Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

O19 | Sólo será temporal

Maratón 1k: 6/8

Se abrazaron en silencio hasta que ya no quisieron derramar una lágrima más.

Ikaris beso sus mejillas, su nariz y sus labios, aprovechando que no podría hacerlo mañana.

Tomó su rostro, haciendo que Druig lo mirara, con ojos cansados de llorar, aún así sonrió.

—¿Puedo amar a alguien en tan poco tiempo? —murmuró el mayor, aunque fue un pensamiento que se escapó.

Druig sonrió.

—El corazón no pide permiso para amar, Ikaris. Tampoco pide tiempo —dijo— Además... Somos predestinados, Ikaris, ya nos amábamos, sólo necesitabas darte cuenta...

Ikaris no pudo sonreír del todo.

No sabía si aquello era muy injusto, o muy justo.

Druig era demasiado para él, alguien tan dulce, tan tierno, con esa apariencia digna de un ángel, con el don de ser un adorable amigo peludo a voluntad... Alguien así no merecía un delta como él, una vergüenza de alfa, un don nadie en el mundo.

Tenía toda la suerte del mundo por sólo conocerlo, y no se iba a cansar de repetirlo, porque era la única certeza que tenía en ese momento.

—Druig —lo llamó, el tono hizo que el omega borrará su sonrisa— Hay personas que nunca encuentran su predestinado... Hay quienes ni siquiera tienen... Yo... Creo que debes buscar a alguien mejor.

Druig pareció decepcionarse con sus palabras.

—No quiero a nadie más —dijo, con total seguridad, mirando directamente a sus ojos.

Ikaris negó ligeramente.

—No quiero que esto sea difícil.

—Nunca fue fácil, no pongas excusas.

—Bien —Ikaris dio un pequeño suspiro— No quiero que sea más difícil.

Druig no dijo nada.

No quería rendirse, no podía rendirse, no después de haber llegado hasta ahí.

—¿Sabes cuándo fue la primera vez que sentí tu olor, Ikaris?

El castaño alzó una ceja, no sabía de dónde ni a qué venía esa pregunta.

—Cuando viajé a Bradford para conocer a una de mis pretendientes —dijo— Sersi Chan, alfa, con olor a cerezas y menta un poco demasiado fuerte, al punto en que pensé que era así porque estaba en celo, y agradecí tener el collar por cualquier cosa que intentara conmigo.

>>Pero no intentó nada. No estaba interesada, y tampoco en celo, su olor fuerte era una peculiaridad. Me dijo que necesitaba tiempo para saber si quería algo conmigo o no, y que había aceptado la reunión conmigo porque no tenía ninguna razón para decir que no.

>>Pero todo ese día pasábamos hablando, y me habló de ti, mucho.

—Me mostró tu habitación, Ikaris —continuó—. Sersi no lo sentía, pero yo percibía perfectamente tu olor, en toda la habitación.

>>Por primera vez sentí algo, mí lobo reaccionó a tu olor, quería mostrar sumisión y tuve que salir de allí para no agobiarme, no sabía lo que me pasaba... Pero mi lobo sí, sabía que había encontrado a mi predestinado, aunque no estaba allí, eso lo hizo desesperarse un poco.

>>Y luego tú olor me persiguió varios días más, no sé cómo.

>>Y camino a otro pretendiente, pasamos cerca de aquí... Y sólo hice lo que mí lobo quiso hacer, corrí a buscarte —Druig sonrió— Y aquí estás, aquí estamos...

Druig acercó su rostro al de Ikaris, notó como el otro desvió la vista hacia sus labios.

—He conocido a muchas personas, pero sólo quiero a una —dijo, dejando un suave beso en los labios del otro.

Ikaris no sabía que había hecho para merecerlo.

Sus manos fueron por segunda vez en el día al collar, preguntándose cuánto tardaría en romperse, aunque no sabía con qué, y tampoco quería correr el riesgo de lastimar a Druig.

Cómo si leyera sus pensamientos, el omega negó.

—Ya intenté romper el collar antes —dijo—. No lo de hoy, el mismo día en que me lo pusieron, casi me corto el cuello.

Ikaris suspiró. Apoyó su frente en el pecho desnudo del omega, sintiendo su aroma y escuchando sus latidos.

Con una sonrisa, comenzó a dejar besos pequeños por todo su pecho, haciendo carcajear a Druig por unas leves cosquillas.

Ikaris comenzó a inclinarse sobre él, tomando su cintura, llevando el cuerpo de Druig hacia atrás mientras el suyo se levantaba, hasta quedar con el omega acostado sobre la cama y él sobre su cuerpo.

Se detuvo unos segundos a mirarlo, hasta sonreír, besar sus labios, apoderarse de su boca con su lengua, conforme sus manos iban bajando por el cuerpo del omega, dejando caricias, hundiendo sus dedos en la ligera capa de grasa de sus muslos y caderas, provocando cosquillas en ciertos puntos que interrumpían el beso para escuchar la risita de Druig.

Inconscientemente, las manos de Ikaris se detuvieron sobre el vientre de Druig, acariciando con sus dedos pulgares.

Separaron el beso para mirarse, e Ikaris notó que los ojos del omega reflejaban la misma duda que él tenía.

Ikaris sintió el miedo de Druig ante esa idea, por lo que se apresuró a tomar sus mejillas para acariciarlas de la misma forma que lo había hecho con su abdomen.

—No voy a dejarte —dijo, en tono suave pero totalmente seguro.

Druig negó, con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Es muy pronto, es... Mí primer celo con la compañía de alguien...Ni siquiera soy mayor de edad...

"Carajo. Voy a ir preso" pensó.

Una risa nerviosa surgió de sus labios.

—N-No... Pensé en eso cuando.... —el nerviosismo subió a su rostro, haciendo que se ruborizara y apartara la vista de los ojos del omega, quién sintió ternura al verlo así.

—Follábamos, Ikaris —dijo— Dilo, sin vergüenza —añadió, con algo de burla.

—Mocoso insolente... —murmuró bajito.

—Insultas como anciano —Druig rió.

Ikaris lo miró con el ceño fruncido, pero no pudo aguantar mucho sin que la risa de Druig le contagiara una sonrisa.

Pasaron unos segundos en donde la broma perdió su gracia, donde cayeron en silencio de nuevo.

—Entonces... ¿Tendré que aprender a insultar como padre? —preguntó con delicadeza Ikaris, intentando romper el silencio.

Druig negó.

—Es muy pronto para saberlo... No hay nada seguro —intentó convencerse a sí mismo— No se debe haber... Interrumpido por eso... Puede que sólo haya terminado antes —añadió, refiriéndose a su celo.

Ikaris asintió, pero más para consolar al omega que porque se lo creía.

—Tengo que irme esta noche... Y pasa esto...

Ikaris vio las lágrimas acumularse en los ojos del omega, se apresuró a limpiarlas, repitiendo un "No" con suavidad.

—No llores, Druig, no es algo para llorar, no es algo triste... —se congeló un segundo cuando los ojos del omega chocaron con los suyos—. Un bebé no es nada feo. Es algo hermoso, que compartiremos juntos, Druig. Lo prometo.

El omega forzó una sonrisa.

Aunque le gustaba pensar que no, que no podía estar embarazado, que no, que no, que no.... No lograba sacarse ese sentimiento del pecho, había muchas posibilidades.

—Es que... Ahora tengo menos ganas de irme.

A Ikaris se le encogió el corazón, tardó un momento en hablar de nuevo.

—Sólo será temporal —dijo—. No sé cuánto, pero estaremos juntos de nuevo.

.

El lobo se esforzaba en recordar esas palabras, repitiendo las una y otra vez en su interior, visualizando el rostro de su alfa, recordando su voz, sus manos, el cómo lo hacía sentir, consolando se con eso mientras movía sus patas con velocidad.

Lloraba en su interior, aullaba con ese mismo lamento, buscando una patrulla policial, o un auto negro, intentando que el olor de su tristeza no tapara su olor propio.

No pasaron muchos minutos, en donde corrió por varias cuadras, hasta encontrar lo que buscaba, deteniéndose a aullar a pocos metros de la patrulla.

—¿Druig Keoghan? —escuchó, mirando al hombre de traje que acompañaba a un policía.

"Por desgracia, sí" pensó para sí mismo.

Agachó su cabeza, mirando al suelo, mostrando sumisión. No quería pelear, no quería forzar más nada.

Sólo se dejó cuando ataron su cuello con una correa, cubrieron su cuerpo con una manta, pero se negó a cambiar de forma, moviendo su cabeza cuando se lo pedían.

No quería hablar con nadie, su forma animal era una excusa para no entablar ninguna conversación.

La camioneta que lo recogió, dónde también se había subido con él el mismo hombre de traje que lo encontró, no lo llevó hasta su casa, sino que continuó el camino que había dejado días atrás.

Rumbo a la casa de otro de sus pretendientes.

Había vuelto demasiado rápido a la rutina.











Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro