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37: Fin


Cuatro meses después

— Hace siglos que no veo a Chaeyoung-yah, ¿Habrá engordado? ¿Estará más alta? ¿Crees que nos haya extrañado?

— No—respondió Doyoung a las preguntas de la castaña, las tres tenían la misma respuesta.

— Fueron sólo cinco meses— dijo Sana, sin ganas—. Y la conoces desde hace más de dos años, si no creció ni engordó en ese tiempo no lo hará en unos meses.

— Pero el embarazo te cambia— objetó Tzuyu.

— Son no está embarazada, boba— dijo Doyoung—. Ella no es la pasiva, ni la omega. Es la que dice que va a comprar leche y no regresa nunca más— el mayor se rió de su propio chiste.

— Recuérdeme porqué me ofrecí a traerlos— habló Taeyong al volante, en tono de súplica mientras suspiraba con cansancio, los tres raritos amigos de su hermana habían hablado todo el camino, sin descanso durante dos horas y habían discutido varias veces por banalidades, o porque se golpeaban sin querer porque ninguno había querido ir en el asiento del copiloto, así que los tres iban apretándose en el asiento trasero, mientras Taeyong se sentía como un taxista o un padre con sus tres hijos inquietos.

— Porque le querías ver el culo a mi hermano— respondió Sana, con total seguridad, haciendo que Tzuyu soltara una carcajada, Doyoung se volviera un tomate y comenzara a golpearla, y Taeyong quedará sin palabras.

Segundos después, Taeyong respiró profundamente, reprimiendo el impulso de frenar el auto y dejarlos en medio del camino, se recordó a sí mismo que le había prometido a Chaeyoung que los traería todo el camino, y la pelinegra había especificado que no podía abandonarlos.

— ¡Cambio de tema! — habló Tzuyu con emoción— ¿Creen que a Mina-ah ya se le note la barriga?

— De comer, quizás— dijo Doyoung.

— De comerse a Son— corrigió Sana, haciendo que ambos rieran, y que Taeyong les dirigiera una mirada extraña por el espejo—. Sólo son cuatro o cinco meses, se le va a empezar a notar en serio a los seis meses.

— Cabeza de naranja— lo llamó Doyoung, haciendo que Taeyong frunciera el ceño, ya habían hablado sobre ese apodo raro —. ¿Ya saben cómo le pondrán?

El pelirrojo negó.

— No creo, Mina tenía que decidir pero todavía no pasa, cada día le cambia el nombre tres veces.

— Bien, pensemos un nombre— Tzuyu sonrió ampliamente—. Tengan en cuenta que tendría que ser apto como para un perrito también... Considerando que serán cambiaformas como Mina-ah.

—¿Cómo le pondrían a un perrito? — preguntó Taeyong, algo divertido por el razonamiento de la castaña, no lo había pensado de ese modo pero tenía sentido.

— ¿Si es niño? ¿O niña? — preguntó Sana, con una mano en su mentón, pensativa.

— ¿Un nombre para perra? Sana— dijo Doyoung, haciendo que Tzuyu y Taeyong rieran, mientras recibía golpes de parte de su hermana.

Continuaron todo el camino de la misma forma, hasta que llegaron a la casa donde sería el babyshower, entrando al amplio terreno todo decorado, se quedaron sin palabras al ver lo lindo que estaba arreglado, con globos de colores rosas y celestes, mesas con flores, y un par con comida, la gente bien vestida, y una casa amplia y de diseño moderno un poco más atrás que todas las mesas.

No parecía ser la fiesta, ni la familia, ni el lugar de la Chaeyoung que habían conocido.

— ¿Esa es la casa de la misma chica con un mugroso departamento de dos ambientes? — preguntó Sana, aunque de forma retórica.

— ¿La mismo que se sabía de memoria el código de la maquina expendedora para sacar la bebida energética gratis?

— ¿Eso se puede? — preguntó Taeyong.

— Sí, los profesores y directivos y todos lo que trabajamos allí tenían los códigos para sacar algo gratis y Chaeyoung se lo memorizó, estuvo toda la semana parada frente a la máquina para ver qué numeros apretaban y qué sacaban— dijo la castaña—. Y no me habló por todo un mes porque se enojó conmigo porque no le quise dar la lista de códigos.

— Sí que eres una mala amiga— dijo Doyoung, luego volvió a mirar la casa gigante y todos los preparativos—Cosas así me dan ganas de tener un sugar daddy— comentó Doyoung, aunque en tono de broma, mientras sostenía la puerta del auto para que Sana bajara por su lado.

— Ya lo tienes, solo que es menor que tú, y te gustan más los cítricos— comentó la rubia, con una sonrisa, palmeando el hombro de su hermano con fuerza.

Taeyong la miró de reojo, pero Doyoung frunció el ceño, sin entender.

— ¿Un citric daddy? — hizo una mueca y negó—. No suena bien.

Tzuyu no pudo evitar reír, haciendo que Sana riera también, y que Doyoung se enojara por no entender qué era tan gracioso, mientras Taeyong se volvía a poner rojo como un tomate y se iba para alejarse de ellos tres de una buena vez.

La expresión de Chaeyoung cambió cuando sintió que Mina la necesitaba, escuchó el lloriqueo dentro de su pecho y su lobo se puso inquieta, apretando los labios, dijo un "Ya regreso" y dejó de hablar con sus tíos, dejando que sus pies la guiaran hacia donde sentía el llamado.

No se detuvo en toda la gente que hizo un gesto para hablarle, y sólo paró un momento cuando vió a su madre fumando, aclaró un poco su garganta y habló en un tono más grave de lo normal:

— ¿Me convida? — dijo a la espalda de ella, y la mujer le alcanzó el cigarrillo sin pensar ni ver quién era.

— ¡Chae! — la mujer habló más agudo por la sorpresa, intentó toma el cigarrillo, pero este ya estaba en el suelo y Chaeyoung lo pisaba con la punta de su zapato.

— Dijiste que lo dejarías, pon un poco más de esfuerzo— pidió Chaeyoung, su madre sólo asintió, con la mirada arrepentida.

No podía culparla, por lo que le había contado Taeyong, su madre había quedado muy estresada por su búsqueda y deprimida por su desaparición, y había caído en los vicios del tabaco y alcohol, aunque al último lo tenían controlado, confiscado cada botella cada vez que encontraban, era más difícil controlar lo de sus cigarrillos, ya que eran más fáciles de esconder.

Divisó a lo lejos el brillante pelo naranja de Taeyong, así que aceleró el paso hasta perderse dentro de la casa antes de que su hermano vaya a molestarla o a contarle de que quiso estrellar el auto contra un acantilado por la presencia de sus amigos, porque ya sabía qué podía esperar de ellos; subió las escaleras hasta el baño de lo que en un momento fue su cuarto, aunque ahora era tanto de ella como de Mina, al menos hasta que se mudaran a su propia casa, cosa que ya estaba en proceso, pero no podían decidirse en algunas cosas aún.

Escuchó el ruido de las arcadas al entrar al cuarto, y corrió el último trecho hacia el baño, para encontrar a Mina sentads en el suelo frente al inodoro, temblando mientras apretaba con fuerza el asiendo de este.

— Cachorro— Chaeyoung se arrodilló a su lado, frotando la espalda de Mina para consolarla— ¿Te sientes muy mal? Quédate sí necesitas, está bien si descansas un rato y luego- — se detuvo cuando Mina negó, la omega se limpió la boca son algo de papel higiénico, tosiendo un poco.

— Estoy bien...— murmuró—. Sólo se me subió la comida.

Mina sostuvo el brazo de Chaeyoung para levantarse, se giró para enfrentar el lavamanos, se miró en el espejo, para encontrar su rostro enrrogecidos y las mejillas mojadas por unas lágrimas que se habían escapado al vomitar, respiró profundamente, recuperando el aire, sintió las manos de Chaeyoung limpiar sus mejillas y acomodar su cabello, su presencia lo hacía sentir mejor, a ella y a su lobo, se sentía cuidada.

Se lavó los dientes, con Chaeyoung abrazándola por la espalda, cosa que la ayudó a sentirse mejor, al terminar, la alfa no lo dejó escapar del abrazo, haciendo que se volteara, quedando de frente, dedicándole una sonrisa y un beso lento.

— ¿Estás mejor?

Mina asintió, sonriendo, la mayor dejó un corto beso en sus labios otra vez, antes de romper el abrazo, sólo para tomar la mano de su omega e ir juntas hacia el patio, regresando con el resto de la gente.

— No me pagas lo suficiente para traer a esos— fue lo primero que dijo Taeyong al verla.

— Eres una barata, ¿Qué quieres que haga? — replicó Chaeyoung, con una sonrisa divertida, Mina no pudo evitar reír, Taeyong hizo una mueca de disgusto.

— Se nota porqué son amigos— masculló, y se alejó sin más, ofendido porque ya no se podía hablar decentemente con nadie.

Chaeyoung se encogió de hombros, divertida, no pasó ni un minuto hasta que se encontró con Tzuyu y Sana, la castaña la abrazó y felicitó genuinamente, la rubia los saludó a ambas con una sonrisa y unas palabras secas; a pesar de que Mina se quedó sólo unos pocos minutos con ellas, antes de ir hacia la mesa de su abuelita, la omega fue amable y dulce con ambas, notando el cariño que tenía su alfa hacia las dos.

Y por cariño era sólo una forma de llamarlo, Chaeyoung no era cariñosa genuinamente con nadie que no fuera Mina y ambas lo sabían, pero si se sentía lo suficientemente cómoda con alguien para decir un par de groserías, sabiendo que nadie se iba a ofender y la otra persona respondía de la misma manera, era una forma de demostrar cariño.

— ¿Quién será el padrino? — preguntó Tzuyu, saltando un poco sobre sus talones, evidentemente emocionada.

— Taeyong— respondió Chaeyoung.

— ¿Y la madrina?— Tzuyu sonrió.

— No, no serás tú— habló Chaeyoung, y la expresión de Tzuyu cambió de golpe a una seria.

Sana comenzó a reír, y Chaeyoung perdió su seriedad, con una sonrisa divertida que apareció en su rostro.

— Vamos a la mesa de postres, Sana— Tzuyu tomó la mano de su amiga para alejarse, dándole la espalda la pelinegra.

— Espera, espera— Chaeyoung rió un poco—. Si quieres ser la madrina, está bien— con eso la castaña se detuvo—. Como yo había elegido a Taeyong como el padrino, Mina tenía que elegir la madrina, pero no tiene a nadie en mente... Te concedo el honor por ser mi mejor amiga— habló, con falso egocentrismo.

Tzuyu sonrió, aguantando las ganas de golpear un poco a Chaeyoung y contenta de que la consideraba como su "mejor amiga".

—¿Cómo que tu mejor amiga es ella? Pasabas seis horas todos los días conmigo— dijo Sana.

— Tzuyu me dejaba dormir, tú no.

— Porque tenías que trabajar, Chaeyoung, no te pago por dormir.

— Aún me debes mi último sueldo, y mi indemnización-

— Faltaste todo el mes y estabas en negro, no tendrás ninguna de las dos cosas— dijo la rubia.

— Ves, por eso Tzuyu es mi favorita de las dos.

Sana se ofendió y fue hacia la mesa de postres, no sin antes mostrarle en dedo del medio, Tzuyu y Chaeyoung hablaron un rato más sobre lo que haría con la universidad y la carrera, hasta que la pelinegra explicó que la dejaría, al menos por un tiempo, quizás para retomarla después, pero prefería estar con su familia un tiempo, y acompañar a Mina, en su embarazo y la crianza, de al menos el primer año de su cachorro, antes de consumir su tiempo y energía en estudios.

— Aunque no sé siquiera si iré de regreso a Busán— añadió—. Lo más probable es que me quede en Daegu, cerca de mi familia, para tener a Taeyong molestándome todos los días en su lugar.

— Creo que si vuelves a Busán tendrías a Taeyong molestándote igual— comentó Tzuyu, y Chaeyoung la miró sin entender frunciendo un poco el ceño—, pero por otras razones— la castaña señaló un poco más allá, apartados de la gente en una de las últimas mesas, vieron al pelirrojo hablando con una sonrisa con Doyoung, quien también cargaba la suya.

Eso no era normal, y menos en su hermano.

Chaeyoung estaba bastante sorprendida, en el tiempo que había pasado en su casa, con Taeyong a su lado todos los días, había notado su actitud de mierda y que casi no tenía nada de ganas de estar con gente, sólo podía soportar y querer a pocas personas (como era su caso), y a pesar de que podía mantener la compostura y una actitud amable hacia quienes no tenían su cariño, no le duraba mucho, y terminaba mandándolos a la mierda.

Pero no parecía que el pelirrojo estuviera ni un poco incómodo con Doyoung, ni siquiera estando tan cerca el uno del otro y hablándose al oído entre risas, y tenía una sonrisa que no le era tan habitual.

— Los tortolitos me echaron — dijo Sana, regresando con ellas, ahora tenía una porción de pastel en su mano.

— Creo que iré a preguntar qué pasa— murmuró Chaeyoung.

— Ni se te ocurra— Sana tomó su antebrazo antes de que pudiera dar otro paso más, la pelinegra la miró con curiosidad—. A ver, ¿Taeyong te interrumpió cuando estabas con Mina?

Chaeyoung negó.

— Entonces deja al niño. Tanto tu hermano como el mío andan solitos, déjalos, déjalos...

Chaeyoung no podía entender del todo la situación, pero le hizo caso a Sana, se quedó con las chicas un momento más antes de que Mina apareciera de nuevo a su lado, para decirle que ya estaba todo preparado para anunciar si el bebé sería niño o niña, era la sorpresa más esperada para la familia, a Chaeyoung le parecía algo tonto pero a Mina le emocionaba un montón, así que la dejó seguir sus deseos.

La gente se acomodó al rededor de la mesa donde estaba el pastel, con este cubierto de crema y decorado con adornos de azúcar, por dentro, el color de la masa anunciaría el sexo del bebé, azul si sería niño y rosa si fuera niña.

Ambas tomaron la espátula para cortar la primera porción, alzando la misma, riendo con alegría y escuchando los aplausos, viendo el color azul del pastel.

Las manos de Chaeyoung recorrieron el abdomen de Mina, abrazándola por detrás, dejó besos en su cuello hasta que la omega se volteó, recibiendola con sus labios, haciendo que el público aplaudiera de nuevo, con expresiones de ternura.

Se miraron directamente, con todo el amor de sus corazones.

— Te amo— habló Chaeyoung, las palabras que no se cansaría nunca de repetir.

— También te amo— correspondió Mina, siendo para ella, la mayor verdad del mundo.





fin

Aún queda el epílogo y un capítulo extra del 2yeon

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