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33- Como las parejas normales

No hicieron nada más que abrazarse en silencio, respirando el aroma del otro, dejando caricias, limpiando algunas lágrimas de alivio que aparecieron un par de veces, dando sonrisas, así pasaron horas que para ellos no fue tanto.

Jimin estaba acostumbrandose al tumulto de emociones en su pecho, intentaba no agobiarse, por más que eran las mismas que él tenía, de alegría, de alivio, de amor, parecía que podría desbordar.

Era como si todas sus emociones se hubieran multiplicado, corriendo en su interior.

Por otro lado, Jungkook intentaba permanecer tranquilo, por más que quería casi gritar de felicidad, podía sentir la ligera inquietud de Jimin por tanta carga.

Cuando cayó la noche, alguien golpeó la puerta del cuarto.

Jungkook miró al omega.

- ¿Esperabas a alguien?

Jimin negó.

- Si es Jung no abras.

- No necesitaba que me lo dijeras para no abrirle.

Jungkook se separó un poco de Jimin para no aturdirlo con el grito de "¿Quién es?" que propinó desde la cama.

La puerta se abrió y una mujer joven les dedicó una sonrisa amable, al ser beta, no tenía olor que pudiera molestarlos.

En las primeras horas del lazo, las parejas tenían la necesidad de permanecer juntos y solos, compartiendo su aroma y compañía, creando un espacio único para los dos. Y cualquier otro aroma alteraría bastante la tranquilidad de ambos.

La mujer cargaba una bandeja de comida.

- Me ha comunicado el joven Jung que Park Jimin no ha comido bien- dijo, y el omega se ganó una mirada seria por parte de Jungkook -. Quizás ahora que está usted pueda hacerlo.

Jungkook asintió, dándole permiso a la mujer al pasar.

La beta acomodó una mesa de cama junto a ellos antes de dejar la bandeja en esta, hizo una reverencia y se retiró, cerrando la puerta.

Jungkook vió varios cuencos con comida, desde sopa de fideos, hasta ensaladas y pollo, acompañado de pequeñas botellas de salsa de soja y aceite, con palillos y cubiertos para ambos.

Se sentaron, aún bastante cerca del otro, pero lo suficientemente apartados para comer cómodos.

Jungkook comenzó a regañarlo por no comer, con lo que Jimin sólo bajó la cabeza apenado, concentrándose en su sopa y sus fideos.

- Hyung- lo cortó, el otro dejó de hablar, el omega tragó duramente-. E-estoy embarazado...

El volumen de su voz había ido bajando estrepitosamente en esas dos palabras, y Jungkook tardó un momento en pensar que había escuchado bien.

Una mirada insegura, acompañada por ese sentimiento en su pecho, hicieron a Jungkook reaccionar.

Jungkook sonrió amplíamente, mostrando sus adorables dientes de conejo, haciendo desaparecer sus ojos, comenzó a reír.

Jimin sintió toda la felicidad de Jungkook , por lo que sonrió también.

El pelinegro miró a Jimin con gratitud, besó sus labios con cariño, y luego bajó sus manos hacia el vientre del omega, imaginando una enorme y adorable barriga que dentro de unos meses sería realidad.

Ambos sintieron el miedo del omega descender.

- Yo... No sé si seré un buen padre- murmuró Jimin.

- Lo serás- Jungkook habló con seguridad-. Tampoco voy a dejarte sólo, Jimin. Es nuestro cachorro. Todo lo que no sepas hacer, te ayudaré. Seremos padres juntos.

El omega sonrió, mirando sus palillos revolver su comida.

- Pero pensemos en ser padres luego, ahora come- habló Jungkook con suavidad-. Parece que tienes menos cachetes que la última vez que te ví... En la vida real.

Jimin terminó de pasar un bocado y sonrió de lado.

- Al menos mi culo sigue ahí- habló, de forma pícara.

Vió las mejillas de Jungkook ruborizarse, y Jimin soltó una sonora carcajada.

- Jeon Jungkook, ¿Estás pensando en mi culo? - dijo, sintiendo una leve exitacion que sabía que era de Jungkook.

- Si mencionas tu culo, ¿Cómo no quieres que piense en eso? - el pelinegro habló con rapidez, sintiéndose algo nervioso.

El había extrañado a Jimin y quería llenarlo de amor y mimos antes de pensar en tener relaciones sexuales, pero parecía que el omega era mucho menos inocente que él.

Continuaron molestándose entre ellos un rato, todo para completa diversión de Jimin, y todo fue risas hasta que escucharon el disturbio abajo, cuando ambos se callaron, mirando hacia la puerta.

Gritos inentendibles, lo que parecían ser cosas rompiéndose y la única fase que pudieron rescatar: "¿Cómo te atreves a no marcar a Park Jimin?".

Jimin se tensó, reconociendo la voz de aquella mujer, Jungkook lo miró con preocupación, sintiendo el miedo del omega.

El lobo de Jimin lloriqueó por dentro, ambos lo escucharon en su interior.

Jungkook lo acercó a él, rodeando sus hombros con un brazo, mientras el omega escondía su rostro en el cuello de su alfa, calmandose con su aroma.

La puerta del cuarto se abrió de golpe, Jungkook gruñó con todas las ganas cuando el olor a naranja y canela de aquella mujer alfa invadió el espacio, el lugar donde tenían el nido sólo para ellos dos.

- ¡¿Com-?! - la mujer se cortó con aquel gruñido, dió un paso hacia atrás, pero rápidamente recuperó su compostura.

Jungkook sintió el olor de enojo de la mujer.

- ¿Cómo te atreves a unirte a Jimin? - su voz sonó en un murmullo, sus piernas no la dejaron avanzar, quedándose a apenas un paso de la puerta, Jungkook supo que el lobo de aquella alfa se sentía intimidado-. ¿Quién mierda eres? - la mujer sonaba ofendida, aunque su tono de voz era débil.

- Soy su alfa- Jungkook no se molestó en contener su voz, sintió a Jimin tener seguridad ante esa contestación.

La mujer abrió su boca pero no tuvo palabras, Jungkook notó sus manos temblar, lo que hizo que le diera una sonrisa ladina.

- Vete.

La mujer no pudo estar mucho más en esa habitación, voltendose para salir y cerrar la puerta.

Se volvieron a escuchar murmullos, aunque no violentos como los de hacía un momento, y no duraron más de dos minutos antes de que se escuchara la puerta de la entrada cerrar con fuerza y aquella mansión volvió a su silencio.

Escuchó a Jimin reír un poco, acomodando una mejilla sobre el hombro de Jungkook , cómodo.

- Era mí madrastra- dijo.

- Qué agradable suegra- dijo Jungkook con ironía.

- Me hará la vida imposible- murmuró Jimin.

- Vivirás conmigo, y no la dejaré entrar a mí casa. No la visitaremos ni en las fiestas.

Jimin rió un poco.

- Aunque tengo a mí abuelita de mí lado- habló el omega-. Siempre podemos contar con ella.

- Hablas mucho de tu abuelita- comentó Jungkook -. ¿Cuándo la conoceré?- Jungkook bajó el rostro, mirando a Jimin, tan cerca que sus narices se tocaban.

- ¿Presentartela como cuando las parejas normales se presentan a sus padres? - Jimin sonrió un poco-. Por mí, iría ahora mismo, pero no sé cómo, o si puedo irme.

- Yugyeom tiene auto. Puede pedirle que nos lleve con ella.

Jimin sólo asintió.

- Y nadie te dirá si quedarte o no, salvo yo- añadió Jungkook , dejó un rápido beso en los esponjosos labios de su omega-. ¿Cómo te sientes?

Jimin rió un poco.

- ¿Vas a hacer de mi médico? - Jimin separó su mejilla del hombro de Jungkook , se acercó un poco más a su rostro.

- Me importas, Jimin, y sé que ambos estuvimos mal... Yo me siento bien, incluso mejor que antes, pero quiero saber si tú-

Jimin soltó una carcajada, Jeon lo miró con el ceño algo fruncido, no sabía qué le daba tanta gracia al omega.

Lo vió tomar la mesa de cama, dejándola en el suelo, antes de voltearce hacia él.

Vió a Jimin pasar una pierna sobre su regazo, flexionando ambas a sus costados, su corazón se aceleró, el de Jimin también.

Vió la sonrisa seductora del omega, cada uno sintió lo del otro, el repentino nerviosismo de Jungkook y la calentura de Jimin.

Apoyó sus labios sobra la piel del cuello del pelinegro, dejando un beso, Jungkook recordó cómo Jimin empezaba sus encuentros sexuales con ese gesto, y lo sintió subir con más besos, al mismo tiempo que su pantalón comenzaba a apretarle.

Jimin besó bajo la mandíbula de Jungkook , el punto que a él más le gustaba de sus cuello, el más rubio sonrió, sintió al omega alzar su trasero un poco, para presionar su bulto contra el suyo, la fricción los hizo jadear a ambos.

Jimin terminó besando los labios de Jungkook con todo el deseo que había retenido esos días, ninguno se contuvo, recorriendo la boca del otro, saboreando sus labios, separándose, dejando un hilo de saliva entre ellos.

Jimin, ahora tan ruborizado y con los labios inchados como Jungkook , volvió a sonreír de lado.

- Revíseme, doctor.

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