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31: El chisme

Chaeyoung estuvo inquieta todo el camino, pero no fue sino hasta que estuvieron a un kilómetro de distancia que comenzó a sentir el llamado en su pecho, un aullido bajo, lleno de pena, era débil y sonaba cansado, como si fuera un último llamado de auxilio, sabía que no era su lobo, que era de Mina.

Eso hizo a ella y a su lobo ponerse muy nerviosas, de pronto sintió su visión extraña, borrosa, sintió su corazón acelerarse y como si algo se removiera en su pecho, cerró sus ojos con fuerza y llevó una mano a su pecho, no le dolía, pero a los ojos de Taeyong, quién iba manejando, parecía que sí.

— ¿Chaeyoung? ¿Chae? — el pelirrojo, miraba hacia adelante mientas manejaba y a su hermana, sentado junto a ella en el asiento de copiloto — ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? Espera, espera, voy a estacionar...

— No — su voz de alfa salió de lo más profundo de su garganta, nunca la había sentido tan personal, tanto ella como su lobo hablan al mismo tiempo —. Tengo que llegar a Mina... Tengo que ir con mi omega.

— Chae- — Taeyong se quedó callado cuando vió la mirada que le dedicó su hermana mayor, los oscuros ojos y cansados de Chaeyoung ahora de un color extraño, como si fueran dorados, nunca en todos sus años lo había visto hacer algo así—. Tus ojos... están raros, ¿Estás bien?

Chaeyoung negó, no se sentía bien, se sentía extraña, y sentía un cosquilleo en todo su cuerpo, como si millones de hormigas caminaran sobre su piel, sintió un pitido en sus oidos, que lo puso en alerta, era el tono de celular de Taeyong, pero en su mente sonó casi como una alarma, ella y su lobo sintieron que Mina estaba en peligro, los lloriqueos del lobo de la omega, que podía escuchar desde su interior, se quedaron callados, y sintió como una energía explotaba en su interior, su ropa se rompió por el cambio de forma y escuchó gritos mientras cerraba sus ojos con fuerza.

— Oh, mierda- — Taeyong estacionó de golpe a un lado de la calle.

— Chaeyoung, ¿Tu hermana tambien puede hacerce lobito?

— No, no puede... ¡Chaeyoung!

El súbito cambio de Chaeyoung hacia la forma de un lobo oscuro, demasiado grande y con ojos de un brillante color dorado, en un espacio tan reducido como el auto de Taeyong hicieron que los dos presentes se les bajara la presión.

El lobo miró al pelirrojo con lo que parecía el ceño fruncido, Taeyong se quedó petrificado, su celular dejó de sonar y volvió a sonar una segunda vez, pero no le podía importar menos, acababa de ver a su hermana convertirse en lobo.

— Chae.

El lobo soltó un resoplido, era tan grande que estaba casi agachado en el auto, se giró hacia la puerta a su lado y comenzó a rasguñar con su pata, como si intentara abrirla.

— ¡No hagas eso en mi auto! ¡Chaeyoung!— el lobo soltó un gruñido cuando el otro intentó detenerlo, le mostró los dientes en amenaza— ¡Estas rompiendo mi auto, hija de-!

— ¡Taeyong! — el pelirrojo y el lobo se voltearon hacia la rubia, sentada en los asientos de atrás —. Deja de pelear con un animal, llévala con Mina, es lo que dijo.

Al escuchar el nombre de la omega la lobo alzó sus orejas y movió un poco la cola.

Taeyong miró de nuevo al animal y luego a Nayeon, quién movió sus brazos para que arrancara el auto, el pelirrojo suspiró para calmarse, sentía sus manos temblorosas y le tenía miedo a la lobo que estaba a su lado, volvió a arrancar el auto y siguió manejando, su celular volvió a sonar una tercera vez y pensó seriamente en tirarlo por la ventana.

— Nayeon, atiende mi teléfono, por favor.

— Es Jeongyeon de nuevo, lleva llamándote todo el día, no pienso hablar con ella.

— No te pongas infantil, puede ser importarte, ¿Y si le pasó algo a Mina?

El lobo a su lado soltó un lloriqueo.

— No le pasó nada a Mina, Chaeyoung, tranquila— dijo Nayeon—. No lo pongas más nerviosa, Taeyong —agregó, frunciendo el ceño.

Taeyong intentó mantener la calma, vió el flash de la cámara detrás suyo, y miró por el espejo a Nayeon, Chaeyoung también, bajando sus orejas hacia él.

—Una omega cambiaformas y una alfa cambiaformas... Eso suena bien para la prensa— dijo la rubia, sacando otra foto, conforme llegaban a la propiedad de los Yoo, había gente y cámaras aún, acampaban allí, esperando una aparicion de Mina desde hacía días, pasaron el portón eléctrico para entrar a la casa, el lobo se puso más inquieta, mientras algunas cámaras enfocaban el auto, teniendo registro de quién entraba y salía del lugar, los vidrios polarizados no dejaban ver lo que había adentro—. Taeyong, abrele la puerta a Chaeyoung.

—¿Qué? Casi llegamos, no molestes.

— Abre la puerta y deja que la vean en este estado, haz lo que digo, la gente tiene que verlo.

Taeyong sabía a qué se refería la rubia, el lobo estaba inquieta, se quería bajar, y daba lloriqueos mientras sus patas delanteras se movian sobre el asiento y sus ojos dorados miraban hacia la casa.

— Espero que tengas razón, Nay —dijo el pelirrojo, frenando el auto de golpe, aún a unos cuantos metros de la puerta de entrada de la casa de los Yoo, el terreno era amplio y había una pequeña calle entre el portón de la entrada a la propiedad hasta llegar a la puerta de la casa.

Se estiró sobre el frente del auto para abrir la puerta al animal, quien se bajó y comenzó a correr hacia la casa, las cámaras y los reporteros se volvieron locos, en flashes y gritos, Taeyong miró al lobo oscuro correr hacía la puerta, la rubia en los asientos de atras reaccionó antes que él, bajando del auto y corriendo hacia la puerta, para poner la clave de seguridad y abrirla, el animal sabía exactamente a dónde ir.

A Chaeyoung poco le importó el show que había montado, miraba más alla de la casa y de la gente, olfateó el lugar, incluso sintió el aroma de Mina en otro alfa, a quien le dedicó un gruñido, pero siguió de largo sabía a dónde ir, y no dejó de correr hasta llegar a aquel cuarto.

Tenía que ir con su omega, sintió como si hubiera estado ciega todo el camino hacia aquella habitación, porque no fue sino hasta que vió la cama, y el bulto en esta, que reaccionó, sus orejas se alzaron y vió la cabellera rubia asomarse sobre las sábanas para mirarla con unos ojitos oscuros y cansados, pero que le sonrieron.

—Alfa...

Chaeyoung se apresuró, corriendo hacia la cama y saltando sobre esta, pequeños lloriqueos de felicidad se escuchaban salir de su hocico, mientras dejaba besos con su lengua sobre el rostro de la rubio, quién reía debajo de ella.

Mija tomó las mejillas de la lobo, mirándola con una mezcla de alegría y orgullo.

— Lo lograste, Chaeyoung... — murmuró, con sus manos pequeñas acariciaba sus mejillas y sus orejas, mientras el lobo movía la cola y seguía dando lloriqueos.

Ahora que había cambiado a su forma de lobo sin pensar, Chaeyoung no sabía cómo regresar a su forma humana.

— Oh, no, no, tú puedes... Ya sabes cómo — dijo la omega, leyendo sus pensamientos, su voz sonaba baja y algo débil aún, pero se sentía mejor, tenía a su alfa a su lado, poco a poco volvería a estar bien—. Piensa bien lo que quieres, Chaeyoung... dile a tu lobo que ahora necesitas ser humano, ella lo entenderá.

El lobo soltó un lloriqueo, dejó un último beso en la nariz de botón de la omega, quien volvió a reír, y haciendo lo que Mina le había dicho, a los segundos Chaeyoung volvía a ser un humana, sin poder contenerse la abrazó con fuerza, Mina rió de nuevo y le devolvió el abrazo, lloraba, de alivio y de alegría; la mayor llevó su nariz hasta el cuello de la menor, aspirando su dulce olor.

La omega hizo lo mismo, con las mejillas húmedas y una sonrisa, frotando su rostro en el cuello de la pelinegra, dejando pequeños besos, embriagandose en su aroma, dejó de sentir frío, calentándose con a presencia de su alfa y su abrazo, como si de una estufa se tratara, Mina rió otra vez, con alegría, y eso hizo sonreír a la otra, amaba la risa de su omega.

Chaeyoung se apartó un poco para mirar su rostro, su sonrisa, sus ojos, besó su frente, sus mejillas, su nariz y sus labios, con gusto algo salado por las lágrimas, pero lleno de felicidad, sus manos bajaron al cuello desnudo de Mina, preguntando con la mirada, pidiendo permiso aún si ya sabía la respuesta.

— Sí— dijo, con seguridad—, sí, por favor...

Chaeyoung dejó un casto beso en sus labios antes de mirar la curva entre su cuello y hombro, libre, ya sin ningún collar en el medio, dejó un par de besos hasta llegar allí, quería darle el cariño que se merecía y hacerla suya al mismo tiempo, abrió su boca, acomodando sus caminos sobre la piel.

Sintió a Mina tomar aire, buscó su mano y la apretó, al mismo tiempo que enterraba sus dientes en la omega, escuchó un jadeo con algo de dolor, sostuvo su mano más fuerte, el sabor metálico de la sangre la hizo asquear un poco, pero por fin estaba pasando, y no podía sentirse mejor, la felicidad tapó ese sabor.

Sus corazones comenzaron a latir al mismo ritmo, sus pechos se llenaron de la mezcla de emociones, de alegría, de alivio, de paz, de amor, de ambas, que ahora las compartirían para siempre.

Chaeyoung desenterró sus dientes, miró a Mina a los ojos, tomando las sonrojadas mejillas, amando su sonrisa, dándole una, besando sus labios con intensidad de nuevo, la omega correspondió, se sentían con más energía ahora, y eso lo demostraron en el beso, que no querían que se acabe.

Ahora compartían todo, ahora estaban completas, sus miradas lo confirmaban, y la marca del lazo también.

— Te amo— declaró Chaeyoung, hablando por primera vez en todo el rato, era lo que más quería decrile, sintiendo en su pecho tanto su amor como el sentimiento de Mina, quien la correspondía.

— Te amo— repitió la omega.

Aún segundos después de que aquella pelinegra entrara al cuarto de Myoui Mina, Jeongyeon seguía en el mismo lugar, algo asustada por la lobo gigante que acababa de entrar al cuarto de la omega.

Soltando el aire, Jeongyeon quiso avanzar hacia donde se había metido aquel animal, quizás se iba a comer a Mina, pero una mano atrapó su muñeca, haciéndola retroceder, vió a la rubia ir hacia el cuarto de la omega para terminar de cerrar la puerta, dejando a Mina y a la lobo gigante dentro, dandoles privacidad.

Nayeon se volteó de nuevo hacia a la castaña y negó.

—Déjalas sólas.

Jeongyeon se mantuvo en silencio, asintió, la rubia pasó a su lado y parecía que iba a bajar por las escaleras, para irse de la casa y desaparecer de su vida otra vez, pero esta vez, Jeongyeon decidió seguir lo que su corazón le decía qué hacer, así que tomó su mano y cuando la beta la volteó a ver lo atrapó en un abrazo que desde hacía días necesitaba.

La beta se sorprendió un poco, y quiso mantener la compostura, pero no tardó en ceder, devolviendo el abrazo a Jeongyeon.

— Lo siento muchísimo por tratarte de esta manera— murmuró Jeongyeon, al oído de la otra, Nayeon no respondió—. Lo siento muchísimo por poner a mis padres y a los demás por sobre tí, y por sobre mí también... Sobre nosotras... Lo siento.

Nayeon sintió que iba a llorar, escondió su rostro en el hombro de la alfa, sintiendo su olor, que siempre le había parecido cálido y abrigado, como un lugar seguro.

— Te extrañe mucho, Nay... Y no quiero tener que extrañarte de nuevo, quiero estar contigo... Lo siento mucho por hacerte esperar tanto.

La rubia intentaba contener sus lágrimas, alzó su rostro para decir algo, pero vió a la castaña tomar su mejilla y besarla, era la primera vez que la besaba sin esconderse, sin importarle quién viera, y lo hacía con una seguridad que ni siquiera en sus escondites más privados tenía, sintió en el beso que algo había cambiado, para bien.

Un carraspeo los hizo separarse, ambas miraron al pelirrojo, unos escalones más abajo del primer piso.

— Yoo Jeongyeon, ¿No pensabas decirme que iba a ser tío?

La castaña tartamudeo un poco, el tono de Taeyong había sido bastante amenazante, no sabía si estaba enojado, quizás si.

—No contestabas las llamadas para que te lo cuente tampoco— dijo finalmente.

— Estaba ocupado con un lobo gigante, disculpa—dijo—. Y antes de eso Nayeon tenía mi celular y no quería hablarte.

Jeongyeon hizo una mueca y asintió, se volteó a mirar a la beta.

— Sí, no me sorprende... ¿Sabías que tu hermana también es cambiaformas? — preguntó, cambiando de tema.

— No, no tenía ni idea — respondió el pelirrojo —. Pero creo que ahora... la gente querrá que esté con otro cambiaformas, y la lista de pretendientes queda anulada.

Jeongyeon asintió, sonriendo ante esas palabras, estaba muy feliz, miró a Nayeon y sonrió aún más, sentía como si un gran peso sobre sus hombros hubiera desaparecido.

El pelirrojo también sonrió, por aquellas dos y más que nada por su hermana, sabía que ahora habría otros problemas, pero que todo saldría bien, y que dentro de todo, sería fácil de resolver, un par de anuncios y un par de charlas y Chaeyoung y Mina estarían juntas, y Jeongyeon y Nayeon también.

—Esperaré en tu casa para hablar con Chaeyoung— anunció, volteando para bajar las escaleras, llendo hacia su sillón favorito de la sala, dejándolas a solas.

Δ

Sana puso la llamada en altavoz, mientras pintaba sus uñas de un nuevo tono de lila que había comprado luego de ir a ver a Son Chaeyoung.

— ¿Sha?

—TzuTzu~— habló con alegría.

— ¿Por qué estás tan alegre a estas horas de la noche?

— Ni son las once, abuelita— dijo la rubia—. Estoy feliz porque te voy a contar el chisme, ¿No viste la tele?

—Mmm~ Nop.

—Siempre tan informada— Sana rodó los ojos—. Mí esposa, la musculosa esa con culo de oro-

— Yoo Jeongyeon, sí, sigue.

— Anunció que no iba a comprometerse con Myoui Mina— sonrió ampliamente, y su alegría también se notó en su voz.

— Ajam— dijo.

— ¿Sabes por qué? — Sans hizo una pausa, aunque Tzuyu no habló—. Porque a Myoui Mina ya está unida a Son Chaeyoung.

— ¿Cómo?

— Esa pelinegra que va a a quedar calva por el decolorante, el que va a dormir la siesta en donde trabajas-

— Si, si, si, si... ¿Pero cómo lo sabes?

—Oh, ¿Recuerdas que me quejaba que la jefa me había mandado a cuidarla hoy en la tarde? — recibió un "Ajam" como respuesta—. Bueno, cuando estaba allí, llegaron al rato su hermano, el cabeza de naranja, y otra rubia que seguro te gustaría, también era linda-

— ¿Tiene algo que ver que sea linda con lo que me quieres contar?

— Nada —Sana se encogió de hombros—, pero ese chica linda le decía a Son que tenía que ir con ellos, y ella no aceptó hasta que esta chica le dijo que la llevarían con Myoui Mina. Lo dijo así, con nombre y todo. "Te llevaremos con Myoui Mina".

—Ohhh~

— Y casi salió corriendo cuando dijeron el nombre de esa omega, me obligó a irme del departamento, y ella se subió a un auto con los otros dos y yo tuve que volverme a mí hogar.

>> Y ahora que enciendo la tele, y adivina.

— No voy a adivinar, sigue contando.

— Ugh bueno, ¿Viste que anunciaron que había un nuevo cambiaformas que fue visto entrando a la casa de los Yoo?

— No, ¿Qué? ¡¿En serio?!

— Vives abajo de una piedra, Tzuyu — Sana rodó los ojos—. Bueno, yo estoy segura que esa cambiaformas era Son Chaeyoung, y luego de esa noticia salió un anuncio de que Jeongyeonie no se comprometerá con Myoui Mina. Obviamente no dijeron si Son la marcó o no, pero estoy totalmente segura, sólo que no pueden decirlo.

— Ajam— Chou hizo una pausa—. Que hermoso chisme.

— El mejor que te he contado.

— ¡Ahn Sana!

— Momento, Tzu —la rubia se giró, mirando a la cocina, donde su hermano estaba preparando la cena— ¡¿Qué?!

— Te dije hace como quince minutos que pongas la mesa, ¿Quieres que comamos con la mano desde la olla? — Doyoung alzó una ceja.

Sana le hizo una mueca de enojo, sus uñas no habían terminado de secar.

— Te tengo que dejar, TzuTzu-

— Ahora, Sana— insistió el pelinegro, sin darle descanso.

— ¡Ya va! — Sana resopló— Adiós, Tzu.

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