38: La familia Son-Myoui
Cuatro meses después...
—... No, lo dejé con la enfermera, ahora voy a ir con Mina— dijo Chaeyoung por teléfono, hablando con Tzuyu—. Lo están lavando, le pondrán ropa y luego lo llevarán al cuarto... No todavía no tengo foto de él para mandarte, quiero disfrutar del nacimiento de mi hijo en persona no a través de una pantalla, Tzu, las experiencias están para vivirlas, no para tenerlas en una cámara.
— Ya estás diciendo las mismas estupideces que Mina— escuchó la voz de Sana de fondo, era obvio que las dos estaban juntas.
— Dile a Sana que se vaya a la mierda — dijo con una sonrisa y un tono muy tranquilo, ese día no habría nada que la pudiera poner de mal humor.
Caminaba por el pasillo del hospital apenas unos pasos de la puerta de la habitación de su omega, para luego voltear y caminar en sentido contrario, sin alejarse más de unos metros de la puerta de la habitación donde Mina seguía bajo los efectos de la anestesia.
El parto natural para los omegas solía presentar bastantes complicaciones, por lo que casi siempre eran enviados a cesárea, y Mina seguía durmiendo luego de la operación, pero ya le estaban pasando suero para que esta se limpiara más rápido.
— Ajam, sí... Sana, Chaeyoung dice que te quiere mucho— escuchó decir a la chica, luego unos sonidos por detrás, creyó escuchar insultos porque sabía que Chaeyoung nunca diría eso—. Estamos preparando las cosas para ir hacia Daegu, ahora, Son Chaeyoung, pásame la dirección correcta y exacta de dónde están.
— ¿Tanto desconfías de mí, Tzu?
— No puedo confiar en alguien que me dijo que la cesárea era el veinte a las cuatro cuando resultó ser el cuatro a las veinte.
Chaeyoung se quedó en silencio unos segundos, sin tener nada para responder, pero ella seguía creyendo firmemente que el día en que alguna de sus amigas estuviera a punto de tener un hijo también se les pasarían algunas cosas.
Ella nunca iba a admitir que se había equivocado.
— Te veo pronto, madrina— dijo, en vez de seguir la conversación, y cortó sin escuchar la despedida de la ojiverde.
Le mandó la dirección por mensaje, antes de guardar el celular en su bolsillo, volvió a entrar a la habitación, donde Mina comenzaba a removerse en la cama, aunque la anestesia seguía haciendo su efecto, haciéndola sentir pesada y adormilada, abrió un poco los ojos para ver a Chaeyoung, dedicándole una leve sonrisa en cuando lo sintió cerca.
Su alfa se acercó a ella, sentándose junto a la camilla, tomando su mano, sonriendo, transmitiendo toda su emoción gracias al lazo, Chaeyoung llevaba liberando feromonas todo el día, ya que ella y su lobo querían que su omega las sintiera cerca y a salvo, así que la habitación olía muchísimo a café y pino, y Mina estaba muy cómoda al sentirla tan cerca.
— ¿Cómo te sientes? — preguntó la mayor, dejando mimos con sus pulgares sobre la manito de su pareja.
Mina suspiró pesadamente, se sentía muy adormilada aún.
— Me... Duele el estómago— se quejó—. Siento que bajé como la mitad de mí peso— vió hacia su abdomen, evidentemente diferente hacia unas horas atrás, llevó una mano hacia el pero hizo una mueca cuando tocó los puntos, Chaeyoung se apresuró a tomar ambas manos, sosteniéndolas con firmeza.
Era sumamente común que la anestesia dejara algo atontados a los pacientes, pero la expresión confundida de Mina le daba ternura y rió un poco, la omega hizo un puchero, como si todo pudiera resolverse con hacer ese gesto adorable.
— Estás nerviosa— declaró Chaeyoung, luego de un momento en silencio, sentía las emociones de la omega despertarse cada vez más.
Mina sólo asintió, Chaeyoung dejó besos cortos por todas las pequeñas y gorditas manos de su omega, hasta que vió su sonrisa asomarse.
— Estoy a tu lado, no te preocupes, todo saldrá bien Minari, serás una gran madre.
Mina asintió, aunque las palabras no la calmaron mucho, porque Chaeyoung siguió sintiendo el torbellino de emociones que inquietaban a su pareja; alegría, miedo, nervios... la omega no podía estar tranquila.
Cuando la enfermera llegó, tirando del carrito-cuna donde estaba su querido cachorro, sus corazones se aceleraron, Chaeyoung se acercó a ella, quien detuvo el carrito para que pudiera tomar a su cachorro.
Mirando al niño, vestido de simple blanco, lo tomó en brazos delicadamente, tenía una extraña sensación de que podía romperse si no lo sostenía muy fuerte, era muy pequeño, liviano, muy hermoso, con las mejillas gorditas, sus ojitos estaban cerrados pero parecía que intentaba parpadear para ver, aunque parecía que estaba haciendo muecas y era muy adorable.
Por unos segundos se olvidó un poco de las sensaciones es en su pecho, perdiéndose totalmente en su lindo cachorro, cuando reaccionó, se volteó para mirar a Mina, quién seguía teniendo una expresión algo temerosa, pero aún así sentía la tranquilidad y el amor de Chaeyoung, cosa que la calmaba un poco.
Se acercó a ella, agachándose un poco para que pudiera tomarlo, por los puntos en su abdomen de la cesárea no podía erguirse así que lo ayudó a apoyar al cachorro en su pecho, mirándolo con una sonrisa.
Chaeyoung sintió que estaba viendo lo más hermoso del mundo, las dos personas que más quería, juntas, por primera vez; no sabía si reír o llorar por felicidad, así que terminó por hacer ambas cosas.
Mina acercó su mano a las pequeñas del bebé, esperando que el niño tomara su dedito, pero en cambio el niño alzó las manitos hacia el rostro de Mina, tomando sus mejillas, apretándolas, haciendo reír a ambos de ternura.
— Disculpen— habló la enfermera con suavidad, sin querer interrumpir el momento—. Necesito el nombre del cachorro.
Chaeyoung limpió un poco las lágrimas de sus ojos, para mirarla más claramente.
— Son Sunoo— respondió.
15 años después...
— ¡Sunoo! — gritó la castaña, a unos metros de la puerta trasera hacia el amplio patio, donde, a lo lejos, podía ver al joven lobo, su pelaje era de color marrón claro, estaba muy ocupado jugueteando con una pelota— ¡Ven a saludar a tu madrina!
El chico alzó las orejas hacia ella un momento, antes de voltear y correr hacia el lado contrario.
— Hijo de pe- — Tzuyu calló cuando encontró a Chaeyoung mirándola, la chica no le permitía insultar, incluso si el cachorro no estaba cerca, aún si el "cachorro" ya tenía quince años.
La que en un momento fue pelinegra, ahora con el cabello castaño, alzó una ceja mirándola con seriedad.
— Nada, no dije nada— se excusó la alfa, la empujó un poco para entrar de nuevo a la casa, donde Sana estaba tomando un té, sentadas en la amplia mesa del comedor, hablando cómodamente con Mina.
— ¿No te hace caso? — preguntó la rubia, al ver a su amiga regresar sola.
Tzuyu negó, suspiró pesadamente mientras se sentaba junto a Sana, aceptando una taza de té que le ofreció Mina.
— Viajar urgente por la presentación de mi ahijado como omega y que no aparezca— se quejó—- Los niños de hoy en día... Parece que fue ayer cuando le compraba juguetes para perros y él estaba todo emocionado por verme que venía siempre corriendo a abrazarme.
— Espera que venga Riki, vendrá corriendo— dijo Mina, a lo que las otras dos chicas alzaron las cejas, sorprendidas.
— ¿Quién? — preguntaron ambas.
Mina cubrió su boca, dando cuenta que no tendría que haber dicho nada, negó y agitó su mano para olvidar el tema.
— Al menos le ganaste a Taeyong— comentó Chaeyoung, cambiando de tema, sentándose junto a Mina—. Y no te preocupes, cuando regrese Haewon de la escuela te va a recibir de forma más educada— agregó, ya que su segunda hija y la menor de la casa era la princesa de la casa y la favorita de Chaeyoung, aunque tenían prohibido decirlo.
Sunoo, o Sun, como prefería que lo llamaran, era el único de los dos hijos de Chaeyoung y Mina que podía hacerce cambiaformas a voluntad, aún cuando ambos habían tenido la misma educación al respecto, el mayor pudo transformarse por primera vez a los ocho años, Haewon tenía diez y aún no ocurría, pero creían que sólo necesitaba más tiempo para conectarse más con su lobo.
Mina pasaba mucho tiempo con Sunoo, en forma de lobo y de humano para enseñarle cosas, así que tenían un vínculo muy especial, en cambio Chaeyoung solía pasar más tiempo con Haewon y la cuidaba y consentía para hacerla sentir bien, y la comprendía, ya que ella tampoco podía cambiar de forma a voluntad aún.
— Sí, porque algunas aquí todavía tenemos buenos ahijados — presumió Sana, a lo que Tzuyu la miró frunciendo el ceño, la rubia se acomodó el cabello hacia atrás con una sonrisa.
— Dejen de hacer una competencia con mis hijos— dijo Chaeyoung con el ceño fruncido, Mina rió, después de todos esos años sus amigas no habían cambiado ni un poco.
— Eso es porque yo vine con Sana y no con Doyoung— dijo la castaña más alta—. Con ese podrías morir esperando que él esté liso.
Sana asintió, recordando que su amiga la había pasado a buscar en su moto, luego de que esperaran a Doyoung durante dos horas y el mayor aún no terminaba de empacar, desistieron de ir en el auto de Taeyong los cuatro juntos y fueron por separado, pero aún no habían llegado.
— Me compadezco de Taeyong— comentó la rubia.
— Hablando de compadecer— habló Mina de nuevo—. Me comentaron algo de tus nuevos inquilinos, ¿Cómo están?
— Ufff— Sana se abanicó, en gesto dramático de acaloramiento—. Cuando la jefa me dijo de la pareja de una alfa y una beta no pensé que serían ellas, cuando ví a Jeongyeon con esos músculos... Y ese culo... Y esa sonrisita de Diosa— Sana sonrió ampliamente, las demás rodaron los ojos con cansancio, la rubia ya había empezado a hablar de su ultimate crush—. ¡Se ve más fuerte que antes! Y tiene un brazo todo tatuado, no sabes los músculos que se le marcaban mientras iba bajando sus muebles y cosas, wow, fue impresionante...—Sana frunció un poco el ceño, pensando un momento— Me distraje, ¿Cuál era la pregunta?
— Te preguntaron por el 2yeon, Sana— le recordó Moonbyul.
— Oh, sí, sí... Nayeon no me reconoció— hizo una mueca—. Se ven más tranquilas y felices, honestamente, por lo que me contaron de cómo eran antes... Se ven felices a pesar de todo, pero sí se ven mucho más normales que antes, no tienen lujos ni nada, son ellas dos, hacen jardinería en el patio de casa.
— Parece que les fue bien después de que los Yoo les dieran la espalda, dejaron a Jeongyeon sin nada— comentó Chou—. Y no conozco mucho de la familia de Nayeon pero... es una beta y bueno, suelen ser malos sin razón alguna cuando la gente es como ella.
>> Cuando voy a la casa de Sana a veces las veo y viven una vida normal, de gente normal, nadie creería que Yoo es una de los más "alfa puros y ricachones" que hay si los vieran así.
— El otro día Jeongyeon fué a hablar con el abuelo para preguntar si había trabajo en el supermercado— Sana habló rápidamente, recordando ese detalle de golpe—. Pero creo que es para Nay, ella tiene su trabajo en no sé dónde— intentó hacer memoria— De modelo de calzones espero.
—¡Sana!— Tzuyu la golpeó el en brazo para que se calmara.
— ¿Qué? ¿Sabes la millonada que se haría Calvin Klein si ponen una foto de esa Diosa griega en una vitrina? Yo compraría toda la tienda.
Los tres presentes negaron, Sana no borró su sonrisa, ella tenía razón.
— Oh, si Nayeon va a trabajar en el supermercado sería la mejor compañera que trabajo que tendría en toda mi vida— dijo la rubia, cambiando de tema.
— Dejé la bara muy alta, Ahn, no creo que esa beta me llegue ni a los talones.
— Aún tengo la foto de la vez que te acostaste en el depósito sobre las bolsas de pañales y te dormiste una siesta— la miró con el ceño fruncido, Mina soltó una carcajada.
— Chae es como un gato, ella puede dormir en cualquier lado, una vez siguió a Sun cuando ella se fue a ver una película con Riki porque quería "Vigilarlo", y se sentó en los asientos de atrás de la sala y se quedó dormida, la despertó Sun cuando terminó la película— Mina comenzó a reír por el recuerdo, Chaeyoung rodó los ojos haciendo como que no le importaba, pero la omega se dió cuenta que se ponía avergonzada porque sus mejillas estaban más rojas de lo normal.
Escucharon que alguien golpeada la puerta, y Mina se levantó para abrir, aún controlando su risa.
— Hablando de roma— comentó Chaeyoung, ya sintiendo el olor del alfa, al ver al pelinegro que había aparecido, quién le dedicó una reverencia como saludo—. Hola, Riki.
Saludando de la misma forma a las dos chicas, abrió la boca para hablar, pero Chaeyoung lo interrumpió.
— Sun está en el patio, está desnudo, así que espera a que se ponga ropa.
Mina le dedicó una mirada para que se calmara un poco, sabía que su alfa se ponía muy sobreprotectora con su cachorro, y más estando Nishimura Riki cerca.
Como si lo hubieran llamado, el lobo castaño asomó su cabeza desde el pasillo hacia donde estaban, pasando sus oscuros ojitos de cachorro, los mismos que tenía Mina, por cada uno de los presentes, cuando vió a Riki movió su cola, Chaeyoung lo miró como si estuviera a punto de hacer algo malo, el lobo bajó las orejas y giró por el pasillo rumbo hacia su cuarto.
— Toma asiento, Riki, Sun ya viene— habló Mina, en tono suave.
El pelinegro se sentó con expresión incómoda en la cabecera de la mesa, sintiendo la mirada fulminante de Chaeyoung sobre él, Mina golpeó a su alfa, para que dejara de asustar al chico.
Minutos después, el castaño y recién presentado omega apareció en el comedor.
El chico no se parecía mucho a ninguno de sus padres, pero luego de un tiempo encontrabas detalles, como el eye smile, las manos pequeñas, sus lindas y redondas mejillas y las pecas (aunque en él eran muchas más) de Mina; en cambio, de Chaeyoung había tomado un poco más su gusto por el color negro, y (a pesar que era un omega), podía hacer la misma mirada intimidante que Chaeyoung cargaba casi todo el tiempo.
Sus madres lo obligaron a saludar con un abrazo a las dos chicas, aunque con sólo una mirada, le pidió a Mina ir con Riki afuera, todos los presentes sabían qué significaba la presencia del joven alfa.
Sun se había presentado como omega, Riki lo había notado aún sin que nadie se lo dijera, porque compartían una conexion, eran predestinados, y como su alfa tenía la necesidad de estar con él y cuidarlo, y el menor sentía lo mismo, quería pasar tiempo con quien lo hiciera sentir cómodo.
— Bien, pero luego vas a venir a pasar el tiempo con tu familia— dijo Mina—. Tienes hasta que Taeyong y Doyoung vengan.
— Oh, Nishimura— Chaeyoung detuvo al alfa colocando una mano sobre su hombro, antes de que pudiera alejarse mucho—. Minari no me deja ponerle un collar a Sun, pero no dijo nada de ponerle un bosal a quién esté cerca de él.
El chico tragó duro, algo intimidado, Sunoo rodó los ojos, tirando de su mano para ir hacia afuera y dedicándole una mirada enojada a su madre.
Mina no se contuvo en golpearla, no le gustaba que Chaeyoung fueron tan mala con el pobre Riki, recordándole que no debía oponerse si su hijo era feliz con alguien.
— Como alfa de la familia Son-Myoui tengo que hacer pasar vergüenza a mi hijo— objetó Chaeyoung, pero al parecer, ninguna estaba de acuerdo con ella.
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