──── ≪   01// El místerio ≫ ────

Cuando pasas por aquella casa tu piel se se estremece por una sensación extraña que no eres capaz de explicar por ningún motivo, sólo sucede aún cuando estás en pleno verano o el sol apunta su luz cálida en tí, no hay ningún factor natural que explique la sensación y miedo que causa la casa misteriosa.

A simple vista no es más que una casucha normal de una familia adinerada, con su fachada elegante, un jardín enorme y plantas bien cuidadas, pasa desapercibida para los nuevos en el vecindario, pero cuando vas a visitar a los dueños nadie (y cuando digo nadie, me refiero a NADIE) contesta o da señales de vida hasta la noche.

Ninguna persona se atreve a ver siquiera por la barda para curiosear lo que hacen los desconocidos vecinos que parecen tener una vida nocturna muy activa, todos deciden que quedarse con la duda era mejor que descubrir algo macabro o raro.

— Oye — me llama Hyun Sung, pasándome su bolsa de frituras — ¿te parece si hacemos un reto?.

Tomo una de la bolsa y se la devuelvo,  asiento con la cabeza, la noche no ha sido muy divertida y estar en el balcón de la casa de mi amigo no es nuestra visualización de la mejor noche para chicos del mundo.

— ¿Qué tienes en mente? — le pregunto, imaginando que querrá poner en alguno de sus alocados retos — Que no sea nada de hacer bromas por teléfono o algo parecido por favor.

Hyun Sung niega con la cabeza y sonríe de manera rara, en verdad planea algo raro.
— Te reto a echar una mirada a la casa Velvet — suelta, esperando a que de un grito nada masculino.

— ¿Estás loco? — le digo, tomando un cojín y lanzándolo a su cara — ese lugar está prohibido para nosotros.

— No te comportes como un niño de cinco años, ya tenemos casi dieciocho, podemos romper unas reglas ¡vamos!.

La rebeldía sonaba rara para mí, nunca he sido de las personas que rompen las reglas, pero estaba tratando de no lucir como el chico lleno de miedos que suelo ser todo el tiempo.

— Ush — digo, pero no tengo nada de harto — vale, pero yo te reto que al volver llamarás a WooYung y quedarás con ella para comer.

Mi amigo hace una mueca de asco, pero termina aceptando y me pone su mano en señal de trato.
— Esa niña se me cuelga por todos lados, pero veamos si así deja de molestarme la fea.

Hago como si no me molestara su comentario tan feo de una chica tan buena persona y salgo de la habitación.

— Más te vale que estés al pendiente por la ventana — le advierto — ya sabes lo que se dice de la Velvet.

— Son puros cuentos de personas ociosas, de seguro los dueños son viejos y por eso no salen — explica, intentando minimizar la situación.

— Uno nunca sabe Hyun Sung — le digo antes de cerrar la puerta — a veces los rumores esconden verdades.

— Deja de ser un narrador de películas de terror y ve de una vez a cumplir el reto.

Me rio de manera silenciosa y salgo de la casa de mi amigo, volteo hacía la mía, a dos de la de Hyun Sung y me aseguro de que mi madre no está afuera para ver algo. Camino hasta la dichosa casa Velvet, desde la pequeña valla de madera se puede ver el jardín lleno de pasto y algunas rosas silvestres.

Y una persona parada frente a la puerta.

Me detengo en seco, ¿Qué acabo de ver?, se supone que no hay dueños aquí o que los que existen son ancianos, pero estoy seguro de haber estado viendo unos tacones altos ahí.
Y a menos de ser una mujer adulta que guste de la diversión, no encuentro lógica.

Bien, debe ser algún espejismo, la mente juega sucio cuando estamos nerviosos y crea escenarios raros, la ciencia lo afirma y yo también.
Creo que esto debería de valer como una mirada y es hora de volver a donde he estado todo este tiempo y terminar con nuestra noche de chicos.

Pero ¿Han escuchado de la frase que dice "la curiosidad mató al gato" ? parece que los humanos somos tan débiles a lo desconocido que vamos atraídos por lo que no sabemos tal Pandora a una caja de los secretos que no estamos preparados para destapar.

Me acerqué a la puerta de madera que estaba puesta frente a mis ojos y los pegue para poder mirar lo que sucedía frente a mis ojos, cuando puse mis manos manos ahí, se abrió un poco, haciendo que un ruido que alarmaría a cualquier persona afuera que estaba presente.

Y ahí estaban, sonriendo de manera enorme mientras me veían de arriba a abajo, eran chicas, todas jóvenes y vestidas de rojo. ¿Por qué todos decían que la casa era rara cuando jóvenes que se veían tan normales la habitaban?.

— Hola — saludé, poniéndome nervioso, ellas no se movían ni ponían alguna expresión rara en su rostro, sólo estaban paradas — perdón por molestar, soy su vecino. Mi nombre es...

— Encantadas — contestaron las cinco al mismo tiempo — Ven, hermano.

En ese momento debí darme cuenta que en esas cinco chicas había algo raro, darme vuelta y huir, pero no lo hice.

Aquella fué mi última noche.

×××

Debería de dejar de subir fanfics y enfocarme en los que ya he subido y en conseguir novio, pero NO, no lo haré.

Les dejo Delivery Man pa su consumo. Aún no llega el humor, pero les pregunto ¿Qué les pareció?