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34- Te extrañé

Jungkook no pudo evitar reír un poco ante esas palabras.

Colocó sus manos bajo las nalgas de Jimin, levantándolo para girar sus cuerpos, apoyando a Jimin de espaldas, despacio, lentamente, sin romper sus unidas miradas.

Se deshizo de las blusas de ambos, comenzó a dejar besos por el cuello del omega, escuchándolo jadear, descendió por su pecho hasta uno de sus pezones, para también besar y succionar mientras pellizcaba el otro, sintiendo al rubio retorcerse un poco ante su tacto.

Bajó los pantalones y ropa interior de Jimin, aún con sus labios ocupados, separándose únicamente para hacer lo mismo con los propios.

Ya completamente desnudos, Jungkook volvió a besar a Jimin, primero dejando besos cortos, cariñosos, hasta hacerlos más húmedos, mientras recorría la piel de su omega con sus manos, descendiendo de la cintura del otro, llendo hacia su espalda y tocar su culo; permitiendo que Jimin hiciera lo mismo con él, tocando su pecho, su abdomen marcado, para terminar rodeando su pecho mientras mantenía una mano en la nuca de su alfa, manteniendo el beso.

Sintió a Jimin sonreír bajo sus labios, ahogando una risa con sus besos cuando apretó una de sus nalgas de forma juguetona

Alzó las caderas del omega, apretandolo contra si, sintiendo el placer de Jimin recorrer su abdomen por la fricción, y escuchando un leve gemido que lo hizo recordar lo hermosos que estos eran.

Jimin sentía cómo su lubricante natural comenzaba a gotear hacia su pierna, como si Jungkook sintiera cómo la entrada de su pareja estaba necesitada, su mano se movió hacia ella, preparando sus dedos.

Jimin alzó la cadera, dándole paso, y una nueva fricción sus miembros ocasionó un gemido bajo por parte de Jungkook que lo hizo sonreír, mordiendo sus labios.

Sintió el primer dedo entrar en sí y un gemido escapó de su garganta.

Se sorprendió un poco por estar tan sensible.

Jungkook continuó moviendo su dedo, sintiendo el placer del omega, hasta que su entrada estuvo dilatada lo suficiente para meter el segundo dígito, escuchando a Jimin gemir más fuerte.

Aún con los dedos dentro del omega, penetrándolo, moviendolos en su interior, Jungkook se inclinó hacía Jimin, besándolo de forma húmeda.

Mordió un poco el labio inferior del chico, separándose, llendo hasta el oído de Jimin.

— Voltéate.

Jimin gimió, sintiendo el murmullo, la voz ronca de Jungkook en su oído recorriendo todo su cuerpo.

El pelinegro retiró sus dedos, dejando al omega girarse, alzando su entrada hacia él, con las piernas flexionadas y el pecho apoyado sobre las sábanas.

Jungkook colocó su mano en la cintura de Jimin, tomando su miembro con la otra, acomodando la punta de su pene en la entrada del omega, sintiendo la necesidad de Jimin en entrar en él.

Así que vió venir cuando Jimin tiró su cuerpo hacia atrás, haciendo que la cabeza del falo de Jungkook entrara completamente en él, ocasionando un gemido en los dos.

Jungkook se inclinó hacia adelante, Jimin comenzó a gemir suave por el movimiento.

El pelinegro besó su cuello, cerca de la marca, haciendo sonreír al omega.

Comenzó a moverse más hacia su interior, en movimientos lentos, escuchándolo gemir cada vez más, con respiración errática y apresurada, acelerando el corazón de ambos.

Con la mitad de su miembro en el interior del omega, Jungkook terminó de meter todo de golpe, sintiendo el éxtasis bajar por su abdomen como una corriente eléctrica.

Jimin gimió más fuerte, arqueando su espalda, haciendo que su culo rozara la pelvis de su alfa, Jungkook jadeó ante esto.

Comenzó a mover sus caderas, haciendo que su miembro se moviera en el interior del otro también.

Ni si quiera estaban cerca del clímax, pero sentían que sus pechos podrían explotar al llegar, sintiendo el placer, las ganas, del otro y las propias.

Jungkook se retiró un poco del interior del otro, volviendo a entrar rápidamente, repitiendo lo mismo varias veces, haciendo gemir alto a Jimin con cada embestida, y ocasionando jadeos mientras pedía por más.

Golpeando en el interior del omega, tocando su punto dulce, los gemidos aumentando el volumen, cada vez más agudos y erráticos.

Jungkook comenzó a embestir con fuerza, escuchando aquel sonido obseno con cada penetración, el chocar de sus bolas contra las nalgas de Jimin, confundido por los apresurados gemidos de su omega, saliendo de él completamente, golpeando su punto dulce al volver a entrar.

Jimin apretaba con fuerza las sábanas con sus manos, temblando por el placer, su respiración se agitó aún más, mezclada con sus gemidos, una última ola de éxtasis lo recorrió por completo al acabar.

Jungkook sintió lo mismo, tirando su cabeza hacia atrás, sintiendo el orgasmo de su omega, seguido del suyo.

Jimin gimió profundamente de nuevo, con su alfa acabando en su interior, llenándolo por completo.

Sintió el pecho de Jungkook sobre su espalda, el chico volvió a colocar sus dientes sobre la marca del lazo, volviendo a abrirla, haciendo que Jimin jadeara, levemente, todavía no había recuperado el aire.

Respirando pesadamente, aún cargando con el placer de acabar de ambos, el nudo de Jungkook se fue, saliendo del omega.

Jimin se giró de nuevo, sólo para mirar a Jungkook y sonreír.

Su alfa se recostó a su lado, acarició sus mejillas, sonriendo.

No sabían si era por el agobio de las  emociones y sensaciones del otro, sumadas a las propias, pero ambos estaban bastante agotados.

El omega se acercó más a él, frotando su rostro en el cuello de Jungkook .

— Te extrañé— murmuró.

Jungkook asintió, totalmente de acuerdo.

— Yo también.

— Creo que bautizamos las sábanas— dijo Jimin, bajito, mirando lo que habían hecho, Jungkook rió divertido por esas palabras.

— Ese Jung no tendrá problemas para lavarlas, cachorro... O comprar otras. Somos nosotros los que tenemos que irnos de aquí antes de que nos diga algo al respecto.

Esta vez, fue Jimin quién rió.

— Tomemos un baño y vamos— el omega se separó un poco, mirando a Jungkook unos centímetros alejado—. Juntos.

(...)

Al terminar, ya vestidos, ambos bajaron por las escaleras, tomados de las manos.

Jungkook vió el cabello naranja rojizo de su hermano, quién parecía dormir tranquilamente en el sillón de la sala, si bien seguía sentado, su cuerpo estaba ladeado.

Supuso que se había quedado dormido por esperarlos, y le pareció algo tierno y considerado.

— Yugyeom... — lo llamó, moviéndolo hasta que comenzó a parpadear varias veces, hasta despertarse, sentándose y mirándolo con rostro cansado.

Vió las manos unidas de ambos, luego subió hasta el cuello de Jimin, viendo un poco la mordida por el amplio cuello de su blusa, junto con marcas de chupetones.

Yugyeom suspiró, volvió la vista hacia su hermano.

— Quiero hablar contigo— dijo, con la voz cansada del sueño.

— ¿Podríamos hablar en otro lado? Quiero irme de aquí...

Yugyeom volvió a suspirar, se inclinó para colocarse sus zapatos, para luego levantarse, tomando su saco y su abrigo, para protegerse del frío de la madrugada invernal.

En un momento, el frente de la mansión se había llenado de cámaras y paparazzi, para intentar obtener algo más de información hacerca del porqué Jung Hoseok ya no marcaría a Park Jimin, pero se habían rendido horas después, cuando nadie se asomó de la casa, dejando al frente despejado, para irse con tranquilidad.

Caminaron hasta el exterior de la casa, donde el auto de Yugyeom estaba estacionado, con la pareja sentándose atrás y el dueño del auto al volante.

— Lo voy a decir una sóla vez— Yugyeom los miró a ambos con seriedad—. Ya hicieron mellizos en la mansión de Jung. No quiero que hagan trillizos en mi auto.

Ambos lo miraron con algo de confusión.

— ¿Qué carajo dices, Yugyeom? — habló Jungkook —. No salen mellizos o trillizos por la cantidad de veces que-

— ¡Ya lo sé! — lo cortó el pelirrojo—. Pero ya entendieron a lo que me refiero.

Yugyeom se volteó, arrancando el auto, saliendo del terreno de Jung y comenzando a andar por la calle.

Encendió la pantalla interna del auto, seleccionando el GPS, pidió la dirección de hacia dónde querían ir, con lo que Jimin dijo la dirección de su casa.

Pasaron varios minutos en silencio, hasta que Yugyeom volvió a hablar.

— Me ofenderé mucho si no me pides ser padrino, Jungkook .

El otro tardó unos segundos en responder.

— ¿Qué?

— Serás padre y yo seré el padrino, punto.

Se miraron un momento, preguntándose quién le había dicho, aunque ambos negaron.

— ¿Quién te dijo? — preguntó Jimin.

Yugyeom se lo pensó un momento, no quería comprometer a Taehyung diciendo lo de su espionaje obsesivo, y que posiblemente el chico los podría haber visto.

— Instintos de tío— respondió simplemente.

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