22- Prometido
— ¡Joven Jung!
Costó varios llamados para que el castaño escuchará el tono preocupado de su mayordomo, haciendo que saliera de la habitación apresurado, para encontrar al señor en el pasillo.
El hombre habló con la respiración agitada de tanto correr.
— El señor Kim Namjoon, acaba de informar que encontraron a Park Jimin.
Hoseok alzó las cejas con emoción, le agradeció al hombre y se apresuró a subir las escaleras para el primer piso, donde Kim Yugyeom se hospedaba, ya que el castaño le había insistido bastante hasta que había aceptado quedarse allí.
Kim Namjoon, alfa, tan fuerte como su olor a madera y un poco a tabaco, era uno de sus mejores guardias personales, y el que había puesto a cargo para la búsqueda del omega, con ayuda de agentes de policía, habían pasado los días con ellos recorriendo la zona donde más posibilidades tenía de aparecer el chico.
Tocó la puerta firmemente hasta que el pelirrojo abrió, con cara de malhumorado, aunque antes de que pudiera mandarlo a la mierda Hoseok habló.
— Encontraron a Park Jimin.
Yugyeom tardó un poco por la sorpresa para sonreír, aplaudió, agradeciendo que el omega haya aparecido.
— Namjoon hyung tiene órdenes de traerlo para acá— dijo Hoseok —, ¿Quiere esperarlo conmigo abajo? Están en camino.
Yugyeom sólo asintió, haciendo señas para que lo deje pasar, bajando las escaleras detrás de él.
No tardó mucho tiempo para que la entrada de la casa de Jung volviera a llenarse de personas, tanto paparazzi y reporteros, como gente curiosa, y era por esas situaciones que lo hacían preguntar cómo obtenían la información tan rápido y de dónde.
Aunque en cuanto el auto negro, de vidrios oscuros, acompañado por una patrulla policial pasó las rejas negras de la entrada al pequeño parque frontal de la mansión, a pesar de que los flashes de las cámaras dispararon, Hoseok , Yugyeom y los empleados del joven Jung se olvidaron completamente de ellos.
Primero bajó Kim Namjoon, del asiento trasero del auto negro, tirando una correa de dónde bajó un lobo blanco, hermoso, casi brillante.
Hoseok abrió los ojos de más al verlo, algo impresionado.
Yugyeom también lo estaba, aunque sonrió con agradecimiento, había conocido al omega, le caía bien y quería que estuviera a salvo.
Entraron a la mansión, apresurándose un poco para no estar más expuestos a las cámaras.
— No ha querido cambiar — fue lo primero que dijo Namjoon, con una mueca.
Hoseok vió al lobo, sentado con la cabeza gacha junto a su guardia.
Se acercó, agachándose frente a él, aunque el omega sólo bajó más la cabeza, mirando hacia un lado.
El olor del omega era muy fuerte, muy dulce, casi empalagoso, aunque no llegaba a ser del todo molesto.
En cambio, para Jimin, el fuerte olor a mar de Hoseok no le gustaba.
El castaño apoyó su mano sobre la cabeza del lobo, acariciando sus orejas, aunque las corrió cuando el omega gruñó.
Escuchó la risa de Namjoon.
— Tonto, no es un perrito, es un lobo.
— Es una persona— corrigió Yugyeom, haciendo que la mirada de los presentes se pose en él—, y creo que necesita un poco de privacidad— echó una mirada a todo el personal de Hoseok que estaba inecesariamente allí, ocasionando que todo se fueran, a excepción de los dos policías y Namjoon.
Yugyeom se acercó al omega, su postura hizo que Hoseok se alejara, su olor fuerte incomodó un poco a Namjoon, pero el olor familiar del pelirrojo logró que Jimin alzara la vista para mirarlo.
El pelirrojo sonrió de forma ladeada.
— Cambia— ordenó, en tono sumamente tranquilo para usar su voz de alfa.
Jimin pareció resistirse unos segundos, hasta que su cuerpo comenzó a transformarse, cambiando por completo a su versión humana, totalmente avergonzado de su desnudez, con la cabeza gacha, dejando su cabello rubio cálido caer sobre sus ojos.
Eso había dejado a todos totalmente sorprendidos.
Yugyeom estiró su mano hacia uno de los oficiales, que cargaban la manta que le habían dado al omega y que había caído de él cuando bajó del auto.
Yugyeon cubrió el cuerpo de Jimin con la manta con una sonrisa de suficiencia en el rostro, aunque su expresión cambió un poco al sentir el olor que estaba pegado al cuerpo del omega.
— Creo que la correa no es necesaria — dijo, desabrochó la misma del collar sin pedir permiso—. Es un poco kinky considerado tu desnudez.
Jimin no respondió.
Yugyeom giró su rostro hacia Hoseok .
— ¿No vas a buscarle ropa a tu prometido?
Esa última palabra hizo que tanto Jimin como Hoseok lo miraran con confusión.
— ¿Cómo? — preguntó el castaño.
Yugyeom soltó una risa tosca.
— Después de todo lo que hiciste para que Jimin apareciera, todos los van a querer juntos.
Ninguno de los dos creía esas palabras, cada uno tenía a una persona que no se pondría feliz si eso pasaba.
— ¿No te parece lindo? — continuó Yugyeom—, el joven alfa que buscó por cielo y tierra a su omega perdido, para unirse con él para toda la vida. A la prensa le encantaría— sonrió—. Y a sus padres también.
Hoseok y Jimin se dedicaron una mirada incómoda, ninguno quería y ambos lo notaron.
Yugyeom se irguió de nuevo, sonriendo con suficiencia.
— Apúrate, niño— dijo—. Que Jimin debe tener frío, todo descubierto.
Esas palabras hicieron al castaño reaccionar, volteando para buscar en su cuarto ropa para Jimin.
Yugyeom se giró de regreso hacia Jimin.
— Tampoco vas a cambiarte aquí, vamos, levántate— dijo, el chico obedeció, Yugyeom tomó su brazo para guiarlo hasta el cuarto de Hoseok , donde el castaño estaba acomodando ropa sobre su cama que el omega podría usar.
Ambos alfas de voltearon para que Jimin pudiera ponerse la ropa, aunque el omega no dio aviso cuando terminó.
La ropa de Hoseok le quedaba bastante grande, hacía que sus pies se escondieran en la manga de los pantalones, al igual que sus manos en las del buzo.
Yugyeom le hizo una seña a Hoseok para fuera él hacia el omega.
El castaño se acercó con timidez y estiró su mano hacia Jimin, quién en lugar de tomarla colocó su antebrazo sobre la misma, Hoseok hizo como si nada y caminaron así hasta la sala de estar, donde Namjoon y los dos policías seguían allí.
— Ya notifiqué a los padres de Park Jimin que está aquí— dijo el guardia en cuanto los vió entrar.
Hoseok escuchó a Jimin tragar duro luego de esas palabras.
— Los policías necesitan hacerle unas preguntas a Park — añadió Namjoon.
Jimin se tensó un poco ante esas palabras, y el castaño, que seguía sosteniéndolo por su muñeca, fue el único que se dió cuenta.
— Creo que Jimin quiere descansar— intervino Hoseok —, no sé qué es por lo que ha pasado, pero merece tranquilizarse un rato— el castaño miró al omega, esperando una confirmación por su parte—. Ver a su familia, y cuando se sienta bien...— miró hacia los policías— Hablará de lo que pasó.
Jimin asintió, soltando el aire que sin querer había estada reteniendo.
Los policías parecieron comprender, irían hasta la comisaría para dar los datos de lo que había pasado esa noche y luego volverían.
Quedaron en la habitación sólo Hoseok, Jimin y Namjoon.
El castaño invitó al omega a sentarse, ponerse cómodo y ordenó a una empleada que le preparara algo para comer, ya eran altas horas de la madrugada y no quería que Jimin pasara hambre, aunque este no tenía, no rechazó lo que la mujer le había cocinado, y fue la única persona a la que le sonrió y agradeció por su comida.
Hoseok, caminaba nerviosamente alrededor del sillón, en un punto impreciso en su interior, un extraño remordimiento daba vueltas.
Sabía que ayudar a Jimin no estaba mal, que ofrecerle ropa y comida no estaba mal, que dejarlo estar en su casa no estaba mal, no estaba haciendo algo mal.
Pero se sentía mal, desde hacía días que no hablaba con Taehyung, que este no se aparecía en su casa, y muchos más días de su último encuentro en la cama, o simples besos, abrazos o caricias.
Jimin notó lo abrumado que se sentía Hoseok, pero no preguntó nada, concentrándose en terminar su comida.
Namjoon se quedó parado en el mismo lugar, había sacado su celular un par de veces para mandar unos mensajes, pero volvía a su postura firme, lo que hizo a Jimin preguntarse si él se quedaba allí para asegurarse que no escapara de nuevo.
Los tres voltearon a las escaleras cuando escucharon los pasos apresurados que venían bajando, viendo a Yugyeom abotonarse su saco, ahora vestido de traje, olvidándose de sus jean oscuros y remera holgada que tenía momentos antes.
Hizo una señal para que Hoseok lo siguiera, el castaño se apresuró para llegar a su lado, pasando al hall de la entrada.
— ¿Va a algún lado? — preguntó Hoseok con rapidez.
— ¿Donde encontraron a Park Jimin?— preguntó el pelirrojo en vez de responder.
Hoseok se confundió un poco más.
— Contesta— habló, su voz no sonó tan tranquila como cuando le ordenó a Jimin cambiar.
— N-No conozco el barrio o las calles de esa parte de la ciudad — Hoseok no supo muy bien porqué se había apresurado tanto en contestar—. Pero estaba en la zona donde se creía que había más posibilidades, pasando el barrio, no muy lejos de aquí.
Yugyeom asintió.
— Sí, sí, sé dónde— Yugyeom le dedicó un sonrisa—. Bien, no sé cuando regrese, pero... Hasta entonces.
— Espere, ¿Qué? — Hoseok lo tomó del brazo antes de que pudiera voltearse del todo.
Yugyeom miró con el ceño fruncido la mano de Hoseok sobre su traje, haciendo que el chico la quitara rápidamente.
— ¿Tienes la nariz tapada o algo? — dijo el pelirrojo—. Park Jimin tiene el olor de otro alfa, uno que conozco muy bien— Hoseok no comprendió del todo—. Apesta a mí hermano, y voy a ir a buscarlo.
— Pero podría ser otro alfa— dijo el castaño, aunque por la mirada que le dedicó Yugyeom hubiera preferido callar.
—No me interesa lo que digas— dijo con brusquedad—. Desde hace años que no estoy tan cerca de Jungkook, y voy a buscarlo, y no voy a volver hasta que lo encuentre... A él o a ese hipotético "otro alfa" con su olor del que supones.
Con eso el pelirrojo se volteó, abriendo la puerta.
— Adiós.
Ahre, ¿ahora qué pasará?
👀💖👌💕
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