todo de color crema. casi todas las ventanas contaban con alguna maceta para dar más color. en general, no era tan llamativo.
se apuró un poco y ya estaba bajando por las escaleras, trataba de mantenerse tranquilo, no quería tener emociones fuertes o el perfume podría desaparecer, él no buscaba eso.
llegó a la salida, saludó con una pequeña reverencia al portero y salió.
habían pasado ya casi dos meses desde la última vez que había salido del edificio. sonrió queriendo darse ánimos y empezó a caminar, prefería eso en vez de tomar algún autobús, por distintas razones.
conocía un supermercado cerca del lugar, así que esperaba que todo anduviera bien, aparte que había salido del edificio dos horas antes de que taehyung saliera de su pequeño trabajo. todo estaría bien.
según supone: taehyung sale a las cuatro de la tarde los sábados.
y son ya casi las dos. había mucho tiempo de sobra. pero muy en el fondo tenía miedo.
pensaba comprar lo necesario, comida enlatada le parecía bien. verduras buenas que le ayudaran a preparar caldo por unos días, fideos, carne y pollo. mientras más anotaba en su mente lo que compraría, más se emocionaba.
la calle no estaba tan llena como otros días, cosa que debía aprovechar. algunas omegas pasaban por su lado y le sonreían, decidió ignorarlo y no darle atención a eso. por otro lado, hasta ahora no había visto a algún alfa.
pero era mejor, ellos parecían odiarlo más.
suspiró y siguió avanzando, sonriendo al instante en que vio el supermercado abierto. ahora solo debía entrar, comprar todo y salir para llegar lo más antes posible al edificio.
sus pasos se volvieron un poco rápidos y no pasó tanto para que él ya esté dentro del local, entró e inconscientemente sus ojos brillaron un poco al darse cuenta que lo había logrado.
podría sonar estúpido pero se sentía demasiado orgulloso de sí mismo ahora.
tomó una de las canastas que estaban a un lado de la entrada de la tienda y comenzó a caminar buscando el sector dónde estaría la comida.
—¿es un alfa?
—no lo sé, ignoralo.
y entonces los susurros comenzaron.
se olió un poco y suspiró un tanto calmado al no notar el olor agrio de su lobo.
no había tanta gente, pero con los que estaban a su alrededor, ya empezaba a sentirse ansioso.
sentía que todos lo miraban y hablaban de él.
miró y tomó lo que sentía que se le sería necesario, lo más llamativo. extrañaba un poco cocinar, había pasado un muy buen tiempo desde la última vez que lo hizo, creía que hasta se había acostumbrado a comer comida de restaurante.
—lechuga... —murmuró bajito, agachándose un poco para tomar la verdura, sin pensar en el hecho de que la que tomaría terminaría cayendo.
¿cuánta probabilidad había?
tragó saliva y volvió a agacharse para tomarla, esta vez de forma correcta, y la colocó en la canasta junto con algunas otras verduras que ya había tomado.
estaba demasiado nervioso.
—tiene el olor de un Alfa encima, pero...
¿por qué no se callan?
avanzó hacia el frente y miró las frutas que habían.
manzanas, mandarinas, naranjas, fresas...
—sí, parece un omega.
sus colmillos casi inexistentes comenzaron a morder sus labios.
uvas, una sandía le parecía bien...
—¿uno que a las justas y se alimenta? es muy pálido.
y aunque quiso gruñir, su lobo no estaba para ayudarlo.
no tenía fuerza para voltear a ver a las omegas que se susurraban entre sí.
y pensó que ellas tenían razón. él ahora parece un omega. con la cabeza abajo, sin fuerza, sin confianza, sin el orgullo suficiente, totalmente débil. es que ni siquiera parecía un omega, se sentía como un beta común y corriente, sin la presencia de un lobo.
pero con una marca horrible en el hombro, la cual empezaba a dolerle, terminando en un ardor que lo hacía sentir como si comenzara a quemarse de a poco.
y cuando sintió algo chorreando, supo que debía salir de ahí.
—disculpe, ¿se encuentra bien? —no—. puedo ayudarle. por favor, dígame.
solo tenía que irse.
—debo... pagar esto —soltó al final, decidiendo no tomar alguna fruta, con las verduras era suficiente, luego le pediría ayuda a taehyung.
taehyung.
sus ojos se cristalizaron y cayó al suelo soltando la canasta.
tan malditamente débil. comenzaba a odiarse.
taehyung tenía razón, siempre tuvo la razón. la mordida cambió todo en él. no era el mismo alfa, ya ni sabía si debía seguir llamándose así. no sabía qué diablos era.
el ardor en su hombro parecía incrementar y sentía que no podía mover ni un dedo de su mano.
¿justo la derecha?
—dios, déjeme ayudarlo —el chico era un alfa.
lo sintió cerca y la marca ardió más, y a la vez sintió el olor a flores y café de un alfa distinto que tenía en mente, que quería ver.
aunque la marca termine matándolo.
—¡mierda, aléjate de él!
curiosamente el reloj que tenía en el apartamento no apuntaba a la hora correcta.
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