Miércoles 12:20

La rubia parpadeó incrédula viendo como Nayeon se alejaba con una sonrisa triunfante. Todo su rostro empezó a arder del enojo, y ahí fue cuando explotó.

-¡¿qué demonios te pasa?! -gritó, asustando a la pelinegra. -¡aléjate! ¡aléjate! ¡aléjate!

-oye...

Nayeon quiso tomarla del brazo para calmarla, sin embargo Mina se alejó bruscamente y la empujó sin piedad.

-¡vete! ¡y llévate tu estúpida comida! -lo pensó un poco. -¡¿sabes qué?! ¡mejor me lo llevo yo! ¡y ni creas que le daré 5 estrellas a tu atención al cliente!

-¿de que hablas?

Mina la ignoro por completo desapareciendo del lugar, dejando a Nayeon con culpa por lo sucedido.

[...]

-Blah, Blah, ya basta Tzu, ¿acaso no escuchaste lo que hizo?

-¡lo escuché! Pero dale una oportunidad, es buena persona.

-Nayeon es todo menos buena persona, ¡no respeta un no! aparte robó mi primer beso.. -dijo avergonzada. Sana se atragantó con el agua, Y Tzuyu mordió su labio evitando reír. -¿dije algo gracioso?

-No, no. -se apresuró a decir la de pelo corto. -¿si ves, Sana? te dije que darle su número era mala idea. -susurró.

-¡¿se puede saber por qué le dieron MI número a Nayeon?!

-Porque la otra vez yo pague el almuerzo con MI dinero, así que me debías algo.

-¡pero Tzuyu también te debe algo! -la acusó.

-Si pero yo soy su novia.

-¿Y?

-Y que soy su novia.

-¡no puedo creer que esa sea tu excusa para salvar-

-Paren. -dijo Sana ya harta. -Si, estuvimos mal en darle tu número, pero no es la gran cosa, tal vez ya Nayeon ya encuentre a alguien que la quiera. Mientras tanto solo ignorala.

Y Mina mentiría si dijera que no le molesto que Sana le dijera que Nayeon alguna vez encontraría a otra persona, porque se supone que Nayeon tiene un amor platónico por Mina, y solo por ella.

-¿no tenias que estar en detención?

-Si pero Sana habló con él director y le explicó lo qué pasó.

-Lo qué pasó fue que contestaste de mala manera al profesor.

-No, eso nunca pasó. -sonrió.

-cómo sea, ¿hoy miércoles de reunión?

-Sip, ¿en casa de Tzuyu?

-Si.

Mina asintió y llevó un par de papas fritas a su boca pensando en la noche que iban a tener como cada miércoles; ver películas románticas y luego criticarlas.