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11. Te están buscando

—¡Yugyeom!
El nombrado alzó la vista con sorpresa, para encontrarse con Taeyeon.

—¿No puedo tener un sábado tranquilo?—. Dijo, aunque por el tono de broma, no le molestaba que esa chica estuviera ahí.
—Con lo ocupado que estás dudo que sea así, está atascado de clientes—. Dijo, con una sonrisa falsa, haciendo un ademán al lugar, donde con suerte llegarían a cinco personas haciendo sus compras.

Yugyeom se encogió de hombros.

—¡TaeTae~!—. La voz alegre de Jessica, aunque rara para Yugyeom, muy cotidiana para la alfa, hizo que ambos mirarán a la sonriente rubia, que llevaba puesto un vestido violeta, del mismo tono que sus uñas, y demasiado corto para el gustó de Yugyeom.
—Para usar eso porque no sales desnuda—. Comentó Yugyeom, haciendo que la sonrisa en el rostro de Jessica desaparezca.
—Calla—. Sintió un zape en la nuca por parte de Taeyeon, frunció el ceño algo molesto. —Como si te vistieras tan bien como mi omma Jessica—. Cubrió con un brazo los hombros de la rubia, quien volvió a sonreír.

Yugyeom rodó los ojos, las chicas decidieron irse y Taeyeon fue la única que se despidió, al menos de lejos, del rubio, alegando que el olor a café le quedaba bastante bien. No le dio mucha importancia a las chicas y volvió a ver las páginas de su libro, aunque no leía.

Había pensado toda la mañana en lo que había visto en la televisión, no había terminado de escuchar todo, pero las charlas de los clientes le habían dejado en claro que ese tal Kim Taehyung había dado una descripción de Jungkook, su altura y peso, color de su pelo y ojos, y lo que llevaba puesto la última vez que lo habían visto; para después describir su forma de lobo, aunque Yugyeom creía que se habían equivocado completamente, el mismo había visto lo adorable que era el omega en su forma animal, como un cachorrito de pelaje blanco que parecía de unos pocos meses, mientras que, por lo que había escuchado, Jungkook cambiaba a un lobo más adulto pero pequeño y algo delgado. Y para su mala suerte también habían dicho que el omega tenía más posibilidades de estar en ese mismo barrio.

También se había pedido alerta por si alguien llegaba a sentir el olor a manzanas y caramelo, propio de Jungkook.

Y cuando escucho el tema del olor, Yugyeom supo que estaba bastante jodido.

Con todo su departamento apestado a Jungkook, que ya de por sí tenía el olor fuerte, sumado a que ahora el chico estaba en celo y había incrementado, más que Yugyeom ni siquiera tenía olor propio para almenos disimularlo, y que cargaba con el aroma del omega todo el día por dormir juntos toda la noche. Nada parecía estar a su favor.

Y por más que no quería tocar el tema, porque sabía que a Jungkook le provocaba temor, y que a el tampoco le gustaba la idea de que ocurriera, era algo inevitable.
Debía hablar con Jungkook de que pasaría cuando ya no pudiera esconderse más.

Termino su turno y camino más apurado de lo normal hacia el departamento, sintiéndose casi perseguido, aunque sabía que solo estaba siendo paranoico.

Hacía mucho frío, y por más que tuviera varias capas de ropa, este le llegaba a la piel de su cuello, provocando molestias en su garganta. Y aunque iba con la cabeza gacha para esconder su cuello en la campera, igual alzaba la vista para ver.

Los autos oscuros seguían allí, por cada coche de policía había uno, aunque ahora, esas personas vestidas de traje se veían mucho más amigables que los días anteriores, más sonrientes, desprendiendo olor a confianza.

Creyó ver el mismo hombre del otro día, apoyado a un lado del auto, con un vaso de café en las manos, hablando amenamente con un oficial. De nuevo, Yugyeom no se quedó mirándolo demasiado tiempo.

Llegó a su departamento igual de apresurado que cuando salió del supermercado. Pensó que quizá, ya parecería un agorafobico para todo el que lo viera andar tan apurado por llegar a su hogar.

—Yugy hyung—. Miró a Jungkook, el omega tenía una sonrisa amplia en el rostro, y de nuevo, tal como siempre pasaba cuando estaba con el, el lobo de Yugyeom volvió, moviendo la cola con alegría al ver al chico.

Yugyeom solo sonrió un poco.

—Hola, Jungkook.

Vio que el chico estaba cocinando y que la mesa ya estaba acomodada, menos por los cuencos, que estaban sobre la mesada de la cocina, esperando a ser servidos.

El olor a comida recién hecha y el dulce del omega, aunque no tanto como la noche anterior, lo que le hizo saber a Yugyeom que el chico había tomado los supresores que le había dado.

No podía evitar estar un poco nervioso por la presencia del lindo omega en celo que tenía escondido veinticuatro siete en su departamento, aunque era más por el hecho de solo saberlo, porque el chico parecía estar totalmente normal.

Yugyeom frunció un poco el ceño con curiosidad, acercándose a la olla en la que Jungkook estaba cocinando.

—¿Ramen?—. Preguntó, desde hacía bastante tiempo que no comía un verdadero ramen casero, más específicamente, desde hace más de dos años, cuando su madre cocinaba con todo su corazón tanto para el y su padre, como para Jackson.

Sin darse cuenta, una sonrisa nostálgica se plantó en su rostro, la cuál Jungkook vio y lo hizo reír un poco.

—¿En qué está pensando, hyung?—. Yugyeom negó, despejando su mente y borrando su sonrisa.
—Nada, nada—. Jungkook alzó una ceja, sabía que no era nada, pero no quiso insistir.
—Vaya a la mesa, hyung, yo llevaré la comida—. Dijo el omega, haciendo una seña para que se moviera.

Yugyeom obedeció, se sentó algo de lado para poder ver mejor a Jungkook mientras cocinaba, aunque el omega estaba casi completamente de espaldas a el. Pensó unos segundos como diría lo que había pasado, y como harían cuando el ya no pudiera esconderse.

En lo que tardo en animarse a hablar, Jungkook había servido uno de los cuencos.

—Jungkook, hoy... Un chico hablo de ti en la televisión—. Comenzó, el omega hizo un sonido afirmativo para que siguiera hablando. —Y... Ya dijeron que estás desaparecido, alertaron a la gente para que busquen. Saben que estás por aquí y... Todos te están buscando—. Habló con lentitud.
—También hablaron de tu olor y, pues... Cargó con el todo el día, creo que no pasará mucho antes de que alguien se de cuenta, y voy a estar en problemas....

Jungkook había detenido sus movimientos con la última parte, y fue cuestión de segundos para que la mano que cargaba el cuenco que estaba sirviendo comenzara a temblar, derramando parte de la sopa sobre la mano del omega.

Con su lobo preocupado, Yugyeom se levantó de la silla, tomando el cuenco y dejándolo sobre la mesada, para luego tomar la mano de Jungkook con protección. Vio las lágrimas silenciosas que comenzaban a surcar el rostro del omega.

Yugyeom supo que no iba a ser necesario decir que lo encontrarían pronto.

—Y-yo... Debería irme... N-no quiero molestarte—. Dijo Jungkook, bastante bajo, pero Yugyeom pudo escucharlo al estar tan cerca.
—Jungkook, no te apresures—. Dijo el más rubio, el omega bajo el rostro al suelo y tiro la mano para soltarse del agarre de Yugyeom.

Eso lo molesto bastante, y un gruñido salió de lo profundo de su pecho, volviendo a tomar la mano de Jungkook, apretándola un poco más que antes, tomó el rostro del omega con su otra mano y lo forzó a mirarlo.
El miedo del omega se reflejaba también en sus ojos.
Cómo si un balde de agua helada hubiera caído sobre el, el enojó de Yugyeom desapareció, y se acercó a Jungkook para envolverlo en sus brazos, el chico acomodo su rostro sobre el hombro del mayor.

—C-creo que... Lo mejor sería que me fuera—. Dijo Jungkook, casi susurrando.
Yugyeom comenzó a negar repetidas veces.
—No, Jungkook, no, tú—
—Es tal como dice—. Dijo, —Solo lo metería en problemas, hyung, no puedo ser tan egoísta.
—El egoísta aquí soy yo, Jungkook. Yo no quiero que te vayas.

Jungkook guardó silencio un momento.

—Yugy hyung—. Jungkook se separó un poco del otro, quedando a unos centímetros del rostro del más rubio, quien no dejó de abrazarlo pero aflojó el agarre. —No mienta, porfavor. No me mienta, no me haga creer cosas que no son, porfavor—. Jungkook intentaba sonreír entre lágrimas, aunque no lo logró. —Usted... No me ve como yo lo veo, hyung, ¿No lo entiende?

Yugyeom frunció el ceño con confusión.

—Usted es mi predestinado, hyung—. Dijo. —Es mi alfa—. Jungkook notó la expresión de Yugyeom cambiar con esa última palabra, llevo su mano hacia la nuca del otro, buscando un poco bajo la remera la marca de la mordida, aunque era una cicatriz, a Yugyeom le pareció doler ese mínimo tacto. —Esa marca no me importa—. Jungkook comenzó a trazar círculos, como pequeñas caricias, en el cuello de Yugyeom. —Usted me gusta, hyung—. Declaró, con una sonrisa.

Yugyeom se sorprendió un poco ante esas palabras, rápidamente el rubor subió a sus mejillas, aunque era mucho menos que el que estaba en el rostro de Jungkook.

—Pero entiendo que yo no le gustó—. La sonrisa decayó, dejando una expresión de pena. —Y no hay una razón por la cuál usted quisiera que me quedé, Yugy hyung. Le pido que no me de ilusiones.

Yugyeom miró unos segundos a los ojos de Jungkook, mientras estos se ponían cada vez más brillantes por las lágrimas.

Su lobo se sentía mal, podía sentir como quería quedarse con Jungkook, y a su vez, como estaba odiando a Yugyeom por ser tan idiota de no valorar al omega.

—Escucha, Jungkook—. Yugy hablo bajo, casi serio, y las lágrimas en los ojos del omega se incrementaron.
—Quiero que te quedes, no sabes cuánto enserio quiero que te quedes... Y no se como explicarlo, no se que pasa, pero—. Tomó bastante aire, nervioso, Jungkook esperaba con ojos impacientes. —Me encanta llegar a casa y saber que estás esperándome, me encanta como te acurrucas contra mi cuando duermes, tu olor me tranquiliza tanto después de un largo día, que me duermo más rápido y con más paz.
>>Me encanta como mi lobo vuelve a mi mismo cuando estoy contigo, nadie nunca hizo nada así... Me encanta abrazarte mientras duermo, y lo tibia que es la cama contigo, y luego, cuando me despierto, puedo verte, aún dormido y eres tan—. Yugyeom sintió timidez, incluso antes de decir la palabra, Jungkook lo miraba sin piedad, sonriendo, mordiendo su labio inferior. —Hermoso, Jungkook, y eso también me encanta.

Jungkook no pudo decir nada, bajo la mirada al suelo, se sentía halagado en demasía, la única persona que le había dicho cosas tan lindas era su abuelita, pero no sé comparaba el efecto que hacían esas palabras en el al venir de Yugyeom.

—Tengo muchas razones para que te quedes porque me encantas—. Yugyeom había dicho esas palabras muy bajo, al punto en que Jungkook tuvo que darse unos segundos para pensar si no las había imaginado.

Luego miro el rostro totalmente enrojecido de su hyung, su alfa, quien también estaba con una leve sonrisa, casi penosa.

—Yugy hyung—. El otro solo lo miró con atención. —Si logro quitarme el collar¿Usted me marcaría?—. A Yugyeom enserio le tomó por sorpresa esa pregunta. —Si al marcarme puede quedarse conmigo¿Lo haría?

Yugyeom miró un segundo los ojos oscuros de Jungkook, aquellos que le habían gustado desde que los vio bajo un montón de basura.

—Sí, lo haría—. Respondió con firmeza.

Publicado:10/04/21
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Iba a subirlo ayer pero sinceramente no me sentía bien y bueno, aquí apenas lo traigo. Hace tiempo que no actualizaba en la madrugada jsjsjs. Una disculpa por eso.

De verdad que amo leer sus comentarios, me hacen feliz también.

Buenas noches/madrugadas.
Cuídense mucho.

Nos vemos~

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